lunes, diciembre 31, 2007

Cierre de quioscos: última hora

Miércoles, 2 de enero de 2008.

Apertura normal de quioscos. Se ponen a la venta todas las publicaciones.



Miércoles, 2 de enero de 2008: 18 horas.

Asamblea en el Hotel Barcelona-Sants



¡Feliz Año Nuevo!

domingo, diciembre 30, 2007

Sobre el cierre de quioscos

A estas alturas es de suponer que todo el mundo está enterado de que muchos quioscos de Barcelona y provincia no abrirán sus puertas los días 29, 30 y 31 de diciembre. Lo que mucha gente, quiosqueros incluidos, no tiene claro es por qué.

Anoche, a las 9, me senté frente al televisor para ver cómo trataba el tema TV3. Craso error. La televisión estaba por el partido de fútbol Euskadi-Catalunya. Pude ver la reseña en Internet. “Los quiosqueros de Barcelona no han abierto sus puertas porque las distribuidoras les están aplicando unos cánones que reducen sus beneficios a la mitad”.
O alguien miente o no se han enterado, pensé.
BTV daba la noticia en el mismo sentido y entrevistaba a algunos quiosqueros. En efecto, los quiosqueros no nos hemos enterado. La persona entrevistada corroboraba la noticia de TV3.
Finalmente, alguien me chivó que Tele5 también informaba del tema. Esta vez la exposición era fidedigna. La diferencia estaba en que la persona entrevistada conocía el tema en profundidad.

Estoy encerrado en el quiosco, rodeado de 310 diarios. Hojeo algunos.
· El Periódico. Breve reseña sobre la “huelga de quiosqueros”. Página 27. “Han seguido la huelga el 10% de quiosqueros de la provincia y el 20% en Barcelona ciudad”.
· AVUI. Breve reseña. Página 31. “El 80% de los quioscos de Barcelona no abrieron ayer sus puertas”
· El País. Breve reseña. Página 5 del cuadernillo CATALUNYA. “Según los convocantes cerraron el 80% de los quioscos. Según fuentes del sector de distribución, cerraron el 10% de los quioscos de la provincia y el 20% de los quioscos de la ciudad”.
· La Vanguardia. No he sabido encontrar la reseña.

A lo largo de mi vida he asistido a muchas asambleas, siempre en el lado de los que escuchan, y jamás he salido satisfecho de ninguna. Los oradores suelen perderse en florituras dialécticas, los asambleístas no se atienen al orden día y, al final, se acaba votando no se sabe muy bien qué. Anteayer, algún colega me preguntaba si yo sabía qué fin de semana era el que teníamos que cerrar.

Resumo escuetamente los motivos por los que YO no abro.
· Cargos indiscriminados por “servicios auxiliares”.
· Manejo de descuentos al albedrío del distribuidor.
· Mal servicio.
· Arrogancia de las distribuidoras que se atienen a una ley no escrita de 2 artículos
Artículo 1. La distribuidora siempre tiene razón.
Artículo 2. En caso de duda remítase al artículo1.
· Solidaridad con los colegas represaliados por hacer lo mismo que yo.

El sábado estuve tomando café con los repartidores de prensa que me explicaban por qué no teníamos razón en nuestras reivindicaciones.
- ¿Por qué ahora y no antes? –me decían-. Porque las distribuidoras han de dejado de untar a la asociación.
¡Estupendo! Con lo que se ahorran de la untura ya pueden permitirse el lujo de suprimir los portes.

Lo cierto es que nos estamos jugando el futuro de los quioscos y, de seguir las cosas como van, sólo hay dos salidas:
- Resistimos y que salga el sol por Antequera
- Nos bajamos los pantalones y nos ponemos en sus manos

De triunfar la segunda opción, propongo una asamblea general en medio de la Plaza de Cataluña donde podamos gritar a pleno pulmón:

Sus ciervos (borregos) a su cervicio, Señor Conde.

viernes, diciembre 28, 2007

Día mundial del quiosquero

Lo hemos logrado. El día de hoy será recordado por todos los quiosqueros como aquél en que nuestras oraciones fueron escuchadas y se acabaron nuestras penas. Los acontecimientos de las últimas semanas han forzado un cambio en la mentalidad de los quiosqueros que les ha permitido lograr la unión y la fuerza necesaria para hacer valer sus reivindicaciones.

