jueves, septiembre 27, 2007

Lateralidad

En las últimas décadas todo ha cambiado mucho. Ahora, por ejemplo, la educación es competencia exclusiva del estado. En la década de los 50 estaba descentralizada: la educación básica se aprendía en casa y la culturilla se hacía en la escuela.

Mi padre era bastante gráfico a la hora de educar. Íbamos carretera adelante a visitar a mis abuelos, que vivían en el pueblo de al lado, cuando, a la altura de la Barranquera, mi padre se paró.
- A ver. ¿Dónde queda tu derecha?
Me encogí de hombros.
- Allí –dijo señalando la cuneta del otro lado de la carretera-. Date la vuelta. Ahora ¿dónde está tu derecha?
Aquel día mi padre estaba agilipollado. Acababa de decírmelo.
- Ahí –contesté señalando el lugar que él mismo me había indicado-.
- No. Tu derecha queda ahora a este lado –y señaló la cuneta más próxima-.
Además de agilipollado, mi padre había perdido la memoria. Entonces me dio la lección magistral.
- Todo lo que queda al lado de la mano con que coges la cuchara es tu derecha. Lo que está al otro lado es tu izquierda.
Me quedé con la copla.

¿Cómo se lo habría explicado a un zurdo? No tenía sentido. Por ley, éramos todos de derechas y los de izquierdas estaban en la cárcel. Y si alguien se empeñaba en coger la cuchara o el lápiz con la zocata, a base de pescozones se le quitaba la manía.

Con lo de arriba y abajo sucedió otro tanto.
- Cuando vas a la cámara –decía mi padre- a coger un rosco de morcilla, vas arriba y cuando vuelves al patio, vas abajo. La cámara está arriba. El patio, abajo. Lo que está por encima de tu cabeza es arriba. Lo que está por debajo de tus pies es abajo.
También lo entendí. Incluso deduje que si estaba haciendo el pino la cosa iba al revés.

Cuando fui a la escuela no me enseñaron mariconadas de esas. A la escuela se iba a aprender a leer, a escribir y las cuatro reglas que era lo que un hombre necesitaba para abrirse paso en la vida.

A Dalr lo enseñé de forma parecida.
- La derecha es la mano de comer. La izquierda es la mano tonta.
Arriba y abajo no hizo falta, que para eso había suficiente con Barrio Sésamo.

En una de las ocasiones en que visité a su tutora la encontré preocupada.
- Es un niño muy inquieto, apenas pone atención y se pasa el rato chinchando a sus compañeros. Ahora estamos trabajando la lateralidad y se aburre, baja de la silla y se pone a correr alrededor de la mesa.
Lógico. Él iba al cole a aprender, no a que le contaran las chorradas que ya se sabía, aprendidas en casa o viendo la tele.

Y es que los padres actuales delegamos en el gobierno nuestras obligaciones olvidando que “las casas son escuelas”. En educación vial, por poner un ejemplo, a los niños les enseñan que para cruzar la calle hay que esperar a que el semáforo se ponga verde pero los niños cruzan en rojo porque es lo que han visto hacer a papá. En conclusión: la gente de hoy no sabe ni donde tiene su mano derecha.

El martes se acercó al quiosco una señora de 35 ó 40 años.
- ¿La calle Valencia, por favor?
- Dos arriba –dije señalando la dirección adecuada.
- Pero ¿hacia dónde? ¿P’allá, p’allá, p’allá o p’allá? –señaló los cuatro puntos cardinales.

Estaba de buenas así que ni me reí ni me cabreé.
- ¿Me lo repite, señora?
- P’allá (señala hacia Urquinaona), p’allá (Plaza España), p’allá (Tibidabo)…
- ¡Quieta!
Se quedó inmóvil, con la mano estirada y el dedo tieso. Como Colón encima de su peana.
- P’aí.

Aunque parezca inverosímil, tomó la dirección correcta.

miércoles, septiembre 26, 2007

Fusión de empresas

Hoy tocaba relatar alguna anecdotilla simpática. No puede ser. La reconversión comercial nos afecta. Esto es como Sagunto pero sin cartagineses.
Me explico.

Desde hace unos meses SADE y DISTRIBARNA responden ante un mismo general. Más aún: SADE y DISTRIBARNA utilizan un solo ejército (léase repartidores) y como no dan abasto recurren a la guerrilla. Administrativamente son empresas distintas: facturan por separado, cobran por separado (portes incluidos), nos putean por separado pero reparten y recogen las devoluciones de forma conjunta.

