En el día de hoy
Inicio la que debe ser mi última crónica como quiosquero. Hace unas semanas recibí la carta del Ministerio de Trabajo e Inmigración por la que se me declara INÚTIL TOTAL y me envían a clases pasivas. Si esta carta hubiese llegado tres años antes, hoy los huesos me chirriarían bastante menos; si hubiese llegado tres años después, los huesos no me chirriarían nada porque ya no habría huesos. He de admitir, entonces, que la carta llegó en el momento oportuno.
Han sido 57 años, 8 meses y 20 días de lucha despiadada contra la adversidad, a la que le hemos ido ganando la batalla día a día aunque en cada escaramuza nos dejásemos un poco de nuestras fuerzas y un mucho de nuestros ánimos, de tal modo que, en los últimos tiempos, caminábamos hacia una derrota irremisible. En adelante, y hasta que se presente la batalla final, esa que todos los seres vivos acabamos perdiendo, seguiremos luchando con el ímpetu que nos quede pero, en la mayoría de los casos, con el privilegio de escoger armas y campo de batalla. Procuraremos ponernos el listón a una altura susceptible de superar.
Me he planteado muchas veces este momento y lo he visto como un horizonte despejado donde flotan las ilusiones que están al alcance de nuestra mano y que nunca hemos podido llevar a cabo por falta de tiempo y que ahora, libres de la carga del trabajo diario, podremos disfrutar. Hoy no veo ese horizonte. No concibo que mañana me esté vedado encaramarme a mi quiosco para disfrutar y padecer las anécdotas cotidianas. Tanto es así que nadie, salvo mi familia y Salva (y el Súper), saben que hoy es mi último día. No me gustan las despedidas y no soporto que ninguno de mis personajes habituales me haga emocionar en público. Cuando hayan pasado unos días y empiece a asumir mi nuevo estado, pasaré a saludar después de haberme puesto la coraza de tío duro.
Es posible que estos 5 años hayan sido físicamente los más duros de mi vida pero también los más enriquecedores; los años en los que he aprendido a valorar y querer a la gente, aun a sabiendas que hay mucho bicho suelto y mucha mala leche acumulada. Y los voy a echar en falta; mucho. Me he acostumbrado a las tertulias a vuela periódico, al articulillo dos o tres veces por semana, a los comentarios que loaban o criticaban estos artículos, a las palabras de ánimo de amigos que no conozco en persona y que, quizás, nunca conoceré, al reconocimiento, en fin, a una labor que no sabemos si es o no merecido pero que nos llena de satisfacción y nos ayuda a seguir tirando. Algún día aparecerá por ahí un blog que se titule “Las neuronas de Alzheimer” o “Jóvenes artríticos” y Quiosquero estará detrás intentando revolucionar a los usuarios de los geriátricos porque, como nos suele recordar nuestra amiga Pilar, somos una familia que tenemos la extraña virtud de aglutinar gente.
Nada más. Repito las palabras que dije en Móstoles: gracias a nuestros lectores, que con sus comentarios y palabras de aliento nos han hecho afrontar con alegría unos años complicados, y gracias a nuestros clientes, que con sus divertidas anécdotas han sido, son y serán los verdaderos protagonistas de Pies para quiosquero.
Y, no por repetido menos cierto, esta despedida no es un adiós. Es un hasta luego; un hasta siempre.
En el día de hoy dejo de ser quiosquero.
Mañana…
Mañana empieza otra historia.
Han sido 57 años, 8 meses y 20 días de lucha despiadada contra la adversidad, a la que le hemos ido ganando la batalla día a día aunque en cada escaramuza nos dejásemos un poco de nuestras fuerzas y un mucho de nuestros ánimos, de tal modo que, en los últimos tiempos, caminábamos hacia una derrota irremisible. En adelante, y hasta que se presente la batalla final, esa que todos los seres vivos acabamos perdiendo, seguiremos luchando con el ímpetu que nos quede pero, en la mayoría de los casos, con el privilegio de escoger armas y campo de batalla. Procuraremos ponernos el listón a una altura susceptible de superar.
