Esos "locos bajitos"
"A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
ésos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar"
Estas son las primeras estrofas de la canción que J.M.Serrat dedicó a los niños: a “esos locos bajitos” como él los llama.
Quiero unirme a “ese pequeño homenaje”, pero con la intención de aparcar las cosas que nos molestan de ellos (que siempre las hay) y dejarlos en el lugar que se merecen.
No en pocas ocasiones, hay gente que no es justa al juzgar el comportamiento de los niños. También es cierto que, cuando algunas personas se van haciendo mayores, en ocasiones se sienten un tanto agobiadas por la presencia de los pequeños que no paran un momento. Nunca se están quietos, no callan, no dejan de tocarlo todo... pero no debemos olvidar que también aportan muchas cosas positivas a nuestras vidas. Traen consigo la alegría, la despreocupación, el candor, la ingenuidad y muchos otros valores. Nos regalan en cada minuto todo eso tan valioso que el tiempo se encargará de arrebatarles, como siempre ha hecho y hará a lo largo de los siglos. No nos engañemos, señores, todos fuimos niños (aunque a veces haya a quien se le olvide) y todos, más o menos, añoramos en parte esa etapa de nuestras vidas.
¿Se han parado vds. a observar la sonrisa de un niño? Pues, fíjense! Los niños no sólo sonríen con los labios, sino que también lo hacen con los ojos y, en ocasiones, con el corazón. Es una expresión entrañable que no nos puede pasar inadvertida.
Y a todo esto, Vds. se preguntarán ¿Pero qué c.... hace una “quiosquera consorte” hablando de niños en un blog de quiosqueros? Pues, nada más fácil de entender. Desde mi puesto de observación (quiosco) trato muy de cerca ese colectivo menudo que son los niños (desde los que van en sus sillitas, y que ya tienen muy claro cuál es su papel, hasta los 11 ó 12 años) y puedo asegurarles que se merecen lo que he escrito y más.
Así que quiero decirles a todas esas personas que piensan que no quedan niños educados, considerados, sensatos, comprensivos y muchos otros adjetivos que puedan ensalzar su bondad, que los invito a que se pasen unos días por el quiosco a las horas de la salida de los colegios. Si lo hicieran, probablemente cambiarían su idea de lo que es un niño del siglo XXI.
Como ejemplo les diré que todos ellos esperan pacientemente su turno, saludan al llegar y se despiden con una sonrisa. Ah! y algunos, antes de marchar, dan las gracias. Ya lo ven, son “pequeños detalles” pero que dicen mucho en favor de las buenas costumbres y la educación. Desafortunadamente, no puedo decir lo mismo de todos los adultos. Ya sabemos que la vida siempre resulta complicada y que todos vamos con prisas pero lo cierto es que algunas personas, ya sea por ir absortas en sus pensamientos, problemas o cavilaciones, llegan al quiosco, toman la prensa, “sueltan” el € encima de cualquiera de los montones de periódicos y se van como han llegado: sin abrir boca ni echar una mirada de buen rollo al quiosquero. Inmediatamente, éste tendrá que bajar del quiosco y recoger el importe del periódico para evitarle molestias al próximo cliente. En el supuesto de que ése no sea de la misma "cofradía" y tire de su ejemplar sin importarle que la moneda que hay depositada sobre los periódicos salga rodando calle abajo.
¡Qué poco costaría dar los buenos días y entregar el dinero en la mano!
Y mi pregunta es: si somos capaces de educar bien a nuestros hijos ¿Por qué no practicamos también aquello que les estamos enseñando?
1 Comments:
Bien apreciada Señora:
Tiene usted mucha razón.
Sospecho que todos aquellos que trabajamos de cara al público,llegamos a la misma conclusión.
Cierto es que a veces nos encontramos con la misma actitud por parte de los dos colectivos, adultos y niños, tanto en lo bueno como en lo malo.
Tambien quisiera añadir que para mi lo más triste no solo se trata de la presunta ignoracion al vendedor por parte del cliente en el tema de saludarlo o tenerlo en cuenta, si no que para mi el que muchos sufran de una espécie de sordera selectiva y de analfabestismo funcional cuando se trata de buscar informacion sobre un producto, roza ya el maltrato psicológico.
A saber:
En mi lugar de trabajo hay varios productos todos ellos bien explicados con grandes carteles, especificando precio y todo lo que puedan necesitar los clientes para saber si comprar o no, pues ni que hubiera un neón gigante, no creo que se lo miraran.
La segunda parte, viene cuando el analfabeto funcional, al ignorar el cartel informativo, viene a preguntar toda la informacion disponible en dicho panel.
Llegado este punto, se activan los sistemas de la sordera selectiva... si no oyen lo que ellos quieren oir lo borran de "SU CONVERSACION", mientras que tu hablas del producto A, ellos creen comprar el producto B.
Hay veces que llegando a extremos, gràcias a Dios son pocos, de que algunos llegan a comprar,alengado a grito "pelao" -"Déme lo mismo que ha comprado el de delante" y cuando ven o incluso ya han probado el producto, se dan cuenta de: "-Que no es lo que les he vendido,que les he engañado, etc.,etc...".
En fin nada más que felicitarles a los tres por su blog, mucha suerte.
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