Pedro Ramírez y los sellos de la democracia

Empieza a ser habitual que los domingos me duerma; tanto, que hasta sueño con ello. Cuando esta mañana ha sonado el despertador por enésima vez, me ha encontrado soñando. Me he visto junto al quiosco abriendo la puerta.
- El País –era un señor que no conozco-.
Me he acordado de todos sus antepasados. ¿No sabe el muy imbécil que el Dominical lo tengo en el otro extremo y no puedo acceder a él hasta que no saque todos los periódicos del viernes y el sábado?
Quiosquera me agita hasta que abro los ojos. Las 6,45 y yo con estos pelos. De momento me he puesto el cohete pero ¿para qué? Por mucho que corra voy a llegar tarde. Mejor tomárselo con calma.

Eran más de la 7 y media cuando levantaba la persiana. Afortunadamente no había nadie para aplaudirnos pero tampoco se han hecho esperar.
- El Periódico en catalán.
- Tú sigue que ya lo atiendo yo –me dice Quiosquera-.
Y yo sigo.
- ¡Mierda!
Levanto la vista. Quiosquera eleva los brazos al cielo con un Periódico en catalán en la mano. El resto, Periódico en castellano, Sport, El Punt... ocupan el ancho de la calzada cual baraja de cartas en manos de Juan Tamarit.

Cuando conseguimos tener la prensa en su sitio y las promociones identificadas, son las 9 de la mañana. Quiosquera va a echar su primera meada. Perdón, Quiosquera no mea, hace pipí. Se acerca mi amigo el de Cadiz, uno que recibe gratis La Vanguardia (en su casa) porque su esposa trabajó para el señor conde, y que cada domingo viene a comprarla porque le chorizan el Magazine.
- Qué periódico regala el árbum de seyoh y biyeteh de la República?
- Er Mundo. Pero n’oh regalao, vale un euro. Y loh seyos son de la democrasia, de la nuehtra, la de 1978.
- ¿La Pepa?
- ¡Qué coño la Pepa! Como musho la Consha.
- Tá cashondo’ l paisano ehta mañana...

A la vuelta de mi tercera meada (yo no hago pipí, soy más basto) encuentro que Dalr ha llegado.
- ¿A cuánto estás cobrando el álbum de sellos?
- A duro.
- Es gratis. Lo pone bien clarito en la portada del Mundo.
- ¡No jodas!
- Ha venido un señor que lo había comprado a reclamar y le he devuelto el euro. Y a otros dos se lo he dado gratis.

No puede ser. Yo mismo pasé el albarán y, si el ordenador dice que vale un euro, es que vale un euro. Agarro un Mundo y me siento cómodamente en el almamóvil.
“Los sellos, billetes e iconos de la Democracia. Hoy, gratis, el álbum y la hoja bloque con la boda del Príncipe...”

- Marina, la madre que os parió, si es gratis ¿por qué me lo facturáis?
Sigo hojeando el diario. Páginas 40 y 41. Anuncio de la promoción a todo color “YA EN SU QUIOSCO EL ÁLBUM DE LUJO GRATIS*”.

Busco el asterisco y no lo encuentro. En la parte inferior de la página 40, en letra chiquitita y apaisado “* Sólo deberá abonar 1 euro en concepto de manipulación, trasporte y distribución a su punto de venta”.

- Ándale... ya le cobran servicios auxiliares a los clientes.

Continúo la investigación. La página 68 acaba de darme la puntilla.
“Todavía puede conseguir el álbum de lujo. Ante la gran acogida del álbum de la colección ‘Los Sellos, Billetes, Décimos y recuerdos de grandes acontecimientos de la Democracia’, y al haberse agotado durante el día de hoy en muchos de venta, EL MUNDO se compromete a poner a disposición de todos sus lectores el volumen de lujo. Así, aquellos que no hayan podido conseguirlo en su quiosco, no deben preocuparse, pues todavía pueden reservarlo en sus puntos de compra habituales o en el teléfono de atención al cliente del periódico. Todos los interesados podrán conseguir, gratis, (sólo deberán abonar un euro en concepto de gastos de transporte)....”

gratis: gratuito, de balde
de balde: SIN COSTE ALGUNO

En el título de este artículo me he comido a propósito la jota del director de El Mundo. Por jota empieza jodido, jodío por culo que diría Antonio Gala, y, aquí, los únicos jodidos somos, una vez más, los quiosqueros. El anuncio de la portada de El Mundo es clara: álbum gratis. Y no le vengamos al cliente con milongas de que en mi albarán me cobran un euro o que Marina me lo ha comunicado en la circular XX/2008. Si le cobro el euro quedaré como un chorizo, salvo que me haya leído el diario de cabo a rabo y le muestre al comprador la letra chica. Pero ¿estoy obligado a mamarme todos los periódicos para informar a la parroquia?
Se mire por donde se mire, la información es, o debería ser, fraudulenta. ¡Si son listos los del Mundo, que anoche ya sabían que hoy se había agotado la tirada del álbum...! Por de pronto, Pedro Jota me ha mangado 3 euros, 500 pelas o 100 cuescos. A elegir.