Polònia
Me pasó como a Antonio Gala. Llevaba seis o siete años residiendo en Barcelona cuando oí por primera vez el término “polaco” para referirse a los catalanes. Estaba de vacaciones y un amiguete, militar por supuesto, me preguntó cómo había dejado a los polacos. Me explicó los llaman así porque “cuando hablan no se les entiende un carajo”. Me pareció una explicación muy simple.
Pregunté a los polacos. La mayoría coincidían en su versión: Después de la Guerra Civil, a los catalanes que llegaban a Madrid empezaron a llamarlos polacos por cuestión de idioma y porque, como los polacos, habían sido invadidos por un ejército fascista en 1939.
Tampoco quedé convencido. Había versiones que hablaban de la existencia de esta costumbre a finales del siglo XIX y, aunque la gran ofensiva del ejército nacional se produjo a principios de 1939, la invasión de Cataluña comenzó en el verano de 1938. No encontré una versión que me agradase.
Años después leí una explicación más acorde con mis gustos y, desde mi punto de vista, más plausible. No estoy seguro pero creo que la anécdota la contaba Juan Manuel González Cremona en una de sus amenas historias históricas. Parece ser que, durante el reinado de Isabel II, nombraron ministro de hacienda al, hasta entonces, embajador español en Polonia. Éste, catalán, se rodeó de sus hombres de confianza, catalanes como él. Los funcionarios empezaron a llamarlos polacos haciendo referencia al anterior destino del ministro. Cuando, años después, se estableció el servicio militar obligatorio, los quintos catalanes llegaban a Madrid, la mayoría de ellos hablando sólo catalán. Los militares autóctonos se preguntaban de dónde venían aquellos tíos hasta que alguien se acordó del ministro: “Son polacos”. Y hasta ahora.
Lo malo es que, lo que se inició como un término jocoso, haya derivado en despectivo. Lo bueno es que los catalanes lo han asumido como propio y, aunque algunos todavía se mosquean, la mayoría se lo toma a pitorreo. Véase, por ejemplo, el programa de TV3 Polònia de humor político fino que los no polacos no pueden disfrutar.
¿Y cómo se proyecta esto en el quiosco? Pues igual que el nacionalismo. Cuando un lector habitual de Avui, El Punt o Sapiens me dice que no tengo prensa extranjera, le suelo contestar:
- ¡Cómo que no! Toda esa.
Le señalo ABC, El Mundo, El País… Y nos reímos.
Ayer me llegó una señora.
-¿Te algu en polonés?
- ¿Polaco polaco o polaco nativo?
- ¡Polacu!
- No, en polaco no tengo nada.
Y se fue mosqueada. No ve Polònia.
Pregunté a los polacos. La mayoría coincidían en su versión: Después de la Guerra Civil, a los catalanes que llegaban a Madrid empezaron a llamarlos polacos por cuestión de idioma y porque, como los polacos, habían sido invadidos por un ejército fascista en 1939.
Tampoco quedé convencido. Había versiones que hablaban de la existencia de esta costumbre a finales del siglo XIX y, aunque la gran ofensiva del ejército nacional se produjo a principios de 1939, la invasión de Cataluña comenzó en el verano de 1938. No encontré una versión que me agradase.
Años después leí una explicación más acorde con mis gustos y, desde mi punto de vista, más plausible. No estoy seguro pero creo que la anécdota la contaba Juan Manuel González Cremona en una de sus amenas historias históricas. Parece ser que, durante el reinado de Isabel II, nombraron ministro de hacienda al, hasta entonces, embajador español en Polonia. Éste, catalán, se rodeó de sus hombres de confianza, catalanes como él. Los funcionarios empezaron a llamarlos polacos haciendo referencia al anterior destino del ministro. Cuando, años después, se estableció el servicio militar obligatorio, los quintos catalanes llegaban a Madrid, la mayoría de ellos hablando sólo catalán. Los militares autóctonos se preguntaban de dónde venían aquellos tíos hasta que alguien se acordó del ministro: “Son polacos”. Y hasta ahora.
Lo malo es que, lo que se inició como un término jocoso, haya derivado en despectivo. Lo bueno es que los catalanes lo han asumido como propio y, aunque algunos todavía se mosquean, la mayoría se lo toma a pitorreo. Véase, por ejemplo, el programa de TV3 Polònia de humor político fino que los no polacos no pueden disfrutar.
