martes, abril 29, 2008

Sobre Canalkiosk

Publicamos la carta que, sobre Canalkiosk, ha enviado a los quiosqueros el Ajutament de Barcelona, así como la que nos ha enviado Theodor Trujillo, Director General de Hermes.


1.- AJUNTAMENT DE BARCELONA. Gerència de Serveis Generals i Coordinació Territorial.

Benvolgut senyor,

Em poso en contacte amb vostè, en relació a la iniciativa que han publicat alguns mitjans de comunicació, anomenada Canal-Quiosc.

En una entrevista portada a terme amb representants del gremi de l'Associació Professional de Venedors de Premsa de Barcelona i Província, el passat 14 de febrer d'aquest any, ja els varem manifestar la imposibilitat actual, vista la normativa de publicitat vigent a la ciutat, de instal·lar aquest sistema als quioscs.

Malgrat tot, i per tal de evitar malentesos, ens posem en contacte amb vostè per reafirmar la prohibició, d'acord amb la normativa vigent, per comercialitzar el Canal-Qiosc.

Creiem però de molt interés la possibiltat d'estudiar la viabilitat de poder comptar en un futur no milt llunyà amb sistemes d'irformació, connexió amb Wi-Fi, Blue-Tooh i semblants, com els que avui ens plantegen, estesos en xarxa a la ciutat. És per aquesta raó que hem començat a estudiar amb una comissió creada a l'efecte, en la que hi participem diferents serveis municipals, la possibilitat de comptar en un futur no molt llunyà amb una iniciativa d'aquest tipus o sembalnt que faciliti continguts a la ciutadania.

En les reunions habituals de contacte que es porten a terme amb totes les representacions dels quiosquers i els serveis municipals, els anirem assabentant de l'evolució del tema.

Aprofito l'ocasió per a saludar-lo ben cordialment.

Barcelona, 24 d'abril de 2008

Josep M. Rius i Medina, Director de Patrimoni
Eduard Vicente i Gomez, Gerente de Serveis Generals



2.- Barcelona 28 de Abril 2008.

Apreciados amigos/as quiosqueros/as

Como Director General de HERMES PUBLICIDAD CIBERNETICA, empresa gestora en exclusiva de CANALKIOSK, ante los incorrectos comentarios y, en algunos casos, falsas noticias que he visto publicadas en la Web de ADI, creo oportuno desmentir y aclarar dichas noticias y comentarios.

CANALKIOSK ha sido creado y desarrollado conjuntamente con nosotros por la ASOCIACION PROFESIONAL DE VENDEDORES DE PRENSA DE BARCELONA Y PROVINCIA. Y por tanto, es la única asociación con la que mantenemos relaciones y acuerdos comerciales.

En todo momento LA ASOCIACION PROFESIONAL DE VENDEDORES DE PRENSA DE BARCELONA Y PROVINCIA me ha manifestado su intención y voluntad de hacer partícipe de CANALKIOSK a todo vendedor de prensa asociado o no a la misma. Por tanto, manifiesto haber mantenido conversaciones informativas generales con ADI y otros vendedores independientes interesados en CANALKIOSK, dejándoles muy claro desde el inicio de las conversaciones informativas a todos ellos, que el único interlocutor valido para adherirse a CANALKIOKS es LA ASOCIACION PROFESIONAL DE VENDEDORES DE PRENSA DE BARCELONA Y PROVINCIA y que deben dirigirse a la misma para concretar y realizar los trámites necesarios para incorporarse a CANALKIOSK.

En conclusión, NO EXISTE ningún acuerdo, ni verbal ni escrito, con ninguna asociación ni vendedor independiente que no sea LA ASOCIACION PROFESIONAL DE VENDEDORES DE PRENSA DE BARCELONA Y PROVICIA presidida por Dº Pedro Collado referente a CANALKIOSK, advirtiendo a quien corresponda de la posibilidad de iniciar acciones legales si persisten publicaciones falsas.

Atentamente.

Theodor Trujillo, Director General

lunes, abril 28, 2008

I Capuleti e i Montecchi

Ayer viví un día raro; por primera vez en varios meses me tomé un domingo de asueto. El motivo: Dalr debutaba como cantante de ópera. Para la música, tengo un oído enfrente del otro con el aderezo, además, de que mi tímpano derecho es intangible, o sea, no tengo, y eso me impide escuchar en estéreo. Aun así, asistí al estreno. He visto muchas películas americanas dónde papá o mamá no llegan a tiempo de ver la función del cole y crean un trauma al peque. No quiero que Dalr, cuando sea mayor, acabe en la silla de un psicoanalista por mi causa.

Aprendí varias cosas.
En cuarto de bachiller, el profesor de literatura nos hizo comprar un libro a cada alumno de modo que, a final de curso, cada uno de nosotros había leído la friolera de 40 obras de la literatura universal. Lo de friolera no es por la cantidad sino por la calidad. A los 13 años yo no estaba por introducirme en las profundidades del Libro del Buen Amor o La Chanson de Roland, pero los leí. También leí La Celestina, Romeo y Julieta y Hamlet. Respecto a Romeo, personaje, lo encontré blandengue. Bellini me ha aclarado las ideas: era mariquita; más aún, era transexual. Por eso escribió su música para que la interpretase una mezzosoprano.

También aprendí lo que era “play back”. La primera vez que vi escrita la locución, busqué las dos palabras en el diccionario de inglés y me hice mi composición: juego de espaldas, andar hacia atrás… ir de culo. Luego, los entendidos me dijeron que no, que era Escala en Hi-Fi. Que grababan las canciones y los intérpretes simulaban que interpretaban, pero no. En la función de ayer, Lorenzo lo hacía muy bien. Fijé mi vista en él y lo estudié. El muy ladino llevaba colgado, a modo de medallón, un CD. ¡A mí me la iba a pegar! Incluso intenté localizar el cable y no lo encontré. Seguro que usaba mando a distancia.

La última cosa que aprendí fue el motivo por el cual I Capuleti estaban cabreados: Julieta andaba más embarazada que la Ministra Chacón por lo que papá Capuleto y primo Tebaldo estaban más por lavar el honor que por casar a la niña.

