lunes, julio 30, 2007

Necesitamos ayuda urgente

Queridos amigos que nos leéis. Queremos aprovechar los recursos de Internet para llegar al máximo de personas que podamos.

Sergio, un amigo de la infancia de Dalr (e hijo de unos de nuestros mejores amigos), que actualmente tiene 32 años, necesita urgentemente un trasplante de médula ósea. Su organismo no ha respondido al autotrasplante que le acaban de practicar y necesita ser trasplantado, esta vez, de algún donante compatible para vencer la leucemia. En estos momentos, en el Registro, no hay ninguno compatible y el tiempo se le echa encima.

No importa en qué ciudad viváis. Todas aquellas personas en edades comprendidas entre los 18 y 56 años podéis inscribiros en el Registro de Donantes Voluntarios de Médula Ósea (REDMO) a través de la Fundación Internacional Josep Carreras.

Podéis solicitar información a través del teléfono 93414.55.66 y también consultar la web
http://www.fcarreras.es/
En ella encontraréis respuesta a todo cuanto queráis saber sobre el tema.

Gracias a todos.

Un saludo,

Quiosquera

jueves, julio 12, 2007

Romance del quiosquero solitario

Tras un año de compaña,
desde aquel bendito día
en que Salva apareció
para hacerme compañía
no había vuelvo a quedar solo
frente a tanta estantería
de diarios y revistas,
de cromos y chucherías,
de chicles y caramelos
y otras muchas porquerías,
sin pensar en los paquetes
que olvidados los tenía,
lejos de devoluciones
que era él quien las hacía.
Y a vivir de puta madre
acostumbrado me había.

¡Ay, Salva, quien estuviera
como tú, de romería,
disfrutando de un descanso
por dejar la soltería,
que bien maridado estoy
mas por holgar, repetía!

Solo cual la una estoy
al despuntar la mañana
que no pusieron las calles
cuando bajé de la cama
ni apagaron los faroles
que alumbran de mala gana,
capoteando a los clientes
que aún se nota en su cara
la mala leche que llevan
por salir de madrugada.
Soportando por la tarde
el calor en mi cabaña,
viendo pasar a las gentes
que me compran la Ragazza
porque regala un bikini
que van a usar en la playa
o que se llevan el Telva
con sus zapatillas planas.
Gritando a pleno pulmón
y con envidia harto insana
“Qué lentas pasan las horas,
cuán larga es una semana”.

¡Ay, Salva, quien estuviera
como tú, de romería,
disfrutando de un descanso
por dejar la soltería,
que bien maridado estoy
mas por holgar, repetía!

Anónimo
. . . . . . .

Y aquí se acabó el carbón
que, estando hasta las narices
de revistas y cartón,
me largo de vacaciones.

¡Cómo que no rima!

* * * * * * * *

ROMANCE DE CIEGO

(Un ciego con su ayudante, en medio de Las Ramblas, un día cualquiera…)

Acérquense vuesas mercedes
Acérquense, que no muerdo
Apiádense de este tierno puer
Atiendan aqueste pobre ciego.
Que las mía madre murió de pobre
Que el suyo padre no lo recuerdo
Que soy ciego por vocación
Si no, que ya mesmo yazca mueeeeeeeeeeeeeeeerto.

(Pausa expectante. Silencio teatral. Nadie la espicha. El ciego sigue)

De los caminos traigo el relato
De los prados, de los montes, de los puertos
De palabras de olvidados hommes
De mulleres de muy vivo recuerdo
Historia les habré de contar
Y mentir a ustedes no puedo
Que yo d’aquesto les doy cristiana fé
Del romance de la quiosquera y el quiosqueeeeeero
Hermoso y apuesto hidalgo
Brillante y sagaz mancebo
De aquellos que facen cantigas
De aquellos que recitan versos
A bella e inteligente mujer
Cortejó con mucho acierto
Y en el pasando los años
Ya el amor fizo el reeeeeesto
De sus amores al mundo vino
Un retoño lleno de salero
Que alegra a su madre de dia
Y a su padre le estropea el sueño
Listo y espabilado sale el muchacho
Y de estudiar es todo un ejemplo
Y por mor, de dormir poco gusta
Como bien muestra su gran ajetreeeeeeo
Con máquinas que carga el diablo
Perjeñó de su vida el comienzo
Mas por más que traballara
No dióle feliz fin a su esfuerzo
-¿Mas ahora que me espera?
¿Y que haré ahora yo sin unos y ceros?
¿Adonde habré yo de ir?
¿Cómo me ganaré el susteeeeeento?
Pero el destino divino le fijo
A venta de prensa, libros y tebeos
Fascículos, chicles y manuscritos
Y mucha revista de chimorreos
De allende los mares vino
Trigueño personaje, sus manos blandiendo
Por Salva atendía de nombre
Y ánimo daba como por cieeeeeentos
Por fin ya tenemos la familia,
A este buen grupo ya tenemos
Luchando con editoriales
Que de torpes tiene los más ejemplos
Que de sumar no han de saber
Y de devoluciones se dicen exentos
Y que a esta pobre mesnada
No les da más que escarmieeeeeentos
Y les digo a vuesas mercedes
Y que lo tengan por cierto
Que de tantas veces tirarle o caerse
Ya muy bien conoce al suelo
Y cayeron todos a uno
Y todos ellos quedaron enteros
Pues otros que alli bajaron
Con lo puesto y la caida perecieron
Y que no es sitio donde humillarse
Sino para coger resuello
Y levantarse y blasfemar
Dirigiendose las más veces al cieeeeeelo
Quien conoce a Salva o Dalr
Quien conozca al buen Quiosquero
Quien suspire por la Quiosquera
Que afirme sin ser traicionero
Que ante nada se amilanaron
Que por nada se rindieron
Que todos crearon la leyenda
De la quiosquera y el quiosqueeeeeero
Si ustedes no lo ven claro
Mucho menos lo ve el ciego
Pero llevense este DVD
Que se lo dejo a 2 euros
Que está en formato AVI
Que está en perfecto estereo
Que lleva subtítulos en catalán
Que ya sólo me quedan los reeeeeestos....

