miércoles, mayo 31, 2006

Princesa en bragas

Cuenta Sánchez Dragó en su libro Gárgoris y Habidis que, preocupado el Consejo de Estado por la carencia de heredero, hacía que Carlos II buscase descendencia con ahínco. Usando la técnica de “aquí te pillo, aquí te mato”, la reina andaba por palacio sin bragas. Cierto día en que el rey paseaba acompañado de dos de sus ministros, Doña Mariana cayó del caballo con tan mala fortuna que el pie se le quedó enganchado en el estribo, se le levantaron las faldas y el pendejo le quedó al aire. Según las leyes de la época, observar el chisme de la reina estaba castigado con la pena de muerte. Difícil dilema se le presentaba a Carlos que habría de mandar al garrote a dos de sus ministros. Algún espabilado tuvo una brillante idea y declaró culpable al caballo en juicio sumarísimo. Ahorcaron al caballo y lo mantuvieron colgado de un balcón como muestra de que con los atributos de los reyes no se juega.

Han cambiado los tiempos. Hace unos años los paparazzi fotografiaron en bolas a nuestro rey y no pasó nada. A nadie se le ocurrió fusilar al Fortuna, cuyo radar no avisó de la presencia de periodistas. Esta semana la comidilla de las vecinas es la portada de la revista Qué Me Dices que muestra a la princesa de Asturias con las faldas al aire y el “coñote enmascarado” en primer plano. A lo Marilyn Monroe.

Hay comentarios para todos los gustos:
- ¡Pobrecilla! Los periodistas son una mala fauna. ¡Mira que publicar una foto de la princesa enseñando las bragas…!
- ¡Anda! Que se jodan los que la criticaban por ir con pantalones. Se pone una falda y nos retrata a todos los españoles.
- Ja, ja, ja. Yo es que a esta tía no la puedo ver. ¿Quería notoriedad? Pues ahí la tiene. Cada vez que salga a la calle la van a perseguir para cazarla en situaciones comprometidas.
Y casi todas acaban preguntando ¿a usted que le parece?
- Pues la verdad es que ha quedado bastante bien. Unas bragas amplias y decentes que protejan bien el conejo real. Imagínese la que se habría armado si calzase minibragas. Y como la gente dice que a la familia real la mantenemos entre todos los españoles, a mí me ha hecho ilusión comprobar que se gastan bien nuestro dinero.

La verdad es que la foto es bastante decentita. No creo que el Ejecutivo invierta en semejante portada.

P.D. Obsérvese que no he utilizado ni una sola vez el nombre de la princesa. Microsoft Word se empeña en corregirme cambiado la “z” por una “c”.

lunes, mayo 29, 2006

Colonización moderna

En el año del Señor de 1492 Cristóbal Colón y unas decenas de echaospalante cruzaron la Mar Océana buscando el camino más corto que les llevara a la India. De los innumerables errores que cometió el Almirante, tanto en la planificación como en la ejecución del viaje, el más grave fue sin duda su falta de documentación. Bastaba rebuscar entre las viejas fotografías de los que hacían la ruta de las especias o haberle preguntado a su coetáneo Vasco de Gama para no confundir a los seres de piel cobriza que encontró, con los indios de piel mucho más negruzca que buscaba. Tanto abundó en el error que el cachito de tierra, que casi va del Polo Norte al Polo Sur, pasó a denominarse América. Seguiremos, no obstante, llamando indios a sus habitantes autóctonos para diferenciarlos de los verdaderos americanos (ingleses, galeses, escoceses, irlandeses…) que aún no habían llegado al Nuevo Mundo.

Tras Colón vinieron los colonizadores. ¡También es casualidad lo de Colón-colono! Y como todos los invasores impusieron su lengua, semiesclavizaron a los invadidos y se picaron a sus mujeres. Hasta que apareció Fray Bartolomé de las Casas, apóstol de los indios, reivindicado el alma de los susodichos para las huestes de Dios. Afortunado en su defensa, demostró que el indio no había nacido para el trabajo, al contrario del negro que estaba mejor dotado. Como consecuencia, las pateras con su carga de esclavos subsaharianos, emprendieron el camino de América. Resultado: los indios ya no eran necesarios y, ¡pobres!, unos contagiados de gripe y otros de la vieja enfermedad de 25 cm. de acero la fueron palmando hasta la casi total extinción de la especie.

