No pierdas puntos por favor
Este fin de semana he estado en Madrid. Se casaba el hijo de unos buenos amigos. Boda incluida, 1230 km. en 36 horas. La carretera es un artilugio que me da pánico y antes de emprender un viaje paso una semana de nervios; luego, una vez en camino, me siento dominador de la situación y los nervios desaparecen.
Pasado el peaje de Martorell, primer anuncio luminoso: NO PIERDAS PUNTOS POR FAVOR. En realidad a lo que temo no es a perder puntos sino a que me los tengan que dar, o peor, a que ni dándome puntos me puedan reconstruir. Pongo el piloto automático para no asustar el radar. Pasados unos kilómetros vislumbro una limitación de velocidad a 100. Disminuir velocidad. ¿Dónde está el botoncito?. Derecha del volante, abajo. Aprieto mientras observo de reojo como baja la aguja. Rrrrrrrrrrr. El coche se me ha ido unos centímetros y estoy pisando la raya del arcén. Enderezo. Fin de limitación de velocidad; aumentar. Botón a la derecha del volante, arriba. Rrrrrrrrr. ¡Otra vez el arcén! Enderezo. Segundo mensaje luminoso: 44 MUERTOS MISMO FIN DE SEMANA 2005. Se me empiezan a poner los pelos de punta.
¡Atención. Vehículo lento! Ojeada al retrovisor. Un poco lejos viene uno zumbando por el segundo carril. Si acelero me sobra tiempo para adelantar pero puedo perder puntos. Si intento adelantar sin cambiar la velocidad molesto al que viene por el segundo carril. Si continúo como voy me como al que va delante. Toco el freno y cuando pasa el que viene por detrás hago lo propio. Una vez situado en el segundo carril aprieto el botón de restaurar velocidad de crucero y me quedo pagado al respaldo del asiento. Dos litros de gasolina. ¿Sabes qué? Fuera piloto automático y a conducir de oído.
Dalr me hace el relevo. Me voy al asiento de atrás y me quedo frito. De mi sueño me saca un recalcón que me hace rebotar en el asiento. Abro los ojos y compruebo lo que ya suponía: hemos entrado en la autovía Zaragoza-Madrid. Varios kilómetros de baches y parches en el asfalto. Metros antes de una curva bastante cerrada, cambio de rasante incluido, hay una señal de limitación de velocidad: 80. Pasan, al menos, 10 kilómetros antes de que aparezca otra señal de 120 ¿deberíamos haber ido todo el rato a 80 o, quizá, a alguien se le olvidó colocar otra señal?
A la altura de Guadalajara el chivato nos avisa de que hay que ir pensando en repostar. Buscamos una gasolinera que esté próxima a la autovía. Al fin vislumbramos una. Intermitente y entramos. Carril de desacelaración de 25 metros. Otros 20 adelante, los surtidores. ABS. Tomo el relevo. Carril de aceleración, 25 metros. Piso a fondo: otros dos litros.
Obras. Velocidad límite: 80. Después de varios kilómetros sin encontrar nada especial recuperamos la velocidad de crucero. Obras. Velocidad límite: 80. Ni caso. Trescientos metros más adelante casi me trago la valla de señalización. Esta vez sí había obras.
Hasta Madrid el asfalto está de pena. Debe ser que los madrileños aún no han descubierto la rueda de goma.
Conclusiones:
1. No estoy frontalmente en contra del carné por puntos pero sí estoy convencido de que una buena señalización y unas carreteras en condiciones evitarían muchos accidentes. Pero nuestros gobernantes, estos, los que les precedieron y los que les sucederán, eligen siempre el camino fácil: más multas, más impuestos, más prohibiciones.
El domingo, 2 de julio, algún diario alababa el éxito obtenido en la operación salida gracias al carné por puntos. El lunes, otro diario puntualizaba: 2 muertos menos. Este fin de semana nos hemos ahorrado 17 muertos. Buena noticia. ¿Si arreglásemos las carreteras podríamos ahorrarnos 17 más?