¡Ah! Dalr interpretaba a Tebaldo.

viernes, abril 25, 2008

Vidiosco Club


En los años ochenta se empezó a popularizar el video. Bueno, popular, popular no era porque salía carillo. Un video decente costaba casi dos mensualidades de sueldo, y uno bueno, tres. Pero uno aprovechaba la paga extra de Navidad, entonces las había, y mercaba uno. El siguiente paso era hacerse socio del Video Club Vergara, comprar una película e ir cambiando. Pasadas unas semanas, decaía el interés por el cine y cada día se alquilaban menos cintas. Pasados unos meses, se hacían cálculos y resultaba que cada cambio salía más caro que si fuese uno a ver una película de estreno. Resultado: el cliente se desasociaba.

Y los diarios empezaron a “regalar” VHSs que los lectores comprábamos e íbamos acumulando en nuestra videoteca. Llegó el DVD y tres cuartos de lo mismo. Los videoclubs resucitaron por un tiempo y, luego, nada. Quedaron unos cuantos y el resto de películas se alquilaba directamente a la SGAE, vía emule.

Planeta DeAgostini entró en el juego de la venta de películas en los quioscos y, de vez en cuando (un par de veces al mes, supongo que cuando hay poca cosa que repartir), nos inunda. Lo cierto es que se le va sacando algún rendimiento y, si alguna queda fuera de plazo, es cuestión de insistir: al final cae.

La semana pasada recibí una remesa. Comprobé los albaranes y me puse a colocarlas. En éstas, llegó Dalr.
- ¿Te has fijado en esta película?
Me alargo una de las que acababa de poner: La Promesa (La leyenda de los caballeros del viento). Le di vueltas.
- No veo nada raro.
- Mírala bien.
La miré: VERSION EXCLUSIVA ALQUILER.
- ¡Coño, José Manuel! -como me carteo con él, le empiezo a coger confianza-. Acabas de transformar mi quiosco de prensa en un vidiosco.

La película me genera dudas:
· ¿Puedo vender un película editada exclusivamente para alquilar?
· ¿Me está incitando Planeta a delinquir?
· Si la película es de alquiler ¿tiene fecha de caducidad?
· ¿La cantidad de 19,99€ que figura impresa es precio de venta o precio de alquiler?
· ¿También piensa Planeta que los quiosqueros somos unos indocumentados?

jueves, abril 24, 2008

¿Zafón? ¿Y quién es ése?


Durante el bachiller tuve un par de genios como profesores. De matemáticas, claro. Pero por encima de todos estaba D. Antonio Rico. De D. Antonio cuentan infinidad de anécdotas, la mayoría ponderando su inteligencia y su despiste. Nos referimos a una que tiene que ver con el día de ayer.

En mis años de estudiante sólo se podía cursar Ciencias Exactas en Madrid, Barcelona y, prácticamente, en ningún sitio más, por lo que en provincias teníamos como profesores de matemáticas a Licenciados en Química. En mi colegio, los más afamados eran D. Juan Alcoba y D. Antonio Rico. En 1964, ambos opositaron a Ayudante de Cátedra de Instituto y, mientras duraron las oposiciones, en Madrid por supuesto, tuvimos profes interinos. Aquel año mi profesor era D. Juan Alcoba, por lo que, lo que cuento de D. Antonio Rico, es de oídas.

Entre el permiso que les dieron para prepararse y el tiempo que duraron las oposiciones en sí, ambos profesores pasaron casi mes y medio fuera de su puesto. Cuando se incorporaron, encontré a D. Juan Alcoba muy pálido, demacrado y enjuto. Se notaba que había pasado una época currando mucho y durmiendo poco. D. Antonio Rico, en cambio, volvió con el mismo aspecto de siempre, yo diría que, incluso, algo menos chupado que de costumbre. Sus alumnos me contaron el primer día de clase.
- Señores –les dijo D. Antonio-, yo le di por culo a D. Juan Alcoba porque él ha sacado el número de tres y yo el número uno.

Eso mismo es lo que yo digo hoy.
- Señores, le he dado por culo a Ruiz Zafón porque, en mi quiosco, él ha quedado tercero en el ranking de ventas mientras que Pies para quiosquero ocupó el segundo y primer puesto en la clasificación.

En la zona en la que se ubica mi quiosco, mis clientes son siempre los mismos: vecinos, empleados de las empresas de alrededor y algún paseante despistado. Revistas, chicles, tabaco y prensa. Pero los libros los compran en las librerías que, dicho sea de paso, es donde se compran los libros. Tal vez por eso, tengo pocos libros a la venta. Para Sant Jordi, sin embargo, me aprovisiono algo mejor. Este año ha sido todo un éxito (comparado con años anteriores) y he vendido un montón. Anoche hice recuento.
Mientras que de El juego del Ángel hemos vendidos 7 ejemplares, Pies para quiosquero Segunda temporada ha alcanzado la cifra de 18 y de Pies para quiosquero Primera temporada hemos colocado 22. El best seller del año pasado mantiene su primacía.

La jornada fue rica en anécdotas. Adelanto alguna.

Sobre las seis de la tarde pasó un grupo de hooligans. La cerveza les salía por las orejas. Preguntaban algo y Dalr le daba explicaciones en inglés.
- ¿Qué quieren? –pregunté-.
- Saber dónde está el Nou Camp.
- Mister, yo le explico.
Los súbditos de Su Majestad prestaron atención.
- Mira, tirad to pa parriba y cuando oigáis ¡Barça, Barça, Barça! es que habéis llegado.
- Zenquiu very mach, but Spein…
Cerró el puño y señaló hacia abajo con el pulgar.

Era la hora de cerrar cuando se acercó una señora desconocida.
- ¡Ay, tienen libros! Es que a mí encanta comprar libros en el quiosco.
- Nos complementamos, señora. A mí me encanta vender libros en el quiosco.
- ¿Tiene alguno de chistes?
- De chiste no, pero si se quiere reír un rato llévese Pies para quiosquero. Lo hemos escrito nosotros.
- ¿Los quiosqueros?
- No, estos quiosqueros.
- ¡Uy! Matilde Asensi... Ken Follet... Me parese que aquí voy a encontrar libros para toda la familia.
Fue eligiendo. Cogía uno, soltaba otro, volvía a coger el que había soltado...
- ¿No tiene ninguno de casa?
- No, de casa sólo tengo revistas: El Mueble, Casa al Día, Casa Joven...
- No, no. Revistas no. Novela de casa... de casadores.
- ¡Ah, casa con escopeta! No, tampoco.

