Los quiosqueros
Como he hecho en muchas ocasiones, advierto que no pretendo sentar cátedra ni que mis verdades alcancen el grado de verdades objetivas. Una vez más afirmo que cuento aquí lo que a mí (y sólo a mí) me ha sucedido y las enseñanzas (subjetivas) que de tales sucesos he sacado, sin pretender que estos conocimientos deban ser considerados como la Biblia de los quiosqueros. Es simple y llanamente mi opinión.
quiosquero, ra.
1. m. y f. Persona que trabaja en un quiosco, especialmente de periódicos. (Definición objetiva de la Real Academia Española de la Lengua)
2. m. y f. Mamillorónfero (que llora mucho y mama poco) ungulado (con pezuñas, çiervo). Subespecie humana en vías de extinción. (Definición subjetiva de Quiosquero).
Las definiciones son suficientemente claras pero, quizás, habría que matizar qué queremos decir con la expresión “en vías de extinción”.
Un ser vivo se extingue cuando las palma el último de su especie (verdad de Perogrullo) y esto puede producirse por uno de dos motivos:
a) Por inanición: un cambio brusco del hábitat hace disminuir drásticamente el alimento de la especie y sus individuos la cascan esmayaos.
b) Por deglución: un cambio brusco del hábitat permite un aumento desmesurado de los depredadores de la especie, y sus individuos van cayendo bajo las garras y comillos de tales depredadores.
No parece ser ninguno de ambos motivos la causa principal de la desaparición de los quiosqueros. Es cierto que el alimento escasea: se venden muchos menos diarios y revistas que hace unos años (un montón de años). Es cierto que la naturaleza presenta nuevos alimentos, pero estos son poco nutritivos: tarjetas bus, recargas de móviles, loterías varias… Es cierto que los depredadores son potentes, pero no más que antes, ni mas glotones ni más tontos, con el añadido de que saben que el quiosquero es el único alimento de que disponen y no conviene liquidar la especie en tanto que difícilmente obtendrán otra víctima que se deje zampar tan mansamente.
Se podrían enumerar muchas más razones con resultado deductivo similar. El gran problema o la causa última que pone en peligro la especie es la tendencia del quiosquero al canibalismo, llevado a tales extremos que ha inventado la autofagia, es decir, la capacidad de devorarse a sí mismo.
En las pocas horas que compartí con Kioskero absorbí conocimientos equivalentes a varios meses a pie de quiosco. Y no es porque Kioskero sea un manual de ciencia; es porque es expresivo en sus explicaciones y se le entiende todo, y yo estoy acostumbrado a recibir una educación descriptiva en la que se me pongan ejemplos tangibles que mis desgastadas neuronas puedan recordar y relacionar con facilidad.
- ¿Sabéis –dijo- cuál es la empresa más antigua que existe? ¡La Iglesia! ¿Y por qué la Iglesia lleva 2000 años en pie? Por su uniformidad. Uniformidad de uniforme. Cuando un sacerdote se pone la sotana, el alzacuellos o el cleryman, cuando se pone el uniforme, sabe exactamente quién es, para quién trabaja y qué tiene que hacer en cada momento. El uniforme lo sitúa y lo distingue de los demás. Y eso es lo que nos falta a los quiosqueros: uniformidad.
Y es que los quiosqueros hablamos de unidad cuando queremos decir uniformidad, pero no nos referimos a la misma uniformidad que Kioskero; nos estamos refiriendo a uniformidad de pensamiento. Y si la unidad no es posible, la uniformidad (de pensamiento) no es deseable. Y lo que los quiosqueros queremos es que los demás colegas piensen como nosotros o sean fieles a la forma de pensar que nos dictan nuestros líderes. Mientras discutimos si son galgos o podencos, los verdaderos depredadores van dando mordiscos a nuestro alrededor, ya sea valorando el módulo (IRPF) del quiosco por encima del valor real de nuestras ganancias, ya sea cobrando portes abusivos, ya sea embarcándonos en aventuras a sabiendas de que no pueden llegar a buen fin si no hay un diálogo previo entre todas las partes.