Hace unos días los quiosqueros de Barcelona se plantaron ante las distribuidoras por el tema de los portes e iniciaron acciones de presión. Como consecuencia de dichas acciones alguna distribuidora contraatacó cortando el servicio de los quiosqueros rebeldes. Esta acción fue la gota que colmó el vaso de la paciencia quiosquera y empezaron a obrarse los milagros.

El primer paso fue un acuerdo entre todas las asociaciones de quiosqueros del país para unir fuerzas y trabajar en una única dirección. Todos los quiosqueros y puntos de venta de prensa al unísono rescindieron sus contratos con todas las distribuidoras exigiendo el cobro íntegro de sus fianzas. Al mismo tiempo escribieron a las editoras de prensa y revistas explicándole la situación y anunciándoles que no se vendería una sola publicación hasta que se revisaran las condiciones de distribución. Para nuestra sorpresa la mayoría de editoriales decidieron ponerse del lado de los vendedores, argumentando que ellos en última instancia eran su principal contacto con el lector y exigiendo a las distribuidoras que solucionaran inmediatamente los problemas.

El resultado ha sido espectacular. Ningún quiosquero volverá a pagar portes y se devolverán paulatinamente las fianzas que los vendedores pagamos para que nos activen el servicio. Además, se reconoce que el trabajo del quiosquero va más allá de la venta de periódicos y revistas y que una de sus principales funciones es la de exponer y dar a conocer productos editoriales. Por este motivo, los quiosqueros cobrarán un 2% de todo el génereo que reciban, se venda o no, en concepto de gastos de manipulación y almacenaje. Dicho porcentaje se verá incrementado siempre que las medidas y peso de la publicación excedan el de una revista media. Para este fin se ha establecido como medida estandar la de la revista Pronto, motivo por el cual el porcentaje de almacenamiento de revistas mayores como Lecturas sería del 2,5% y de Hola del 3%. El especial de Elle, por su tamaño, peso y el peazo bolso que trae de regalo sube hasta el 6%, se venda o no. El porcentaje por venta de cada producto no podrá ser nunca inferior al 25% incentivándose con un 5% extra cuando se agoten los ejemplares enviados.

Con respecto a las colecciones, sólo se enviará un cartón por colección cuya exposición será recompensada con 10 euros a la semana. El resto de ejemplares vendrán en paquetes seguros y fácilmente almacenables.

Y esto es sólo el principio. Se está negociando con los ayuntamientos para acelerar las disposiciones necesarias para poder incluir en los quioscos publicidad dinámica mediante pantallas planas de televisión. También se gratificará a los quiosqueros por su labor como puntos de información turística y por fomentar la difusión de la cultura. En breve podrían aprobarse los nuevos modelos de quioscos que se abren y cierran en un minuto y cuentan con lababo, almacén, climatización y tele por cable, así como servicio gratuito (pero remunerado) de acceso inalámbrico a internet.

Por todos estos motivos losquiosqueros hemos decidido nombrar a San Inocencio patrón de los vendedores de prensa y el 28 de diciembre día mundial del quiosquero. Porque los sueños, a veces, se hacen realidad.

miércoles, diciembre 26, 2007

El Aguinaldo de Navidad

No hace tantos años que el aguinaldo era un clásico de las Navidades españolas. Cuando yo era pequeño, los críos nos echábamos a la calle a cantar villancicos y pedir el “aguilando”. Los instrumentos eran simples:
· Zambomba. Artesanal. Una vasija de barro de las que se colgaban en la noria para sacar agua, una vejiga seca de cerdo y un carrizo que a veces sustituíamos por el hopo de una cañavera.
· Pandereta. Artesanal. Palo o estaca, tres clavos y chapas de cerveza.
· El resto de instrumentos los mangábamos en casa: un almirez, un par de cucharas y, por supuesto, la botella de anís del mono (vacía).
Recogíamos una buena cosecha de mantecados y rosquillas.

En los pueblos grandes y en las ciudades, serenos, carteros, barrenderos y otros –eros subían a las casas, ofrecían un tarjetita con unos versos impresos y recibían su aguinaldo. En metálico.

