martes, mayo 22, 2007

En todos los quioscos se cuecen habas

Cuando crees haberlo visto ya todo, si la gente se lo propone, te hace cambiar de opinión.

Hace un par de semanas fui testigo de una situación rayando lo indecible. Fue en el mismo escenario en que hoy he vivido otra experiencia inolvidable tras la actuación magistral de una de esas personas con más morro que cara.

Como se me amontona el trabajo (léase anécdotas) empiezo por la de esta mañana. Más adelante os contaré la otra.

A la hora del desayuno (mis 20 minutos de expansión en la mañana) me he acercado al quiosco de la esquina. Lo regentan dos jóvenes -cuñadas entre sí- que son una verdadera delicia. Ellas nos asesoraron antes de adquirir nuestro quiosco y todavía siguen asesorándonos de vez en cuando. Llevan más de 4 años en el negocio y aquello de que la experiencia es un grado, lo han demostrado con creces.

Pues bien, tal como os decía, esta mañana me he acercado un momentito a ese quiosco para hacer un intercambio de cuchillos y cartillas de la promoción de La Vanguardia porque, aunque parezca mentira, a ellas les sirven cuchillos de más, y a nosotros nos traen de menos ¡las distribuidoras son un enigma que jamás entenderé!

Estábamos en ello cuando se ha acercado un fornido joven (alrededor de los 40 años) y le ha pedido un paquete de tabaco. Eva ha accionado la máquina expendedora y acto seguido se lo ha cobrado. El hombre ha sacado allí mismo un cigarrillo y le ha pedido fuego a la quiosquera quien, amablemente, le ha dejado un mechero. Encendido ya el pitillo y sin cortarse un pelo le dice “¿podría dejarme unas tijeritas? es que tengo una uña mal y me voy enganchando con todo” . Tras semejante petición, la chica, perpleja, le ha contestado que más que tijeritas tenía tijeras y le ha alargado unas que no miden menos de los 24 centímetros y que van atadas a una especie de cadena para amarrar los barcos de lo más aparatosa (luego me ha aclarado que las cuelgan porque antes siempre se les perdían). El hombre ha soltado una exclamación un tanto ordinaria pero las ha cogido.

Viendo el morro que le echaba a las cosas he intuido lo que se nos avecinaba mientras pensaba “éste es capaz de hacerse la manicura sobre las revistas y encima, luego, le va a pedir que le eche el envoltorio de la cajetilla a la papelera”. Acto seguido, y mirando siempre en dirección hacia el quiosco, ha cortado un trozo considerable de la uña de un pulgar (negra como el azabache, supuestamente por algún golpe) con tanta fuerza que ha salido disparada directamente hacia las “gradas”. Yo creí que Eva iba a soltar algún improperio pero supongo que la impresión ha sido tal, que se ha quedado sin habla. El susodicho ha seguido “retocando” la uña hasta dejarla en su punto, después de lo cual, ha devuelto las tijeras y le ha pedido que le tirase el envoltorio a la papelera ¿cómo no? A continuación se ha marchado tan campante.

Cuando por fin hemos vuelto a la realidad, han empezado las carcajadas. No podíamos parar. Ella seguía sujetando las tijeras por la cadena y repetía sin cesar ¡pero qué asco, pero qué asco, voy a buscar alcohol!

Visto lo de hoy, no creo que ya me puedan sorprender muchas cosas. Hasta ayer creía que los quioscos dábamos un servicio esmerado y diligente al ciudadano de a pie. A partir de hoy ya no sé qué pensar. Lo que sí creo es que si me llego a encontrar yo en esta situación en mi quiosco, hubiera intentado sacarle los colores al pájaro este.
Lo cierto es que a nosotros, en el quiosco, nos han pasado cosas curiosas pero TODAVÍA no han venido a asearse a nuestra puerta. Voy a contárselo ahora mismo a quiosquero a ver si le pongo los dientes largos. Estoy segura que si le llega a pasar a él, o salimos en los periódicos (página de sucesos), o a estas horas ya habría afilado el lápiz para sacarle jugo al post. Lo dicho, que en todos los quioscos se cuecen habas!

13 Comments:

At 23/5/07 02:21, Blogger dalr said...

