jueves, marzo 02, 2006

Eu non creo nas meigas...

...mais habernas hainas.

Harry PotterHace unos cuantos meses, en un pueblacho donde Cristo perdió la alpargata, pasé por un quiosco y, oh deformación profesional, estuve echándole un vistazo a sus expositores. Cómo están organizados, cuánto material traen de lo que más se vende, dónde meten los cartones, qué títulos tienen... Me sorprendió ver un ejemplar de una revista que nosotros no habíamos recibido nunca y, por el tipo de público que tenemos, daba la sensación de poderse vender bien. En la portada aparecía Harry Potter y, no recordando exáctamente el nombre, la bauticé como la revista de Harry Potter. Habida cuenta que hemos vendido a porrillo pegatinas, cromos, álbumes y demás cachivaches del gafotas de la varita, ¿por qué no una revista?.

El asunto es que a los dos días me olvidé del tema y ni busqué la editorial ni volví a acordarme más... hasta la semana pasada. Una alumna, que se había percatado del énfasis que pongo en alguna de mis clases en todo lo relacionado con "el fenómeno Harry Potter" (mi interés es básicamente científico, por supuesto), me preguntó por "la revista de Harry Potter". La había visto hacía tiempo pero no la encontraba en ningún quiosco. Quería saber si nosotros la recibíamos y cómo conseguirla.

Así que me armé de mis mejores dotes investigadoras y empecé a indagar. Se tataba de encontrar el nombre exacto de la revista, a partir de éste encontrar la editorial, llamarlos y conseguir el nombre de la distribuidora para, finalmente, pedir un par de ejemplares. Fácil.

Diaro de Magos y BrujasTras una búsqueda más complicada de lo esperado, acabé dando con el título real de la revista de marras. Se parecía bastante a mi primera impresión. "Revista de Harry Potter" = "Diario de Magos y Brujas". El "DE" lo había clavado, sí señor. Además, la revista estaba muy centrada en Potter, pero no hablaba sólo de eso. Lo que sí estaba claro es que no era de las revistas que van al estante de las esotéricas, sino al de las infantiles/juveniles (junto al Muy Junior, SuperPop y Amiga). La buena noticia es que tenía web: http://www.magosybrujas.com/. La mala, que en ella no había ni una mísera referencia a la editorial y lo único actualizado era un foro en el que la gente se quejaba de que la información más reciente era del número 11 cuando la revista ya iba por el 14 o 15. Pero al menos era algo.

Le comenté el asunto al Quiosquero y volví a olvidarlo. Pero aquella misma tarde el cabronazo ya tenía el nombre de la distribuidora: SGEL. ¿Que cómo lo hizo? Pues no fue magia, no... Fue teclear "magos y brujas" en el buscador del Kios (la aplicación para gestionar los stocks del quiosco) y bualá (no sé francés, qué pasa). Ahí estaban todos los datos. Ya sólo quedaba hablar con SGEL y... ¡Hablar con SGEL! ¡Pero si eso es más difícil que ver a Victoria Beckham en un mercadillo! Nuestra comunicación se reduce básicamente a mandarnos notitias insidiosas con los paquetes de revistas enviadas y devueltas y, por supuesto, a insultarnos por fax. Cómo quedaría nuestra imagen si le mandábamos algo así como...

"Dado que, como me indicaba en su último fax, los genios del almacén nunca se equivocan porque pesan los paquetes antes de mandarlos.., ¿me puede usted explicar cómo coño he recibido dos ejemplares de Vogue (kilo y medio cada uno) cuando en albarán sólo me consta uno? Por cierto, me mande dos ejemplares de la revista del Harry Potter que quiero echarle un vistazo".


VaritaComplicado. Pero la magia existe. Nos rodea. Y actúa mágicamente cuando uno menos se lo espera. Así que, cuando estábamos dándole vueltas al asunto de cómo pedir que nos mandaran la revista sin que pareciera que se lo pedimos, cuando la información obtenida en Internet nos hacía presagiar que la citada publicación había pasado a mejor vida, cuando en un año no habíamos recibido jamás la revistita de marras... hemos recibido cuatro ejemplares. ¡Del número 20 (marzo 2006)! Y es que las meigas, pese a no existir, están con nosotros. Cuando hacen aparecer entre los paquetes esa revista que buscábamos y jamás habíamos recibido, y también cuando hacen que la gente te pida una revista el día después de devolverla tras haberse pasado cuatro semanas muerta de asco en el mostrador. Las meigas existen. Y trabajan para las distribuidoras. Estamos apañaos.

2 Comments:

At 13/2/07 23:40, Blogger Unknown said...

Sgel se trae en toda España el mismo cachondeo, sus basculas son increibles, pesan en funcion de lo que le interesa, copiaron la idea de una distribuidora llamada CentroDis, la diferencia es que esa Distribuidora si los pesaba realmente, y funcionaba realmente bien, con margenes de el 25 y el 30%, te escuchaban, arreglaban los problemas,¿Como termino todo?, Sgel la compro y evito que ese "mal ejemplo" de distribuidora siguiera funcionando

 
At 14/2/07 02:02, Blogger dalr said...

Arcangel, totalmente de acuerdo. Esta misma semana los genios de la báscula vuelven al ataque. Estamos por buscar un notario y pesar todo lo que llegue aunque claro, como en el albarán no viene el peso supuesto del paquete... tampoco serviría de nada. Tela.

 

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