¡Señor, no puedo más!

Advertencia: si no está usted lo suficientemente despejado vaya directamente al penúltimo párrafo del artículo. Es un consejo de la DGSM (Dirección General de Salud Mental).

Estoy triste. Nunca confié en la raza humana (¿por qué hablamos de raza humana si hay 5 razas humanas más los mestizos?) pero siempre he creído en el individuo. Y el individuo se me está desmoronando. Me encanta la palabra “imbécil” pero me apena aplicarla y se me hunde la moral cuando giro la vista y sólo veo imbéciles. Incluido yo. Porque si yo no lo fuera ¿cómo se puede explicar que me mueva en este mundillo?

Sigo tocado de los cuartos traseros y he aprovechado el ataque de las cartillas para tomarme un descanso físico. Con la excusa de que tengo que cuadrar facturas y buscar los albaranes de envío de las susodichas, paso las mañanas en casa sentadito frente a una mesa de despacho. ¡Y se ve cada cosa...!

Hoy le ha tocado a Marina Press. De entrada he de decir que la factura sólo me ha descuadrado en 5,74 € franco fábrica. Lo de siempre: una revistilla que no han visto, 4 ejemplares de Público por falta de sus correspondiente Maestro de la Pintura que debió camuflarse en algún rincón de la furgoneta... Cosas así, minucias. Pero habría que ver el rato que me ha llevado cuadrar una factura que cuadraba. O casi.

Kiosnet, deficiencias aparte, presenta la factura como un resumen de albaranes de cargo y devolución. Es fácil el cuadre: el quiosquero se limita a seguir la primera hoja de la factura de Marina Press e irla comparando con la pantalla del ordenador. No hay ningún problema con los albaranes pero las devoluciones... ¡ay, las devoluciones! La primera bofetada nos la da la primera devolución, o sea, la que corresponde a viernes, sábado y domingo. Marina Press envía cuatro albaranes, promociones y dominicales aparte, para esos días. Pero una sola hoja de devolución que, miren ustedes por donde, llega el sábado. La devolución del viernes se ha de apuntar en un papelillo para luego trasladarla al “documento oficial”. ¿Tan difícil es que cada día traigan el impreso correspondiente? Claro que, como uno tiene ordenador, se hace sus propias devoluciones. Hay un ligero problemilla: en el ordenador tiene tres documentos de devolución mientras que la factura de Marina presenta uno solo. Y rara vez cuadra. Tampoco hay problema. Marina Press relaciona las publicaciones de sus albaranes por orden alfabético al azar, o sea, que cada artículo cae según la suerte que le corresponda. Es cuestión de buscarlo porque al final, muy al final, se encuentra.

La siguiente maravilla es el albarán de cartillas, cupones y vales de vacaciones o suscripción de periódicos. Para tal menester, Marina Press envía un solo documento con un solo número de albarán, por supuesto. En factura aparecen tres documentos con tres números diferentes de albarán, por supuesto. A saber: Albarán de cartillas y cupones, es decir, los cromos; albarán de vales de suscripción del País; albarán de vales de suscripción serranos, digo del resto de diarios.

Y para poner la guinda, YO DONA. YO DONA es la revistilla que acompaña a El Mundo de Catalunya de los sábados. Por motivos de fiscalidad publicitaria, creo, YO DONA aparece en el albarán en línea propia aunque hay que venderla “de forma conjunta e inseparable” con el diario. Cuando el quiosquero hace la devolución del sábado, sigue la norma y, “de forma conjunta e inseparable”, mete el diario y la revistilla en la misma devolución. Marina Press, para hacer más divertida la faena del cuadre, se inventa un albarán para la devolución de YO DONA de modo que el quiosquero se entretenga un rato buscando los 30, 40 o 90 cts que le faltan a lo largo de las 19 páginas que componen la factura semanal de Marina.

Apena un poco pensar que un quiosquero, después de 14 horas de quiosco, tenga que perder el poco tiempo que le queda en labores de búsqueda y captura de datos que YA tenían un lugar asignado. Me apena a mí. Los pescadores estarán encantados: camarón que se duerme se lo lleva la marea.

Hoy, sin embargo, Marina Press se ha superado a sí misma. Cuando cuadro una factura, saco los albaranes correspondientes de su carpeta de anillas y los destripo (eso antes) o los grapo (¡Coño, Word me da error! ¡A que se piensa que estoy hablando del GRAPO!). No he encontrado el albarán 24180837. Y es que soy imbécil. Este albarán era del 23/11/07 con vencimiento a 90 días.
Un pequeño detalle. El albarán corresponde al producto LOTE BARÇA. Un solo ejemplar con PVP 0,000000€. ¡Si serán buenos los de Marina, que me aplazan 90 días el pago de 0€!

Señor conde, dele a sus muchachos Fósforo Ferrero y regáleles Juegos de Mente a ver si espabilan. ¿O ya lo están?