lunes, diciembre 25, 2006

Felices Fiestas

Aunque durante las fiestas navideñas el quiosco sigue abierto (excepto el 26 de diciembre y el 1 de enero) y, por tanto, generando anécdotas de todo tipo, los ajetreos típicos de estas fechas harán que nuestra contribución al blog sea menos frecuente de lo que nos gustaría. Así pues, y por si no nos vemos antes, queremos desearos una feliz navidad y una magnífica entrada de año.

2007 va a venir cargadito de novedades para todos, y Pies para quiosquero no va a ser menos. Muy pronto os explicaremos los nuevos proyectos en los que estamos embarcados, las incidencias de la cartonailla (hija menor de la cartoná que tradicionalmente llega tras las fiestas pero que este año se está adelantadno) y nuestras desventuras con editoriales, distribuidoras y personajes varios del ecosistema quiosqueril.

Disfrutad de los turrones y no os olvidéis de nosotros. Un fuerte abrazo de quiosquero, quiosquera, dalr, Salva y la troupe de amigos y simpatizantes del quiosco.

sábado, diciembre 23, 2006

El sorteo de Navidad

El 22 de diciembre es un día que siempre me ha gustado. O me había gustado. Por cualquier sitio por el que uno fuese de paseo se iba oyendo el sonsonete del sorteo de la Lotería de Navidad.
- Cuatro mil trescientooos diecisiete... Veinticinco miiil pesetas.
Ahora tiene menos gracia.
- Cuatro mil trescientooos diecisiete... Miiil euros.
Le faltan sílabas al verso. Y para colmo de males, los locutores no se callan ni debajo de agua. A mí lo que me gusta es el tostón de los Niños de San Ildefonso. Me importa un comino que en el local donde se celebra el sorteo haya un tío disfrazado de décimo o si el tercer alambre de la segunda fila va por la mitad.

Desde el quiosco el sorteo vuelve a tener su gracia.
- ¿Ha salido ya el gordo?
- No señor, todavía están metiendo las bolas en bombo.
- El tercer premio ha caído en Samarruga.
- Pues esta año tampoco va a ser pero mientras haya salud...
- ¿Ha tocado algo en el número del quiosco?
- Como no sea la pedrea...
- A mí me devuelven las pelas (aquí, durante muchos años, se seguirá hablando de pelas) en un número que compré en la tocinería.

Y así va pasando la mañana. La gente habla de la lotería pero ni cristo compra un periódico. A mediodía, cuando vuelvo de comer, en la caja no hay para pipas. Salva se prepara para hacerme el relevo delante del plato y, justo entonces, empiezan a aparecer clientes. En cinco minutos, entre un par de recargas de móvil y unas cuantas películas que andaban aburridas en el cajón, vendemos 100 €.
- Ni se te ocurra irte ahora que estamos en racha...
- Señor quiosquero que estoy doblado de hambre.
- Haz lo que quieras pero si te vas te quedas sin canasta de Navidad.
Se va, claro. Sabe que lo de la canasta es pura fantasía ¡ojalá el año que viene nos permita pagarnos una canasta aunque sea para repartirla entre los dos!

Hoy, viernes, se ha cumplido la norma: 20% más de periódicos. Para rellenar los espacios sobrantes del quiosco. Y hasta el miércoles no retirarán la devolución. Y como cada 22 de diciembre, a primera hora de la tarde sale una segunda edición de periódicos, vamos, el mismo periódico de la mañana envuelto en la Lista Provisional de Lotería. Este año me traen El Periódico en castellano y El Mundo de Catalunya. Otros 60 ejemplares para añadir a la devolución.
La caja semi vacía, los periódicos amontonados... Y como no hay dos sin tres, empieza a llover. La lluvia en Sevilla es una maravilla pero aquí, en el quiosco, es una guarrería.
Cartones dentro (la cartonaílla está empezando). Expositores de revistas mensuales dentro. Cojo el de la derecha mientras que el compañero permanece impasible pero, apenas me doy la vuelta, se me tira a traición y me muerde la pantorrilla. La agenda de Telva chapotea sobre la acera. Consigo poner a resguardo los trastos de la calle y pienso que como a alguien se le ocurra pedirme un huevo de chocolate, un mars o un snikers se come la caja entera. Tal es la cantidad de trastos que hay entre la chocolatería y yo.