Aun así se llevó un montón.

martes, abril 22, 2008

Eixample multilingüe

No me gusta presumir de lenguas pero cuando uno es capaz de expresarse, manual y/o digitalmente, en unas docenas de idiomas, seria inmodestia no hacerlo. Más aún, cuando ves que tus vecinos progresan adecuadamente en la atención al guiri en su propio idioma.

Lo que no he conseguido todavía es manualizar o digitalizar los títulos de las publicaciones. No sé pronunciar con las manos Le Figagó, De Economist o Espor Laif. Y los editores van por ahí. Mis parroquianos, muchos de ellos, no son expertos en idiomas y puedo encontrarme con que alguien me pida Oquey, Ocay, Ocá o, simplemente, Oc. Más difícil me lo ponen con Time Out. Pueden pedirme Taimout, Taimaut, Timeout, Timeaut o “esa revista que es como la Guía del Ocio pero en catalán”. Salva le encontró el nombre.
Descendía del quiosco y, en previsión, puse la mano sobre un montón de revistas.
- Tenga cuidado, señor Quiosquero, ta meao.
- ¡La madre que los parió! ¿Dónde se han meao?
- No, señor Quiosquero, es que se puede resbalar la revista Tame Ao.

Superwaiter es igualmente un experto en lenguas. Pero las vocaliza y entonces tiene dificultades. Tomaba café en su chiringuito cuando un par de turistas se acercaron a una de las mesas de la terraza. Uno de ellos se adelantó, entreabrió la puerta y pidió.
- Tú biar, plis.
Mientras el Super preparaba las cervezas, íbamos hablando.
- ¿Cómo se dice cuatro en inglés? -me preguntó-.
- Cuatra.
- ¡No, hombre, eso es catalán!
- Catr.
- Me lo estás diciendo en francés.
- Cuaaattro.
- Italiano.
No estaba dando una pero le demostraba que podía decir “cuatro” en un montón de idiomas.
- Es fácil, Super. Levanta cuatro dedos y ya está.
- Está feo señalar. ¡Ya lo tengo! –gritó-. Tú cada guan.

domingo, abril 20, 2008

¿Por qué soy quiosquero?

“Por qué soy quiosquero” es el título del blog de unos quiosqueros que decidieron, hace un par de meses, lanzarse al mundo de la banda ancha. Pero hoy no toca hablar de blogs. Hoy me he hecho la pregunta: ¿por qué soy quiosquero? Indudablemente, por imbécil. Porque si no fuese así, estaría pasando el fin de semana disfrutando de la familia. Siendo quiosquero, los domingos la familia me sufre. El domingo vengo cabreado y no sólo porque es domingo. Vengo cabreado porque ayer fue sábado y, sobre todo, porque antesdeayer fue viernes. Y el viernes Marina Press vació sus almacenes y me inundó el quiosco. El viernes, SGEL y SADE hicieron un “pequeño” avance de las revistas mensuales. El viernes, hasta Logística de Medios hizo causa común con las demás distribuidoras y apareció con unos dominicales de El Periódico tamaño Vogue y, ¡coño!, quinientos aparatos de DVD que, al final, tendré que devolver porque los “cartillistas” ya se han cansado de esperar y han renunciado a su, tan esperada, promoción.

Resumen de entradas al quiosco el día viernes (prensa aparte).
Albaranes: 21
Publicaciones: 151
Volumen: 3 m/3 (más o menos)
Peso: 1 quintal (más o más)
Agua: Adelanto de la aportación del Ebro en forma de granizo.

Y Semana y Lecturas en tamaño DIN A10. Por supuesto en exposición preferente, es decir, en las profundidades del quiosco.
- ¿No tiene el Lecturas?
Observo el panorama. Están situadas a la altura de la máquina de tabaco, a ras de suelo. Delante, los Mondes de Vileguá y los DVD de La Razón. La gente, paraguas en ristre, empieza a acumularse.
- Lo siento, no me quedan.
- Entonces me llevaré Hola. ¿Dos cincuenta?
- No, señora. Ese es el precio en Portugal. En España es uno noventa.
- ¡Andá! Lo mismo que en Calatayud.

A media tarde he conseguido encontrar hueco para el contenido de 1os paquetes. Para todos menos para el lote de productos del Barça que, como vendrán sin código de barras, los colocaré el lunes directamente en el paquete de devolución.
- ¡Hola, jefe! ¿Qué tal le va el día de lluvia?
Es la Gallega.
- No confunda, mujer. Esto es parte de la aportación de agua del Ebro; lo que pasa es que, como todas las cosas que dependen del gobierno, se ha hecho mal. Han pasado las tuberías por arriba y, encima, gotean.
- Es que este Zapatero no da una a derechas. ¿Ha visto usted lo que ha dicho el italiano? Pues el Buitone dice que es un Gobierno Rosa y que a ver cómo se lo monta el Zapatero para gobernar a tanta mujer junta.
- Bueno, mujer, las cosas son según se toman: por lo menos, ahora el gobierno tiene mejor cara.
- Mi hija se va mañana y vamos a que le hagan una ecografía. ¡Hay que ver cómo adelantan los tiempos! Se la hacen en cuatro dimensiones y además lo graban en un disco. Lo pones en el UCD y ves al crío moverse. Me voy que llego tarde.

Bien, reconozco que también soy quiosquero por estas cosas.

viernes, abril 18, 2008

SAKA MOKO, el japonés gorrino


Yo me crié en estado salvaje, es decir, en libertad. Salía por la mañana y me pasaba el día trotando hasta que mi madre me llamaba a grito pelado. Las normas de educación eran básicas pero estrictas y, al menos en casa, había que cumplirlas a rajatabla.

En mi casa era obligatorio llevar el pañuelo en el bolsillo y estaba prohibido pasearse con las candelas sobre el labio superior. Tenía cuatro o cinco años cuando aprendí a limpiarme los mocos. En la manga, por supuesto. Y mi madre me amenazó. Y mi madre es de las que cumplen sus amenazas. Así que restregó un poco de picante en la manga de mi camisa y se me puso el hocico como el culo de una vaca. Nunca máis.

Los niños ya no se limpian los mocos en la manga. La culpa la tienen los tejidos acrílicos, que producen alergia. Pero para eso está Marina Press, para educarlos. Acaba de distribuir lo que, en breve, hará el furor de la gente menuda: el SAKA MOKO. Es una nariz enorme con verrugas. Las leyendas no tienen desperdicio.