Se han perdido las buenas costumbres. Ya no hay aguinaldos. Salvo en nuestra profesión.
Hablo de oído y, por tanto, con todas las reservas. Parece que, hace años, se llegó a un convenio con las editoras de diarios para que, el día siguiente al sorteo de Navidad y a modo de aguinaldo, los diarios doblaran su descuento y los quiosqueros pudieran recaudar una cantidad extra. Con el tiempo, los diarios, salvo honrosas excepciones, cargaron el diferencial convenido sobre el precio de cada ejemplar. Así trasladaron el aguinaldo al consumidor final, con la desfachatez que, en portada y junto al precio, informan al lector del porqué hoy el diario es más caro (este año no lo han puesto). De justicia es relacionar los diarios que se hacen cargo del aguinaldo convenido. A saber, ABC, La Razón, Expansión, Cinco Días, El Economista y La Gaceta de los Negocios.

El 23 de diciembre es un día en el que los quiosqueros nos pasamos la jornada explicando la razón del precio del diario. Y nos encontramos con todo tipo de respuestas.
- Si es para usted no hay problema.
- ¡Hombre! ¿Y por qué tengo que pagarlo yo?
- Me parece bien. Pero yo doy el aguinaldo a quien quiero, cuando quiero y lo que quiero.
- Pues métase usted el diario donde le quepa.

A bote pronto, este año he recaudado unos 100€ extras que, dado como está el mundo del quiosco, no es una cantidad despreciable. Supongo que dentro de 360 días ya se me habrá pasado el efecto, pero mi intención hoy es que el año que viene colgaré un cartel bien visible que, más o menos, diga:

EN ESTE QUIOSCO EL AGUINALDO ES VOLUNTARIO. HOY EL PRECIO DE LOS DIARIOS ES EL HABITUAL DE CUALQUIER OTRO DÍA. FELICES FIESTAS.

martes, diciembre 25, 2007

Día de paz, día de amor

Las navidades son esas fechas en las que parece que todos debemos volvernos buenos por narices. Algunos procuramos tocar las narices al prójimo lo mínimo posible durante todo el año aunque, claro está, no siempre se puede.

Cuando uno se pasa el día en la calle, de cara al público, es inevitable que surja algún que otro roce. Algún cliente que se impacienta mientras das un cambio y se lleva una contestación poco amable, alguno cuyo encargo se traspapeló y dejaste sin su promoción preferida, otro que se enfada contigo porque tal periódico llega tarde o de tal promoción te han servido un 10% de los encargos... Por un motivo u otro raro es el día en que no te llevas algún pequeño disgusto que podrías haberte evitado con una mejor planificación, más organización o simplemente más paciencia.

Pero el día de navidad parece que se haya pactado una tregua general. Prácticamente todos los clientes vienen con una sonrisa en los labios. Los que habitualmente apenas saludan hoy se paran, charlan, sonríen, felicitan las fiestas. Algunos incluso bromean con los asuntos que habitualmente los cabrean. Y es una alegría ver el diario tan finito, e incluso te preguntan cómo no vale más si es para dos días, y se alegran de que mañana cierres y puedas descansar, "que iba yo pensando que esto del quiosco es más duro de lo que parece con esos horarios".

En unos días todo habrá pasado. Especialmente cuando con el cambio de año algunos de los productos habituales empiecen a subir de precio. Pero estos días son tranquilos y es agradable poder charlar con los clientes, desearles felices fiestas y ver cómo se marchan contentos a preparar la comida de navidad con sus familias.

Desgraciadamente hay un buen número de quiosqueros que no están disfrutando de este día. El conflicto con las distribuidoras, que es un problema de todos, nos está afectando de maneras distintas. Algunos quiqueros no tienen prensa que vender y hoy pasarán las navidades con su familia, pero con la intranquilidad de un futuro inmediato icierto.

Mi primer deseo para estas fiestas es que su sufrimiento no sea en balde. Que de todos estos nervios y preocupaciones salga algo bueno para todos. Para los quiosqueros que ven salir el sol desde sus quioscos 362 días al año, para las distribuidoras y editoriales que vivirán mejor cuanto más vendamos, para los lectores que se beneficiarán de mejores productos y servicios cada día. Mi deseo para estas navidades es que al acabar 2008 todos los quioscos estén abiertos y con los expositores abarrotados de diarios y revistas.

Felices fiestas a todos.

¡Feliz Navidad!

Tres días hay en el año que relucen más que el sol…
San Esteban, Año Nuevo y Viernes Santo (y si no pega, échale cola).

