martes, diciembre 25, 2007

Día de paz, día de amor

Las navidades son esas fechas en las que parece que todos debemos volvernos buenos por narices. Algunos procuramos tocar las narices al prójimo lo mínimo posible durante todo el año aunque, claro está, no siempre se puede.

Cuando uno se pasa el día en la calle, de cara al público, es inevitable que surja algún que otro roce. Algún cliente que se impacienta mientras das un cambio y se lleva una contestación poco amable, alguno cuyo encargo se traspapeló y dejaste sin su promoción preferida, otro que se enfada contigo porque tal periódico llega tarde o de tal promoción te han servido un 10% de los encargos... Por un motivo u otro raro es el día en que no te llevas algún pequeño disgusto que podrías haberte evitado con una mejor planificación, más organización o simplemente más paciencia.

Pero el día de navidad parece que se haya pactado una tregua general. Prácticamente todos los clientes vienen con una sonrisa en los labios. Los que habitualmente apenas saludan hoy se paran, charlan, sonríen, felicitan las fiestas. Algunos incluso bromean con los asuntos que habitualmente los cabrean. Y es una alegría ver el diario tan finito, e incluso te preguntan cómo no vale más si es para dos días, y se alegran de que mañana cierres y puedas descansar, "que iba yo pensando que esto del quiosco es más duro de lo que parece con esos horarios".

En unos días todo habrá pasado. Especialmente cuando con el cambio de año algunos de los productos habituales empiecen a subir de precio. Pero estos días son tranquilos y es agradable poder charlar con los clientes, desearles felices fiestas y ver cómo se marchan contentos a preparar la comida de navidad con sus familias.

Desgraciadamente hay un buen número de quiosqueros que no están disfrutando de este día. El conflicto con las distribuidoras, que es un problema de todos, nos está afectando de maneras distintas. Algunos quiqueros no tienen prensa que vender y hoy pasarán las navidades con su familia, pero con la intranquilidad de un futuro inmediato icierto.

Mi primer deseo para estas fiestas es que su sufrimiento no sea en balde. Que de todos estos nervios y preocupaciones salga algo bueno para todos. Para los quiosqueros que ven salir el sol desde sus quioscos 362 días al año, para las distribuidoras y editoriales que vivirán mejor cuanto más vendamos, para los lectores que se beneficiarán de mejores productos y servicios cada día. Mi deseo para estas navidades es que al acabar 2008 todos los quioscos estén abiertos y con los expositores abarrotados de diarios y revistas.

Felices fiestas a todos.

1 Comments:

At 25/12/07 12:32, Blogger Juan Manuel said...

Bueno, Dalr, que me apunto a todos tus buenos deseos... Por mucho que puedan ser considerados un pelín (o un "muchín") utópicos, pues vale la pena tenerlos, faltaría más...

Así que, lo dicho, que este próximo año sirva para que encontréis el camino hacia la mejora y el cambio de todas esas cosas que os preocupan y traen a mal traer...

Un fuerte abrazo,

 

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