sábado, septiembre 09, 2006

CoMEsA 2006 IV - El R25 de Fernando Alonso

Salvat vuelve a lanzar el R25 de Fernando Alonso por entregas. 75 fascículos semanales con las piezas del F1 teledirigido. La cosa no tendría mayor interés (cada año hay varios vehículos de este tipo para montar y especialmente coches) si no fuera porque se trata de una reedición de la misma colección que ya salió el año pasado, con poco éxito. Y no es que me parezca mal que los señores de Salvat reciclen los stocks del año pasado. Lo que me cuesta entender es cómo pretenden vender en 2006 el modelo de coche que llevaba Alonso en 2005. Aunque claro, teniendo en cuenta que la colección acabará dentro de año y medio, la cosa se complica. Analicemos el asunto en profundidad.

Si el quiosco es un punto de venta interesante se debe, principalmente, a que en él prima la venta por impulso. Especialmente en los meses en que andamos deprimidillos y sin un duro. De ahí el propio fenómeno de la cartoná. Un ciudadanito de a pie vuelve de sus vacaciones con una depresión de caballo y los bolsillos vacíos. Recuerda la maravillosa sensación de despertarse a las tantas, tomarse unas tapitas en el chiringo de la playa, salir de fiesta hasta el amanecer... Y le resulta insoportable volver a la rutina laboral de los madrugones, las broncas con el jefe, la factura de la vuelta al cole... En ese estado mental llega al quiosco donde unos enormes y coloridos cartones le ofrecen la posibilidad de una nueva ilusión: la posibilidad de evadirse de todo pilotando el bólido de Fernando Alonso. Y por muy poquitos euros. ¿No es maravilloso?

El único problema estriba en que no podrá satisfacer ese impulso hasta 2008 (siempre y cuando no pierda ninguna piececita y sea capaz de montar un coche siguiendo las instrucciones del fascículo, algo que para algunos, como un servidor, es demasiado suponer). Lo cachondo del asunto es que en 2008 Fernando Alonso no sólo no pilotará el obsoleto R25 sino que correrá en otra escudería, con otros colores, otros motores... y ni siquiera está claro que Renault corra el mundial. Nuestro Fórmula 1, último modelo, será ya un objeto de museo en el que nos habremos dejado las pocas neuronas que sobrevivieron a los excesos del verano y, lo que es peor, los ahorros de las siguientes vacaciones. Algún amiguete está pensando ya en ofrecerle a Salvat (y a sus clientes) el chasis y las pegatinas de los próximos McLaren para poder prolongar esta colección por los siglos de los siglos. ¿Alguien se apunta?

EDITORIAL SALVAT, S.L. - Radiocontrol Renault F1 R25 con motor de gasolina