Me llevan al huerto
Apenas llevamos una semana en esto, y ya me ha tocado. No falla. A la que uno empieza a pensarse que está dominando algo nuevo, a la que le va pillando el tranquillo y empieza a disfrutar… Aparece alguien y te la clava. En este caso el alguien ha sido una señora de esas que van con prisa y se impacientan porque el señor que va antes se lo está pensando demasiado (me llevo el As o el Marca…) o tardas en dar con una revista que te han pedido. Cuando le toca, aunque no te ha caído bien de entrada, te alegras porque lo que lleva en la mano tiene pinta de caro. Un libro de unos 7 euros. En la otra mano lleva un billete que te suelta con cara de prisa. Te das la vuelta para buscar la idem (la vuelta…) y cuando ve las monedas te pone una cara rara.
- Te he dado uno de veinte. –dice sin apenas mirar lo que le devuelves.
- ¿No era de diez? –le preguntas inocente.
- ¡Ya estamos! –grita. Y empieza a montar un número como si se enfadara mucho porque le vuelven a sisar en el cambio.
No dudo que se le hayan equivocado alguna vez en el cambio. En mi quiosco, seguro que no. (No porque no nos equivocamos sino porque aún no nos ha dado tiempo y a la señora en cuestión es la primera vez que la vemos). El caso es que le pides perdón, le das diez euros más y le aseguras que no volverá a pasar. Porque no volverá a pasar. Cuando los billetes de diez van al sitio de los billetes de diez y los de veinte al de los de veinte, sabes perfectamente cuándo te has equivocado y cuándo te estás liando. Y si no sueltas el billete en ningún momento no das oportunidad. A mi me han llevado al huerto hoy por primera vez pero a Dios pongo por testigo, que nunca más volverá a pasarme.., si puedo evitarlo.
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