Conjunto Zajira
Video de la III Edición de Premios AVECOMA
La cabra tira al monte; los jubilados, al quiosco.
Ayer me pasé a saludar a Salva y me tenía faena preparada.
- ¡Hombre, jefe! Ya que está usted aquí podría reclamar que me ha faltado un colgajo de la Zajira esa.
- Va a ser que no porque si juego a la lotería no me toca, pero si paso dentro seguro que me ve un inspector de trabajo.
Luego, desde casa, me conecté al ordenador del quiosco para comprobar si la reclamación estaba hecha. Me sorprendió que nos mandasen 88 unidades, cuando los clientes deberían estar hasta el gorro de tanta pulsera, collar y pendientes repartidos en los últimos meses (Cuores a 75 cts., incluidos). Me picó la curiosidad y consulté el histórico. Esto tiene más peligro que un niño con un bolígrafo Bic en la mano y un sofá impecable a su alcance. En efecto, de la primera entrega, o sea, la del lanzamiento, la que lleva las guitas de cuero (cola de ratón parece que se llaman) donde se engarzan los colgajos y la bolsa para guardarlos, habíamos recibido 40 de las que devolvimos 16. La segunda entrega vino antes de que Marina BCN recibiera la devolución por lo que no sabían cuáles eran nuestras necesidades, pero recibimos 88 adminículos: 40 para ensartarlos en una de las colas, 40 para colgárselos en el ombligo con un alambre y 8 de propina por si alguna osada osaba enganchárselos en la nariz con un imperdible. La tercera y cuarta entregas empataban a 87; ya se suponía que una de las coleccionistas se iba a rajar y no utilizaría más imperdibles. En la quinta entrega Marina BCN ha echado el resto y eso que ya debía haber recibido las sobras: 131 unidades del Conjunto Zajira; tres por cada cliente. Con el ombligo y la nariz previamente decoradas, la entrega número cinco debería adornar las tetas (ambas) de las adictas. No me ha quedado claro si los imperdibles vendrán con la última entrega o si habrá que acudir a una mercería.
Tamaño desatino se ha de deber a una y sólo a una de las siguientes dos razones: o los programadores de distribución de Marina BCN tienen menos cerebro que el ratón de la cola o los programadores de distribución de Marina BCN son muy listos. Me quedo con la segunda opción por varias razones:
a.- Después de tantos años promocionando artículos sin utilidad, hasta el más idiota recuerda que los adeptos entran en progresión decreciente a medida que aumenta el número de entregas.
b.- Incluso el tonto que asó la manteca sabe que, si no hay cola de ratón, los colgajos no se pueden colgar y, por tanto, son inútiles (más aún).
c.- El Señor Conde y Grande de España puede ser cualquier cosa menos tonto y, si se diera el primer supuesto, ya habría mandado a los programadores de distribución a que hicieran cola para apuntarse al paro.
Por tanto, los citados programadores son muy listos. Encargan a los chinos un barco de adminículos y los van repartiendo por los quioscos; por cada uno que se venda o pierda por el camino ya han pagado un kilo de material y los sobrantes pueden repartirlos tantas veces como quieran. Es una operación financiera que no la mejoran ni los banqueros suizos: préstamos a interés cero. Y ellos eligen la cantidad y el plazo y no necesitan avales.
Los gastos de financiación corren a cuenta de los quiosqueros, que, éstos sí, necesitan avales.
Ayer me pasé a saludar a Salva y me tenía faena preparada.
- ¡Hombre, jefe! Ya que está usted aquí podría reclamar que me ha faltado un colgajo de la Zajira esa.
- Va a ser que no porque si juego a la lotería no me toca, pero si paso dentro seguro que me ve un inspector de trabajo.