Ayer recibo varios paquetes de DISTRIBARNA con nota al margen: “Rehúse, no fondo”. Compruebo la primera revista: pertenece a SADE. Y así sucesivamente. Me han remitido una devolución completa que yo pretendí enviar a SADE. Normal si no fuese porque el repartidor-recogedor que se la llevó pertenece a las dos empresas. Después de mucho pensar he llegado a la conclusión (confieso que me ha costado lo mío) de que descargó un paquete donde no debía. Acostumbro a encabezar cada paquete devuelto con una hoja donde figura el destinatario, mi código de cliente y la relación exacta de su contenido. El escaneante debe ser miope y no observó el pequeño detalle.
Lógicamente me cabreo pero decido que contestaré una vez pasados dos o tres días. Por si los cortes de servicio.

Esta mañana me ha tocado repasar facturas. Puñetera casualidad, pero la primera factura que ataco es de DISTRIBARNA. No cuadra: 36, 43 € a mi favor. ¿Estaré soñando? Punteo. Todo correcto según mis apuntes salvo una pequeña discrepancia: en la factura aparece el abono de AUTO HEBDO SPORT, COMPUTER HOY, CUORE, INTERVIÚ, LECTURAS, PESO PERFECTO, SOLO AUTO y SOLO MOTO que son del fondo editorial de SADE.

Si en mis treinta y tantos de informático uno de mis progamas hubiese aceptado un abono de un material que no hemos vendido, me hubieran puesto en la puta calle por inútil. Aquí no pasa nada.

¿Hinútil también se escribe con hache?

martes, septiembre 25, 2007

Quiosqueros,...

El miércoles, 12 de septiembre, relatábamos en “Y ahora. ¡qué!” la sugerencia que nos hacía la Asociación de Vendedores de Prensa de Barcelona en el sentido de que no estamos obligados a recoger las promociones de fin de semana antes del sábado. Nos comunicaba haber enviado sendas cartas a Logística y Marina en este sentido y hemos quedado sorprendidos de los resultados.
Logística ha tomado nota y no sirvió las cacerolas hasta el sábado. Marina ha hecho caso omiso y el jueves se presentó con la vajilla y 500 cosas más (16 albaranes en 3 hojas; a río revuelto ganancia de pecadores –sin s-) que no recogí. Volvió el viernes.

Primera conclusión. He disfrutado conduciendo por Barcelona sin miedo a que, al pillar un bache, se me astillen los platos y que, al frenar, me deje sordo el ruido de las cacerolas al chocar entre si. Y el jueves y buena parte del viernes mi quiosco parecía la Plaza de Cataluña, tal era el espacio disponible.

Sé que esta medida no favorece a los quiosqueros que, como yo, trabajan en zona de oficinas y que podían empezar a repartir platos y cacerolas el mismo jueves. Pero es cuestión de planteamientos.
En el peor de los casos, no ha sido así, podría haber vendido 8 platos menos. 16 euros de cajón que se traducen en 4 euros de bolsillo (portes e impuestos aparte). Desastre. Claro que también se me podía haber perdido una de esas 8 cartillas, en cuyo caso, me hubiera ocasionado una pérdida de 5 o 7 euros según el día que tuviesen los de Marina. Conclusión definitiva: Me ha ido fenómeno recibir las promociones en su día.

Esta mañana, a las 6 y 10, el repartidor de Marina me comentaba que le han pegado un chorreo por no obligarme a aceptar la carga del jueves y, según él, le han dicho que el próximo día me la deje en mitad de la calle. En mi ruta, y según el mismo repartidor, he sido el único que se negó a recibir la mercancía. Está claro. Si me sigo negando puede que Marina me someta a un puteo fino. Si no me niego, me habré bajado los pantalones. No soy un valiente, antes al contrario, peco de cagón pero si ahora cedo la medida emprendida no habrá servido de nada. Cabezón yo, me seguiré negando.

Lo que ha quedado demostrado es que, cuando la Asociación (o sea nosotros) toma una medida, se la tiene en cuenta. Basta saber si nosotros (no la Asociación) estamos dispuestos a hacer valer nuestros derechos. En mi ruta, más de un quiosquero se me ha quejado de tener que recibir las promociones antes de tiempo. Ahora parece ser que ya no les importa. Eso sí, a la hora de llorar, lloramos todos.

miércoles, septiembre 19, 2007

¿Dónde está Wally?