No me piden chocolate, me piden la lista de la lotería. Es una chica polludita pero joven a la que acompaña, supongo, el marido que mantiene las manos en los bolsillos. El chorrillo de agua que resbala desde el paraguas está cayendo directamente sobre Investigación y Ciencia y me pongo a ayudarla para evitar el estropicio. La empujo suavemente abriéndome paso para llegar al Periódico, cojo un ejemplar y se lo extiendo. La joven intenta sacar del bolso una bolsa de plástico.
- Es que si no, se mojará
¿Y el resto de diarios y revistas son impermeables o qué?
El maromo continúa con las manos en los bolsillos mientras que la chica da tirones a la bolsa para sacarla del bolso... y se le escapa. Galleta a Historia y Vida, nuevecita, recién llegada, y El Cid se va de cabeza... al charco.
Respiro aliviado cuando los pierdo de vista. Pero ya estaba yo con el cuerpo pidiendo guerra.

- ¿Tiene la lista oficial de lotería?
- Pues no señora. Hay un par de periódicos que la llevan pero no es la oficial. Esa sale mañana.
- ¿Y ésas estarán bien? No vaya a ser que tenga un premio y luego resulte que no.
- Yo creo que sí. Antes si había errores porque los números se cogían al dictado pero ya no pasa.
- ¿Las dos listas que tienen son iguales?
- Claro, mujer.
- ¿Está usted seguro?
- No, no me ha dado tiempo de comprobarlas.
- Pues no sé que hacer.
- Se compra usted las dos. Primero mira su número en una y si tiene premio ya está. Y si no tiene, lo mira en la otra a ver si hay si hay suerte.

Me parece que no era tan boba como parecía. Se fue sin comprar ninguna.

lunes, diciembre 18, 2006

Informática y quioscos IV: CYBERPOINT

Había dado por cerrado el tema de la informática en los quioscos. Lo reabro.

Estoy entre contento y nervioso. Me explico. En mi último post sobre el tema decía que echaba en falta un comentario donde me dijeran que la nueva versión de KIOSNET estaba próxima a aparecer. Pues bien, esta mañana he recibido una llamada de personal de Cyberpoint para informarme de que, en efecto, la nueva versión o la versión mejorada del programa estará disponible a partir del 15 de enero.

En Cyberpoint están molestos con las referencias que sobre ellos hemos hecho y uno, que es dubitativo, piensa que es posible que con la tensión a que unos y otros le someten, se le haya ido la mano. Si es así, desde ya pido disculpas a Cyberpoint y espero que a finales de marzo pueda escribir un nuevo post hablando de las excelencias de la aplicación. Y digo marzo porque, habiendo sido cocinero antes que fraile, lo lógico es que la instalación real del programa se demore hasta primeros de febrero y necesitamos de un ciclo completo (un mes o mes y mefio) antes de dar una opinión contrastada.

No comento las razones que da Cyberpoint para justificar el retraso que se ha producido porque el usuario normal (el que no se ha dedicado a análisis y programación de aplicaciones) no las entendería. A mí me parecen, si no lógicas, sí posibles. Pasa en las mejores familias informáticas.

Desde aquí me pongo a disposición de Cyberpoint para cualquier ayuda que puedan necesitar. He dedicado muchos años de mi vida a fabricar programas y a “putear” los que otros han hecho para, modestia aparte, considerarme un experto en el testing de aplicaciones.

Por el momento estamos de enhorabuena con la esperanza de disponer en breve de un programa potable. Es seguro que a unos usuarios les gustará más y a otros menos pero, después de más de 1 año trabajando con él, puedo transmitir que la base del programa es correcta. Lo demás es explotación de datos.

domingo, diciembre 17, 2006

Cena de Navidad

Cada año, por estas fechas, la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Barcelona y Provincia invita a los quiosqueros asociados a una Cena de Navidad. No sé quien es el pagano pero creo que la factura se la reparten entre la propia asociación y las empresas editoras. Entre los comensales suele haber algún cargo político del Ayuntamiento y Generalidad.

