Los precios del número uno
Estamos en la tercera semana de la cartoná y continúo con Salva de vacaciones. Entre queja y queja del lumbago, reflexiono.
De mi primera cartoná me quedan amargos recuerdos. También la pasé solo y convencido de que sería una locura en ventas; vamos, como las rebajas del Corte Inglés. Y esa era la sensación de cada día al acercarme al contenedor a depositar la cosecha de cartones. Dentro del quiosco, entre coleccionables y desechos, no me podía regullir y la acera quedaba impracticable para los peatones que intentaban sortear los fascículos. Los números, sin embargo, no salían; no había concordancia entre la cantidad y peso de desechables y los cuatro billetillos enjutos que descansaban en la caja. Al hacer balance mensual corroboré lo que ya sospechaba: doble de trabajo, 75% de rendimiento.
Mi segundo septiembre me sirvió para reafirmar sospechas, esta vez con los números que me proporcionaba el ordenador. Y decidí que no me volvería a pasar. En efecto, la última cartoná fue mucho más suave; los cartones de menos de 2,50€ eran devueltos a origen en el momento de su recepción, así como los que tenían un tamaño desproporcionado. El quiosco estuvo mucho más despejado, la calle estuvo mucho más despejada y, por supuesto, vendí muchos menos cartones pero vendí los más caros y, como el resto de publicaciones estaban menos tapadas, también vendí más revistas. El balance mensual arrojó como resultado un mes en que se había trabajado un poco más con un rendimiento próximo al 100% de la media. Estaba claro. Dado que, según el señor Lara, la red de distribución de coleccionables falla por el quiosco y los editores van a tener que buscar vías alternativas donde pescar con caña, este quiosco deja de hacer publicidad gratuita y se limita a exponer y vender lo que me interesa a MÍ, no lo que interesa a los editores. Y está claro que el vendedor puede influir notablemente en los artículos que se venden.
Este año, mire usted por donde, la cartoná ha cambiado un poco bastante. Sigue habiendo cartones a 1€ pero el precio medio ha subido y muchos números uno salen de 2,95 para arriba.
Sospecho que esta temporada sí voy a mantener una buena exposición de cartones.
De mi primera cartoná me quedan amargos recuerdos. También la pasé solo y convencido de que sería una locura en ventas; vamos, como las rebajas del Corte Inglés. Y esa era la sensación de cada día al acercarme al contenedor a depositar la cosecha de cartones. Dentro del quiosco, entre coleccionables y desechos, no me podía regullir y la acera quedaba impracticable para los peatones que intentaban sortear los fascículos. Los números, sin embargo, no salían; no había concordancia entre la cantidad y peso de desechables y los cuatro billetillos enjutos que descansaban en la caja. Al hacer balance mensual corroboré lo que ya sospechaba: doble de trabajo, 75% de rendimiento.
Mi segundo septiembre me sirvió para reafirmar sospechas, esta vez con los números que me proporcionaba el ordenador. Y decidí que no me volvería a pasar. En efecto, la última cartoná fue mucho más suave; los cartones de menos de 2,50€ eran devueltos a origen en el momento de su recepción, así como los que tenían un tamaño desproporcionado. El quiosco estuvo mucho más despejado, la calle estuvo mucho más despejada y, por supuesto, vendí muchos menos cartones pero vendí los más caros y, como el resto de publicaciones estaban menos tapadas, también vendí más revistas. El balance mensual arrojó como resultado un mes en que se había trabajado un poco más con un rendimiento próximo al 100% de la media. Estaba claro. Dado que, según el señor Lara, la red de distribución de coleccionables falla por el quiosco y los editores van a tener que buscar vías alternativas donde pescar con caña, este quiosco deja de hacer publicidad gratuita y se limita a exponer y vender lo que me interesa a MÍ, no lo que interesa a los editores. Y está claro que el vendedor puede influir notablemente en los artículos que se venden.
Este año, mire usted por donde, la cartoná ha cambiado un poco bastante. Sigue habiendo cartones a 1€ pero el precio medio ha subido y muchos números uno salen de 2,95 para arriba.
Sospecho que esta temporada sí voy a mantener una buena exposición de cartones.
3 Comments:
si todos hicieramos igual a lo mejor nos respetarian algo mas
Menos mal que hay algun kiosquero que hace lo que piensa, lastima, que no secunden tus comentarios los demas a vender cartones a precio de diarios, que sigan haciendo de almacenistas y publicistas del Lara Bosch que al final hara con nosotros igual que hizo con el campo de futbol de los periquitos,cuando no les seamos rentables nos vendieron, y a otra cosa (asi se hace el capital) no con su padre GRAN EDITOR y serio donde los hubiera.
En fin lo dicho a seguir vendiendo cartones a 1€ que os habeis millonarios y hacer la faena bien hecha, mirad que valla el telefono y la tarjeta con lo que regalan por suscribirse y asi se lo envien a casa directamente y entonces costara el fasciculo 2 o 3 € el sr. Lara entonces ganara el dinero y tu ver pasar las horas.
He observado que nadie hace ningun comentario de la carta de Ayuntamiento respecto a la utilizacion del espacio fuera del kiosco es igual con los cartones que venden ya podeis paga la multa de 6000€que dice que se pondra al que se salga de las medidas todo son facilidades para seguir vendiento cartonages.
Lo dice un quiosquero asqueado de las asociaciones y del sector pero no os desanimeis seguir confiando en los Collados -Gerboles- Sorianos hasta otra que espero ya no pertenecer a este gremio de cobardes
anónimo: he oído hablar de la carta del ayuntamiento pero yo no la he recibido. ¿Me podría alguien enviar una copia?
Gracias.
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