Luego, desde casa, me conecté al ordenador del quiosco para comprobar si la reclamación estaba hecha. Me sorprendió que nos mandasen 88 unidades, cuando los clientes deberían estar hasta el gorro de tanta pulsera, collar y pendientes repartidos en los últimos meses (Cuores a 75 cts., incluidos). Me picó la curiosidad y consulté el histórico. Esto tiene más peligro que un niño con un bolígrafo Bic en la mano y un sofá impecable a su alcance. En efecto, de la primera entrega, o sea, la del lanzamiento, la que lleva las guitas de cuero (cola de ratón parece que se llaman) donde se engarzan los colgajos y la bolsa para guardarlos, habíamos recibido 40 de las que devolvimos 16. La segunda entrega vino antes de que Marina BCN recibiera la devolución por lo que no sabían cuáles eran nuestras necesidades, pero recibimos 88 adminículos: 40 para ensartarlos en una de las colas, 40 para colgárselos en el ombligo con un alambre y 8 de propina por si alguna osada osaba enganchárselos en la nariz con un imperdible. La tercera y cuarta entregas empataban a 87; ya se suponía que una de las coleccionistas se iba a rajar y no utilizaría más imperdibles. En la quinta entrega Marina BCN ha echado el resto y eso que ya debía haber recibido las sobras: 131 unidades del Conjunto Zajira; tres por cada cliente. Con el ombligo y la nariz previamente decoradas, la entrega número cinco debería adornar las tetas (ambas) de las adictas. No me ha quedado claro si los imperdibles vendrán con la última entrega o si habrá que acudir a una mercería.
Tamaño desatino se ha de deber a una y sólo a una de las siguientes dos razones: o los programadores de distribución de Marina BCN tienen menos cerebro que el ratón de la cola o los programadores de distribución de Marina BCN son muy listos. Me quedo con la segunda opción por varias razones:
a.- Después de tantos años promocionando artículos sin utilidad, hasta el más idiota recuerda que los adeptos entran en progresión decreciente a medida que aumenta el número de entregas.
b.- Incluso el tonto que asó la manteca sabe que, si no hay cola de ratón, los colgajos no se pueden colgar y, por tanto, son inútiles (más aún).
c.- El Señor Conde y Grande de España puede ser cualquier cosa menos tonto y, si se diera el primer supuesto, ya habría mandado a los programadores de distribución a que hicieran cola para apuntarse al paro.
Por tanto, los citados programadores son muy listos. Encargan a los chinos un barco de adminículos y los van repartiendo por los quioscos; por cada uno que se venda o pierda por el camino ya han pagado un kilo de material y los sobrantes pueden repartirlos tantas veces como quieran. Es una operación financiera que no la mejoran ni los banqueros suizos: préstamos a interés cero. Y ellos eligen la cantidad y el plazo y no necesitan avales.
Los gastos de financiación corren a cuenta de los quiosqueros, que, éstos sí, necesitan avales.
3 Comments:
Visto el video de la entrega de premios. Y, al respecto, querido quiosquero, quiero manifestar mi total desacuerdo con tus palabras en dicha ceremonia. Creo que SÍ te merecías el premio, aunque eso represente no dar la razón a D. Miguel de Unamuno, escritor al que admiro mucho. ¿Vale?
Pues mira si son tontos los de la programaciónde distribución, que a mi a la primera entrega me sirven 39 y a las sucesivas sólo 1! Tras varias quejas pidiendo aumento para este lunes ya me han servido 10.
Vendí 24 el primer día y por suerte o por desgracia, muchas ventas eran a residentes de fin de semana y sólo 6 a vecinos del pueblo, así que durante la semana he ido trampeando la situación estos días como he podido encargándolos en un quiosco de una amiga mía para los habituales pero hoy he tenido que renunciar a la venta a los "domingueros".
Si algo saben hacer es complicar la vida al quiosquero!
¡A ver, Jaume! Esto lo hacen para fomentar la relación entre quiosqueros: tú me mandas a mí a tus demandantes de pulseras y yo te envío a mis compradores de DVD ESPAÑA EN LA MEMORIA que no me han traído ninguno y a lo mejor a ti te han mando 25.
Es que no los compredemos.
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