El año pasado estaban, nada menos que el propio alcalde de Barcelona, Sr. Joan Clos, y la Consejera de Interior, Sra. Montserrat Tura. Cuando, el lunes siguiente, fui a tomarme mi café a Can Superwaiter, dije:
- Super, no sé si contarte lo del sábado porque creo que no me volverás a hablar.
- Cuenta, cuenta..
- Estuve cenando con Clos y la Tura.
- ¿Y no los mataste?
- No tuve güevos.
- ¡Cobarde! Y eso sabiendo que yo iría cada día a la cárcel a llevarte un bocata de los míos.

La cena de este año no ha dado para bromas. Se celebró en el hotel Arts y fue humilde. Quiero decir, sin parafernalia. Pero las intervenciones, breves, de los invitados con derecho a voz fueron sustanciosas. Anotamos las ideas y datos que nos parecieron más interesantes.

Pedro Collado, presidente de la asociación.
- El 20% de los quioscos de Barcelona han cerrado.
- Propuesta de creación de una mesa conjunta asociación-ayuntamiento para tratar de resolver lo que se nos viene encima.
- Reducción del canon del ayuntamiento.
- Si hasta ahora en los quioscos se venden periódicos y revistas “más otras cosas”, en un futuro próximo se venderán “otras cosas” más periódicos y revistas.
- En caso de no obtener resultados, la asociación tiene alternativas.

Lluis Franco i Sala, presidente del Tribunal Catalán de Defensa de la Competencia.
- Si se pretende un mejor modelo de ciudad, el quiosco es un punto clave para la obtención de esta mejora.
- El Tribunal apoyará las denuncias contra competencia desleal. Hasta ahora, el 15% de las denuncias que llegan al tribunal son por causa de “distribución”.
- Mensaje: “Continúen en su línea y saldremos adelante. Continúen trabajando con la misma alegría”.

Carles Martí Jofresa, Regidor de Cultura.
- Compromiso firme de que, si los quioscos están en situación de crisis, se sentarán en la mesa propuesta para buscar soluciones.

Joan Manuel Tresserras, Conseller de Cultura.
- Los quioscos están en crisis.
- Compromiso de ayuda. Los cambios en comunicación no han hecho más que empezar. La Generalitat ayudará pero los quiosqueros han de cambiar y adaptarse a las nuevas circunstancias.
- El quiosco es una pieza clave del ecosistema de la circulación de la comunicación y la información. El Estado no se puede permitir el lujo de que a los quioscos les vaya mal.
- Haremos la mesa. Crisis, sí. Pero haremos cosas.


Breve comentario

· Las palabras del Sr. Collado creo haberlas oído con anterioridad. Falta saber cuál es la carta que la asociación esconde en la bocamanga. Sobre la reducción del canon del ayuntamiento pienso que no se ha de solicitar la reducción sino su eliminación. Próximamente explicaremos por qué.
· Faltaría más que el Tribunal de Defensa de la Competencia no actuase sobre la competencia desleal. Preguntas tontas: ¿Está claro qué se entiende por competencia desleal? Y si hay competencia desleal ¿a qué esperan para actuar?
· Las palabras del Sr. Martí son copia exacta a las que el año pasado pronunción el alcalde Clos. Que yo sepa no se ha hecho nada.
· El conseller de cultura es Doctor en Ciencias de la Información y Catedrático de Comunicación de la Universidad Autónoma de Bellaterra. Además de su relevancia política atesora méritos probados de competencia y esa es la sensación que transmitió. Saber, sabe. Querer, dijo que quiere. ¿Podrá el Sr. Tresserras?.
Tras su intervención, oí un comentario en una mesa cercana: “Estos lo que quieren es que pongamos ordenador”.
Está claro que los quiosqueros hemos de cambiar.

jueves, diciembre 14, 2006

SGEL ¡Olé tus cojones!

Cualquier quiosquero de Barcelona definirá a SGEL como el coco de las distribuidoras. SGEL es la que devuelve Tiro Liro porque todos los números, pasados por el lector de código de barras, aparecen cono 129, la que rechaza las reclamaciones porque su báscula dice que el paquete dio el peso correcto, o un paquete que no llegó lo cobran igualmente porque su repartidor afirma haber hecho bien todas las entregas.

Hoy he recibido el rehúse de la devolución de 3 ejemplares de la revista ARCHITECTURAL DIGEST, nada menos que del número correspondiente a diciembre de 2006.

