martes, marzo 07, 2006

Chispa


Chispa es pequeña, peluda, suave… Dejémonos de zarandajas. Chispa es una perrilla de 15 centímetros de envergadura, hocico de rata, pelo ralo color diarrea, desrabada y con patillas de alambre, o séase, una mierda de perro. Aparece puntualmente, enfundada en su abrigo de colorines, cada lunes, miércoles y viernes acompañando a su dueña. Dicen que los perros acaban pareciéndose a sus dueños. Yo creo que los dueños acaban pareciéndose a sus perros aunque, quizá, Dios los cría y ellos se juntan.

Chispa gasta la mala leche de los perros diminutos. Ladra con timbre de vicetiple y voz que apenas le sale del culo e, ipso facto, se esconde tras el cesto de las papas fritas. Por si las moscas.
Los días de lluvia llega motorizada conduciendo el carro de la compra; sólo se le ve el hocico. Como asiento utiliza la bolsa del pescado y como palanca de cambio la barra de pan. No acierto a adivinar qué usa de acelerador y freno.

Como decía, me visita tres veces por semana. Lunes: Pronto y Qué me dices. Miércoles: Semana, Lecturas y Diez minutos. Viernes: Sorpresa. Y empieza el show. Una 6/49 de 5 euros.
- ¿Me cobra La Vanguardia?
- ¡Oiga, me está atendiendo a mí!
Dos rascas de cada.
- Tilín, tilín.
- ¡Bestia, por aquí no se puede ir bicicleta!
Hágame la cuenta.
Pronto 1 euro, Qué me dices 1,20, 6/49 5 más y 12 de los rascas.
- Diecinueve veinte
- ¿Me lo han contado bien?
- ¿Me cobra La Vanguardia?
- ¿Oiga, espérese a que acabe yo!
- Doce de los rascas y 5 de la loto hacen 17, más el Pronto, 18 y Qué me dices, 19,20.
- ¡Aink, aink, aink!
- ¡Borrico, que me pisa la perrita! Es que una vez que la pisaron le rompieron una pata y me costó una fortuna.
- Aquí le dejo el euro del diario –lo deposita en el lugar predilecto de Mr. Diamond.
- ¡He! Qué poca paciencia tiene la gente.
- Diecinueve veinte
- Espere que me parece que aquí tengo un premio. Aparta, Chispa, que te pisan –tira de la correa, Chispa manotea en el aire y acaba depositada sobre el escaloncillo de acceso al quiosco.

La cola llega hasta el bar de Superwaiter. Sonrisas de comprensión, caras de impaciencia, clientes cabreados que sueltan el periódico y se largan. Y, mientras, Mamá Chispa se hurga los bolsillos hasta dar con una loto rapid arrugada. La cojo y la paso por el lector de códigos de barras. El lector no entiende la letra. Tecleo el número de 15 cifras y pulso aceptar. ¡Buuuhh, oooooohhhhhh! ¡Premio: un euro!
- Queda por 18,20.
Rebusca en el monedero. Un billete de 10, calderilla… Al final acaba largándome el billete de 20 euros y le doy el cambio.
- A casa, Chispa.
Y chispa, obediente, se aleja cruzando las patillas al andar.

La calle está vacía. Sobre Cinemanía se desperdigan ocho o diez euros que pacientemente recojo.

2 Comments:

At 8/3/06 00:48, Blogger Kahlo said...

Las perritas rata son muy presumidas, mi vecino de la otra escalera tenía una y siempre iba con la cabeza bien alta, era el único bichito al que mi perro "Tronco" no se atrevía a ladrar... Mmmm... yo creo que le gustaba ;)

 
At 8/3/06 12:28, Blogger Quiosquero said...

A kahlo:
Ya hemos hablado de Chispa y un poco de su dueña. De mamá Chispa y su evolución continuaremos hablando...
Un pajarito me ha dicho que eres un fenómeno del blog. Ya me explicarás como se consigue.

 

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