jueves, marzo 24, 2011

Códigos de identificación II

Vamos a intentar acabar de una puñetera vez con los códigos de barras y nos dedicamos a otros temas que hay pendientes.
Nos habíamos quedado hablando de distintos productos que aparecen con el mismo código de barras, comprobando que la mayoría de ellos se debían a promociones y publicaciones de la cartoná que se editan, por lo general, en años alternativos.

Otra causa de la “duplicidad” de los códigos de barras es el cambio de distribuidora. Lógicamente cada publicación mantiene el código de barras que le da el editor y que es independiente de la distribución; sin embargo, el programa informático trata estas publicaciones como si fueran productos diferentes. Quienes tengan informatizada la gestión del quiosco no deben tener problemas ya que el programa distinguirá (a partir del adendum) el distribuidor de cada número en concreto. Los quioscos de gestión manual y los que no estén atentos a los avisos del programa pueden enviar, y de hecho envían, la devolución al proveedor equivocado con el riesgo que supone que el rehúse no llegue a tiempo y se incurra en un fuera de plazo.

Un grupo importante y peligroso, por la facilidad con que se pueden confundir los códigos de barras, lo constituyen las publicaciones “aptas para todos los gustos”. Me refiero a aquellas que salen en versión normal (para el cliente de siempre), versión PACK (para los coleccionistas de regalos) y versión bolsillo (para quienes gozan de buena vista y poco dinero). Se trata de revistas como EL MUEBLE, FOTOGRAMAS, RAGAZZA, etc. que se pueden presentar con códigos de barras diferentes, o compartiendo el mismo código y diferenciándose en el adendum. En ambos casos hay peligro; puesto que la versión PACK incluye un ejemplar del número “normal” de la revista, es muy fácil marcar éste en lugar del que viene impreso en el cartón que soporta el regalo. El peligro es doble porque podemos equivocarnos nosotros o se puede equivocar la distribuidora y, como consecuencia, cobrar o devolver gato por liebre. En ABACUS o cualquier papelería venden unos rollos de etiquetas autoadhesivas muy baratas, tanto que, con un par de revistas en las que se detecte el gato, queda recuperada la inversión. Se trata de pegar una etiqueta sobre el código de barras de la revista “normal” que va en el PACK; de este modo obligamos al vendedor de la revista o al que repasa la devolución a buscar el código correcto, que viene impreso en el envoltorio. Este sistema es de alto rendimiento en PACKs tipo CUADERNOS + CAMBIO 16, que muestra una revista por cada cara del pack con su correspondiente código de barras. ¿En qué parte de la rebanada está la mantequilla? Obviamente y en mi caso, la mantequilla corresponde a CAMBIO 16 porque yo no recibo CUADERNOS PARA EL DIÁLOGO; de ese modo, al devolver el PACK se me abonaba CAMBIO 16 y cuando devolvía CAMBIO 16 no se me abonaba nada ya que estaba devolviendo más género del recibido. ¡Encima, chorizo! En cuanto puse en práctica el método de la etiqueta empecé a ahorrarme unos cuantos euros mensuales.
Hay dos PACK que están hechos con mala leche. Se trata de AVENTURA DE LA HISTORIA y DESCUBRIR EL ARTE. Ambos cuentan con un código único, tanto para la revista sencilla como para el pack, con el agravante que AVENTURA DE LA HISTORIA lleva siempre un librito y, cuando sólo queda una revista, el vendedor no sabe de qué modelo se trata. Aquí la etiqueta ha de cumplir una doble función: avisar al quiosquero cuál es el precio (hay varios euros de diferencia) e impedir a la distribuidora que devuelva gato por liebre. Así que la etiqueta debe tapar el código de barras del modelo más caro e indicar que lo es, para que tanto el vendedor como el verificador sean conscientes de lo que vale un peine.

Queda un último grupo: el de los códigos de barras reutilizados. Está claro que si los códigos no se reutilizaran, terminarían por acabarse; sobre todo en proveedores que fabrican productos de vida corta. Lo que no se puede permitir es que convivan dos productos con el mismo código. O que se reutilice un código cuando el muerto aún esté por enterrar. Es el caso de la nueva PULSERA ZAJIRA de la Vanguardia y CINE PLATINUM del mismo diario. Ya habíamos tenido una PULSERA ZAJIRA coexistiendo con CINE PLATINUM, cada cual con su respectivo código de barras. Pero, he aquí, que primero se acabó PULSERA ZAJIRA y, meses más tarde, CINE PLATINUM; pues bien, a la semana o dos semanas de morir CINE PLATINUM, y con el cadáver todavía de cuerpo presente, apareció un modelo nuevo de PULSERA ZAJIRA, que no utilizaba un código nuevo ni siquiera el de la PULSERA del año de antes; se había apropiado del código del difunto CINE PLATINUM. Realmente la eficiencia del generador de códigos es de nota; estoy seguro que le habrán subido el sueldo por los ingresos extras que ha proporcionado a la empresa.
Acabo, mencionando algunas de las publicaciones que comparten código: HELLO KITTY DANGLERS y BOLAS POKEMOS GACHA BOX, ILUMINA OSITOS y LLAVERO SACAOJOS, PADEL CLUB y VILLANCICOS POP, CAMINO DE SANTIAGO y RECETAS DE ORO, COLLAR ALMA y HARRY POTTER, todas las publicaciones del Real Club Deportivo Español (PLANETA dixit), BLANC I BLAU ESPECIAL, LA SOMBRA DE LEVERKUSEN, GLASGOW LA AVENTURA CONT., SEISENTA ANYS EN BLANC, ESCUELA PRINCESAS y CALCULADORA STARMOVIL, COLLAR CRISTALES SWAROSKY y TOREROS PARA LA HISTORIA, ENIGMAS DE LA HISTORIA y BATMAN, DRAGON BALL y MERRY CHRISTMAS, ELVIS y G.O. DE LA CULTURA.
Contra éstos no hay defensa posible.

2 Comments:

At 26/3/11 01:48, Blogger kioskero said...

Como siempre, excelente.
Muchas gracias antonio.

 
At 27/3/11 21:26, Blogger BANDOLERA said...

Exquisitamente riguroso.
Un beso.

 

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