Ilustro.


martes, diciembre 12, 2006

Informática y quioscos III: DISTRIBARNA

Perteneciendo Cyberpont y Distribarna al grupo Logista era presumible esperar que fuesen los albaranes y facturas de esta última los que tuviesen un tratamiento idóneo. Y parecer ser que esa ha sido la intención. Los resultados demuestran lo contrario ya que los problemas más graves los tenemos precisamente con Distribarna.

No hace falta entrar en muchas profundidades para hacerse una idea del desastre que, entre Distribarna y KIOSNET, nos pueden armar.

Descarga de albaranes

Cada mañana, cuando llego al quiosco, el primer trabajo que hago en el ordenador es descargar los albaranes que ese día me entregará Distribarna. Cuestión de 20 o 30 segundos. Pero ¡ay si, por ejemplo, ya me está esperando el Ejecutivo! Lo normal es que, después de atenderlo, olvide bajar los albaranes. Cuando me dé cuenta del olvido, seleccionaré al opción “Descarga albaranes Grupo Logista” y me pondré a rezar para que no aparezca ningún cliente porque, si trato de registrar una venta, el ordenador se bloqueará. Hasta 25 minutos he tardado en bajar albaranes. Y si no registro la venta, los 4 o 5 minutos no hay quien me los quite. Da la sensación de que a la base de datos no le gusta mucho que le toquen las mandonguillas. (Rectificación: lo que cuento era verdad al empezar a escribir este post; desde hace unos días, aunque la “descarga” sea la primera faena ejecutada, el proceso no tarda menos de 10 minutos; debe ser por el frío).
Después aparece el repartidor con los paquetes ¿previstos? Si los albaranes llegasen en la misma fecha que en ellos figura es posible que no hubiese problemas. No es así. En bastantes ocasiones las fechas no coinciden y uno nunca sabe si lo que dice el ordenador coincide con la realidad. Al principio me inventé un artículo que denominé ALBARÁN RECIBIDO que, iluso, pensé me serviría de control. Descubrí que, en el momento de descargar nuevos albaranes, el programa detectaba diferencias y lo actualizaba cargándose, cómo no, la marca introducida. Ahora lo hago diferente. Utilizo el campo de ALBARÁN RECLAMADO y parece que la cosa va mejor.

Alta y mantenimiento de artículos

¡Maravilloso! Sin que el quiosquero tenga que hacer nada, el programa se encarga de actualizar la base de artículos. Pocos problemas salvo que la distribuidora haya decidido cambiar el título a una colección o el usuario tenga necesidad de hacer una modificación individual.
Cuando intentamos hacer una modificación, nos saldrá el error “Faltan datos”. Y es verdad: el artículo no estará asignado a una familia o le faltará la periodicidad. Los nuevos artículos vienen todos asignados a la familia “revistas” y periodicidad “semanal, pero de vez en cuando se cuela alguno con el campo vacío.
Una de las colecciones de la pasada cartoná era “Biblioteca Narnia”. Días después de la aparición del número 7, me pidieron un determinado número. “Acceso al buscador”. Biblioteca Narnia: nada. Bib. Narnia: nada. Crónicas de Narnia: nada. Narnia, ¡coño!: tampoco. Las Crónicas de Narnia se cuentan en 7 libros. Cuando llegó el octavo envío, el título se convirtió en “BBTCA. FANTÁSTICA JUVENIL”.
La perla que se lleva el primer premio es el destrozo de artículos con doble IVA, es decir, nada menos que casi todas las colecciones de la cartoná. La primera vez que la colección aparece, cuando su precio es de 1 €, funciona. Las subsiguientes entradas machacan el tratamiento de doble IVA y al vender sólo cuenta el precio de la revistilla que acompaña al coleccionable. Si el quiosquero se da cuenta, se caga en la madre que parió a Paneque, cobra lo que tiene que cobrar y ya lo arreglará. Pero si no es así, en un solo día, puede perder hasta la manilla de la faja. El caso más escandaloso es el de “Relojes de cuerda plata” que, en una sola venta, tira por la borda algo así como 14 €.

