Imbéciles II
Lo que me jode de los políticos no es que piensen que todos somos imbéciles. Lo que me jode de los políticos es que llevan razón al pensarlo. Tres ejemplos:
• OTAN de entrada NO. ¡Bien! Y de salida tampoco. ¡Ah!
• Bajaremos los impuestos. ¡Bien! Suben los impuestos de gasolina, tabaco y alcohol. No son impuestos, son tasas. ¡Ah!
• Apoyaré el Estatut tal como salga del Parlament. ¡Bien! Yo jamás dije eso. ¡Ah!
El donde dije digo, digo Diego lo practican con tal asiduidad que de la mentira hacen norma. Y los ciudadanos de a pie –ellos van en coche- nos tragamos lo que nos echen sin rechistar y, si el político pertenece a un partido que goza de nuestra simpatía, entendemos que esa es la única manera de sacar al país adelante.
Hablemos de la ley del tabaco. Sólo puede venderse en expendedurías y locales autorizados. En estos últimos se venderá en máquinas situadas dentro del recinto y donde los encargados puedan vigilar para impedir el acceso de los menores a la misma. Muchos quioscos basan buena parte de sus ingresos en la venta de tabaco y, mal y tarde, diversas asociaciones de vendedores de prensa convocan huelga para el día 30 de enero con manifestación en Madrid incluida. Consiguen una entrevista con las autoridades y la ministra del ramo afirma que la ley no va a sufrir ninguna modificación.
Días después, 10 de febrero, el Consejo de Ministros aprueba un ligero cambio de la ley: “De acuerdo con el artículo 4.b de la Ley de Medidas Sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco, los quioscos que cuenten con las autorizaciones administrativas pertinentes están autorizados para la venta del tabaco. Esta venta deberá, en todo caso, realizarse a través de máquinas expendedoras situadas siempre en el interior de los quioscos”. Y las asociaciones de vendedores de prensa jalean el triunfo conseguido. ¡Imbéciles!
Si alguno de los lectores ha tenido o tiene posibilidad de echar un vistazo al interior de un quiosco, podrá comprobar la amplitud del salón: 70 cm. de mostrador a repisa posterior. En este espacio descomunal ¿dónde conho pongo yo una máquina de tabaco? Se están diseñando unas pensadas ex profeso para quioscos, me dicen… ¿y mientras tanto…?
Supongamos que la máquina es un hecho y ya la tengo ubicada en el interior de mi quiosco. Hay dos posibilidades:
• El usuario entra en el quiosco, pone las moneditas y saca su paquete de cigarrillos. Como sea en un momento en que me acaben de traer género y lo tenga esparcido por el suelo oiré el chasquido de los dvdeses rompiéndose bajo los zapatos del ominoso fumador. O tendré que quitar de en medio a botijín y no volverá a cargar sus móviles. O tendré que salirme yo a la calle. O… ¡Imbéciles!
• El usuario me da las monedas, yo le saco el paquete de tabaco y se lo doy. En este caso, ¿qué diferencia hay entre sacar el paquete de una máquina o sacarlo de una caja de zapatos? ¿Qué cargo ostenta el pariente del que fabrica las máquinas homologadas para quioscos?
Se habla, además, de que el precio de la dichosa maquinita no ascenderá más allá de los 1200 euros. Eso significa que, a 15 cts. por paquete, habré de vender 8.000 cajetillas sólo para pagarla. Si a ello le sumo licencia, impuestos y tasas estaré más de un año vendiendo tabaco para el Diablo. Pero la jornada de huelga habrá sido un éxito.
¡Imbéciles!
2 Comments:
Federico dixit.
Bienvenida al club
Lo de las máquinas en el interior de los quioscos no acaba de tener sentido. Es lo que tu dices las dos posibilidades que te quedan son un totalmente surrealistas. Se tiene que reconocer que hay una parte cómica porqué me lo imagino y.... pero se tiene que llegar a algún tipo de solución mejor, ummm. Cada día me enteró de más casos en que la ley antitabaco ha tenido repercusiones negativas en negocios (bares, quiocos, empresas...), bajo mi punto de vista se ha aplicado rápido y mal :(
Publicar un comentario
<< Home