Las empresas editoras cada día trabajan mejor en aras a facilitar la vida al quiosquero. Lo del plastiquito envolvente es para evitar que se caiga alguno de los papelajos adicionales, aquellos que, si se pierden, generan un rehúse de devolución por material incompleto.Claro que, en estos casos, dicho plastiquito está hecho de pellejo de breva y no es capaz de sujetar el contenido.

El plástico que nos ocupa viene decorado de modo que Wally (código de barras) queda oculto bajo el esqueleto que corre, exactamente a la altura donde la espalda pierde su honesto nombre. Para llegar hasta él hay que retorcer la revista y, como se arrugue, el cliente no la quiere.

Mi próxima adquisición será "el lector de código de barras con rayos X en los ojos".

Que no decaiga.

martes, septiembre 18, 2007

Planeta se escribe con H


En mis años mozos representé “Farsa y licencia de la reina castiza” de Valle Inclán. En una de las escenas el Gran Preboste (creo) se quejaba de que se había visto a la reina manoseando a un soldado en un baile de candil. Torroba (también creo) sentenciaba:
- Mañana se despierta general de repente.

Y es que, si en la milicia, la experiencia es un grado, tratándose de ligar con la reina, representa varios grados. En los quioscos pasa al revés. Uno, que apenas acaba de jurar bandera, se consideraba experto. Pues no. En un quiosco hacen falta más años de experiencia para ascender en el escalafón.

Hace pocas fechas me congratulaba de la idea de Planeta DeAgostini de cursar las reservas de sus colecciones a través del quiosco. Quiosqueros más expertos me advertían que eso era una tregua trampa y explicaban sus razones. He querido hacer la prueba del 9.

Un cliente, habitual por más señas, quiere montarse el cochecito de Enzo Ferrari y me pide que se lo vaya guardando. Sin encomendarme ni a Dios ni al Diablo marco el 902 correspondiente y hago la reserva. Sólo doy mi código de cliente y el nombre del coleccionista. Ya me rellenará el resto de datos.
- No hay problema. Cuando le asignemos el código de reserva llamamos al quiosco y nos envía la solicitud rellenada.

Ayer pasó mi cliente. Lo han llamado de Planeta (no sabe cómo han conseguido su teléfono) y le han ofrecido unas condiciones y regalos que en un quiosco no va a conseguir. Pos supuesto me ha cancelado el pedido.

Llamo al 902 y pregunto por la situación de la reserva que tramitábamos. No consta.

¿Esto a quién incumbe, al Tribunal para la Competencia o al Tribunal para la Imcopetencia?

Está claro que mañana, cuando Lara me llame después de haberme visto en televisión, tiraré por la borda el contrato que me ofrezca y lo mandaré a tomar por donde amargan los pepinos.

viernes, septiembre 14, 2007

Carta abierta a SGEL

Barcelona, 14 de seotiembre de 2007
A quien corresponda
Muy señor mío:

Soy de la opinión que el cliente NO SIEMPRE lleva razón pero que hay que cuidarlo. En mi larga trayectoria profesional he tenido ocasión de colaborar con empresas de muy diversos sectores y nunca vi un trato tan arrogante y de desprecio al cliente como en este sector en que nos movemos.

Trato de explicarme.

En fecha 3/09/07 les envié un ejemplar de la revista TIME nº 35 (paquete G734.0) adjuntando una nota donde les explicaba que en el albarán 2100733 había recibido 3 ejemplares del citado número mientras que en el albarán impreso sólo figuraban 2 ejemplares y resaltaba el hecho de que, a pesar de que el paquete venía perfectamente atado, llegaba género en exceso poniendo de relieve que, una vez más, la balanza de SGEL se equivocaba. Pasando olímpicamente de la nota, ustedes me abonan el ejemplar devuelto y, cuando devuelvo los 2 ejemplares realmente recibidos, sólo me abonan 1. Hasta ahí todo correcto si no fuera porque, de haber leído la nota, habrían de deducir que este quiosquero devuelve lo que no es suyo mientras que, al no tenerla en cuenta, pueden pensar que trato de colarles un gol. Pequeño matiz.