Me he planteado muchas veces este momento y lo he visto como un horizonte despejado donde flotan las ilusiones que están al alcance de nuestra mano y que nunca hemos podido llevar a cabo por falta de tiempo y que ahora, libres de la carga del trabajo diario, podremos disfrutar. Hoy no veo ese horizonte. No concibo que mañana me esté vedado encaramarme a mi quiosco para disfrutar y padecer las anécdotas cotidianas. Tanto es así que nadie, salvo mi familia y Salva (y el Súper), saben que hoy es mi último día. No me gustan las despedidas y no soporto que ninguno de mis personajes habituales me haga emocionar en público. Cuando hayan pasado unos días y empiece a asumir mi nuevo estado, pasaré a saludar después de haberme puesto la coraza de tío duro.
Es posible que estos 5 años hayan sido físicamente los más duros de mi vida pero también los más enriquecedores; los años en los que he aprendido a valorar y querer a la gente, aun a sabiendas que hay mucho bicho suelto y mucha mala leche acumulada. Y los voy a echar en falta; mucho. Me he acostumbrado a las tertulias a vuela periódico, al articulillo dos o tres veces por semana, a los comentarios que loaban o criticaban estos artículos, a las palabras de ánimo de amigos que no conozco en persona y que, quizás, nunca conoceré, al reconocimiento, en fin, a una labor que no sabemos si es o no merecido pero que nos llena de satisfacción y nos ayuda a seguir tirando. Algún día aparecerá por ahí un blog que se titule “Las neuronas de Alzheimer” o “Jóvenes artríticos” y Quiosquero estará detrás intentando revolucionar a los usuarios de los geriátricos porque, como nos suele recordar nuestra amiga Pilar, somos una familia que tenemos la extraña virtud de aglutinar gente.
Nada más. Repito las palabras que dije en Móstoles: gracias a nuestros lectores, que con sus comentarios y palabras de aliento nos han hecho afrontar con alegría unos años complicados, y gracias a nuestros clientes, que con sus divertidas anécdotas han sido, son y serán los verdaderos protagonistas de Pies para quiosquero.
Y, no por repetido menos cierto, esta despedida no es un adiós. Es un hasta luego; un hasta siempre.
En el día de hoy dejo de ser quiosquero.
Mañana…
Mañana empieza otra historia.
21 Comments:
...Lo suyo seria alegrarme de saber que emprendes nuevas historias alejado del kiosko, que es lo que soñamos todos cuando trabajamos en el.
...tampoco me gustan a mi las despedidas y esta menos.
Confio en poder ir superenadolo.
De cualquier modo: disfruta tu nueva etapa ;-)
Perdemos un quiosquero pero seguimos teniendo un buen y gran amigo.
un abrazo muy fuerte en cualquiera de los lugares que nos podamos encontrar.
Conxita
Antonio, te digo lo mismo que cuando tuviste que elegir entre tu salud y las elecciones de las Asociaciones que te rodean. Lo primero es tu salud y tu familia. Disfrutalos, se te echara en falta.
Visita los blogs de vez en cuando, compañero
Que suerte.
Te hecharé de menos, cada dia me pasaba por tu blog, y te he cogido mucho cariño, te deseo lo mejor en la nueva etapa junto a los tuyos.
Un amigo, Llibreria mila, manel vizuete, de santa coloma de g.
Salud
Amigo Antonio,.Toda la alegría que me embarga por tu ya, mas que merecida jubilación. Me entristece por no poder disfrutar de tu sabiduría, paciencia. Tu clase de ética, moral y buenos modos, que todos hemos mamado de tu blog, y que algunos a veces hasta lo hemos ensuciado. No tengo mas que palabras de agradecimiento por haberme permitido participar en tu blog. Y como para mi no es una despedida, si no. Un hasta luego. Este que se considera un pequeño aprendiz de ( PIES PARA QUIOSQUERO). Desea que junto a tu esposa QUIOSQUERA disfrutéis de lo que bien merecido tenéis ganado con creces.
UN ABRAZO
Desde Alicante saludamos a nuestro compañero Antonio Linares de Barcelona.