Son los tres días que descansamos los quiosqueros de Barcelona. Por tanto hoy trabajamos.

Mientras espero la llegada de Dalr para poder abrir, levanto un poco la persiana del quiosco. Más que nada para poder vigilar que no me manguen los diarios. Por la rendija aparece una cabeza. Huele a Nochebuena.
- ¿Me podría vender sigarriyos?
- Faltaría más
- Ehte, un Marlboro.

Le alargo el paquete a través de la rendija.
- ¿Ytarjetas para el selular?
- Tarjetas no. Carga electrónica.
- Dies euros.

Levanto un poco más la persiana mientras hago la recarga.
- En treinta años eh la primera ves que paso frío en Navidad.
- Eres de allá ¿no? –pregunta tonta.
- Arhentino.
- Entonces es normal que notes el frío.
- Ehte, déme también un paquete de sigarriyos.
- Ya te he dado uno.
- ¿De verdad? –se tienta los bolsillos-. ¡Anda, eh verdad!. Entonses le voy a pedir un favor.
- Díme.
- ¿Cómo puedo yegar a Santa Coloma?
- Ni idea.

Suena el celular.
- Díme, negro… Pansho de Ávila… Sí, agarro un taxi… El 117… Pansho de Ávila ehquina con Ávala… La consha de tu madre, cha te lo estoy disiendo: Pansho de Ávila y Ávala… Espera, negro, que le pregunto al quiosquero.
- Sancho de Ávila esquina Álava.

A través del celular se oye la algarabía.
- A seguir la fiesta ¿no? –asiente-. Tened cuidado no se os vayan a colar los difuntos del tanatorio.
- ¡No hodas! –dirigiéndose al móvil- Cha lo tengo. Sansho de Ávila con Ávala. La consha de tu madre… Chao, negro.

Le apunto la dirección para que se la enseñe al taxista. Así es posible que llegue.

¡Feliz Navidad!

jueves, diciembre 20, 2007

¿Boicot?

Desde hace unas semanas los quiosqueros que pertenecen a la Asociación de Vendedores Profesionales de Prensa de Barcelona y Provincia están retirando de sus estantes, durante unos días, una serie de publicaciones. Entre los clientes cunde el rumor de que se está boicoteando a estas publicaciones porque los quiosqueros no quieren pagar portes. No es eso exactamente; es legítima defensa, es rebelarse contra el monopolio que, de facto, ejercen las distribuidoras. Lo que los quiosqueros quieren es sentarse a una mesa junto con las distribuidoras y negociar. Negociar los portes, negociar los descuentos, negociar el servicio, negociar las fianzas. Negociar, en fin, que las distribuidora nos traten como clientes y no como a “colaboradores” que lo único que intentan es chorizarle algún euro.

Una distribuidora, Marina Press, apenas ha tardado una semana en contraatacar y ya ha cortado el servicio a algunos de los presuntos “boicoteadores”. Al margen de la legalidad o ilegalidad de la medida, ha llegado el momento de demostrar que somos solidarios y apoyar la medida emprendida, se sea socio o no de la Asociación de la calle San Pablo. Es el momento de ponernos al lado de los represaliados y suministrarle entre todos los vecinos parte de la prensa que necesitan. Mientras podamos. Y, por supuesto, no venderle el periódico al precio de cliente. Por ejemplo, en vez de cobrar 1€ por ejemplar, se le podrían cobrar 90 cts y así repartir los “beneficios”.

Hace meses escribí un post que titulaba “Quiosqueros, maricones” en el que culpaba a los propios quiosqueros de los males que nos aquejan. Ahora vamos a ver si llevamos los pantalones bien puestos y las bragas en su sitio.

Seguimiento de la información en El Quiosco de Nuestra Vida.


martes, diciembre 18, 2007

¿Popularidad?


La popularidad es una pejiguera. He pasado 55 años viviendo en el anonimato sin queja alguna pero basta con que uno se asome a la banda ancha y escriba cuatro tonterías para que los paparazzi no lo dejen tranquilo. En los últimos tiempos hemos aparecido en el Mundo de Catalunya, El Periódico, BTV, etc. (en este caso, etc significa “en ningún sitio más”) y ha sido llevadero pero el que una cadena de televisión utilice tu fama para hacer campañas navideñas de “si bebes no conduzcas” pasa de castaño oscuro.