¿Y cómo se proyecta esto en el quiosco? Pues igual que el nacionalismo. Cuando un lector habitual de Avui, El Punt o Sapiens me dice que no tengo prensa extranjera, le suelo contestar:
- ¡Cómo que no! Toda esa.
Le señalo ABC, El Mundo, El País… Y nos reímos.
Ayer me llegó una señora.
-¿Te algu en polonés?
- ¿Polaco polaco o polaco nativo?
- ¡Polacu!
- No, en polaco no tengo nada.
Y se fue mosqueada. No ve Polònia.
9 Comments:
Me parece que Vázquez Montalbán, cuando escribió "Un polaco en la corte del rey Juan Carlos", explicaba una historia similar a la de Cremona. Por cierto, ¿qué tal se están vendiendo los deuvedeses de Polònia? Parece que los lectores de La Vanguardia han pasado bastante del humor y se han lanzado como posesos a coleccionar cuchillos...
Si no tienes nada en polaco será porque tienes muy buena relación con SGEL... llevo 4 semanas en el negocio y aunque he dicho por activa y por pasiva que NO QUIERO PRENSA EXTRANJERA, he recibido periódicos en ruso, en búlgaro, en alemán y ... EN POLACO, concretamente el ANGORA POLISH... lástima que la señora no hubiera venido a mi tienda...
Oye JM, pues quizás tendríamos que montar una red de intercambio de clientes. "Cambio señora interesada en prensa rumana por niño dispuesto a completar la colección de Rebelde". :D
Lo que cuentas de SGEL tiene tela. A nosotros nos dijo un inspector que marcáramos en el albarán de devolución el número exacto de ejemplares que queríamos. No sólo nos hicieron ni caso. Además nos empezaron a mandar otras cosas que no habíamos tenido nunca. Yo sigo pensando que aquí el negocio está en retener nuestra pasta lo máximo posible y, qué se yo, ¿meterlo en una cuenta naranja?
Cuando yo era chaval e iba a hacer cursillos de cerámica a La Bisbal del Ampurdan estuve lo menos una semana sin enterarme de que cuando se decía "polaco" se referían a ellos mismos. y luego dicen que los catalanes no tienen sentido del humor.
Un saludo.
Hay que ver DARL eres finisimo tio, no se me habia ocurrido lo de la cuenta naranja, estos cabrones se estan forrando.
Quiosquero ¿Una catalana te pidio alguna publicación en polaco? Como dijiste que no tenias nada, y el Avui, Punt, Etc que.
Saludos colegas
A los que vivimos en el extrarradio del país solo nos llega prensa en inglés y algo en alemán y en francés. De cualquier manera, tampoco es que ese tipo de lectura esté muy solicitada por esta zona y somos muy pocos los que la tenemos a la venta.
El caso es que Logista, que es quien la reparte, no da opción a elegir: O te la llevas toda o ninguna. Y como no reparte en fin de semana, el lunes recibes de una tacada la prensa del viernes, sábado y domingo juntas.
Por cierto, hablando de la Vanguardia: Tengo un cliente que quiso hacer la colección de cuchillos y cuando se los pedí a la distribuidora me contestaron que las promociones de ese periódico solo son para Cataluña. ¿Será cierto o es que la distribuidora no se quiere molestar en pedirlos?
Pues amigo Alfonso, a mi me ha pasado lo mismo discutiendo con una clienta de La Vanguardia que quería retirar su colección, pero la distribuidora dice que a Galicia no llegan las promociones de ese periódico, en cambio las del Sport si???
Se vé que estamos en paises distintos..
Si os vale de consuelo, por aquí paso idem de idem con las promociones de la vanguardia, pero una de las cosa que me hace gracia es que en verano regalan el periodico de cataluña, en algún sitio y por paquetes, y nosotros no lo tenemos en los kioskos para venderlo.
Según contaba un editor hace poco a él le paga coedis las revistas vendidas en dos veces, el segundo pago a los 120 dias, y sgel le ofrecia un solo pago a los 120 dias.
Con esto quiero decir que el que creo que tiene el dinero en su poder es el D.nacional, no creo que el D.local.
Juan jose cuando empiezes a escribir tu blog avisa.
Un saludo.
Pues aquí en Cantabria se ve que consideran La Vanguardia periódico extranjero, porque llevo años intentando recibirlo y no hay manera; han decidido que ya hay un punto de venta que lo recibe en la localidad, y que no les compensa que el repartidor pare en otro, sólo para un ejemplar. ¿¡?!
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