Mientras los quiosqueros no vistan cada mañana el uniforme que los distingue de otros profesionales, mientras los quiosqueros antepongan los problemas individuales a los del colectivo, mientras los quiosqueros esperen que la administración les saque las castañas del fuego, mientras los quiosqueros no entiendan que ellos y solo ellos tienen la llave de su futuro, al quiosco seguirán llegando los productos que nadie quiere distribuir por su escasa rentabilidad, seguirán sometidos al capricho de sus depredadores y acabarán autoinmolándose porque "ni son dueños de su negocio ni su negocio es negocio" (Dalr dixit).
quiosquero, ra.
1. m. y f. Persona que trabaja en un quiosco, especialmente de periódicos. (Definición objetiva de la Real Academia Española de la Lengua)
2. m. y f. Mamillorónfero (que llora mucho y mama poco) ungulado (con pezuñas, çiervo). Subespecie humana en vías de extinción. (Definición subjetiva de Quiosquero).
Las definiciones son suficientemente claras pero, quizás, habría que matizar qué queremos decir con la expresión “en vías de extinción”.
Un ser vivo se extingue cuando las palma el último de su especie (verdad de Perogrullo) y esto puede producirse por uno de dos motivos:
a) Por inanición: un cambio brusco del hábitat hace disminuir drásticamente el alimento de la especie y sus individuos la cascan esmayaos.
b) Por deglución: un cambio brusco del hábitat permite un aumento desmesurado de los depredadores de la especie, y sus individuos van cayendo bajo las garras y comillos de tales depredadores.
No parece ser ninguno de ambos motivos la causa principal de la desaparición de los quiosqueros. Es cierto que el alimento escasea: se venden muchos menos diarios y revistas que hace unos años (un montón de años). Es cierto que la naturaleza presenta nuevos alimentos, pero estos son poco nutritivos: tarjetas bus, recargas de móviles, loterías varias… Es cierto que los depredadores son potentes, pero no más que antes, ni mas glotones ni más tontos, con el añadido de que saben que el quiosquero es el único alimento de que disponen y no conviene liquidar la especie en tanto que difícilmente obtendrán otra víctima que se deje zampar tan mansamente.
Se podrían enumerar muchas más razones con resultado deductivo similar. El gran problema o la causa última que pone en peligro la especie es la tendencia del quiosquero al canibalismo, llevado a tales extremos que ha inventado la autofagia, es decir, la capacidad de devorarse a sí mismo.
En las pocas horas que compartí con Kioskero absorbí conocimientos equivalentes a varios meses a pie de quiosco. Y no es porque Kioskero sea un manual de ciencia; es porque es expresivo en sus explicaciones y se le entiende todo, y yo estoy acostumbrado a recibir una educación descriptiva en la que se me pongan ejemplos tangibles que mis desgastadas neuronas puedan recordar y relacionar con facilidad.
- ¿Sabéis –dijo- cuál es la empresa más antigua que existe? ¡La Iglesia! ¿Y por qué la Iglesia lleva 2000 años en pie? Por su uniformidad. Uniformidad de uniforme. Cuando un sacerdote se pone la sotana, el alzacuellos o el cleryman, cuando se pone el uniforme, sabe exactamente quién es, para quién trabaja y qué tiene que hacer en cada momento. El uniforme lo sitúa y lo distingue de los demás. Y eso es lo que nos falta a los quiosqueros: uniformidad.
Y es que los quiosqueros hablamos de unidad cuando queremos decir uniformidad, pero no nos referimos a la misma uniformidad que Kioskero; nos estamos refiriendo a uniformidad de pensamiento. Y si la unidad no es posible, la uniformidad (de pensamiento) no es deseable. Y lo que los quiosqueros queremos es que los demás colegas piensen como nosotros o sean fieles a la forma de pensar que nos dictan nuestros líderes. Mientras discutimos si son galgos o podencos, los verdaderos depredadores van dando mordiscos a nuestro alrededor, ya sea valorando el módulo (IRPF) del quiosco por encima del valor real de nuestras ganancias, ya sea cobrando portes abusivos, ya sea embarcándonos en aventuras a sabiendas de que no pueden llegar a buen fin si no hay un diálogo previo entre todas las partes.
