lunes, agosto 29, 2005

El ojo de lince de las distribuidoras


Son unos fenómenos. Ellos sí que saben como funciona esto de vender periódicos. Los responsables de las distribuidoras nunca dejan de sorprenderme con ese ojo de lince que tienen para atinar siempre con el número de ejemplares que tienen que mandar a cada quiosco.

Cada vez que empieza una colección absurda, cada vez que se publica una revista que no hay Dios que venda, te mandan medio millón de ejemplares. Ahora bien, cuando se trata de un lanzamiento especial, anunciado a bombo y platillo en televisión, de esos que todo el mundo quiere comprar... un par de ejemplares y el que no madrugue que se joda. Y claro, quien tiene que dar la cara ante el cliente habitual de la publicación en cuestión que se queda sin su ejemplar, ¿es el distribuidor? No. El que se queda con cara de tonto y posiblemente pierde un cliente es el quiosquero.

Esto ha sido una constante durante todo el año, pero nada comparado con lo de hoy. El asunto es que duante toda la semana pasada, con media ciudad de vacaciones, los tíos nos han mandado, más o menos, los mismos periódicos que durante los meses de más movimiento. Pongamos unos 250 periódicos. Los paquetes de las devoluciones han sido muy agradables de manejar y han llenado de satisfacción a quiosqueros y repartidores que unidos en comunión nos hemos acordado de la madre de los distribuidores. ¿Y que ocurre hoy, cuando vuelven casi todos los currantes de sus vacaciones con ganas de olvidar los pesares del retorno al trabajo con un vistazo a las noticias que no les han preocupado durante un mes..? Que los tíos nos mandan unos 150 periódicos y, lo que es más cachondo, menos de la mitad de los más vendidos (es decir, La Vanguardia, El Periódico y El País). El resultado ha sido divertido. A las 11 de la mañana apenas quedaban periódicos. Por la tarde, dos periódicos económicos, tres o cuatro deportivos de los que no se venden (El 9 y el BiB) y dos únicos periódicos de información general: Avui y la Razón hermanados en el dudoso honor de que mucha gente prefiera estar desinformada que comprarlos. A la cama no te irás sin saber una cosa más.

La nota alegre de la jornada es la cara de satisfacción que va a poner mañana el repartidor cuando vea que puede llevar el paquete con la punta de la nariz. ¡Ole!

1 Comments:

At 16/5/10 19:02, Blogger Punto Crítico said...

No sólo acá pasaba???????????? jajajajajaja al parecer el ojo de lince es defectuoso en muchos lugares .... un completa grado concordar tu blog, está buenísimo

 

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