¡TUS NUEVOS AMIGOS PEGAJOSOS!
1 o 2 MOKOS en cada envase.
Saca tu personaje MOKO de dentro de la nariz.
¡LÁNZATE EN BUSCA DEL MOKO PERDIDO! Sólo tienes que meter tu dedo en el contenedor con forma de nariz y sacar el personaje MOKO que hay dentro. ¡Colecciona los 24 personajes diferentes y estíralos, aplástalos y lánzalos muy lejos!

¡A ver quién es el guapo que, en adelante, le dice a su hijo que es una cochinada meterse el dedo en la nariz, rebuscar en sus profundidades, amasar el producto obtenido y dejarlo pegado en el respaldo del sofá!

jueves, abril 17, 2008

¡La Virgen de la Cueva!

Luís Yáñez encabezaba la delegación de Sevilla en el Congreso de Suresnes, aquél que elevó a Felipe González a la Secretaría General del PSOE, mediante lo que Pablo Castellano bautizó como Pacto del Betis. Con el devenir de los tiempos, Yánez ocupó distintos cargos en el partido hasta acabar, en 1991, como presidente de la Comisión organizadora del V Centenario del Descubrimiento de América. Una reproducción de la Victoria zozobró por dos veces en el Guadalquivir. Corrió por entonces un chistecillo que lo presentaba en la botadura de la nave. Uno de los asistentes se dirigió a él:
- Presidente, parece que zozobra.
- Más vale que zozobre que no que zofalte –le contestó Yánez.
Por este motivo y por otros, Luís Yánez fue considerado como el gafe de los primeros gobiernos del PSOE.

El gafe del gobierno actual debe ser Zapatero. El año pasado, con el Barça líder destacado de la liga, el presidente del gobierno apostó por el campeonato del equipo culé, y el Barça se desfondó. Una de las primeras medidas que tomó su primer gobierno fue suspender las obras del PHN (trasvase del Ebro), y hemos tenido la mayor sequía que se conoce. Un gobierno, todavía no formado, tuvo que tomar la determinación de que el Ebro hiciera una “aportación” (de ningún modo, trasvase) para paliar la escasez de agua en Barcelona, y se pone a llover.
Lo peor es que el gafe de Zapatero me ha gafado a mí también.

Siete minutos de mi vida esta mañana.

Empieza a llover. En previsión, Salva no ha sacado los cartones pero sí los expositores. Operación resguardo. Tengo dicho que no me pongan en el expositor publicaciones que sobresalgan por la parte de arriba, pero que si quieres arroz, Catalina. Marie Claire 2 y Guía del Niño se enganchan el toldo. Ni palante ni patrás.
- Me cobre La Vanguardia.
Billete de 5 euros. Sigo intentando desatascar el atasco.
- Llevo prisa.
- ¿Me sujeta un momento la artillería, por favor?
Me la sujeta. Previamente ha plegado el paraguas y lo deposita sobre El Jueves. Esperanza Aguirre no esperaba la ducha fría y se estremece.
Le doy el cambio y finalizo la operación resguardo.

Atacan a la vez Marina Press y sus promociones, Sadibarna con Sapiens encartonado, esturreo de películas chorras y, menos mal, Carlos Ruiz Zafón y El Juego del Ángel, y SGEL con pilas enormes de cartones que, una vez colocadas en el interior del cortijo, me dejan un cuadro de medio metro de lado para moverme.
- Una tarjeta de metro de diez viajes.
- Siete veinte.
- Se lo doy en calderilla. Cuente.
¡Cincuenta y tres monedas!
- Me cobra Público.
- Camel.
- ¿Me puede dar una bolsa para el agua? –el de Público-.
- Para agua sólo tengo un cubo –contesto-.
- ¡Ah, no! Para el periódico.
- Entonces, sí.
- Señor Quiosquero, las llaves de la peluquería.
- Marca.
- ¡Oiga, tiene los periódicos mojados!
- Y más que los está mojando usted con el paraguas.
- Perdone.
Cierra el paraguas y el pararrayos apunta directamente a Le Monde que acaba empapado.
- ¡Hombre, que el agua nos la mandarán los franceses desde el Ródano pero no envuelta en papel de periódico!
- ¿Dónde está la iglesia de la Inmaculada?
- ¡Momento!
- Es que llevo mucha prisa.
- Entonces tira hacia arriba que el Señor guiará tus pasos.
Me parece que se ha ido cabreado.

martes, abril 15, 2008

Expectativas

Quiosquera es catalana, es decir, lleva el comercio en la sangre; para comprar y para vender.

Recuerdo una noche en Kusadasi cuando, después de habernos metido en el cuerpo tres o cuatro copas de raqui, decidió comprar una chaqueta de cuero para dalr. El turco que nos atendía, el mismo con el que nos habíamos estado soplando el raqui, inició el regateo dirigiéndose a mí.
- No, no –le dije-. Manda la señora.
- ¿En España manda señora?
- ¡Faltaría más! ¿Cómo va en Turquía?
- Si aquí se mete señora, ¡plas, plas!
Y lanzó dos bofetadas al aire a modo de demostración.
Cada vez que el turco creía tener convencida a Quiosquera, ésta iniciaba otra vez el regateo a la baja. Nos dieron las dos de la mañana. De vez en cuando el turco nos metía otro raqui en el cuerpo, pero Quiosquera estaba por el té de manzana y no se dejaba convencer; ni en el raqui ni en el precio. Finalmente, muertos de sueño, cerramos el trato.
- Durilla ¿eh? Es que Quiosquera es catalana.
- ¡Catalana no, mafiooosi!
Dalr todavía se pone la chaqueta alguna vez.

En el ramo de ventas es peor. Si Quiosquera quiere venderte algo, dalo por comprado.
El pasado miércoles se acercó por el quiosco un chico que, habitualmente, compra El País y el libro de cocina. Quiosquera se enrolló y acabó hablándole de Pies para quiosquero, primera temporada. El buen hombre no estaba por la faena pero se ve que llevaba prisa y no sabía como quitarse el muerto de encima.
- ¿Cuánto cuesta? –acabó por preguntar-.
- Sólo 6 euros.
- ¡Ah, bueno! Déme uno.
Y se alejó empujando el cochecito del bebé que paseaba.
- Ya nos dirás si te ha gustado.
- ¡Uy! No creo que pueda leerlo de inmediato; tengo mucha lectura atrasada.

