miércoles, agosto 12, 2009

La culpa es de los padres

¡Qué vergüenza! A lo largo de mi vida me he dormido muchas veces; diez minutos, media hora, una hora… ¡Pero cuatro horas y media…! Cuando ha sonado el teléfono, el reloj de la mesita de noche marcaba las nueve y treinta, el móvil indicaba que había dado dos toques de alarma desatendidos y el despertador señalaba las cinco como hora a la que debía iniciar su misión, pero ¿de qué día? Nos hemos puesto el turbo y a las diez menos cinco aterrizábamos a la puerta del quiosco. Una dormida de cuatro horas es más que suficiente para que el cuerpo note el descanso y lo agradezca pero, si lo mandas de la cama al trabajo sin solución de continuidad, el maldito se rebela y muestra su mala leche simulando estar más cansado que cuando se acostó. Superwaiter estaba al borde del infarto e incluso había pedido a Dimitri que mandase un mensaje a Dalr interesándose por mi estado. A esa hora, Dalr debería estar tomando tierra en algún aeropuerto mejicano y espero que llevase el móvil desconectado de modo que cuando esté en condiciones de acceder a sus SMS lea seguido las noticias: “Quiosquero perdido y hallado en el quiosco”.
Lo que más me molesta de la dormida es que se ha enterado Barcelona en pleno. No hay cristo que pase frente al quiosco y no me pregunte qué me ha pasado esta mañana.

Abundando en el tema de ayer, y en solidaridad con los lectores que me comunican que en agosto han de devolver más género del que reciben, salvo en lo que concierne a las revistas del corazón y El Jueves, la revista que sale los miércoles, he devuelto todo lo que ha llegado. Unas publicaciones las he devuelto porque no me las traen nunca o porque nunca las vendo y las demás, porque me mandan el doble de lo habitual y trato de estar en sintonía devolviendo el triple. Me ha hecho gracia una revista: Mondial. No me sonaba a nada pero he echado un vistazo a su historial y comprobado que la recibí en agosto de 2008 y agosto de 2007 con el título Idee & Filati.

En vista del patinazo de ayer, empiezo a volverme cauto a la hora de decir tonterías. Hace un rato ha llegado una chiquita, casi recién salida del cascarón (me refiero a que está en una edad en la que empiezan a crecerle las tetillas y engordársele el culo), que me ha hecho poner cara de póker.
- ¿Qué ha salido esta semana, la Bravo o Súper Pop? –me ha preguntado con una amplísima sonrisa que dejaba ver el escaléxtric-.
- Bravo –serio como un ajo-.
- Ahora vuelvo, chao.
Y ha salido trotando calle arriba. Me he quedado dándole vueltas a la nena y al eslogan de su camiseta. ¡Coño con la niña!
Ha regresado pronto con la misma sonrisa que se marchó.
- Vale, déme la revista.
- Uno ochenta –hierático-.
Me ha pagado y ha vuelto a trotar calle arriba. Durante un rato me ha quedado la imagen de su camiseta: “Sonríe si quieres sexo”. Sólo me falta hoy que me acusen de corruptor de menores. Aunque siempre podría recurrir a la frase que pronuncia Santiago Segura interpretando a un político pedófilo: “La culpa es de los padres que las visten como putas”.

PD. Al César lo que es del César.
Acabo de hacer la devolución de SGEL y he observado que Mondial Idee & Filati llegó también en julio de 2009. Salva debió abrir ficha nueva. Que conste, pues.