Albaranes

• Colecciones. El código de barras de un ejemplar está compuesto por dos campos: el código de la colección propiamente dicha (EAN13) y el número de entrega, de 5 dígitos. La función de cada uno es clara. Pero como cada año se repiten, más o menos, las mismas colecciones, la entrega número 1, que el año pasado apareció como 00001, este año aparecerá como 10001. Distribarna, sin embargo, enviará un albarán con el número 00001. Consecuencia: al intentar vender el número 10001, el ordenador dirá que “el número no es correlativo al último registrado” y, a partir de ahí, mejor no entrar en detalles porque pueden herir la sensibilidad del lector.
• Revistas en general. De vez en cuando (traducción: “a menudo”), al registrar una venta nos aparece el mensaje “código de barras inexistente”. ¡Anda ya! ¿Cómo no va a existir si es de un albarán que he descargado esta mañana? Y repites: “pi, código de barras inexistente”.
Dos motivos detectados:
a) El ejemplar concreto de esta revista viene con un código de barras distinto y Distribarna ha mandado el de siempre.
b) El ejemplar viene con el código de barras de siempre y Distribarna lo ha ¿tecleado? Mal.
• Revistas con el mismo código. No se me ocurre la razón que haga lógica esta circunstancia pero pasa. Seguramente difieren en el código de tirada (00001/10001) en cuyo caso estaremos en el ejemplo de coleccionables. El quiosquero vende MARVEL RAMPAGE X/6005 y el ordenador actuará sobre MARVEL RAMPAGE Y/00005 que, impepinablemente, será más barata.

Hay un montón más de pequeños detalles mejorables y errores tontos, pero lo expuesto es lo que más toca las narices. Yendo de un extremo a otro, las causas de tanta incongruencia van desde la mala fe hasta la inutilidad. Personalmente prefiero que sea la primera porque contra la mala fe uno puede intentar luchar pero contra la inutilidad no hay defensa posible.

Elucubraciones

No conozco los criterios en que se basa Google a la hora de ordenar la información de los resultados de una búsqueda pero hace tan sólo unas semanas, al buscar “kiosnet” aparecía la página de CONADIPE en primer lugar y la de “Logista” en segundo. “Pies para quiosquero” empezó a asomar las narices por la cola de la lista y fue escalando posiciones hasta coocarse justo después de Legista. Después de publicar KIOSNET, “Pies para quiosquero” se ha colocado tras CONADIPE. Durante días he esperado un comentario que dijese algo así como: “Quiosquero está equivocado. La versión X.Y funciona de puta madre” o “En breve aparecerá la versión X.Y que soluciona las incidencias denunciadas por Quiosquero”. Que si quieres arroz, Catalina. ¿Qué se puede esperar de una empresa de microinformática cuya página web no ha sido actualizada desde abril de 2005?

miércoles, diciembre 06, 2006

VENDIENDO BAJO LA LLUVIA

¡Cuánta falta nos hacía la lluvia! pero puestos a hacerse esperar, tendría que haber dejado pasar el puente de la "Consti". Vaya, digo yo! pero nada, esta mañana el agua caía sin compasión mientras quiosquero y yo, tratando de mojarnos lo menos posible, montábamos el chiringuito. Una vez ha estado el toldo echado, los periódicos contados y colocados y las revista en su espacio habitual, el agua seguía cayendo con la misma fuerza que antes.
Quiosquero que, a pesar de gustarle la gente bastante más que a mí, tiene menos paciencia con ella, siempre acaba intentando convencerme de que hay muchos a quines les encanta tocar las narices por el simple hecho de tocarlas. Vaya: así sin más. Yo trato de disuadirle en su empeño de ver mala fe en donde posiblemente no haya más que despiste pero no hay manera; en cuanto puede, me suelta aquello de "¿Ves? ahora también dirás que es porque la gente va a lo suyo y no se fija..." Esta mañana, sin ir más lejos, me ha echado una filípica porque he ayudado amablemente a millonetis a poner el periódico en una bolsa de plástico para que no se le mojara mientras él, con su enorme paraguas, empapaba sin piedad el resto. No ha habido forma de convencer a quiosquero de que el sujeto en cuestión posiblemente no se estaba dando cuenta de lo que hacía.
No habría pasado una hora del incidente cuando, estando quiosquero tomando un café con dalr (que acababa de abandonar el lecho y de llegar mojado cual patito, con cara de sueño y sin desayunar), se ha acercado un amable viejecito a tomar un periódico con su temblorosa mano mientras chorreaba a saco los montones de diarios con un paraguas que sostenía con la otra. Al ver el desastre, he salido cual loca y ,con una gran sonrisa, le he dicho: "tranquilo, no se preocupe que ya se lo doy yo". El hombre se ha incorporado y, sin dejar de mojar, me ha dicho: va a tener que poner Vd. un plástico encima de los periódicos porque SE LE están mojando. Yo no sabía si echarme a reir o fulminarlo. Por fin, siguiendo con la sonrisa, y echando una pícara mirada a su paraguas, le he dicho "bueno, el toldo tapa con creces la prensa. A lo que deberíamos poner un plástico tendría que ser a los paraguas de los parroquianos. Están ya todos los periódicos que se pueden escurrir". Se ha quedado perplejo, ha mirado hacia arriba y se ha apresurado a cerrar el paraguas sin más comentarios.