(Llegan los municipales, y les levantan la mercancía creyendo que son del Top-Manta)

Kutuklú de Quevedo y Villegas

miércoles, julio 11, 2007

Revistas del corazón


martes, julio 10, 2007

Sin perdón

Ayer fue un día grande en el quiosco. Como ya habíamos anticipado, Salva se casó. Pero el día empezó mal; tal como si me hubiera levantado con el pie izquierdo, pie que, por cierto, es el que primero bajo cada mañana dado que ocupo esa zona en la máquina de dormir.

Cuando Quiosquera y yo llegamos al trabajo con apenas tres horas de sueño, SGEL ya había pasado y se me quedó la devolución en el almacén. Montaje rápido porque luego había que recoger deprisa.

El primer susto, a las 7 de la mañana. A esa hora se presentó Salva: serio y muy bien afeitadito. Reconozco que me asusté. Tres meses intentando convencerlo, sin conseguirlo, de que eso del matrimonio era muy malo para la salud y a última hora el tío se raja. Pero no. Venía a tomarse conmigo y con Superwaiter su café de despedida de soltero. Esta vez, normal y con azúcar. Nada de mariconadas americanas con sacarina.
Concluido el acto, lo mandé ipso facto con Lupita no fuéramos a tonterías.

Y desde ahí, todos los elementos se volvieron en nuestra contra. Se pueden poner mil excusas pero ninguna válida.

· Que Quiosquera dejase para el último momento la tarea de ponerse guapa.
· Que el peluquero se esmerase en su labor.
· Que Quiosquero, en su avaricia, estuviese vendiendo periódicos hasta última hora.
· Que me fallase la maquinilla de afeitar.
· Que se me hubiese acabado el jabón.
· Que me tuviera que afeitar en seco
· Que, que, que…

Llegué tarde. Cuando nosotros entrábamos, ellos salían. Salva se casó sin compadre y encima me pidió disculpas por no haber esperado más tiempo. Como si las cosas del casar admitieran demora.

El resto fue de maravilla. Compartimos la tarde con una familia estupenda. Humilde pero inmensamente rica en hospitalidad y simpatía. Y esta mañana no termino de recibir parabienes de la inmensa mayoría de los clientes. Primero me preguntan quién se casó ayer. Al cerrar pusimos el cartel “NOS ESTAMOS CASANDO” y muchos no saben si se casaban Salva y Lupita, si nos recasábamos Quiosquera y yo o si, en definitiva, habíamos celebrado la boda de Salva y Quiosquero. En cualquier caso no hay nadie que, después de ver la foto (casi póster) que he colocado junto al expositor de chicles, no me transmita sus deseos de felicidad para la pareja.

De sonetos y otros ripios

No sé quién ha empezado pero mis comentaristas habituales la han emprendido con la literatura. No me queda más remedio que dedicar un post al tema recopilando parte de lo publicado.