Cortés, Pizarro, Aguirre, Garay, Mendoza, etc. tomaron buena cuenta de lo sucedido en el Caribe y en sus expediciones se hicieron acompañar por curas que se preocupasen más de las almas y menos de los cuerpos. El más célebre de todos fue Fray Vicente de Valverde quien durante el encuentro entre Pizarro y Atahualpa en Cajamarca blandió su Biblia ante el Inca tomando posesión de la tierra en nombre de Dios. Atahualpa arrojó la Biblia el suelo y el cura grito ¡sacrilegio! La escabechina de indios fue de las que hacen época. Pero todo hay que decirlo. En Méjico y Perú la población indígena o mestiza es mayoritaria. Si Valverde hubiera seguido el ejemplo de Fray Bartolo, en Chiapas sólo habría negros.

Durante 300 años los colonos españoles engrandecieron las Provincias de Ultramar a base de chuparles la sangre a los indios. Construyeron catedrales, mansiones, aduanas y otros edificios que hoy forman parte de la riqueza arquitectónica de estos países. Se habían perdido el románico, el gótico y el renacimiento pero nadie es tan rico en edificios “estilo colonial”.

Hoy las tornas han cambiado. Si antaño eran los colonos españoles los que cruzaban el Charco para explotar a los pobres indios, ahora son los indios pobres los que hacen el camino inverso. Dejan sus tierras y vienen a España a seguir trabajando para los colonos, a la vez que le evitan la molestia de tener que desplazarse a tierras tan lejanas. Y entre los inmigrantes llega de todo: los que vienen a ganarse la vida con su trabajo, los que vienen a ganarse la vida trapicheando y los sudacas, que éstos son otra historia.

Yo también me he convertido en colono y tengo un ayudante de allende los mares.
Mi mansión colonial es inmensa. Cuatro de metros de ancho por dos y medio de profundo con un magnífico porche. Delante se extiende un prado de casi dos metros de acera.

Aseguro que si en las huestes de Moctezuma o Guatemoc hubiera habido muchos como Salva (es el nombre actual de mi ayudante) otro gallo le hubiera cantado a Hernán Cortés. Lo cierto es que ahora empiezo también a conocer el racismo. Hay algún cliente que sólo compra si estamos Darl o yo. Otros esperan que el esclavo les alcance el periódico y me dan a mí el euro. La mayoría, menos mal, lo ha acogido bien y el chico se lo está ganando con grandes dosis de amabilidad y educación, Y, como a veces comento con Superwaiter, he abierto la exportación porque, si antes ya tenía un buen mercado latinoamericano, ahora los de allá compran más en el quiosco donde trabaja su paisano.
Salva se nos apareció como un chico serio y tímido pero o eso era fachada o se ha contagiado del aire del quiosco porque va sacando la chispa. Transmite el buen humor que suele imperar en el recinto y va teniendo sus detalles con el público. Tengo la sensación de que en breve seremos más compañeros que jefe y empleado.
Por cierto. Desde que Salva está conmigo casi no noto el lumbago. No puedo decir lo mismo de las plantas de los pies.

Bienvenido, Salva.

Obituario

Cuando uno llega por primera vez a un lugar suele hacerlo con temor. Sin saber si encajará allí. Si se acostumbrará a sus gentes. Si sus gentes se acostumbrarán a uno. Cuando hace poco más de un año llegamos a este barrio (el físico, porque el digital es otra historia) tardamos poco en descubrir que íbamos a sentirnos agusto. Nos encontrábamos en un barrio. Un barrio de los de antes. Donde la gente gusta de darse un paseo, saludar a los vecinos, recorrer sus comercios. Donde se aprecia un saludo amistoso por parte de los convecinos. Donde "la gente del barrio" se conoce.

El quiosco es un punto de encuentro en el barrio. Un espacio ante el que pasa el día a día. Donde la gente se acerca a buscar ese "algo más" que aporta la sonrisa cómplice del quiosquero al periódico y que jamás se encuentra en el inseguro buzón para suscriptores ni en la edición digital del diario preferido. Y cuando esto se cumple, cuando el quiosquero responde al cariño del vecino con sonrisas, reconocimiento, complicidad y alguna que otra búsqueda complicada de números atrasados, sólo entonces el quiosquero empieza a ser alguien en el barrio. Alguien del barrio.

La parte positiva de este juego de afectos, con sus inevitables momentos de crispación como en todo juego de afectos, es que uno se siente trabajando como en casa. La parte negativa es que, en ocasiones, toca participar también de la cara triste del barrio.

