SADE devalúa el euro

Mi padre era un individuo bastante socarrón aunque pasaba por persona seria, tirando a malafollá. No podía imaginar que estaba haciendo un chiste el día que se sentó a la mesa y, con la misma cara de palo de siempre, espetó:
- Dicen que le van a dar a Franco el Premio Nobel de Química.
- ¿De Química? –salté-. ¿Qué méritos tiene Franco para eso?
- Ha hecho de la peseta una mierda.

Acabábamos de asistir a la primera devaluación de la peseta de la que tengo recuerdos; fue la que hizo que un dólar pasase de valer 12 duros a casi 70 pesetas. Después, durante la transición y primeros años de la democracia, asistimos a cuatro o cinco devaluaciones más. Los economistas explicaban que la medida hacía aumentar la deuda externa y la factura del petróleo, al tiempo que favorecía que las suecas llegasen en manada a Benidorm y Torremolinos, y que se incrementasen las exportaciones. La gente estaba muy preocupada con la paridad del dólar. Si el dólar subía, era malo para la economía española porque el petróleo salía más caro; si el dólar bajaba, era malo para la economía española porque nuestros productos eran menos competitivos. Yo pensaba que entre subir y bajar, debía de haber un punto de equilibrio, un valor del dólar que fuese bueno para la economía española. Parece ser que ese punto no existía.
Luego vino lo de la flotación de la moneda. Eso era que lanzabas la peseta al agua y esperabas a ver cómo nadaba; aprendí que se puede flotar a distintas profundidades. Al final, aquella moneda que nunca existió, el ECU, se transformó en euro. La peseta, al igual que sus colegas de la UE, se agarró al salvavidas que le lanzaron y aguantó lo suficiente para ahogarse con dignidad.

Desde el 1 de enero de 2002 (capicúa) el euro es la unidad monetaria de bastantes países europeos y no es devaluable, es decir, ningún Estado puede modificar unilateralmente su valor respecto a las demás monedas. Pues bien, lo que no le es dado hacer a países tan poderosos como Alemania o Francia, por poner dos ejemplos, lo ha conseguido una pequeña empresa que se dedica a la distribución de revistas y que es la responsable máxima de la cartoná: Sociedad Anónima Distribuidora Ediciones.

SADE HA DEVALUADO EL EURO EN UN 25%.

Desde que El Periódico lanzara con notable éxito su promoción Pulsera Alma, otros diarios y revistas han seguido su ejemplo; así, La Vanguardia ha promocionado la Pulsera Zajira y la Pulsera Prince, Lecturas se vende a pelo o con la inclusión de los elementos de una nueva pulsera y, por último, Cuore está distribuyendo su modelo con un sistema de pago inédito. Cada colgajo de la Pulsera Cuore se vende a 2,50€, pero, si la persona interesada en la joya compra la revista, tiene la opción de recortar un triangulito de su portada, triangulito que entrega al quiosquero de turno y éste le vende el colgajo a 1,50. O séase, cada triangulito tiene el valor facial de 1 euro.
En la devolución semanal, en sobre aparte, se mandan todos los recortes triangulares junto a los vales de suscripción de otras revistas (TIME OUT, por ejemplo), para que SADE reintegre al quiosquero su valor. Esto es lo que pasa.

Cupones TIME OUT.
Sin más historias, la distribuidora paga al quiosquero 1,95€, que es el precio de la revista, por cada cupón entregado

Cupones Pulsera Cuore.
Las mentes pensantes de la distribuidora ejecutan las operaciones siguientes:
1.- Al precio del cupón le quitan el 16% de IVA: (1/1,16)= 0,8621.
2.- A la cantidad resultante le aplican un 25% de descuento y obtienen la Base imponible: 0,8621 * 0,75 = 0,6466 (ver factura).
3.- A la Base imponible le calculan el 16% de IVA: 0,6466 * 0,16 = 0,1035.
4.- Sumando la Base imponible y el IVA calculado, obtienen el precio a pagar al quiosquero: 0,6466 + 0,1035 = 0,7501.


¡Le voilà! Un euro convertido en 0,7501€. Una devaluación del 25% (el 0,0001 restante, aparece como consecuencia del redondeo y desaparece por la misma causa al dejar los totales con 2 decimales).
SADE se mete en el bolsillo 25 cts por cada cuponcito triangular que los indocumentados de los quiosqueros recortamos mientras dispensamos a nuestros clientes la mejor de las sonrisas.
Pero eso no es todo. El cupón, al no ser materia cultural, está afectado de un 16% de IVA y, como se trata de un pago, contabiliza como IVA soportado, por lo que SADE echa otros 10 cts más al cajón. Total, cada cupón supone a la distribuidora 35 cts de beneficio adicional.
Y no se trata de un error ya que el 21 de enero mandé un email a persona de responsabilidad en la empresa, alertándolo sobre la incidencia. El 25 del mismo mes hacía la reclamación de los 25 cts que me faltaban en la factura recibida y, esto está por comprobar todavía, creo que el administrativo de turno lo que hizo fue pagarme el colgante completo (2,50€).

No tengo noticias de que el señor Xavier Sabaté ni su contable hayan sido propuestos para el Premio Nobel de Economía.