Ripio para Dalr:
¿Por qué mientes
descaradamente,
con ese rollo del olvido
de los clientes?...
Que sé yo de muy buena fuente
que lo que valora la gente
y eso Salva lo tiene bien presente
es un trato amable y eficiente...
Don Juan Manuel

Norma
Fallo imperdonable ha sido
haber tenido tal descuido.
Voy a ver si soy capaz
de tan tremendo fallo arreglar.
Conozco a una quiosquera
que es mismamente la pera.
Situada está entre el quiosquero
y ese D@lr pelín puñetero.
Para ella este ripio va
confiando en que le gustará.
Para haberlo hecho en un plisplás
no ha quedado del todo mal...
(Y hablando de ripios y versos,
a ver cuándo D@lr te enseña "eso")
Don Juan Manuel


Tu literaria faceta
Juan Manuel, no conocía
pero no cantes victoria,
que ya, pasada la euforia,
vas a conocer la mía.
Porque en esto del rimar,
y sin querer ser pedante,
te diré sin vacilar,
que pronto vas a flipar
con mi verbo desbordante.
¿A que tú no te esperabas,
descubrir de sopetón,
que esta quiosquera discreta,
tenga el alma de poeta,
tras su gran caparazón?
Quiosquera de Castro

De tener un blog la mar de atractivo
enorme fama tiene este quiosquero;
un blog para leérselo entero,
un blog del que hace tiempo estoy cautivo.
Y en él escriben unos personajes
que unas historias cuentan increíbles
historias en las que son compatibles
la vida, el humor y los paisajes.
Muy de cerca le sigue la quiosquera,
y no le permite pasarse un pelo;
que a la mínima va y le reconviene.
Y cuidado que detrás de ellos viene
un tercero; un tal D@lr “maquiavelo”,
con el que ya está la plantilla entera.
Don Juan Manuel

Me place ver que Pies para quiosquero
se llena de flamante poesía,
y debo agradecer la cortesía
de tal exhibición de arte bloguero.
No es poca la emoción de este granjero
hallar, al regresar de un arduo día,
la casa rebosante de alegría
y tan alborotado el gallinero.
Y dejo el blog así a vuestro cuidado
pues sé que mis lectores no son mudos.
De noche leeré vuestros saludos
y todo cuanto me hayáis comentado.
Feliz de conoceros, relajado.
Gracias por tanto honor. Sois cojonudos.
Dalr de Cevantes Saavedra

Hoy he amanecido más contento
cuando he visto que en el blog aparecen
algunos comentarios que parecen
escritos con muchísimo talento…
Sabía yo y convencido estaba
de las muchísimas habilidades
de este grupo de personalidades.
De ninguna manera lo dudaba.
Así que, amigos; aquí lanzo el reto:
a ver cuántos dispuestos estarán
a escribir sus posts en verso prieto.
Los lectores del blog se pensarán
al acabar este final terceto
que me he vuelto loco. Ellos sabrán
Don Juan Manuel

Me reta Juan Manuel a hacer poesía
y nunca rechazara ningún reto
que si logro acabar este soneto
habré entrado de lleno en la porfía.
Aunque téngale a esta estrofa asaz manía
por la rima del último terceto
entro al trapo, confieso que muy inquieto,
por hacer más corta esta agonía.
Consciente que me juego hasta el bigote
aceptando este envite cicatero,
espero el verbo fácil que me brote.
Al escribir, ufano saco pecho
que empezando a contar desde el primero
si son catorce aquí, es que está hecho.
Y concluyo, toma ya, con estrambote
Quiosquero de Vega y Carpio

(Cronometración:
226 diarios,
133 revistas
cromos y mecheros, varios.
Record Guiness a la vista.)

Quién pone calles y canta al gallo,
Quién despierta a los despertadores
Quién se enfrenta y ríe de sus dolores
Sea noviembre, sea abril o sea mayo
Quién al alba no se pega a manta
Quién reinicia al odiado lumbago
Quién creó negocio en día aciago
Quién mientras se ducha un aria espanta
Quién vende chicles y no tabaco
Quién nunca ejerce de lastimero
Quién no conoce un mal atraco
Quién no cambia amigos por dinero
Quién será tamaño pajarraco
Quién carajo va a ser:¡El quiosquero!
Kutuklú de Quevedo y Villegas

Asombrado estoy y decirlo quiero
ante tal demostración de talento.
Asombrado y perplejo, sí, me siento
Al leer el blog “Pies para quiosquero”
Y no es que me sorprenda tal proclama
de ingenio, habilidad e inspiración,
que, con una mano en el corazón,
os digo que esperaba tal derrama.
De Quiosquero, de D@lr y de Quiosquera
su aptitud para el verso conocía;
no es sorpresa; de ninguna manera.
Pero ahora vemos cómo cada día
nuevos versos llenan la web entera.
Que eso iba a pasar yo ya lo sabía.
Don Juan Manuel