La semana pasada nos dejó el panaero: uno de los clientes fijos al que dedicamos un post hace tiempo. El panaero venía casi todos los días a buscar el As. Cuando no podía, nos mandaba a una de sus empleadas (guapa y simpática como ella sola) pero procuraba pasarse después a echar una loto y, de paso, llevarse alguna revistilla de esas que le gustaban a él. Y con su Sie7e bajo el brazo, o su FHM, o su Inteviu, solía charlar un ratillo con nosotros. Poquito, pues no podía descuidarse el negocio. Pero con el tiempo acabamos por tomarle cariño a ese señor grandote y desgarbado, de aspecto desaliñado y sonrisa picarona cuando se acercaba al mostrador de las chicas ligeritas de ropa. Estoy convencido de que, donde esté, nos observa sonriente mientras las chicas de portada de FHM le pasan las páginas del As. Descansa en paz, panaero.

viernes, mayo 26, 2006

Fogonazos

A un quiosco se le solicitan las cosas más variopintas, muchas de las cuales no tienen en absoluto nada que ver con prensa y revistas. Aquí hay de todo como en botica. Te piden clinex, sellos, sobres, fotocopias, tiritas, aspirinas… Últimamente los productos estrella son los impresos para la declaración de renta y el programa PADRE. No deja de ser una anécdota. Lo que a los quiosqueros nos pone los pelos de punta es cuando llega un cliente y te habla de una colección que salió hace tres años y necesitaría un determinado número que no obtuvo en su momento o que, simplemente, le haría gracia tener.

Hace unos días me pidieron tres SEAT 600 con el anuncio de Moritz, parte de una colección que sacó en su día PLANETA o SALVAT (pistas concretas). Como no tenía ni idea de quien pudo distribuir semejante colección, me conecté a Internet con la esperanza de que mi amigo Google me echase una mano. Por pura casualidad, la página de inicio de mi ordenador es Pies para Quiosquero, por lo que aproveché para echar un vistazo a lo último que había publicado. Encontré un comentario: “Enhorabuena por vuestro blog. Me encanta”. Lo firmaba Aberron. Como requieren las normas de buena educación agradecí su comentario y seguí con lo mío. Darl, que es el experto en temas de ciberespacio, hizo sus averiguaciones y a la mañana siguiente ya había dado con el blog de Aberron: Fogonazos. Aberron ha dedicado toda una página a hablar de nosotros y nuestro blog. La leí deprisa y me reí al ver alguna de mis frases en la pantalla del ordenador. Cuando llegué a casa conecté de nuevo y volví a leerla con calma. No soy dado a las emociones pero confieso que la lectura me dejó tocado. Internamente exclamé: “Coño, hasta escribes bien y todo”. Claro que Aberrón ha seleccionado lo mejorcito e, inserto en sus propios comentarios, da la sensación de que proceden de alguien que sabe lo que dice.

Metido en harina, dediqué una media hora, de las cinco (máximo seis) que dispongo para dormir, a echarle una ojeada a Fogonazos. Aberron, además de escribir como el que mea –Cela dixit-, es un investigador nato. Sus artículos son amenos, variados y bien documentados, amén de una presentación cuidadosa. Son fogonazos de información currada al detalle. Recomiendo su lectura.

Gracias, Aberron, por subirme la moral en un día que la tenía echa un cisco.

lunes, mayo 15, 2006

El Estatuto

Estamos a pocas fechas del referéndum del estatuto y todavía no lo he leído pero afirmo que lo leeré con tiempo suficiente antes de la votación. Hasta ahora, siempre que he errado el voto ha sido a conciencia: leo los programas de los partidos (todos son estupendos), escucho las promesas de los líderes, recuerdo mentiras de elecciones anteriores… Y al final lo echo todo en un saco, lo recalco y saco mi voto a favor o en contra de quien sea. Erróneo pero razonado.

De todos modos lo mío no es hacer comentarios políticos sino comentar los comentarios aunque, por lo oído, hay dos cosas del estatuto que no me convencen. La primera es que ha conseguido poner de acuerdo en el sentido del voto, aun por razones diferentes, a PP y ERC y eso significa que a la corta volveremos a oir hablar de su reforma. La segunda es su extensión. Una ley de leyes larga significa darle mucho control al estado lo que lleva al intervencionismo y, en mi opinión, cuanto más intervenga la administración peor irán las cosas.

Vayamos a lo nuestro. Cuando llegué a Barcelona lo único que conocía de historia era lo que decían los libros de texto (plan de estudios de Lora Tamayo) que mentían en la interpretación pero no en los hechos. Aquí empecé a escuchar historias de la historia que a mí no me sonaban y quise aprender. Cuando pude, años más tarde, compré y leí una historia de Catalunya, cuyo autor, Marcelo Capdeferro, afirmaba ser neutral y científica. Comprobé que podría ser científica pero no neutral. En cualquier caso, lo poco que de ella me quedó lo utilizo cuando lo creo oportuno dándole el tinte que más me conviene según la persona con la que hable y según quiera discutir con ella o seguirle la corriente.

