lunes, noviembre 21, 2005

Que biba er fumbo

Jorge Manrique aseguraba que la muerte nos iguala a todos. Sin duda no era consciente de que existen fuerzas aún más poderosas en su poder de conseguir que niños y ancianos, ricos y pobres, quiosqueros y repartidores, gente de bien y vendedores de calcetines olviden diferencias y respondan al unísono a un mismo estímulo. El fútbol. Y dentro de el balompédico universo, este batiburrillo de lugares comunes, frases manidas, tópicos varios, elfumboesasí, nohayrivalpequeño.., el barça - madrid o madrid - barça (tanto monta, monta tanto) es el rey.

Lo que vende este muchacho, oyes...Los clientes futboleros son fácilmente reconocibles. Cabreados o contentísimos los lunes, ilusionados o mosqueados los sábados, lleven el marca o el mundo, el as o el sport, tiende a hacer comentarios cuando pagan. "Me llevo el TBO", sueltal algunos como el que no quiere la cosa para que se note que su nivel intelectual está muy por encima de sus lecturas (?). "A ver qué han hecho hoy estos cabrones" dicen cabreados otros para justificar que un obrero contribuya a engrandecer la figura de unos niñatos millonarios. "Hoy los machacamos, hoy los machacamos", gritan los más optimistas. "A vere que estropicio nos hacen hoy", los más realistas...

En el otro lado del cuadrilátero tenemos a los lectores de "prensa seria". Esos que jamás comprarían un TBO, entre otras cosas porque se tiran media hora mirando portadas, hojeándolos con mirada distraída mientras se hacen el remolón, como si no fuera con ellos. Esos que sólo ven documentales de la 2 pero que, por ciencia infusa, pueden recitar las plantillas completas de los tropecientos equipos de tercera regional.

Pero cuando llega el Barça - Madrid, se rompen las barreras. Cuando llega el Madrid - Barça los muros sociales se resquebrajan y todos comentan, todos opinan, todos lloran, todos ríen, todos compr... Bueno, eso no. Pero muchos sí compran. Y luego, sobre todo, comentan.

Fumbo por doquier...Esta mañana el quiosco ha sido un hervidero de comentarios. Los abueletes del traje oscuro y el bigotito bien arreglado lucían amplias sonrisas. Los críos cantaban. Los cabizbajos de las gafas de sol se ponían muy dignos para decir no sé qué de resultado justo, demasiadios millones, poco sudar la camiseta y cosas así. Y prestamente compraban los felices el sport o el Mundo deportivo para regodearse en el detalle y descubrir nuevas celebraciones, y compraban los otros el Marca y el As para ver cuándo llegaría el próximo fichaje salvador, el nuevo entrenador de la mano dura o el próximo partido que les de la oportunidad de darse una alegría, que la esperanza es lo último que se pierde.

¿Y qué hace un quiosquero en medio de esta algarabía? Pues sonreir. Sonreír a los felices y coincidir en sus alabanzas al excelente juego de éste, la clase de aquel, la visión del de más allá. Sonreir a los tristes y coincidir en sus críticas a tal fichaje, a cual despido, a ciertas actitudes... Porque los quiosqueros, aunque tenemos sentimientos, nos los debemos guardar a veces. Para no enturbiar la fiesta a los unos ni el duelo a los otros. Para entrar en comunión con el cliente sea cual sea su fe.

Pero claro. Ahora que no nos oye nadie, querréis saber qué opina realmente el quiosquero... Pues el quiosquero está muy feliz por la panzá de periódicos vendidos, satisfecho con el espectáculo visto el sábado, feliz por la victoria del Europa que se acerca al ascenso a segunda B y triste, muy triste por la dura derrota de ese Betis que se nos va a segunda el pobretico. Y que viva manque pierda.., pero que si gana alguna vez tampoco va a pasar nada.

1 Comments:

At 30/11/05 18:35, Anonymous Anónimo said...

Jjejeje Pues Dios salve al fútbol! Gracias al que honrosos trabajadores como los quiosqueros y por supuesto los pizzeros!!!! se ganan un sobresueldo….eso si, no se yo si estos segundos disfrutan mucho las noches de Barça-Madrid o lo sufren en silencio, como los vendedores de palomitas en los estrenos de harry potter!!!

 

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