Pasó el jueves a primera hora.
- ¡Tío –me dijo-, me ha enganchado! Mira, mira, sólo me faltan ocho o diez páginas. ¡Sois la hostia! ¿Cuándo sale el siguiente?
- Ya ha salido.
- Pues me lo llevo.
- No puede ser, aún no está a la venta. Te tienes que esperar hasta la presentación, que es el día 18.
- ¡Coño! ¿No puedes hacer una excepción?
- No. Igualdad de oportunidades.
- Pues guárdame uno. Yo no me lo pierdo.

Me ha metido el miedo en el cuerpo. A grandes expectativas, estrepitosos fracasos.

lunes, abril 14, 2008

Presentación de la segunda temporada

Se acerca Sant Jordi y ya estamos rodeados de libros (las rosas vendrán más tarde). Este año la lucha por ver cual será el libro más vendido se presenta calentita. La cosa va de segundas partes. La segunda parte de Los pilares de la tierra recibirá esta misma semana la dura competencia de la segunda parte de La sombra del viento. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero si nos quieres caldo, tres tazas. Para los que duden entre Zafón y Follet les proponemos una tercera segunda parte: la segunda temporada de Pies para quiosquero.

El próximo viernes 18 presentaremos en sociedad el libro que recoje las andanzas de nuestro segundo año al frente del quiosco. Además hemos reeditado el libro de la primera temporada, cuya primera edición se agotó.

Como es tradición, el acto tendrá lugar en Villabragas, al ladito del quiosco. Si queréis conocer a los protagonistas del blog, tanto delante como detrás del mostrador, no os podéis perder esta oportunidad. Aunaremos los tres pilares básicos de nuestra cultura: quioscos, libros y jamón.

Os esperamos.

Presentación de Pies para quiosquero:segunda temporada
Con la participación de Quiosquero, quiosquera y dalr
Lugar: De Café. C/ Bruc, 80 (esquina Consejo de Ciento) Ver mapa
Fecha: Viernes 18 de abril a las 19:00

domingo, abril 13, 2008

¡Menuda semanita!

¡Qué ganas tenía de que se acabara la dichosa semana!
Como a Salva se le ocurrió ser papá, su genial idea nos ha llevado de cabeza a Quiosquero y a una servidora estos últimos días.
Ya sabéis que, el pasado sábado, Dña. Lupe dio a luz a nuestra pequeña Lupita Pues bien, Salva, que es quien se encarga de abrir y montar el tenderete de los periódicos, nos dejó solos ante el peligro. Quienes lo conocéis, ya habéis visto que es joven y muuuuuy fuertote. Sin embargo, tanto Quiosquero como yo, somos normalillos. Vaya: de los que pesan menos que los paquetes de Vanguardias que tenemos que mover. Pues bueno, cada mañana, el maldito despertador ha llevado a cabo su macabra función y se ha encabritado tratando de molestar desde el momento en que daban las 5 de la mañana. Y vaya si ha molestado. No ha parado de incordiar hasta que nos ha visto en pie. No quiero ni imaginar lo que se habrá reído el espejo del cuarto de baño cuando nos ha visto aparecer... A partir de ese momento, el ritual: encender el calentador, ducha reconfortante, vestirse, peinarse, preparar el desayuno, comérnoslo (eso era una de las mejores cosas de la mañana porque en casa nos sentamos para desayunar nuestro zumito, el pan con tomate, el yogurt, café...y lo que se tercie)
Así, cada mañana hemos llegado al quiosco camuflados bajo el casco a lomos de nuestro quad. Supongo que Quiosquero iba despierto. Yo NO. Lo digo porque no hemos chocado con nadie (ja, como si a esa hora la gente saliera a pasear) y no nos hemos desviado de la ruta ni un solo día.
Yo, para amenizar la semana que pintaba bonita, me pedí 3 días de vacaciones con el ánimo de disfrutar de los quehaceres propios del negocio de 6 de la mañana a 8 de la tarde sin interrupción, excepto para dar alguna que otra dentellada a un bocadillo, entre cliente y cliente.¡Vaya, unas vacaciones de verdad!
Al cuarto día, decidí que ponía fin a las vacaciones y me incorporaba a mi trabajo pero con ciertos cambios de urgencia, claro. Me he seguido levantando a las 5 de la mañana; hemos puesto los periódicos, hemos montado todos los chismes como siempre y... hale, a las 8, fichando (y luego hablarán mal de los funcionarios).
Ha querido el destino que estos cambios en mi vida me hayan pillado en la semana que tenía que acudir diariamente a unas sesiones de recuperación funcional para ver si termino de una vez con la historia de mi tobillo. El martirio al que me someten es a ½ hora de ejercicios de gimnasia para fortalecer la musculatura de la zona y, después, a unas sesiones de onda corta que me alternan con magnetoterapia. Como final de fiesta, unos minutos con el pie en remojo para los ultrasonidos.
No podéis imaginaros cómo lo he pasado; cuando el fisio decía que cerrásemos los ojos y levantásemos una pierna para ejercitar el equilibrio, tenía miedo de quedarme dormida como los flamencos. Me llevo todos los días un libro que hace meses que estoy leyendo, para amenizar el rato en que me tienen conectada a las corrientes, etc. Pues bien, el viernes estuve en un trís de caerme del taburete en el que estaba sentada. Yo pude aguantar, el libro no tuvo tanta suerte y acabó el al suelo. No sé qué pensaría la gente que había en el gimnasio pero yo, por si acaso, no levanté la vista: recogí el libro e hice como si leyera y aquí no ha pasado nada.
Pero, no creáis que ahí se terminó todo. Era viernes y creo que ya había tocado fondo. Cuando llegó el turno a los ultrasonidos llené la bañera, me quité el calcetín, metí el pie en el agua, vino el auxiliar a poner el cacharro en marcha y se fue. Me puse a leer otra vez y al cabo de un ratito descubrí que yo tenía el pie en remojo, pero el cacharro que proporciona los ultrasonidos, seguía fuera del agua. Lo metí al instante esperando que nadie se hubiera dado cuenta. Cuando fui consciente de todo lo que me había pasado, empecé a reír cual loca y solté ¡Vaya semanita! Mañana Salva tampoco viene, así que más de lo mismo. Ah! Si el traumatólogo no decide lo contrario, será mi último día de tratamiento.

Accidental Loto Catalunya

Hay quioscos de diferentes formas, tamaños y colores aunque todos ellos tienen un denominador común: son un nido de mierda. En mis primeras vacaciones quiosqueriles cerramos 5 semanas y aprovechamos una de ellas para darle un repaso a la casita, que quedó como los chorros del loro (más o menos). Pero ya no hemos cerrado más y la mierda y el polvillo se va acumulando por los rincones primero y por el resto del quiosco después.

