martes, noviembre 17, 2009

Aplicando la ley

A medida que voy cogiendo experiencia como quiosquero, voy dándome cuenta de que si esta profesión está como está no es por casualidad sino que se encuentra justo en el punto donde la hemos llevado entre todos.
Vender prensa es fácil. Periódico, euro… periódico, euro. Ahora se ha complicado un poco con el precio a 1,10 o 1,20, pero no mata. Lo que molesta es recortar cada vez el cuponcito de las dichosas promociones, y lo que mata, recibir un cargo de X diarios por falta de una cartilla. Por fortuna, hace tiempo que las distribuidoras pasan bastante de los cupones pero unos cuantos de nosotros hacemos oposiciones para que reactiven la penalización.

Como su nombre indica, aunque pueda parecer lo contrario, el Magistrado es juez. Es un buen cliente en el sentido de que es fiel y que, casi cada día, pasa un par de veces por el quiosco. Es, además, aficionado a las promociones baratas (1€) y tacañete en las formas. Valga el ejemplo.

Era domingo. Quiosquera y yo nos peleábamos con los suplementos dominicales, cuando llegó el Magistrado.
- El País.
Le dimos su correspondiente ejemplar y, mientras yo preparaba el cambio, escudriñó los cupones del reverso.
- Déme también la taza de Los Beatles.
Quiosquera acudió solícita y yo empecé desde cero a preparar el cambio.
- ¿Le queda la película del Público del viernes?
- Sí.
- Me la llevo.
Al fin le di el cambio y arrancó calle arriba. De pronto, se paró en seco, dio media vuelta, agarró un ejemplar del Público y volvió por donde había venido.
- Como lo he pagado, me lo llevo.
Quiosquera y yo nos miramos incapaces de reaccionar. ¡Claro que había pagado El Público! ¡Pero el del viernes, no el del domingo!
Desde entonces Quiosquera lo vigila.

Pocas semanas después vio una película de CINE WESTERN EL PAIS que tenía apartada para devolver.
- Déme esa película del Oeste.
- ¿Tiene el cupón? –Quiosquera ya tenía la escopeta montada-.
- No. Pero compro El País todos los días –lo cual es verdad-.
- Sí, pero nosotros tenemos que presentar el cupón.
- Pues el quiosquero de la calle […] vende los videos sin cupón ni nada.
- Es posible –intervine-, pero no se ajusta a ley.
Se fue sin el DVD y mosqueado. Sigue pasando cada día un par de veces y continúa comprando aquí el diario.