Circulaba en mi Ferrari descapotable cuando, a la altura del Arco del Triunfo, me detuvo la Guardia Urbana.
- Estamos haciendo un control de alcoholemia. ¿Le importaría participar?
Eran las 12,30. El efecto de los carajillos matutinos ya se me había pasado y todavía no había empezado con el aperitivo, así que no puse incoveniente. Aunque, por otra parte, me parece que tampoco podía negarne.
- Es para la campaña de navidad. ¿Podemos filmarle?
¡Mierda! No me había fijado en la paparazzi que, micrófono en ristre, esperaba en la acera junto al tío de la cámara. Lo entendí. Seguro que, nada más verme, debió gritar:
- ¡Es Quiosquero! ¡A por él!
Y es que me pasa como a Quevedo: Hasta por el casco me conocen.

La presencia de las cámaras me puso nervioso: no estoy acostumbrado a actuar gratis. Hasta tuve problemas para pelar y colocar la boquilla en su sitio.
- Cero, cero.
Me dio la sensación de estar rodando el anuncio de San Miguel.
- ¿Ha bebido algo? – oí que me preguntaba la del micro.
- Salvo un café, nada –respondí mientras ella acababa la frase: “aunque por el resultado ya se ve que no”.
- ¿Le parecen que estas campañas son efectivas?

De repente me volví “parafrásico”. Mientras intentaba decir una cosa noté que estaba diciendo otra. Ni me acuerdo de lo que dije. Sí sé que quería decir que estas campañas no sirven para nada, que en las únicas personas que hacen efecto son en aquellas que ya están sensibilizadas y nunca cogen un volante después de unas copas, que en vez de poner anuncios ensangrentados quizá fuese más efectivo dar lecciones de cómo se debe conducir, que si hubiese un buen transporte público cogeríamos menos el coche, que...

Aquella noche me llamó mi hermana.
- Oye, ¿has salido en televisión diciendo que los controles de alcoholemia son buenos si sirven para concienciar a los conductores?
- ...
- Es que Miguel ha entrado en la cocina diciendo “¡Mamá, mamá. He visto al tito en la tele... y lleva barba!
¡Que vergüenza! Pensar que han podido verme en mi pueblo diciendo tonterías...

lunes, diciembre 10, 2007

Orbit Tabs

Está visto que los autónomos somos una raza especial de trabajadores. A la hora de cotizar a la Seguridad Social cotizamos como todos. A la hora de estar enfermos o accidentados casi cobramos como todos. A la hora de cobrar la baja se nos trata como a chorizos. No me había dado cuenta hasta ahora pero, cuando estamos de baja, no nos paga la Seguridad Social sino una mutua privada que, lógicamente, vigila que no la estafen. Es por esto por lo que la mutua verifica que el lesionado lo esté realmente y lo hace pasar por consulta médica cada poco tiempo. Así es que, en este momento, yo ando (es un decir) bajo el control de tres médicos: el traumatólogo, que me dice cómo sigue la lesión y qué debo hacer para recuperarme, el médico de cabecera, que me firma el parte de baja según las indicaciones del traumatólogo, y el médico de la mutua, que comprueba que entre el traumatólogo, el médico de cabecera y yo no estemos estafando a la empresa pagana. Digo yo que si unos se fiaran de otros, quizá el médico de la mutua podría pasar a quirófanos y hacer más cortas las colas de espera.

El miércoles me tocó revisión y, a la salida, me pasé por “la empresa”. Para animar un poco a Salva y para recoger la cantidad ingente de papelitos que genera un quiosco. En esas estaba cuando apareció el representante de Orbit.
- Vengo a presentarte las novedades de esta temporada.
- No.
- Ya sabía lo que me ibas a decir. Bueno, ya te contaré qué salida tienen y decides.
- ¿No has venido a presentar novedades? Pues presenta.
- Es el Orbit tabs sabor manzana y sabor hierbabuena. Tienen el doble de contenido y se venden a 1 €.
- Y me cuestan más del doble ¿no? Como el Orbit box del año pasado. Pues no.
- No, no es exactamente igual. El precio de coste es algo inferior al de dos orbits normales. La ganancia, claro, es menos del doble.
- Ya sabes que a mí lo que me molesta no es vender más barato sino que me tomen por tonto y me cobren más caro. Déjame unas cajas y lo probamos.
- ¡Jo, eres la leche! Siempre protestas pero, al final, acabas vendiendo de todo.
- C’est la vie…
- Si no fuera porque luego lo pones en el blog te contaba una anécdota…
- ¡Cuenta, cuenta! Y si no quieres que lo ponga, no lo pongo.
- Es que en la empresa han entrado comerciales nuevos y nos los han repartido para que los formemos. A mí me ha tocado un chico que pone mucho interés y se traga toda la información que encuentra sobre Orbit. Pues el otro día me llega y me dice: “¡Oye, mira lo que he encontrado en Internet! Un quiosquero pone a parir a uno de nuestros comerciales porque dice que el Orbit box es el timo de la estampita”. Y le digo: “Me parece que ese comercial soy yo”. “¡No jodas!”. Le cogí lo que había impreso y, en efecto, era el post que habías escrito el año pasado.
- ¡Tío, eso hay que contarlo! Al fin y al cabo será publicidad para Orbit.
- ¡Haz lo que te dé la gana!