PARA SALVA Y LUPITA CON CARIÑO
Lupita y Salva ya se han dado el sí
y ya son por fin mujer y marido.
Los amigos del blog hemos vivido
esta historia de amor y frenesí.
Y desde aquí queremos enviaros
nuestra felicitación más sincera.
Sabemos que el quiosquero y la quiosquera
serán un buen espejo en que miraros.
Con ese ejemplo próximo y cercano
alimentar sabréis en vuestra vida
el amor, el cariño y la ternura;
esos valores que harán menos dura
la apuesta de una vida compartida
que andaréis, juntos, sí, y de la mano.
Don Juan Manuel

viernes, julio 06, 2007

Rompetechos


Rompetechos, de nombre artístico Llavés, Llabés o como se diga o escriba, es un profesional del vidrio, es decir, vende gafas. Es otro de esos muchos catalanes que se pasan el tópico por el forrillo: desenfadado, generalmente de buen humor y que ataca con saña a este quiosquero. Llega siempre en pie de guerra y mantenemos luchas dialécticas inútiles e intrascendentes en las que ambos intentamos decir la última chorrada carente de sentido pero adecuada. Y confieso que me cuesta llevarme el gato agua aunque, al final, a veces lo consigo ya sea por geografía educacional o porque tengo más años de experiencia en estas lides.

Rompetechos es suscriptor de La Vanguardia, suscripción que tiene domiciliada en este quiosco, y en mis inicios tuvimos algún problemilla. Lo normal: un día se le olvida recogerla, yo me olvido de que no la ha recogido y la devuelvo con lo cual cobro su euro dos veces. Es obvio que, dado el caso, lo recompenso y le regalo, por ejemplo, el País. Pero de ahí vino que tomásemos la costumbre de retirar cada mañana su Vanguardia y marcarla con el nombre del susodicho suscriptor que, dicho sea de paso, es lo que deberíamos hacer con todas las suscripciones pero cada vez que lo intentamos hemos fracasado porque la gente está acostumbrada a coger su suscripción y decirte adiós con el pañuelo.

El caso es que los sábados no me acuerdo nunca de firmar La Vanguardia de Rompetechos y, cuando viene a recogerla, aprovecha la circunstancia para desenterrar el hacha de guerra y atacar desaforadamente. Con grandes muestras de enfado, le arranco el diario de las manos y lo firmo: “Ya ves”. Y se va tan contento.

- Mira que eres borrico –me dice Quiosquera- ¿Cómo es que pones “Ya ves” si el hombre se llama Llavés?
- ¡Ah! Pensaba que era un apodo que le venía de su oficio. Como cada vez que vende unas gafas le dice al cliente “A que ahora “ya ves” mejor…”

martes, julio 03, 2007

Xenofobia y racismo

Siempre presumí de no ser racista y de ser muy poco xenófobo. Entre mis amigos ha habido gitanos, indios (el Cholo, peruano, ofrecía un menú 3 ptas más barato que los comedores universitarios), árabes y hasta un japonés, Matsumoto, que se cabreaba bastante cuando lo llamábamos chino.
Y, si en alguna ocasión he tenido un arranque racista, me lo he aguantado porque el negro, chino, moro o lo que fuese no tenía culpa alguna del color de su piel.
Pero con el tiempo estoy empezando a cambiar. La culpa la tiene Salva.

Cuando me hice cargo del quiosco la gente me piropeaba en base a que conmigo tenían un quiosquero amable, campechano, sonriente y, que de vez en cuando, se permitía tener su chispa de humor. Cierto es que perdí algún cliente por intentar educarlo pero también es verdad que, por la misma razón, gané otros. Cuando Salva se incorporó, unos cuantos dejaron de venir o sólo venían si estaba yo. Incluso me aconsejaban que tuviera ojo porque “con esta gente nunca se sabe”. Y me sentaba mal. Resulta que a la larga están teniendo razón. No porque se confirmen sus sospechas sino por todo lo contrario.
- ¡Qué suerte ha tenido con el chico!
- Es muy educado y siempre está al tanto de lo que quieren los clientes.
- Mire, ve. Con un empleado así usted puede ir más descansado y con la tranquilidad de que el muchacho cuida bien del negocio.

A mí ya nadie me dice por ahí te pudras y todos los elogios se los lleva “el chico”. Y encima se lo está creyendo. Si algún día llego tarde, mira el reloj, pone mala cara y me espeta:
- Señor Quiosquero, voy a tener que rebajarle el sueldo.
Yo cayo no me vaya a caer más gorda. Pero a medida que le voy consintiendo cosas, él se toma más prerrogativas. Como el día 9 se casa se ha concedido una semanita de vacaciones. Así, sin más. Como si los periódicos se vendieran solos…

Sabe, además, que ando bastante mal de la espalda; vamos, que la raspa me duele desde las cervicales hasta el cóccix. Pues el tío se pone como un loco a hacer paquetes de devolución y yo llego baldado al día siguiente. Le digo que tendré que coger la baja.
- No –me dice-, esa palabra no existe en esta empresa.

Pues a aguantar ¡qué remedio!