Y, por lo que veo, en algunos hasta mejillones. En fin. Qué asquito de gente... Por cierto... Al menos ¿le ha devuelto el mechero? Que con esa maniobra de distracción capaz es de habérselo agenciado...

 
At 23/5/07 12:13, Anonymous Anónimo said...

Venga quiosquera que me estreno. Soy la mujer de Alvahillo. Explicado esto:
¡¡¡Que asco!!!
Además seguro que no dijo la palabra mágica (gracias). No es que sirva de mucho, pero se agradece.
A este tipo seguro que además se queja si le ofreces en tu quiosco una bolsa reusada por se poco higiénco.

 
At 23/5/07 12:21, Blogger Irene said...

Hola quiosquera, qué asco de personaje...la próxima vez no le concedáis todo lo que pida o fijo que os tendrá por distribuidora oficial de sus necesidades, que pueden ser inverosímiles. ¿Qué será lo próximo? uff...qué cara tienen algunos.
Por lo menos sirvió para contar una anécdota en el blog jejeje
Un abrazo

 
At 23/5/07 13:57, Blogger quiosquera said...

Así me gusta. Las "biblis" al poder. Espero que ahora que ya te has lanzado, sigas contactando con nosotros y dando tu opinión. Ya sabeis todos que nos encanta leer vuestros comentarios.
¡Un abrazo y bienvenida al "club"!
Un besito para Alberto.

 
At 23/5/07 14:00, Blogger quiosquera said...

Pues sí, Irene. El tío era muy guarrete pero sirvió para tener algo que contar. Además... no ocurrió en mi quiosco ni usó mis tijeras... ¡uy! si me leen Eva y Laura me van a correr a gorrazos.
Saludos.

 
At 23/5/07 14:32, Blogger Norma said...

Si, mejor que le paren los pies, o el próximo día les va a pedir la piedra pomez!!!!!

Un abrazo!

 
At 23/5/07 14:39, Blogger La mosca said...

Desde luego hay que ver Quiosquera, que crueles sois las mujeres, al pobre cerdo le dio un ataque de limpieza y vosotras venga a reir y a criticarle.

Saludos

 
At 23/5/07 15:00, Blogger Quiosquero said...

Quiosquera, se te ve el plumero pujolista. Al contar la historia debías haber dicho que nuestra colega amiga decía:
Quin fastic, quin fastic!
Else, karaoke: ¡Qué asco,qué asco!

Y además tendríais que haber recogido los desechos que decía mi abuela que el caso de burro hervido va muy bien como crecepelo y a mí se me empiezan ya a transparentar las ideas.

 
At 23/5/07 15:00, Blogger quiosquera said...

Mosca.
Los cerdos me merecen más respeto que semejante tipo. ¡Pobrecitos, no los vayamos a comparar! jajaja

 
At 23/5/07 15:05, Blogger quiosquera said...

Queridísimo quiosquero:
Tienes toda la razón. En mi afán por contar la historia, se me ha olvidado reconstruir el momento con precisión. De todas formas, veo que todos somos humanos y se nos "cuelan" cosas porque lo de del "caso" de burro, he interpretado que querías de cir "casco".

 
At 23/5/07 15:11, Blogger Conxi said...

Bueno, bueno, espero que las habas esten ya cocidas porque con este temita decir que en todos los quioscos cuecen habas, pues como que no... Me he reido un buen rato y fijaros en una cosa, llevamos rato hablando del temita de marras. Si es que en el fondo nos van estas cosas... jajajaja
Quiosquera, de que hubieramos hablado hoy?

 
At 23/5/07 15:12, Blogger Lila said...

DE veras que no sabía que los quioscos tuvieran tanto servicio, y, a más, gratis.
No sé si es porque soy muy tímida, o porque me espanta la cara de mala leche de los demás, pero yo hubiera jurado, que en Barcelona se había extinguido la buena fe, esa que ahora encuentro en los pueblos de la otra Catalunya. Pero mira por donde aún quedan reductos de tiempos muy pretéritos, en esta ciudad tan modesna y cosmopolita.
Por cierto, todavía encuentro a faltar el metro, cuando pondran la línia 13 hasta Girona?
@:-]

 
At 23/5/07 21:10, Blogger alvarhillo said...

¡¡¡¡Agggg!!!!!

 

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