El panaero salido
El panaero es otro de esos personajes, digámosle, peculiares. Viene casi todos los días a comprar el As y llama la atención por su sonrisa perdida y su planta. Tendrá unos sesenta años y es bastante desgarbado. Cabeza grande y redonda con enormes entradas que disimula con un flequillo quilométrico. Mostacho poblado. Panza cervecera. Ropa, si no siempre la misma, bastante similar. Desaliñado. Tanto como su vetusta panadería.
Pero lo que hace peculiar al panaero son sus gustos literarios. Y es que el As, más que una lectura, yo diría que es la excusa. Lo que le gusta realmente al panaero es pegarle un repasito a las revistas para hombres. No porno. Sus favoritas son FHM, Siete, Man, Interviu... que desgraciadamente están en el mostrador contrario al de la prensa deportiva.
Sin embargo el panaero se las arregla para llegarse al otro mostrador y pasar su mirada clínica sobre las revistas. No rebusca. No toca. Parece que no mira. Pero encuentra. Siempre encuentra alguna portada desde la que una voluptuosa jovencita lo llama con sus cantos de sirena. Y si la revista está a mano. Si puede hacerse con ella con un gesto natural. Como el que no quiere la cosa. Entonces, sólo entonces, atrapa su presa y la coloca sobre el diario con una mirada que dice "ah, y ya que estamos puestos, ponme esto también que no es que me interese pero esta tarde tengo que hacer un trayecto largo en metro y para no aburrirme pues le echaré un vistacillo a este artículo que parece interesante".
El artículo en cuestión suele ser una morenaza de pechos relucientes, una rubia de mirada angelical y curvas asesinas. Pero su gesto de circunstancias sigue imperturbable. Tanto, que cuando coge el mismo FHM por segunda vez, no nos vemos con fuerzas de recordarle que ya se lo llevó la semana pasada. Seguro que se lo dejó en el metro olvidado y no tuvo tiempo de acabar el artículo de marras. O que, como va distraído y tampoco se fija mucho, le da igual la revista que sea y como por casualidad era la que estaba más a mano ya le va bien. En fin. Que entre pitos y flautas, no hay semana que falte a su cita con el Siete, rara es la semana que se salta el Interviu y el FHM si un mes no se lo lleva una vez es porque se lo lleva dos. Porque los hombres de verdad se las llevan a pares. Con dos cojones. Eso sí. Siempre que estén a mano, que no tenemos edad de andar rebuscando entre las revistas ni estirando más el brazo que la manga. Que una cosa es que te gusten las tías y otra que haya que esforzarse para conseguirlas. Aunque sea impresas.
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