Las tertulias en Can Superwaiter suben de tono a medida que se acerca la fecha del referéndum, con dos temas principales: el término nación y el tema de la financiación. Los tertulianos son variopintos. Falconeti, alias Yatelopagaré, es de origen indeterminado pero más nacionalista que Cambó y Maciá juntos. Bridget es del país pero anti. Para ella los personajes más odiosos son los catalanes y los granadinos. Don Vito (no confundir con Corleone) tiene una patria llamada Euro y, mientras no le toquen el bolsillo, le resbala el estatuto, la nacionalidad, la financiación y el estado en pleno. Superwaiter es ácrata y está en contra de todo. Al Catedrático le preocupa el tema de la financiación. Tienemenospelosquelchochounamuñeca apenas participa pero cuando lo hace se alinea con Superwaiter. Por último, el Quiosquero piensa en los callos de sus pies y mira mucho donde pisa, siempre metiendo el dedo en el ojo del último que habló.

A modo de sainete, una de las últimas tertulias podría ser como sigue:

Se alza el telón. A la izquierda, la barra de un bar y, tras la barra, Superwaiter. Frente a él, Falconeti y Menospelos con sendas cañas. A la derecha hay tres mini mesas. En la primera, casi en el proscenio, el Quiosquero se sopla un plato de judías estofadas; a su derecha, Don Vito y, al fondo, el Catedrático y Bridget.

FALCONETI. (A Superwaiter). Al fin a los de Madrid no les ha quedado más remedio que reconocer que somos una nación.
SUPERWAITER. A mí me la suda. Yo soy apátrida. ¿Pero por qué sois una nación?
FALCONETI. No jodas, tío. Porque somos diferentes, fuimos un estado con leyes propias que nos quitaron y una lengua que nos prohibieron.
SUPERWAITER. Y los gitanos que son de otra raza, tienen una lengua y ni Dios sabe de donde proceden ¿también son una nación? Que lo diga el Quiosquero que es versado en el tema.
QUIOSQUERO. (Levantando la vista del plato). Según Capdeferro, Catalunya no es una nación y nunca fue un estado. Que no es una nación lo demuestra la frase del rey de Aragón en vísperas de la batalla de las Navas de Tolosa: “Celebramos que, por primera vez, se unan todos los reinos de la nación española para luchar contra el infiel”. Que nunca fue un estado es más claro aún. El conde Borrell II pidió ayuda al rey francés para echar a los moros de Tortosa y éste se la negó. Borrell dejó de pagar tributos a los francos y, desde entonces, los condes de Barcelona fueron a su aire. Pero no fue hasta el tratado de Amiens -(pensando),Amiens, Copenhague o Sebastopol ¡qué sé yo!- que Jaime I obtuvo la renuncia de Francia y para entonces Catalunya formaba parte de la Corona de Aragón. Los propios Almogávares atacaban al grito de “Aragón, Aragón, desperta ferro!
BRIDGET. Lo que yo digo. Dejando aparte a los granadinos, los catalanistas son los más rolleros del mundo.
QUIOSQUERO. Claro que todo depende de cómo se mire porque cuando Capdeferro cita a Soldevilla, refiere que el rey de Aragón se titula rey de Barcelona, rey de Cataluña o rey de Aragón según el entorno. Y en cuanto a ser independiente o no, también es discutible. Aunque hasta el tratado de Amiens el rey francés no renunció a sus derechos sobre la Marca, Cataluña no fue un estado de jure pero sí lo fue de facto.
SUPERWAITER. (Cabreado). ¡Traidor! Hay que definirse. Para ti, históricamente, Cataluña ¿es una nación o no es una nación?
QUIOSQUERO. A mí me importa un comino. Lo que considero absurdo es que se estén buscando justificaciones históricas a un término que ha ido cambiando su significado con el tiempo. Si la mayoría de los catalanes creen y sienten ser una nación pues lo son y ya está.
MENOSPELOS. Pero el gobierno les ha dado gato por liebre y sólo se menciona la nación en el preámbulo.
DON VITO. Otra chorrada. Fijaos en la ley del tabaco. Si miramos sólo el articulado, la ley es una mierda. Todo son prohibiciones y multas. Pero si leemos el preámbulo, la ley es cojonuda. Va a salvar un montón de vidas. Con el estatuto pasa lo mismo, se justifica porque Cataluña es una nación.
EL CATEDRÁTICO. Lo importante es la financiación. Yo estoy harto de que los catalanes paguemos para que extremeños y andaluces vivan como rajás sin pegar golpe (hace el gesto de tumbarse panza arriba).
BRIDGET. Lo que faltaba. Si viven tan bien ¿por qué se vienen aquí en busca de trabajo?
EL CATEDRÁTICO. Quizá no sea tanto. Pero lo que está claro es que pagaremos menos y tendremos más. Somos la comunidad que tiene más autopistas de pago.
SUPERWAITER. ¡Acémilas! El pueblo es el animal más burro que hay. ¿Todavía no te has dado cuenta de que las autopistas más caras son las que gestiona la Generalidad?
DON VITO. No seáis imbéciles. Nosotros, cuanto menos, vamos a pagar lo mismo y se va a hacer lo mismo. Lo que hace falta es que nos dejen trabajar tranquilos y ganarnos la vida decentemente. Lo que no entiendo es que no queráis que se ceda dinero a regiones más pobres y, al mismo tiempo, se proteste porque se recibe poco de la U.E.
QUIOSQUERO. Lo justo es lo justo. Lo que se pague en una comunidad es para gastarlo en esa comunidad y los más pobres que coman mierda. Claro que luego alguien dirá que los de Barcelona no tienen por qué sufragar a los agricultores de Lérida y los de la zona alta que se niegan a pagarle la escuela a los niños del Raval y que… Lo realmente justo sería que cuando hay que hacer una obra se dividiera el presupuesto entre el número de habitantes y a tanto tocamos.
DON VITO. A mí que me dejen trabajar en paz.
MENOSPELOS. Los políticos son unos chorizos.
FALCONETI. Som una naciò.
SUPERWAITER. Burros, más que burros.
BRIDGET. Los catalanes son unos…
QUIOSQUERO. Me queda el Noticiero y La Prensa.
Telón.

