jueves, septiembre 18, 2008

Un óscar para el porno

Siendo niño me encantaba limpiarme los mocos en la manga de la camisa y odiaba ponerme colorao. La mala costumbre me la quitó mi madre restregando picante en la susodicha; cuando amanecí con la nariz como un pimiento morrón, dejé de hacer marranadas. Lo del sonrojo me duró mucho más. De hecho todavía siento vergüenza (a veces), lo que pasa es que, como uno anda negro, apenas se me nota la subida de color.

Pero me gusta comprobar que no soy el único; que presumimos mucho de sinceridad, de llamar a las cosas por su nombre, de mostrarnos tal cual somos… pero, a la hora de enfrentarse al mostrador de un quiosco, nos escagarruciamos. Sobre todo si se trata de comprar porno. No todo el mundo tiene la pericia del Apocado a la hora de ocultar las pruebas. La cosa se complica más si Quiosquera anda por aquí. El presunto comprador mosconea alrededor del quiosco sin decidirse. Quiosquera interviene:
- ¿Desea algo?
- No, sólo miraba
Y se larga.
O bien me doy cuenta de que el tío está esperando la ocasión y soy yo quien interviene.
- ¿No ibas a tomarte un café?
- ¿Yo? ¡Qué va!
Cuando el cliente emprende la retirada, me pongo el turbante y digo como muy cabreado.
- ¡Cuando digo que te vayas a tomar café, tú te vas a tomar café!
Quiosquera me tiene tanto miedo que a la próxima no se acuerda.

Claro que yo tampoco se lo pongo fácil a los presuntos.
- ¿Tiene películas picantes?
- No.
- ¿Y esas? –señala a la Sex Zone.
- Esas no son picantes; son guarras.
- No, bueno, es igual. Es para pasar un rato de cachondeo con los amigos.
- Hombre, entonces llévese esas que son más baratas y entran dos.
- ¡Ah, bueno! ¿Cuánto valen?
- 11,95
Me da 20 euros para que cobre. Mientras preparo el cambio, hace números.
- La otra son 14,95 ¿verdad? Mire tome 10 euros más y me la pone también.

Esta mañana me han dado una clase magistral de cómo comprar putiferio sin que le salgan a uno los colores.
- ¿Me puede enseñar esa película?
- ¿Cuál?
- Esa, HOT SEXXX. Es que me interesa saber quién es el director.
Se la doy. La película va pegada al cartón y no hay forma de leer los créditos. El interesado la coge y la arranca; medio cartón sigue pegado a la película.
- Póngamela. Como se la he destrozado…

1 Comments:

At 29/9/08 19:02, Anonymous Anónimo said...

Hola,
Decidme una dirección de e-mail donde escribiros. Tengo una información para vuestro blog.
Mi correo: janaru@gmail.com
Un saludo.

 

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