Repaso anteriores rehúses. Encuentro uno que no tiene desperdicio:
PACK LINEA SALUDABLE Nº 43: Reclamado 2. Aceptado 0. LAS REVISTAS PASAN POR UN LECTOR DE CÓDIGO DE BARRAS, POR LO QUE NO ES POSIBLE QUE CONFUNDA EL 42 Y EL 43 DEL LINEA SALUDABLE POR EL NUM. 43 DEL PACK LINEA SALUDABLE.
Aplico la misma regla de tres. Servidor también está mecanizado y usa lector de código de barras. ES IMPOSIBLE que mi lector caiga en semejante confusión. Con la ventaja a mi favor de que en mi ordenador están registrados los albaranes, las ventas, las devoluciones y la existencia final. Aun en el caso de que el confundido fuese mi lector, albarán – venta – devolución debería dar una existencia positiva o negativa pero jamás cero. Dado que SÍ es cero el stock de los nº 42 y 43 tanto de LINEA SALUDABLE como de PACK LINEA SALUDABLE, yo actúo con la certeza de que no fue mi lector el que cometió el error.
Amén de que, como usted sabe, el PACK LINEA SALUDABLE lleva su código de barras en el cartón pero también en la revista por lo que la confusión es posible cuando se trata del PACK. No cabe tal posibilidad en el caso contrario.

Le recuerdo el caso de TIRO LIRO. Si llevan ficha de incidencias podrán comprobar que se me rehusó la devolución del número 136 por exceso de servicio. Les demostré que varios números de la colección llevaban el mismo código de barras. O el caso de C16+CUADERNOS que cada vez que devuelvo un ejemplar se me anota como CAMBIO 16. Por aquello de que la tostada cae siempre del lado de la mantequilla. A esto pude encontrarle solución: en el momento en que recibo la revista pego una etiqueta sobre de código de barras de CAMBIO 16 para obligar a que pasen el lector por el lado de CUADERNOS. No he vuelto a tener problemas.

Leo esta misiva y decido que no me gusta. Me está quedando muy seria y estas cosas, si no se toman a broma, acaban deprimiendo. ¿Recuerda usted el albarán 1085048 de 22/01/07? Venía PLAYBOY ESPEC nº 127 (con cartón). Al pasar el código de barras por el lector la revista que detectaba era HISTORIA Y VIDA + DVD.

No es necesario extenderse más.
Con el ferviente deseo que su lector de código de barras recupere la salud, lo saluda,
Quiosquero

miércoles, septiembre 12, 2007

Y ahora... ¡qué!

Los quiosqueros de Barcelona, yo también, nos quejamos del trato que nos dispensan las distribuidoras, nos quejamos de que nos utilizan como almacén al servirnos el jueves las promociones del domingo y nos quejamos de la inoperatividad de nuestras asociaciones.

En los últimos días, la Asociación de Vendedores Profesionales de Prensa de Barcelona y Provincia ha remitido a sus asociados sendos comunicados instando a que tomemos medidas contra los abusos de que somos objeto.

1.- Al objeto de acabar con los cargos indebidos en facturas de cartillas por descuadres por parte de las Distribuidora MARINA PRESS y LOGÍSTICA DE MEDIOS, no devuelvas ninguna cartilla y guárdalas en tu punto de venta hasta que este tema quede solucionado y dichos cargos dejen de producirse. En el supuesto de que recibas algún tipo de presión por las referidas distribuidoras ponte en contacto con esta Asociación para ponerlo en conocimiento de nuestros servicios jurídicos.

2.- (De oído) Las promociones de fin de semana se han de distribuir el sábado. El quiosco no está obligado a aceptarlas antes de esa fecha.

En la última asamblea a la que asistí se prometieron resultados antes de fin de año y se nos pidió que apoyásemos las medidas que desde la asociación nos indicaran. Esta es la primera. Depende de nosotros que nos tomen en serio o que se nos choteen. Y no vale decir “¿Y si luego no se consigue nada y encima nos cobran las cartillas?”