De pequeño, cuando volvía empercudido de jugar en el rebalaje, mi madre me decía que venía más sucio que las manos de un carbonero. Dado que el gas de las bombonas de butano no ensucia, habrá que decir de alguien, que está más sucio que las manos de un quiosquero. Y eso que las toallitas húmedas, en este quiosco, van que vuelan.

A la mierda uno llega a acostumbrarse; al polvillo, no. Al menos yo que tengo un poco de alergia al polvo (a éste y al otro). Cuando me pongo a hacer devoluciones paso más tiempo estornudando que montando el paquete.

El viernes pasado, con Salva desaparecido en combate, tuve que emplearme a fondo si no quería optar a un corte de servicio por falta de pago. Después de una semana sin posar el culo en blando, estaba de mala leche subida y eso que acababa de soplarme un bocata de tortilla de patatas tamaño peón de albañil. Entre el humillo del rosli que tenía en la boca y el polvo de las revistas que se me colaba por la nariz, solté un estornudo de campeonato. El puro fue a parar al expositor de Trident y el sipiajo salió recto e hizo impacto en la pantalla de la Loto. Mamá Chispa hacía poco rato que se había llevado su dosis de 6/49 sabatina (5 euros) y esa cantidad es la que figuraba en el marcador. El galipo hizo diana allá donde pone “Automàtica” y ¡buhhh!, el boleto salió escupido (no es metáfora).

Pagué la apuesta y la guardé esperanzado. Hoy domingo me he levantado seguro de que era mi último día de quiosquero. Aun así, he contenido mis deseos hasta que Quiosquera y yo hemos colocado la prensa en su sitio. He encendido el puro matutino, me he frotado y las manos y …
- ¡Buhhh, chan! NO ÉS GUANYADOR

A la Loto no le hizo gracia que le escupiera.

viernes, abril 11, 2008

SADE y Bola de Drac

Hace unos días me dirigí a D. José Manuel Lara quejándome del funcionamiento de su distribuidora en exclusiva para Barcelona y, tras la recepción de la factura de esta semana, debo hacer un par de puntualizaciones.

A) En efecto, SADE rechazó la devolución de un ejemplar de Bola de Drac porque no pertenecía a su fondo. Cuando recibí la factura donde se me debía abonar, hice la reclamación oportuna y, apenas una semana después, observo que ha sido aceptada y mi Bola de Drac aparece consignada y abonada.
O sea, SADE sí sabe que es la distribuidora de los productos de Planeta.

B) Mosqueado, investigo qué ha podido producir el error. Y encuentro el motivo. El código de barras de Bola de Drac es 9788467425321 salvo, oh casualidad, el número 12 de la colección que aparece como 9788467425390. Pero en mi base de datos, la que recibo directamente del grupo Logista, el código que aparece es el común a toda la colección. Es normal, por tanto, que cuando el revisor o revisora de devoluciones pasase el librito por el escáner, le apareciese el mensaje “PUBLICACIÓN DESCONOCIDA”. Sabemos que entre editoras y distribuidoras se pasan los datos según protocolo FANDE, entonces ¿de dónde procede el error? Obviamente, del editor. Eso explica que, cuando en este quiosco una publicación no responde al escáner, decimos “Es de SADE”. Y es que los editores también la cagan.

Una vez más se cumple el dicho: “Entre todos lo mataron y el quiosquero solo, se murió”.

jueves, abril 10, 2008

Las Memorias de Lupita


- Coño, qué oscuro está esto! –me digo mientras abro los ojos y me desperezo.

Extiendo los brazos y tropiezo con unas paredes húmedas y blandengues. Estoy cómoda y calentita pero necesito tomar el aire. No encuentro la entrada de la gruta y pienso que se puede haber producido un derrumbamiento. Mientras exploro el recinto, noto un pequeño temblor en la parte superior de la estancia e imagino que los mineros deben andar buscándome. Acto seguido, la luz se hace paso por la rendija que acaba de dejar un enorme bisturí. Alguien me coge de los pies y me propina un cachete en el culo.
- ¡El culo se lo tocas a tu madre, guarro!

No me hace caso. Otras personas se encargan de lavarme, vestirme y hacerme la manicura. Hasta me peinan los cuatro pelillos que cubren mi cabeza. Entonces lo veo. Una mole se me acerca con una sonrisa de bobo que tira de espaldas. Me coge entre sus brazos. Oigo que dicen que este tío es mi papá. Tendré que acostumbrarme.
Luego me llevan a una habitación donde una señora, que parece cansada, me mira como si yo fuese algo suyo. Y lo soy. La señora es mi mamá.

Abrazos suaves, caricias, mimitos… ¡Uy, esto me va a gustar. Cuantos cariñitos me dispensan mis papás! Por fin, y después de elogios y miradas tiernas, me dejan en un lugar blandito en donde reposar, tapada con unas finas cobijas ¡qué bien estoy! Pero la tranquilidad dura poco: más gente que viene a conocerme. Entra una señora que dicen que es mi abuelita paterna y que vamos a vivir juntas. ¡Cómo me gusta esto de la familia!

Un ratito más tarde empiezan las visitas. Es un rollo. No me dejan descansar. Ahora me toman en unos brazos y luego me pasan a otros ¡qué mareo! Me parece que voy a tener que empezar a sacar el mal genio. A ver si lloro un poquito y se dan cuenta de que me están molestando. Quiero disfrutar de mi familia.

Llaman a la puerta. Más visitas. Ahora entran a verme un señor y una señora. Oigo que mi papá llama “jefe” al señor y entonces me entero de que son Quiosquero y Quiosquera. Parecen muy simpáticos. La señora me toma en los brazos con mucho cuidadito y después de decir a mis papás que soy muy bonita, me echan unas fotos. Yo no sabía lo que era eso pero me entero de que es lo que hay en las portadas de las revistas. Parece que me van a hacer famosa. Eso de ser famoso dicen que es bueno porque se gana buen dinerito para ayudar a mis papás.

Poco después, llaman a la puerta de nuevo. Es una enfermera que viene a ponerme polvitos y a dejarme fresquita en mi cuna. Empiezan a mirarme con caras raras. ¡Uy, uy, uy! Esto no me gusta un pelo. Parece que murmuran algo así como que me estoy poniendo amarilla ¿qué será eso? De repente empiezo a entender qué quiere decir que voy a ser famosa: me acaba de subir la bilirrubina como le pasó a Juan Guerra.