martes, mayo 02, 2006

La Contra

Me dirigía al banco a ingresar las cuatro pesetillas recaudadas el día anterior. Iba dándole vueltas al coco intentando averiguar cómo es posible que, después de no parar en todo día, el cajón diga al final que no se ha dado un palo agua, cuando oí decirme “Señor Quiohqueeero, ¿qué tal andás?”. Era mi nuevo amigo Eduardo Nosequé. Caluroso apretón de manos.
- ¿Dando un paseo para despeharse un poco?
- No, voy al banco.
- ¡Ah! Acá loh ehpañoleh pueden haserlo. Achá (ya le voy pillando el acento) en Uruguay no queda plata.
- ¿Uruguayo? Había pensado que era argentino.
- ¡No, por Dioh? Con loh arhentinoh no noh chevamos. Uruguay anda mal dehdel corralito. Allá ehtachó la crisih y de rebote noh vino a nosotroh. Cho cresí serca de Entre Ríoh y tengo asento entre uruguacho y argentino pero no se confunda, loh uruguachoh somoh como máh ehpañoleh.
- La crisis me pilló a mí en Buenos Aires. En 9 días que estuve allí conocí a tres presidentes. La gente estaba bastante preocupada por el futuro de sus ahorros. Pero yo creo que Argentina es rica y se rehará.
- Se ve que no conose a loh arhentinoh. Para que se haga una idea le contaré un chihtesillo muy antiguo que aclara bahtante lo que hay.
Cuando Dioh creó Arhentina le dio de todo, le dio grandeh ehtensioneh de cultivo, le dio ganado en abundansia, le dio rioh chenoh de peseh, mareh inmensoh, mineraleh... Tanto que San Hosé se le asercó y le diho: “Se te fue la mano, flaco”. Dioh le contehtó: “No te preocupeh, Hosé, ehto lo arreglo cho chenando ehta tierra de arhentinoh”. Y así fue. Loh gobernanteh arhentinoh, salvo Menen que vedió Aerolineah, son buenoh pero el pueblo no funsiona. Al contrario que uhtedes que funsionan a pesar de loh malosh gobernanteh que tienen. Verá, hay otro dicho sobre loh arhentinoh: “Argentina crese de noche aprovechando que loh arhentinos duermen”.
Nuehtro gran ehcritor, al menoh para nosotroh, Mario Benedetti lo diho bien claro y levantó la ira de loh arhentinoh: “La culpa de la crisih económica uruguacha la tienen “loh italianoh” de Entre Ríoh que sabotean la induhtria papelera uruguacha”.
Bueno, señor Quiohquero. Cha noh vemoh otro día.
Repite el apretón de manos y se aleja a buen paso como si me hubiera dedicado demasiado tiempo.