jueves, diciembre 06, 2007

Lo que da de sí una boda...

La gente de mi barrio, la que se acerca al quiosco, se declara liberal, tolerante y abierta. No son racistas ni xenófobos y los gueis les parecen personas de lo más normal. Y así es, en cuanto a la normalidad de los gueis. De los que compran en este quiosco, la mayoría está por encima de la media en amabilidad, educación y cultura. Hay unos cuantos que, si no fuera por el producto que compran o porque otros clientes te lo chivan, pasarían totalmente desapercibidos y nadie diría que son del gremio. Finalmente, hay uno o dos que coinciden con el estereotipo de la maricona o mariposón tópico. Es decir, los maricones de mi barrio son, en su inmensa mayoría, gueis. Utilizo la palabra “maricón” en su acepción de homosexual y punto, y la palabra guei porque es así como los homosexuales normales (no las mariconas) gustan de denominarse.

No sucede lo mismo entre los “hetero” que se declaran liberales, tolerantes y abiertos. La revista Zero ocupa en mis estantes un lugar de un cierto privilegio. Primero porque tiene buena salida; segundo porque algunos no se atreven a pedirla y es mejor que la tengan a mano; tercero porque a mí me da la gana. Los clientes “normales” se la miran de reojo pero no hacen ningún comentario. Si acaso le explican a otros clientes de qué va.
- ¡Uy! ¿Qué revista es esta?
- El Zero, hija. Es una revista de ambiente guei.
- ¡Ahhh!
Y continúan con absoluta normalidad.
Pero estas dos mismas chicas pasan frente al quiosco días después y, a grito pelado, espetan:
- ¡Mira, mira! El Gallardón en portada de la revista de los maricones.
Siguen su camino cachondeándose de la circunstancia.

El día de la boda de Salva y Lupita, al cerrar, puse un cartel en el quiosco: “NOS ESTAMOS CASANDO”. Ha traído cola.
Cuando al día siguiente llegué a tomarme mi café en Can Superwaiter, Super, el Catedrático y Don Vito comentaban el citado cartel.
- No, decía “nos estamos casando” –comentaba el Catedrático.
- No has leído bien –le rectificaba el Super-. Decía “nos estamos cansando”.
- No sabéis leer –intervine-. Yo soy de alcurnia y acostumbro a usar el plural mayestático. El cartel decía “nos, estamos cansado”.

A medida que la gente pasaba a recoger su prensa diaria aprovechaban para recabar información.
- Bueno, el lunes ¿quién se casaba?
- Salva.
- ¿Su hijo?
- No, mi hijo es el que viene los domingos. Salva es el que está aquí todos los días.
- ¡El grandón! ¿Y se ha casado con una española?
- Sí señora.
- Pues parece sudamericana –dice señalando la foto que puse en primera fila.
- Es que nació allá pero ahora está acá.
Lupita todavía no tiene la nacionalidad pero no tenía ganas de extenderme.

- ¡Ah, pues yo creía que estaba usted casado!
- Es que estaba casado.
- ¿Y se ha casado en segundas?
- No señora. Yo me casé en primeras y tengo la sensación de que va para largo.
- ¿Quién se casó entonces?
- Salva.
- Como ponía “nos estamos casando…”
- Es que Salva también es del quiosco.

