Personajes IV - Mudito

Mudito es uno de los personajes más entrañables que pasan por el quiosco. La verdad es que aún no tenemos claro si es sordo, mudo, las dos cosas o simplemente es así. La primera vez que lo vi me dijeron que era mudo pero no sordo. El caso es que hace un sinfín de ruidos y, a su manera, habla. Me recuerda a mi tito Enrique, el sordomudo, pronunciando con gran dedicación las consonantes de la palabra y riendo cuando entiendes algo de lo que dice. Sin embargo la especialidad de Mudito son los ruidos. Pah, pah, pah es el sonido para preguntar por el quiosquero mayor y, su favorito, prrrrrt, prrrrt, prrrrrrrt sirve tanto para su quad como para mi moto. Le encanta todo lo que lleve motor y lo único que ha comprado en todo este tiempo ha sido una revista de coches, justo antes de comprarse su flamante Ibiza. S'at 'b'za, repetía sin parar hasta que encontramos la foto en el catálogo y pudo mostrarnos su nueva adquisición con una amplia sonrisa. Dados estos avances en la pronunciación acabamos por pensar que lo que era en realidad era sordo. Y así empezamos a hablarle muy despacio abriendo mucho la boca para que nos entendiera mejor. Él no dio muestras de desaprovación. Que digo yo que si no fuera sordo nos hubiéra dicho que por qué le hablábamos como si fuéramos gilipollas. Sin embargo un día acabó de desconcertarnos. Estábamos en el bar de la esquina tomando un café cuando se asomó a la puerta. Lanzó un estridente prrrrrrt para advertirnos que nos había localizado por la moto. Mientras le decíamos con gestos que tenía muy buena vista un ciclista pasó detrás suyo y lanzó un silbido infernal. Mudito, que en ese momento creíamos que era sordo, dio un bote al oir el silbido junto a su oreja y muy enfadado se giró hacia el ciclista, que ya estaba girando la esquina, levantando el brazo y gritando un pah, pah, pah que todos tradujimos como un "mecagoentusmuertos".

Sordo, mudo, las dos cosas o ninguna de ellas, Mudito es un auténtico personaje. No hay día que no pase a saludar y se quede un rato explicándonos a su modo cómo le ha ido el fin de semana con su Ibiza. Y ahí estaría hasta las tantas si no viniera su mujer, que es sordomuda, a buscarlo con el rodillo de amasar pan. Y es que si Mudito es un fenómeno su mujer es un encanto. Mudito intenta hacerse el machote diciéndole que lo deje en paz, que irá cuando quiera. Entonces ella sonríe, hace un gesto con la mano de esos que todo niño pequeño entiende (te vas a llevar un cachete como no vengas YA) y él suelta un par de pah, pah, prrrt, pero va con la cabeza gacha y una sonrisa hasta las orejas con su parienta. Y es que una cosa es ser mudo y otra no saber quien manda.