Daños colaterales.

domingo, septiembre 09, 2007

Una de cal y otra de arena

La de arena

En catalán, arena se dice sorra. Pronunciado en mi pueblo sería zorra. Por ahí van los tiros. La depresión post cartoná se ha adelantado este año en un mes. Yo no la noto pero Quiosquera afirma que ando con la mirada perdida y ella es observadora. La púa nos la dieron el jueves: el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña determina que Quiosquero es inútil total pero deniega la invalidez porque podría trabajar sentado. He pensado meterme a relojero pero, debido a problemas cervicales, se me duermen las manos. No es factible. La sentencia es de ley y no hay más que hablar si no fuera porque uno se encuentra por ahí “inútiles con pensión” en bastante mejor estado que Quiosquero. Pero Quiosquero desafió al sistema, se esforzó por llevar una vida normal y ahora el sistema lo castiga. Por chulo.
Buscaremos y hallaremos la mirada perdida y hasta puede que tropecemos con la caña de Andarín.
La de cal

Mañana, 10 de septiembre, un equipo de BTV vendrá a grabarnos. Una corta entrevista para el programa La Tarda de Elisenda Roca. Hablaremos de Pies para quiosquero. Cuando tenga tiempo, Quiosquera contará cómo se enteraron de que estos quiosqueros se mueven en el mundo de la literatura.
Estamos seguros que José Manuel Lara verá el programa, nos comprará los derechos del libro y nos montará un quiosco chupipiruli, automático para que Quiosquero pueda trabajar sentado y continúe escribiendo capítulos.

Quien no se conforma es porque no quiere.

jueves, septiembre 06, 2007

Tabaco suicida


Desde que, en febrero de 2006, se modificó la ley del tabaco los quioscos pueden vender cajetillas siempre que instalen la adecuada máquina homologada. Mi máquina expendedora está situada sobre el extremo izquierdo del mostrador, en lugar bien visible por si la publicidad y porque no me queda otro hueco donde colocarla. Dispone de una bandeja donde, en la mayoría de máquinas, se deposita el paquete cuando Salva o yo apretamos el correspondiente botón en el mando a distancia. Mando que está unido al artilugio principal mediante un cablecillo de 4,5 metros. Modernidad.

Como digo, lo normal es que el paquete de tabaco quede en la bandeja de salida al alcance de la mano del cliente. Por situación, cuando tal sucede, el cliente ha de apoyarse sobre las revistas y estirar el brazo al máximo hasta alcanzar su dosis adictiva.
- Ve usted. Por el mismo precio fuma y hace gimnasia.
Y el individuo, que empezaba a poner cara de mala leche por los estiramientos, sonríe y se lo toma con filosofía.

En una máquina normal… Porque en la mía lo habitual es que el tabaco se suicide. Tiene tal potencia que, apenas aprieto el botón del mando, el paquete sale disparado y cae sobre AD, Habitania u otra cualquiera de las revistas de la zona, al alcance de la mano del fumador que se queda mirando la bandeja en espera de que la alpargata cante.
Tengo que desviar su atención.
- Se ha suicidado. Mire, allí... sobre la revista.
Pero ¡ay cuando el paquete cae por detrás de Bulevar 21, OKS o alguna de las que están en posición vertical! Entonces, los cigarrillos quedan ocultos y tengo que dirigir la maniobra desde mi puesto de mando.
- Uno que va huyendo de la quema. A la derecha, a la derecha… un poco más arriba… caliente, caliente… ¡que te quemas!

La gente sigue el juego y se lo toma bien. Pero muchas veces tengo que bajar a la calle y buscarlo yo.
Ayer llegó un chico, cliente pero no habitual, en busca de tabaco.
- Marlboro.
- Marchando.
- Brrruuu, brrruuu, chac, pom.
- ¡Por allí resopla!
Estaba contando el dinero y no se enteró. Bajé y me acerqué a buscar el paquete que había caído detrás de Bulevar 21.
- No, no. Marlboro… es tabaco.
- Ya, ya. Es que estoy buscando el caballo del anuncio.
- ¡Ah!

miércoles, septiembre 05, 2007

Otro con hielo

Leo esta mañana el mensaje que me envía el.tito.de.kay elogiando este blog y a Superwaiter y no resisto la tentación de leérselo al Súper.
- Tío -.me dice-, ves como todavía hay gente que aprecia la obra del General. Y espera que te cuente la última.

Transcribo.

Me llega un tío trajeado y con maletín.
- Café con hielo –me dice.
- ¿Por qué toma el café con hielo?
- Porque m’agrada.
- No tengo hielo para el café.
- Hombre, me pone unos cubitos en un vaso y ya está.
- Le tendré que cobrar 1,50 por el hielo.
- ¿Tanto?
- A ver si nos aclaramos ¿usted cree que el hielo a mí me lo regalan?
- No, es clá.
- Y el sueldo que le tengo que pagar al muchacho que me friega los vasos…
- Té raó. Bueno, pues póngamelo solo.
- Ve como no le gustaba tanto…

lunes, septiembre 03, 2007

¡Menúo bisho!


