Socializar empresas
Ingresé en el Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago con mi bachillerato recién estrenado y con la convicción de que la Universidad ganaba un buen estudiante que atesoraba, además, una vasta cultura. Pronto salí de mi error; para ser culto puede ser necesario sacar buenas notas, pero no es suficiente. La cultura no se hace en los libros de texto. La cultura hay que trabajarla y yo había pasado por alto esa tarea.
Caí en un grupo homogéneo que formaban alumnos de Almería y Málaga: Pepe y Miguel Morales, Celso Ortiz, El Perli, Antonio Sánchez Trigueros… Con ellos aprendí mucho de lo que ahora sé, si bien no fui capaz de recuperar el tiempo perdido y mi cultura quedó entre dos aguas.
Políticamente también me formé con ellos. Entonces había tres grupos básicos: los que pertenecían al Frente de Juventudes, los que no teníamos puñetera idea y los comunistas. Mis nuevos amigos me hablaron de la Gauche Divine, del eurocomunismo y de las ideas socializantes de la izquierda; incluso participé con ellos en alguna de las tímidas acciones que aquí se hicieron en mayo del 68. Después volví a mi pasotismo político aunque siempre recuerdo, dentro de lo que cabe, sus enseñanzas.
- Super, estoy pensando en socializar el quiosco.
- ¡Fuera!
- ¿Por qué?
- Porque aquí sólo se admite gente de derechas.
- ¡Eh, que yo soy un empresario de izquierdas pero un cliente de derechas!
- ¡Ah, bueno! ¿Y cómo te dio por ahí?
- Porque pienso que los empleados deben participar en los beneficios de la empresa.
- ¡Anda ya! No me creo que el quiosco tenga beneficios. ¿No será que quieres repartir las pérdidas?
- Mi quiosco no tiene pérdidas, en todo caso beneficios negativos.
- Me parece que tú eres un cabroncete.
- Sí, pero de izquierdas.
Caí en un grupo homogéneo que formaban alumnos de Almería y Málaga: Pepe y Miguel Morales, Celso Ortiz, El Perli, Antonio Sánchez Trigueros… Con ellos aprendí mucho de lo que ahora sé, si bien no fui capaz de recuperar el tiempo perdido y mi cultura quedó entre dos aguas.
Políticamente también me formé con ellos. Entonces había tres grupos básicos: los que pertenecían al Frente de Juventudes, los que no teníamos puñetera idea y los comunistas. Mis nuevos amigos me hablaron de la Gauche Divine, del eurocomunismo y de las ideas socializantes de la izquierda; incluso participé con ellos en alguna de las tímidas acciones que aquí se hicieron en mayo del 68. Después volví a mi pasotismo político aunque siempre recuerdo, dentro de lo que cabe, sus enseñanzas.
- Super, estoy pensando en socializar el quiosco.
- ¡Fuera!
- ¿Por qué?
- Porque aquí sólo se admite gente de derechas.
- ¡Eh, que yo soy un empresario de izquierdas pero un cliente de derechas!
- ¡Ah, bueno! ¿Y cómo te dio por ahí?
- Porque pienso que los empleados deben participar en los beneficios de la empresa.
- ¡Anda ya! No me creo que el quiosco tenga beneficios. ¿No será que quieres repartir las pérdidas?
- Mi quiosco no tiene pérdidas, en todo caso beneficios negativos.
- Me parece que tú eres un cabroncete.
- Sí, pero de izquierdas.
2 Comments:
Hola a todos!!! como kioskero aplicado y bueno llevo tiempo leyendo vuestro blog y ME ENCANTA!!! Lo cierto es que me divierto de lo lindo cuando la cosa se pone "discutible". Despues del peloteo os invito a visitar mi blog de nueva creación: http://quioscomoixarnons.blogspot.com/
Espero poder divertiros como lo haceis vosotros.
Hoy he tenido un sueño, un sueño en el que los quiosqueros dejaban los gremios y actuaban unidos...
Al mal tiempo buena cara, que contentos se van a poner en casa cuando les hable de ganancias negativas, les sabrá a gloria bendita jajajaja
Cris
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