Mientras los quiosqueros no vistan cada mañana el uniforme que los distingue de otros profesionales, mientras los quiosqueros antepongan los problemas individuales a los del colectivo, mientras los quiosqueros esperen que la administración les saque las castañas del fuego, mientras los quiosqueros no entiendan que ellos y solo ellos tienen la llave de su futuro, al quiosco seguirán llegando los productos que nadie quiere distribuir por su escasa rentabilidad, seguirán sometidos al capricho de sus depredadores y acabarán autoinmolándose porque "ni son dueños de su negocio ni su negocio es negocio" (Dalr dixit).
10 Comments:
Felicidades por el post, quiosquero. Una auténtica tesis humanística-filosófica aplicada a una denostada profesión, sí señor.
Muy inteligente reflexión, Darl.Recuerdo una vez en un foro en que se hablaba de la relación viciada (espiral, diría yo por lo que voy viendo) de este llamado sector, y ponía el ejemplo de un gran Leviatán en que las partes se canibalizan unas a otras. Creo que es así, imagínate el final del cuento. No obstante, también comentaba que me daba la sensación que sólo el quiosquero era capaz de romper ese círculo vicioso. Y por mucho que vea, lo sigo pensando. Siempre y cuando se despegue y deje de ser un órgano de ese monstruo. Creo que la palabra que has utilizado, autoinmolación, es muy ilustrativa. Y lo que le contestaba el otro día precisamente a kioskero que nombras era que, habiendo como "habéis" gente de capacidad intelectual y de acción, es una pena que el número parezca ser tan definitivo. ¿No sería suficiente aparcar el número un rato y unir a la calidad?? No lo sé. Un saludo.
Hola Antonio. No tengo nada que decir, pues considero que si mis palabras son menos valiosas que mi silencio es mejor dejar la boca cerrada.
Como siempre, excelente.
Un saludo.
Pero vamoa a ver: ¿Ha sido Quiosquero, o ha sido Darl??
Es de quiosquero. Supongo que lo de poner mi nombre es porque me parafrasea. Pero realmente despista un poco. En cualquier caso, suscribo lo dicho, así que, como si fuera mío :)
Lo que yo decía... ;)
Querida Bandolera:
Cualquier líder, ideólogo o ser de capacidad intelectual superior -si lo hubiere- necesita soldados para empezar una guerra. De nada sirve tener mucha razón a la hora de enfrentarse a una distribuidora o un editor si no se tiene detrás "fuerza bruta" que pueda secundar una movilización de cualquier tipo.
La pregunta ante cualquier propuesta que rompa la superioridad de un editor va a ser: ¿Y si no cedemos qué vais a hacer?
La respuesta es: Nada, porque estamos solos.
Intrépido: hasta los tontos y los indolentes se suben al carro de lo que les dan hecho, aunque aquí la desconfianza es tan grande que igual no funciona ni eso... No obstante, me has dejado plana con tu comment. Un saludo.
Hola a todos!
Soy una chica emprendedora que hace un tiempo tiene la idea (idea que según muchos es una locura sin porvenir) de montar un kiosko de periodicos, y ando exlorando todo. Mientras buscaba hoy encontré este blog, y me he quedado dos horas aqui leyendo e instruyendome con los menesteres del kioskero en Bcn.
Me encanta leer tu blog Darl, me parece que tu ironía (o tu experiencia) es magistral y me motiva todavía más a internarme en mi idea.
Un placer, saludos
Ale
Hola Examinando. Bienvenida.
No voy a andarme con paños calientes. El quiosco es duro. Si vas leyendo nuestras andanzas pasadas te darás cuenta de que, aparte de muchas horas de trabajo, la situación del sector nos coloca en una posición bastante complicada. Ahora bien, pese a todo tiene algunas cosas fantásticas. Habla con algún quiosquero de tu ciudad y si tienes cualquier duda, ponte en contacto con nosotros por correo electrónico. Suerte!
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