martes, diciembre 05, 2006

¡MANDA GÜEVOS!

A finales de septiembre me caducó el permiso de venta de tabaco con recargo. Antes de que me pudieran coger en falso envié la nueva solicitud previo ingreso en el Banco Santander Hispano de la cantidad de 199,07 €. Hablando en plata: el beneficio de la venta de los próximos 1327 paquetes de tabaco.

Hoy recibo una carta del Ministerio de Economía y Hacienda, que reproduzco y me abstengo de comentar. Los lectores deducirán la capacidad de aquellos que nos administran.

lunes, diciembre 04, 2006

Sábado, sabadete...

A primeros de año los Reyes Magos me trajeron un móvil chupipiruli. Cámara digital con posibilidad de filmación, blutuz, 14 jeugos, tropecientas melodías polifónicas, tribanda, marcación por voz… Hasta servía como teléfono.
Una mañana de abril lo encontré apagado. Pulsar ON.
- Introduzca pin.
- ****
- ¿Cómo estás?
Pulsé el botón “De P.M. La pantallita se apagó, volvió a encenderse, hizo unas cuantas cosas raras y…
- ¿Cómo estás?
- De P.M.
Igualito. Y así hasta que me harté y pulsé el botón “”Vete a freír espárragos”. Estuvo 15 días en la UVI. Cuando me lo devolvieron, lo cargué (venía seco) y empezó con la misma martingala.
- Introduzca pin.
- ****
- ¿Cómo estás?
Mosqueado, esta vez le contesté con un “Bien” a secas.
Pantalla que se apaga, pantalla que se enciende y vuelve a entrar en un bucle. Ahora me mandaron al servicio técnico. Le cambiaron la batería. Funcionaba. Sólo que antes la carga me duraba dos o tres días y ahora a las dos o tres horas ya estaba agotada. No habían pasado cinco días cuando volvió a las andadas. Fui otra vez al servicio técnico y el chico que me atendió le cambió el software. Sin resultado. “Cosa de la placa –me dijo-. Hay que mandarlo a Madrid”.

A mediados de agosto volvía a disponer de móvil. A primeros de septiembre volvió a las andadas. Total que invertí 45 € y me compré uno que sólo valía para llamar y recibir llamadas. Eso sí, dispone de reloj digital y despertador oral, es decir, que hay una señora o señorita que cada mañana me recuerda que tengo que ir al quiosco.

Sábado 2 de diciembre

- Son las… cinco… horas y… cincuenta… minutos. Es hora de despertarse.
Con suavidad, fuéramos a leches, pulso el botón “Un ratito más” y acurruco. No he acabado de dar la vuelta y…
- Son las… seis… en punto. Es hora de despertarse.
Me enchufo el cohete y salgo zumbando camino del cuarto de baño. Meada de 5 minutos para neutralizar los efectos del Seguril, afeitado, cepillado, un par de “garfás” de agua en los ojos, masaje de pelos a mano llena y arreando a la cocina. Naranja, rebanada de plumcaque alemán, café y a recoger los arreos para salir pitando. Los sábados Quiosquera me acompaña a abrir. Cuando entro en la habitación oigo la ducha al otro lado del pasillo. No sé que cara pongo al asomarme pero me la imagino.
- Ve tú delante –dice Quiosquera-. Yo voy enseguida.