Minutos después vienen a por mí. ¡Eh, mami, que se me llevan. No quiero dejar a mis papás. Me quiero quedar en mi cunita! Me envuelven en papel de plata y me meten en un microondas. Bueno, microondas o algo así. Creo que lo llaman incubadora y te mantienen calentita. Prometieron a mis papás que sería por poco tiempo.

Aquí, me parece que me voy a aburrir mucho. No sé. Seguiremos en contacto.

Socializar empresas

Ingresé en el Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago con mi bachillerato recién estrenado y con la convicción de que la Universidad ganaba un buen estudiante que atesoraba, además, una vasta cultura. Pronto salí de mi error; para ser culto puede ser necesario sacar buenas notas, pero no es suficiente. La cultura no se hace en los libros de texto. La cultura hay que trabajarla y yo había pasado por alto esa tarea.

Caí en un grupo homogéneo que formaban alumnos de Almería y Málaga: Pepe y Miguel Morales, Celso Ortiz, El Perli, Antonio Sánchez Trigueros… Con ellos aprendí mucho de lo que ahora sé, si bien no fui capaz de recuperar el tiempo perdido y mi cultura quedó entre dos aguas.

Políticamente también me formé con ellos. Entonces había tres grupos básicos: los que pertenecían al Frente de Juventudes, los que no teníamos puñetera idea y los comunistas. Mis nuevos amigos me hablaron de la Gauche Divine, del eurocomunismo y de las ideas socializantes de la izquierda; incluso participé con ellos en alguna de las tímidas acciones que aquí se hicieron en mayo del 68. Después volví a mi pasotismo político aunque siempre recuerdo, dentro de lo que cabe, sus enseñanzas.

- Super, estoy pensando en socializar el quiosco.
- ¡Fuera!
- ¿Por qué?
- Porque aquí sólo se admite gente de derechas.
- ¡Eh, que yo soy un empresario de izquierdas pero un cliente de derechas!
- ¡Ah, bueno! ¿Y cómo te dio por ahí?
- Porque pienso que los empleados deben participar en los beneficios de la empresa.
- ¡Anda ya! No me creo que el quiosco tenga beneficios. ¿No será que quieres repartir las pérdidas?
- Mi quiosco no tiene pérdidas, en todo caso beneficios negativos.
- Me parece que tú eres un cabroncete.
- Sí, pero de izquierdas.

martes, abril 08, 2008

Carta a D. José Manuel Lara

Distinguido señor:

Según tengo entendido, el distribuidor en exclusiva para sus colecciones en Barcelona es la empresa Sociedad Anónima Distribuidora de Ediciones. Por el bien de los quiosqueros de dicha ciudad y, tal vez, de la compañía que usted preside, creo mi deber advertirle que sería conveniente comunicar a la citada empresa distribuidora que los productos de Planeta DeAgostini llegan a los quioscos si, y sólo si, ellos se dignan llevarlos.

Lo digo porque me da la sensación de que aún no se han enterado de los productos que distribuyen. Ayer mismo recibí el rechazo de la devolución de un ejemplar de BOLA DE DRAC que, según ellos, no pertenece a su fondo. En este caso, el perjudicado soy yo, pero si se hubiese tratado de un pedido y hubiesen reaccionado igual, los perjudicados seríamos usted y yo. Aunque sea meterme donde no me llaman, le aconsejaría que se buscase una distribuidora más competente.

Atentamente:
Quiosquero


sábado, abril 05, 2008

El cenit de Sadibarna

El 24 de octubre de 2007 los quiosqueros empezamos a sufrir la fusión de Distribarna y Sade. Ya entonces nos quejábamos del empeoramiento que se nos venía encima pero estaba lejos de sospechar que aquello era sólo la punta del iceberg. El puteo a que iban a someternos apenas había iniciado su amanecer. Me gustaría poder decir que, en este momento, dicho puteo ha alcanzado su cenit pero me da como que no. De lo que estoy seguro es que los quiosqueros hemos emprendido el camino del ocaso si alguien no lo remedia.

Analizamos, muy por encima, alguno de los aspectos que distinguen a la distribuidora.

Albaranes de entrega
Servidor, con su Kiosnet se baja cada día los datos (herencia de Distribarna). De entrada me encuentro con dos problemas. El primero es que, a menudo, el género lo recibo varios días después que el albarán (¿Tan difícil es, pregunto, controlar que salgan y se entreguen todos los albaranes emitidos?). Lo peor es cuando no lo recibo nunca. Si me doy cuenta, reclamo. “Para que su reclamación pueda ser atendida es necesario que envíe copia del albarán original”. Contestación: “Ruego me envíen copia del albarán xxx para poder realizar la reclamación pertinente”. Nunca más se supo. ¡Clin, clin, habas al saco!
El segundo problema es cuando se recibe el paquete y el albarán no ha entrado por Internet. Me fijo en la fecha y ¡coño, he recibido el albarán de mañana! Los departamentos de distribución e informática utilizan husos horarios distintos. Colega informático, ¿quién se pasa las fechas por el forro?

Albaranes de devolución
No merece la pena analizarlos. Funcionan más o menos como las otras distribuidoras sólo que con un poco más de demora. Ya conté que una reclamación sobre libros de Sant Jordi de 2007 me la resolvieron en noviembre. ¡Servicio rápido y esmerado!

Facturas
Sade, a secas, no me daba problemas. Las facturas se cuadraban o descuadraban en un periquete. Como el sistema funcionaba, han cambiado el sistema. Ahora, las devoluciones vienen agrupadas en función de unos albaranes que se inventan y el quiosquero ha de estar pasando tres o cuatro hojas arriba y abajo buscando cada título de su devolución. ¿Tan difícil es, colega informático, clasificar en función de los albaranes del cliente o, simplemente, por orden alfabético?

Horario de entregas
Aquí es donde Sadibarna alcanza el summus de la gloria. Sade llegaba a las seis. Distribarna entre nueve y diez. “Con la fusión mejoramos nuestro servicio”. ¡Y un güevo! Con la fusión están llegando últimamente entre una y tres de la tarde. Menos el lunes que, no sé cómo, llegan sobre las ocho. ¿Tendrá algo que ver el editor de Pronto?