2. En Cataluña mantenemos una razonable polémica cuando comparamos la distribución de vías rápidas. Mientras que aquí hay bastantes autopistas de pago, en el resto del país predominan las autovías gratis. Es cierto que no utilizo demasiado autovías y autopistas pero, cuando lo hago, prefiero pagar 10 ptas. por kilómetro y conducir con una cierta tranquilidad, a arriesgarme por una autovía de características aparentemente similares y jugarme la vida en cada “imperfección” del trazado.
6 Comments:
jajaja! muy bueno lo de los puntos. Yo haría un carné por puntos para los políticos: por cada tramo en obras mal señalizado, 4 puntos menos, por cada curva peligrosa, 6 puntos menos. Y cuando se le acabaran los puntos, a la puta calle y a convocar elecciones. Aquí, Gallardón no nos duraba ni 24 horas, no sé si te dio tiempo a ver cómo tenemos la M-30...
saludos
No tuve tiempo para nada pero en distintas ocasiones he conducido por todas las autovías que salen de Madrid y por la magnífica red que se hizo en Andalucía para la Expo y te juegas el pellejo en cada bache.
Aplicar el carné por puntos a los políticos es una buena idea, sóo que en pocos años iba a ser complicado confeccionar las listas electorales.
Confidencial. Estoy celoso.Qiosquera se ha hecho aberronista y durante la cena eres el tema de conversación. Lee tu blog al revés y ya va por 2005.
Saludos.
El otro día vi un interesante (publi)reportaje en el que los siempre imparciales señores de la primera cantaban las alabanzas del carné por puntos. Lo que más me sorprendió fue la indiscutible explicación de por qué este nuevo sistema va a slavar vidas: en inglaterra lo impusieron en los años 30 y cuentan con los mejores datos (siempre datos) de mortalidad en las carreteras. Desconozco el estado de las vías británicas (tengo oído que están por lo general bien pavimentadas y mejor señalizadas, pero no lo he podido contrastar con mis propios ojos) pero, si la lógica de nuestros políticas es A: los británicos usan carné por puntos), B : las carreteras británicas se cobran menos vidas que las del resto de Europa, si A - B: el carné por puntos salva vidas.., creo que no fueron a clase el día que hablbaban de los silogismos. Aplicando la misma regla de tres, me extraña que no nos hagan circular por la derecha. Al tiempo...
A mi esto del carné por puntos, como ocurre en nuestras autovías, me parece un parche más. Creo que prima la visibilidad de la acción (que parezca que hacemos algo) por encima de la eficacia. En vez de publicar encuestas especiosas en las que el pobre entrevistado sólo tiene un sí o un no para responder al manido "¿cree que el carné por puntos ayudará a reducir el número de accidentes?" y se ve abocado a un "hombre pues puede que algo haga, osea, sí pero..." y vendernos a todos que el pueblo respalda la medida... ¿Qué tal si echáramos mano de los datos que tanto les gustan para ver dónde, cuándo y cómo se producen los accidentes? Si las velocidades o las tasas de alcoholemia presentes en los accidentes más sonados implicaban ya o no la retirada del carné antes de los puntos; si la calzada estaba en buen estado; si ocurrió de noche en una carretera mal iluminada; si el paso a nivel tenía barrera; si había una obra mal señalizada; si había una curva mal peraltada... Echo de menos en nuestros medios, en nuestros ciudadanos y por supuesto en nuestros políticos un pelín de espíritu crítico. Cuando le hablo de eso a mis alumnos se piensan que me refiero a Salsa Rosa. Lo que se avecina será aún peor...
¡Coño! Si que me he puesto serio... Disculpas por la perorata y buen rollito para todos.
dalr, tú también te perdiste las clases de lateralidad. Los ingleses conducen por la zocata, por la zocata...
Ah! La zocata es la iskierda? Y ya se enteró Zapatero? Pues ahora comprendo porqué me pita siempre todo el mundo en la autopista... (Sorry por el lapsus mentae) :S
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