Tropecientas preguntas de este tipo. Hasta que se acercó una señora a la que conozco de verla pasar frente al quiosco pero que jamás ha comprado nada.
- ¿Quién se casó el lunes?
- Este y yo –contesté.
- ¡Ah, son pareja!
- Sí señora. Formamos una buena pareja de quiosqueros.
- No, si a mí me da igual. Me parece muy bien que dos hombres se enamoren.
- Claro, mujer. La cuestión es ser feliz.

Sigue pasando por aquí, saluda con una sonrisa amplia pero no ha vuelto a comprar.
No tenemos constancia de que nos llamen “el quiosquero maricón”, aunque nunca se sabe.

* * *

Lupita, en adelante Doña Lupe, está embarazada. Esperamos el nacimiento de la beba para el mes de marzo.

sábado, diciembre 01, 2007

Descuentos de ida y vuelta


Los buenos propósitos no sirven de nada. El miércoles nos hicimos el propósito de olvidarnos un poco de distribuidoras y otros agentes puteadores y el jueves ya estábamos nuevamente de cabreo subido.

En dos años y medio de blog apenas hemos hecho mención a SADE (Sociedad Anónima Distribuidora de Ediciones). No notis, gud notis. En efecto, en nuestro quiosco estábamos encantados (dentro de lo que cabe) con SADE. El repartidor, el de la perrita que diría Salva, nos dejaba el o los paquetitos muy a primera hora de la mañana y raramente faltaba género. Cuando faltaba, el de la perrita nos solucionaba el problema, bien proporcionándonos el género faltante, bien transmitiendo él mismo la oportuna reclamación. En cuanto a facturas es habitual que cuadren y, si no cuadran, suele suceder que no se ha contado un paquete de devolución, paquete que viene abonado en la próxima factura. Por supuesto que algunas facturas presentan diferencias con nuestros datos pero son mínimas y no siempre a favor de la distribuidora. Entendemos eficiencia y honradez probada.

Con la creación de Sadibarna las cosas han cambiado. El repartidor de la perrita ya no está y las revistas llegan más tarde. No es lo mismo recibir Cuore, por poner un ejemplo, a las 6 de mañana que recibirlo a las once y media. Tanto más si uno observa la evolución de los “trabajos auxiliares”. Distribarna cobraba 21,13 € semanales y Sade se iba a los 18,81. Sadibarna nos factura 33,60. Casi un 16% de rebaja a costa de un peor servicio. Amén de que, aplicando los mismos baremos de valoración, SGEL debería cobrar cuarenta y tantos euros y Marina... lo que le diera la gana porque mueve un volumen muy superior y recoge casi cada día. Pero mejor no darles ideas.

Podíamos hablar de que, a día de hoy y dos meses después de la fusión, los quiosqueros no hemos recibido un comunicado oficial donde se nos diga que podemos pasar a cobrar el depósito que hicimos a Distribarna o que Sade asume el citado depósito. Pero no van por ahí los tiros. Hoy los tiros van por el asunto de porcentajes.

En sus facturas, Sade nos aplica un descuento del 25% en todas las revistas. Distribarna nos aplicaba este mismo porcentaje en los productos afectados por un 4% de IVA y el 20% a los afectados por un 16% de IVA. Sadibarna mantiene las condiciones de Sade y algunos quiosqueros salimos ganando con el cambio.
Pero...

La mayoría de quiosqueros que conozco, cuadran sus facturas punteando el número de ejemplares devueltos. Yo, más puñetero, cuadro las facturas punteando importes. Y me he encontrado una pequeña sorpresa: los números que Distribarna nos cobró aplicando un 20% de descuento, Sadibarna nos los abona en devolución aplicando el 25%. Me explico.

Por un Reloj de Cuerda y Plata Distribarna me habrá cobrado 14,62 € (impuestos incluidos). Por el mismo reloj Sadibarna me devuelve 13,89 €. Es decir, el trasiego de ida y vuelta le ha costado al quiosquero 0,73 €.

Me comentan que lo mejor que puedo hacer es callarme no vaya a ser que Sadibarna me aplique los porcentajes antiguos y perdamos un 5% en algunos productos. Pero yo estoy obligado a denunciarlo y, luego, cada quiosquero obre como Dios le dio a entender.

* * *
Hemos superado con éxito la primera semana de crisis a pesar de que nos ha tocado pagar la cuota de autónomos y la seguridad social de Salva. Con un poco de suerte superaremos el bache.