¡Imbéciles!
Cuando inicié los estudios de bachillerato había dos editoriales que se imponían sobre las otras: S.M. y Textos Anaya (textos Canalla les decíamos nosotros). Por entonces los maestros te exigían aprender la letra grande y la chica (siempre hacían el mismo chiste: “la letra chica también la ha pagado tu padre) pero nos podíamos saltar el nombre de los autores. A mí, sin embargo, se me quedaron grabados los nombres de los autores de Gramática de la Lengua Española de Ediciones Anaya: E. Correa Calderón y F. Lázaro Carreter, Después supe que F. era Fernando.
Don Fernando Lázaro llego a ser presidente de la Real Academia Española. No sé si lo vi o me lo contaron pero, cuando se jubiló, en una entrevista le preguntaron si había alguna palabra en el diccionario que le gustase de forma especial. Sí -contestó-, “imbécil” porque es una palabra que no necesita explicación. Y es cierto. Pronuncien: imm… bécil. Se llena la boca.
Viene esto a cuento porque da la sensación de que todos los expertos en marketing de las editoriales han estudiado en la misma universidad y se han doctorado, cum laude, en Imbecilidad. Apuntan siempre en la misma dirección: cuanto más grande es el cartón, más se ve; cuanto más se ve un producto, más se vende. ¡Imbéciles!
Los quiosqueros disponemos sólo de un cacho de pared para poner los cartones y, como no caben todos, ponemos los más grandes detrás, los medianos delante y los más pequeños en primera fila. Así que los que mejor se ven y, por añadido, los que más se venden son los pequeños. ¡Imbéciles!
Cuando se trata de revistas, de vez en cuando Hola, Lecturas o cualquier otra vienen encartonaditas y 12 centímetros más largas. Las castigo y no las pongo a la vista porque casi me ocupan el espacio de dos. El cliente habitual, si no la ve, te la pide y, como mucho, en vez de vender 40 Hola vendo 32. Por contra vendo 9 Jueves y 10 Interviú más. Más revistas y más precio. ¡Imbéciles!
Un ejemplo claro lo constituyen Descobrir Catalunya y Descobrir Cuina. Cuando me hice cargo del quiosco venían encartonadas. Vendía un ejemplar de cada una. Ahora llegan en formato normal y las vendo casi todas.
Hoy El País “regala” la película “Al sur de Granada” por el módico precio de 2,95 euros. Habitualmente vendo unos 40 Paises.
Me suelen traer 45. Hoy han llegado 70 y, a lo sumo, venderé 47 ó 48. El resto, paquetazo y a devolución.
Gracias don Fernando. Simplemente son imbéciles.
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