Aunque ya llegó el Dinosaurio, nuestro bisho nada tiene que ver con el de la colección.,

Viernes 5 de la tarde.
Cuando Salva llega a hacerme el relevo vespertino, acabo de colgar el teléfono. Gas Natural sigue con su empeño de climatizarme el quiosco. Apenas pasan 15 minutos y el teléfono suena de nuevo. “Empiezo a estar hasta las narices de la agresividad comercial” –pienso.
- ¡Diga!
- Quiosquero, no te vas a creer lo que me ha pasado –es Quiosquera. Su voz denota un cierto nerviosismo.
- Cuéntame –le digo mientras trato de imaginar qué nuevo hueso se ha roto esta vez.
- Estaba sentada en el sofá y ha empezado a moverse el suelo… me parecía a mí. Me asomo un poco y me estaba mirando.
- ¿Quién te miraba?
- No sé… como un gato. He sacado la cabeza para mirarle el rabo, no fuera a ser una rata, pero el rabo es distinto. No sé… como una mofeta.
- Si fuera una mofeta no estarías dudando.
- Me he levantado despacio y se ha escondido detrás del sillón. He echado a correr y se ha lanzado a perseguirme hasta el pasillo. Lo he encerrado y está en medio del pasillo mirándome. ¿Qué hago?
- Prepara la escopeta de matar bichos que, en cuanto acabe con Salva, voy para allá.
- Espera, espera, que llaman a la puerta.
- Vienen a buscar el bisho.
- ¡Anda ya!

Darle a Salva las instrucciones de fin semana me llevan más tiempo del previsto y llego a casa pasadas las 6. Quiosquera me aborda partida con una risa nerviosa.
- Ven, ven, que te cuento.
- Al grano. ¿Qué bicho era?
- Un hurón.
- ¡Vaya! Ya tienes algo en común con tu suegra. Pregúntale por el hurón de Antonio Tomás, que era cazador de conejos.
- Estaba yo sentada así y he subido los pies al sofá –los sube-. Veo algo que se mueve en el suelo y pienso “Mis pies no pueden ser” –hace el gesto de mover el pie izquierdo como para comprobar que está ahí y no el suelo-. Lo del suelo es una cosa peluda. Desaparece. Y entonces, muy despacio, saco la cabeza y veo un bicho que me está mirando… con curiosidad. “Anda que como suba al sofá… me da algo”. Bajo los pies muy despacio y brrruuu, echa a correr y se esconde detrás del sillón pero sacando la cabeza y mirándome. Aprovecho entonces para salir corriendo y sale detrás de mí, se me cuela entre los pies y se para en el pasillo como si me esperase. Le he cerrado la puerta y, a través de los cristales, he visto como me miraba. Entonces… ¿Cómo sabías que venían a buscarlo?
- Porque he imaginado que era la mascota de alguien.
- Abro la puerta y me encuentro a la vecina del cuarto acompañada de un chico con pendiente. Me dice “¿Has visto…?”. “Pasa que lo tengo en el pasillo. ¿Qué bicho es?” . “Un hurón”. “Pues vaya susto me ha dado”. Y lo gracioso es que entramos y ya no está en el pasillo. “Entra tú, entra tú” –le digo al chico-. Busca por la habitación, la otra habitación, el lavabo… El bicho no aparece. “Pssss, Pssss, fulanito…”. El fulanito no aparece. “Señora, no está”. “Pues tú no te vas de aquí hasta que aparezca. Mira debajo de la cama”. Mientras, me voy a cerrar la puerta de la calle que la había dejado abierta. Le digo a la chica “A mi es que me da un repelús…”. “A mí también”. Pone cara de asco. “¿Por qué lo tienes entonces?”. “No es mío, es de ese. Me lo ha dejado en casa y, como me daba miedo, lo he encerrado en el balcón pero se ve que se ha pasado por debajo de los separadores”. El bicho sigue sin aparecer y dicen que se van. Los acompaño hasta la puerta con más miedo que vergüenza y, al abrir, nos lo encontramos en el rellano, frente a la puerta, sentado y mirando muy fijo. Como si nos estuviera esperando. Se ve que mientras nosotros lo buscábamos en la habitación, el bicho ha salido por un balcón y entrado por el otro y como la puerta estaba abierta…
- Lo que no te pase a ti…