Muchos le conocemos por su blog 'Pies para quiosquero' en donde nos ha hecho animarnos y cabrearnos por igual forma con sus escritos.
Nos acaba de decir que se hace inmortal, pasa a mejor vida. Se nos jubila.
Pero como quiosquero no se podrá jubilar del todo, pues estará pensando en todos esos ratitos busnos y malos que esta dichosa profesión noa hace pasar.
Antonio nos nos dejes.
Una etapa se cierra y otra se abre, espero que podamos seguirte también en la que ahora comienzas.
Todo mi cariño para vosotros.
Me cachis en la mar... Quiosquero querido, ya me imaginaba yo esto....Me cachis en la mar. Yo me alegro por ti infinito, pero me niego a dejar de verte (veros) de alguna manera. Manten este maravilloso Blog contra viento y marea, o abre otro nuevo, yo qué sé, pero a mí (no quiosquera, ya estamos iguales tú y yo...) me arranca una serena sonrisa leerte-os y encontraros.Tú no puedes dejar de escribir, como lo hagas te mato y no te habrá servido de nada la invalidez esta que te dan.Que tú tienes de inválido lo que yo de quiosquera, así que ya os contactaré por otro lado si hace falta (¡Si cambias correo por favor avisa!!).Nos hemos de tomar otro café, Antonio y Gloria, y si se apunta el guapo aún mejor. Estoy segura de que los quiosqueros tampoco os pierden de vista, estoy segura, como que me llamo Rosy, de que de algún modo seguirás por ahí. ¡Pero si hasta mi hija se ha leído vuestros libros!! Te invito al café, a celebrar uno de mis Eventos disfrazado de lo que a mí me dé la gana (es negociable..), a hablar de la literatura que a ti te pase por las narices, y por supuesto os brindo mi amistad incondicional. Ha sido (seguirá siendo) más que un placer disfrutar de vuestra compañía. Hala, me seco la lagrimilla y me centro. Un beso y un abrazo. Hasta luego.
Entonces ya no hay obstáculos
¡A por el premio Nadal!
disfruta todo lo que puedas, he aprendido mucho con tu blog y espero que te pases a visitarnos al chat .un saludo compañero aqui estamos para lo que necesites.... bueno menos dinero que tamo tieso jejejejej to se lo llevan las distribuidoras. al ataqueeeerrrrr
Querido amigo: Para comenzar este post, decirte que, por un lado, me alegro mucho de tu decisión y el motivo es que vas a poder llevar una vida mejor, mucho mejor. Y ése es el motivo de mi alegría. Sí; reconozco que hay un punto "negativo" que no es otro que tener que prescindir de leer tus aventuras diarias a través del blog. Espero y deseo que lo mantengas, aunque sea para contar otras cosas, y estaré encantado de hacer mis modestas aportaciones. Como veo que ya no hay problema para utilizar tu nombre, querido Antonio; pues me complace reiterarte una vez más mi amistad y mi disponibilidad para lo que necesites y pueda estar en mi mano. Un fuerte abrazo para ti, para Gloria... y para Dalr, claro.
Ya sabéis dónde estamos.
Hola QUIOSQUERO, quiero agradecerte todos los momentos que nos has regalado a traves de tus escritos. Todas la emociones y sentimientos que nos has conseguido despertar. Todas las situaciones, que aún siendo tuyas,nos hemos visto reflejados.Toda tu generosidad y alttruismo hacia un colectivo, en general poco afable, amble y sincero con su igual, que para ti era nuevo. Y sobre todo esto, el haber tenido la oportunidad de haberte conocido, primero por la red y hace pocas fechas personalmente, constatando lo buen hombre que eres y mejor persona.
Hola ANTONIO, espero que no te olvides, ahora que empiezas una nueva etapa en tu vida, que muchos somos los que te seguriemos esperando en la red para poder disfrutar de tu compañia y la de tus escritos.
Que disfrutes de lo merecido tanto tu como los tuyos.
Un saludo y un abrazo con el que quiero transmitirte toda la bravura y la nobleza de las aguas del mar cantábrico.
