SGEL: el caballo del malo
A fuerza de repetirlo quedó como expresión popular: “Eres
más lento que el caballo del malo”. Y es que Hollywood, a la hora de repartir
los caballos en las películas de vaqueros, de romanos o de las hordas de
Gengis Kan, le dio al bellaco de turno (en la última escena) el caballo más
esmirriado que se criara en sus cuadras. Por eso, el mocín o muchachillo (así
llamado aunque se tratara del mismísimo John Wayne) lo atrapaba siempre en su
desesperada huída.
Algo así debe ocurrirles a los repartidores de SGEL.
No es que SGEL funcione mal o quiera porculizarnos a los quiosqueros, es que
Hollywood le asigna los repartidores con las furgonetas más lentas de la flota.
Tan lentas que alguno de los paquetes llega con varios días o semanas de
retraso; depende de lo lejos que esté final de mes, fecha en la que, se supone,
los transportistas limpian la caja del vehículo para disfrutar de un merecido
fin de semana. Entonces encuentran unos cuantos paquetillos arrugados y pasados
de fecha y los depositan en destino cuando ya es bastante difícil que puedan
tener salida.
Y como en las películas del Oeste, el malo es un
buen pistolero y desenfunda rápido; del mismo modo, los administrativos de SGEL
facturan el día preciso. No se les vaya a humedecer la pólvora.
Al parecer, yo tampoco me quedo atrás en cuanto a
velocidad de disparo y primero tiro y luego pregunto. De los 6 ALBARANES 6 que
denunciaba no haber recibido, esta mañana dalr me ha traído 4; precisamente los
correspondientes al día 23/01 (santo del día: San Ildefonso), por lo que sólo
me ha faltado recibir 2 y por un valor aproximado de 10€. Ahora es cuando el
quiosquero compara lo que podría haber sucedido, 108€, con lo que en realidad
ha pasado, 10€, y puede exclamar satisfecho:
-
Bueno… esto ya es otra
cosa.
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