lunes, julio 13, 2009

De pronto, la cuchara

Lamento decepcionar a quienes esperaban a leer el chou de esta mañana con el inspector del gas. No ha habido nada. Cuando han llegado, todavía estaba procesando la noticia del fallecimiento de la esposa de Jaume y no he estado inspirado. Llegar, lo que se dice llegar, no han llegado. He recibido una llamada telefónica de la chica de la centralita de INVESGAS para indicarme que sus chicos, eran dos, no me lograban ubicar en la dirección citada.
- Descríbamelos que me asomo el balcón y les indico.
- Son dos chicos, bueno, de media edad; unos de ellos lleva una maletita de ruedas.
- Ya los he localizado, no se preocupe.
He bajado a la calle pero no tenía ganas de guerra. Además, uno de ellos, muy amablemente, me ha asegurado que la mejor solución sería una estufita eléctrica. El aire acondicionado en serio requiere una cortina de aire caliente que me haría volar los papeles. Me han dejado una tarjeta de visita por si se me ocurre algo. Veamos, eran operarios pero no tontos. Seguro que se han alejado acordándose de mis antepasados; incluso de mis recientes.

SADE se ha presentado algo más tarde de las diez. A esa hora, cuatrocientas mil señoras ya me habían preguntado por el Pronto. Y el Pronto ha llegado en una caja de cartón fetén más otro montón de ejemplares sueltos. Los ejemplares vienen retractilados para que no se caiga la cuchara de regalo. Tal como la he visto, me ha dado la sensación de que la incluyen para que las lectoras se coman al Maiquel Llacson de la portada. Acompañando el albarán viene una nota que, se supone, va dirigida a los quiosqueros.
“Prepárate a vender muchos más ejemplares de PRONTO… estaremos apoyados por una CAMPAÑA DE TELEVISIÓN… No se abonarán los ejemplares de PRONTO que lleguen a nuestros almacenes sin el cubierto correspondiente. Un cordial saludo.”

Le hago la prueba del algodón, esto es, agarro la revista por un extremo y la sacudo. No la pasa. Cuesta un poco, pero si se le da un buen zaleón, la cuchara se va a freír espárragos. Le aplico, por tanto, la apostilla de “material susceptible de deterioro”, busco otra caja pare meter los ejemplares sueltos y guardo el conjunto bajo el mostrador. Como las cucharas van a salir por la tele, no hace falta que yo les haga una propaganda adicional. ¿Que esta semana venderé menos Prontos…? Seguro, pero expondré otros productos que antes quedaban ocultos y, con unos cuantos que coloque, habré compensado la pérdida de ventas en la mentada publicación. Pero, sobre todo, no perderé una sola cuchara.

De todos modos, mis clientas ya saben lo de la cubertería y me la piden. Acabo por poner la caja de cartón encima del taburete que uso para estar de pie, y así no tengo que doblar la raspa.
- ¿No le han traído el Pronto?
- Sí, es que regala una cuchara de plata y lo tengo en la caja fuerte.
- ¡Uy! En la foto se veía más bonita.
- Mujer, es lógico. Las fotos se las hacen a modelos rellenas de silicona y esta cuchara es normal. Pero cuando se acostumbre seguro que la encuentra guapa y, a lo mejor, hasta simpática.

En medio de tanto Pronto ha llegado una jovencita a comprar Nuevo Vale. Se ha quedado mirando la Sex Zone.
- ¿Aquella Hot Video no será la número 158?
No tengo ni idea. El ordenador me dice que tengo los números 127, 128 y otros que no guardan correlación. Pero me suena el 158. En efecto, es el último número de Hot Video pero en revista. Cuando se lo muestro, la nena, que ya no me parece tan nena, ilumina su sonrisa.
- Guárdemela un momento que no llevo dinero.
Sale escopeteada. Me pica la curiosidad y empiezo a hojear la revista. Llega mi amiga Ángela y la conversación se desvía hacia las vacaciones veraniegas y el tipo de lectura vacacional. La chica que, a medida que la voy aprendiendo, me va pareciendo cada vez más cañón, recoge la revista y desaparece.
Me he quedado sin saber si también es actriz.

1 Comments:

At 14/7/09 21:47, Blogger Enrique_kioscoelcano said...

Para cuchara la que nos meten las distribuidoras cada semana.

 

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