Camino del quiosco voy pensando en el Yo Dona que ya me habrán chorizado y, como voy un poco tarde, en el esturreo de periódicos que encontraré. Los chorizos, encima de que joden, también dan trabajo. Llego a las 7 y 5. No hay un puñetero periódico y con calma empiezo el montaje.
- La Vanguardia, por favor.
- Todavía no ha llegado.
- ¿Y aquel paquete?
- Son de ayer pero si quiere una…

Quiosquera llega sobre las 7 y media y, 20 minutos después, Logística y Marina con su carga. Los paquetes se amontonan y en nuestro intento de colocarlos rápido lo que hacemos es estorbarnos. A las 8 y 20 nos hemos aclarado. Yo voy ya acelerado y Quiosquera me manda a Villabragas para que me hagan una transfusión de café. No es que el café me aplaque los nervios pero 5 minutillos de cháchara con la valdepeñera me sientan bien.

Mientras bajo el escaloncillo del quiosco aparece Xavi de Barbón. Se ha suscrito al Punt y quiere recogerlo en este quiosco. Café pospuesto. Hay que hacer el trámite.
Esta vez llego hasta la calle. Ante las revistas del corazón se para un fulano que mete la cabeza entre el Sie7e e Interviú. Parece que es corto de vista y desde lejos no ve bien las tetas de las portadas. Error. Agarra Qué me dices.
- ¿Cuantovaleesto? –pregunta con sonrisa entre bonachona y picaruela-.
- Uno veinte.
- Me ponga también El Periódico.
- ¿Castellano o catalán?
- ¡Catellanooó!
Quiosquera no es curiosa pero le gusta saber.
- ¿De dónde es usted?
- Maño, señora. Y me ponga también dos papeletas de lotería. Mi padre era minero en el pueblo –si la Gallega habla a velocidad de bmeuve, éste va en Ferrari pero en el de Chumaquer- y mis hermanos y yo cuidábamos de los animales: gallinas, conejos, cerdos… pa comer porque los corderos los vendíamos pa poder manejar unas pesetillas. Cuando cumplí 14 años dijo mi padre “¡Mecagondiós! La mina está cada día peor y no quiero más mineros en la familia, así que haces el petate y te largas”. Y me mandó a Cataluña. ¡33 años llevo aquí! Ganaba 35 pesetas, bueno, el sueldo era de 50 pesetas al día pero yo estaba aprendiendo ¡mecagonlaleche! Que cuando parábamos a las 10 para almorzar ya llevaba una jornada de trabajo. En Matadepera entraba a las 4. Y por la tarde todavía me queaba otra jornada porque había que matar los animales ¡si habré matao yo cochinos y corderos…! 110 horas a la semana trabajaba. Los domingos también porque venían a comprar carne esos que van pol monte: a 110 pesetas la sin güeso y 35 la más malica. Un año estuve con 38 y 39 de fiebre y me daban pastillas por un tubo. Digo yo queso no podía ser “infeción”. Con la cantidad de “medecinas” que tomaba se m’habría quitao. Tenía que ser un bicho. Me fui pal pueblo y mi padre me mandó al boticario que sabía más que un médico y llegué a mi casa con una talega de pastillas que cuando mi padre las vio dijo “¡Cagonlaleche, mecagondiós! Si con esas pastillas tenemos para curar a tos los cerdos”. Y semborrachó. Pascribir un libro tengo yo, señora.

Nuevos clientes requieren nuestra atención. Mientras el maño hojea la revista y el periódico.
- ¡Ridiez la Pantoja! ¡Mire que ir a arrejuntarse con el Julián ese questá en la cárcel! Y eso que la tía me gusta. Y anda que lo dice éste… Que no hay prisa pa arreglar la Constitución. Lo que pasa es que si larreglan el Felipe pierde sus derechos y entonces nos tocal Marichalar que menúo es. El rey es el que tiene que hacerse cargo que pa eso le pagamos. Pa quejerza la autoridad. Un puñetazo encima la mesa y aquí s’hace esto porque lo digo yo que soy el que manda. Y que ponga orden.

Se ha agrupado mucha gente y yo tengo un oído en lo que dice el maño y el otro a lo que caiga. Pero el hombre se da cuenta de que la audiencia ha bajado y le van a cerrar el programa.
- Condiós, señores. Quel libro lo van a escribir ustyedes con lo que les he contao.

Ahora si puedo ir a inyectarme el café por vía intravenosa pero lo hubiera cambiado por otra media de monólogo.