Esta es nuestra distribuidora. Es, algo así, como si a Superwaiter o Villabragas le sirvieran los donuts y los cruasanes a las doce del mediodía ¡ya pa qué! Digo yo que si pagásemos portes lo mismo se mejoraba el servicio.
Me he jurado mil veces no volver a hacer comentarios que puedan abrir la caja de los truenos pero es superior a mis fuerzas. Mañana aparecerán comentarios echando la culpa del desmadre a esta o aquella asociación de vendedores olvidando que la causa de nuestros males es otra. O conseguimos que la distribuidoras funcionen, o prescindimos de ellas o ellas nos borran del mapa.
Nosotros mismos.

ULTIMA HORA:
11 a.m. ¡Doña Lupe y Salva ya son papás!

jueves, abril 03, 2008

Hola asesina

Tengo un grave problema de pronunciación: por más que lo intento soy incapaz de empalmar dos consonantes seguidas. Mientras veía el partido del Barça, me pareció percibir en la camiseta de un alemán el nombre ERNST. ¿Me puede explicar alguien cómo demonios se pronuncia eso?

Me pasó al estudiar los maremotos. Las grandes olas que levantan se llaman tsunamis. Los niños de entonces intentábamos pronunciar todas las letras y lo único que lográbamos era escupir al que teníamos enfrente. Puesto que aquellos fenómenos mataban, decidimos llamarlas “olas asesinas”.

Ayer nos llegó la Hola Asesina que, siguiendo la norma inversa que utilizamos en mi escuela, deberá llamarse Htsunami.
Lo de Hola está claro. La llamo Asesina porque ha intentado matarme y no miento. El repartidor me dejó, en primera pasada, tres paquetazos. En mitad de la acera, por supuesto. Antes de que ocurriese un percance intenté apartar el primer paquete. El muy facineroso, en cuanto se vio a 70 cm del suelo, rompió la guita que lo sujetaba y se me llevó media espinilla por delante. Al menos medio kilo de pellejo que se fue pegado al cartón. ¡No quiero ni imaginarme qué hubiera pasado si me toca un órgano vital!

martes, abril 01, 2008

Estrujando el diccionario

Mi abuela Adela se crió en Los Corros, un pueblecillo o cortijada de La Alpujarra, y, aunque pueda sonar extraño, hablaba como si se hubiese criado en Los Corros. Recuerdo que utilizaba palabras raras e, incluso, en alguna de ellas cambiaba las letras de sitio. A mí se me escapaba la risa cuando la oía decir algo así como “Hoy no ha venío naide”.

En cuarto de bachiller estudié literatura y, en llegando a Santa Teresa, quedé con la boca abierta al comprobar que la del brazo incorrupto también utilizaba “naide” con la mayor naturalidad. “¡Ay, coño! –me dije. No es que mi abuela hablase mal, es que hablaba culto”. Y dediqué un tiempo a buscar en el diccionario aquellas palabras raras de mi abuela y otras, igualmente raras, que utilizábamos en el pueblo. Para mi sorpresa, la mayoría estaban descritas por la Academia.

Aunque fuesen académicas, he huido de tales vocablos por no parecer más cateto de lo que en realidad soy. Pero, con los años, me he vuelto más desinhibido y las voy colocando en mis conversaciones mientras disfruto del efecto que causan.

No hace demasiados días pasé por las oficinas de la Asociación a comprar tarjetas de autobús. En tales menesteres me suele atender la chica que allí sienta sus reales. Esta vez me atendió uno de los chicos. Me dio las tarjetas, imprimió la facturilla y cobró.
- ¡Ah! Dame también guita.
Se quedó parado.
- Guita... ¿Le queda por cobrar algo de lotería?
- ¡No, hombre, no! Guita... tomiza.
La chica de la oficina, que andaba por allí, me vio el gesto.
- Me parece que Quiosquero quiere cuerda.

Les expliqué alguna de las palabras que utilizaba mi abuela, “naide” incluida. Aunque los términos guita y tomiza los utilizo mal. Guita es una cuerda delgada de cáñamo, mientras que la tomiza es de esparto. Pero no sé cómo se llama una cuerda delgada de plástico (rafia, me corrige Quiosquera). Y es que, en tiempos de mi abuela, no había guitas de ese material.

Tele pizza

A los señores Hortelano los heredé como clientes del antiguo propietario del quiosco. Forman una pareja especial. Él es callado, amable y poco ruidoso. Ella podría ser paisana de mi madre: dicharachera, risueña y escandalosa.

El señor Hortelano tiene un puntito de alzheimer y, a veces, se despista. Su señora anda siempre muy pendiente de él y hace lo posible por estimularle el intelecto. Ahora le compra cada semana Juegos de mente. Pero es como un terremoto y siempre andamos a la greña sobre qué números se llevó y cuáles le faltan. De buen rollo siempre.

Este fin de semana, para que no hubiera olvidos, le di el ejemplar correspondiente el viernes y quedamos en que ya me daría el cupón. Ayer me trajo la lista de números que le faltaban.
- El 8, el 10 y el de esta semana.
- El de esta semana se lo llevó el viernes y me debe el cupón.
- No. El viernes me llevé el de la semana pasada.

Como yo también ando un tanto atacado por el alemán, me quedé con la duda. Menos mal que la señora Hortelano no se corta un pelo y es ágil de sesera.
- Bueno. Cuando llegue a casa lo miro y si no lo tengo le echo el teléfono.
- El último es el número 15.
- Me parece que no lo tengo. Ya se lo diré.
- Si no me llama ¿es que lo tiene o que no lo tiene?
- ¡Y yo qué sé! Con el cachondeo usted acaba siempre liándome. Lo miro y llamo con lo que sea.

Seguí cuadrando la factura de Marina Press y me olvidé del tema. A las 5 apareció Salva y yo salí meando leches a can Superwaiter. A la vuelta lo encontré riendo.
- Ha llamado la señora Hortelano.
- ¿Qué cuenta?
- Que los tiene todos menos el 8 y el 10.
- Ya me parecía. ¿Y de qué te ríes?
- Porque suena el teléfono, lo cojo y me dice: “El 8 y el 10”. “Perdone, señora –le digo-, esto es Tele pizza”. “¡Ay, perdona, perdona! El quiosquero me ha dado mal el número”. “No se preocupe. Le diré que le mande el 8 y el 10 ¿los quiere con pepperoni?”. “¿Eres Salva? Un día os voy moler a palos a los dos”. Y ha colgado muerta de risa.