Amigo quiosquero disfruta de tu jubilación pero no nos dejes totalmente abandonados. Ahora podrías abrir un blog que se llamara por ejemplo "pies en polvorosa" o "con los pies en alto", pero sabes que somos muchos los que queremos seguir leyendote por aquí.
Un abrazo de los alicantinos.
Sencillamente:
Felicidades y gracias.
Enhorabuena Antonio has conseguido salir "indemne" de esta dura etapa de quiosquero. Gracias por estos momentos enriquecedores que han supuesto el seguimiento de tu blog y te deseo toda la suerte del mundo en tu nueva etapa.
Un saludo y un fuerte abrazo.
Espero que sea como dices un hasta luego y no, un adiós.Entretanto agradecerte los buenos momentos que nos has hecho pasar, desearte lo mejor para esta nueva atapa y sobre todo reconocerte el mérito de haber sido pionero y culpable en buena medida del crecimiento que ha experimentado la comunicación entre los vendedores de prensa de España.
Como se dice de los buenos toreros: has creado afición y eso estará ahí siempre.
Un abrazo
Querido Quiosquero:
Creo que nunca jamás tanta gente va a echar de menos a un Inútil (Ministerio dixit).
Te deseo lo mejor para tí y los tuyos y al mismo tiempo te tomo la palabra, recuerda: "..esta despedida no es un adiós. Es un hasta luego; un hasta siempre."
Pues eso, Antonio, que ha sido una suerte y un placer poder conocerte a través de este blog.
Un abrazo:
Mariano
Enhorabuena Quiosquero, aprovecha este momento que te lo has ganado.
Te invito a cerrar este blog para abrir uno nuevo que se titule:
SILLAS PARA EX-QUIOSQUERO
Vivencias de un ex-quiosquero de Barcelona con sobrado tiempo para sentarse.
Que aunque no tengamos algunos el privilegio de conocerte personalmente, podamos mantener un contacto con esta persona que tanto ha contribuido a reflejar los quebraderos de cabeza y alegrías del quiosquero.
Mucha suerte!
Alborozo, Alegría, júbilo, gozo
Aflicción, pena, tristeza
Pesadumbre, melancolía, añoranza
Gracias por lo que dejas amigo; este poso
Entiende el desánimo; que no cesa
Que dejas tu blog; suena a chanza
Antonio permíteme que te pida dos cosas: En primer lugar que conserves el blog aunque no te prodigues en escribir. Porque muchos lo usamos como libro abierto y buscamos en él valiosa información. Si lo destruyes, lo harás un poco con todos.
La segunda es más egoísta si cabe.
Conviértete en eco, escucha, analiza, proyecta y finalmente plasma en tu blog (este u otro) las inquietudes que te hagamos llegar los vendedores y ayúdamos a buscar un mundo mejor y sobre todo más justo para nosotros.
Una cosa, la última. Ha sido un enorme placer haberte leído durante todo este tiempo.
Hasta siempre.
Los lectores del blog ya conocen mi enfermizo "enganche" al soneto, y por eso espero que comprendan que no haya podido evitar pergeñar los correspondientes 14 versos para manifestar los sentimientos que nos embargan en estos momentos. Ahí va:
Si; se nos va el quiosquero, se nos va.
No podremos evitar la tristeza
de perder para siempre la riqueza
de sus posts desde el quiosco. Se nos va.
Nos deja, sí, un recuerdo inolvidable
de estos años, que nunca olvidaremos
y por ello seguro que seremos
sus amigos, de forma inquebrantable.
Antonio, Gloria, Dalr, sabed que estamos
con vosotros para lo que haga falta.
y que estaremos siempre a vuestro lado,
Así de sencillo es este recado
Un mensaje cortito, pero de alta
fidelidad. Un sencillo “Aquí estamos”
Sigue disfrutando de la vida y haciéndonos disfrutar de ella aunque ahora sea otro el punto de vista.
No olvido el café tomado hace unos años al lado de vuestro quiosco cuando este tema de los blogs estaba casi en su inicio
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