Ser puta y poner la cama
Dicen que es el oficio más antiguo del mundo; el de puta, se entiende. Aunque no me acabo de imaginar a mamá Eva intentando llevarse al huerto a un orangután con la cara de Clarc Gueibol. Lo de la cama debió llegar después porque en el Paraíso el césped era gratis. Pero debe ser triste que no puedas cargar en la factura el desgaste de material.
De putas y camas los quiosqueros sabemos; nos ha tocado pagarla muchas veces. A mí por lo menos. Aunque hay camas que se atragantan y no me refiero (por esta vez) a las que regala La Razón en sus promociones.
Me explico.
La gente miserable es miserable por naturaleza y no se para en barras. Tengo unos cuantos clientes que hacen todas o casi todas las promociones y, si es posible, por duplicado. Y, tanto si es posible como si no, sin gastarse un euro. ¿Cómo? Arrasando con los cupones de los diarios de todos los bares de alrededor. Hay veces que vas a tomarte un café y te encuentras La Vanguardia que parece que la ha mordido un cocodrilo. Y hasta se puede entender: antes de que el señor conde obtenga un beneficio, que no lo obtenga nadie (este es un pensamiento demasiado profundo para un miserable y, por tanto, fuera de contexto).
Lo de la cama y la puta entra cuando el quiosquero interviene. Un ejemplo.
Superwaiter compra cada día Mundo Deportivo. Es un diario que odia pero es el que gustan leer los imbéciles de sus clientes. Y, entre ellos, hay más de un raterillo de cupones. El más espibalado de adelantó a los demás y nos pidió a Salva y a mí que le recortásemos el cupón del diario de Superwaiter. Con el permiso del Super, durante una semana hemos estado recortando y pegando el cuponcito; todo sea por el euro y medio de un Cuchillo del Barça (ser puta). Llegado el viernes y cuando la cartilla estaba completa, el parroquiano de Superwatiter se pasó por el quiosco y nos la pidió. “Es que el cuchillo ya me lo guarda el quiosquero de mi barrio” (poner la cama).
Cuando el viernes siguiente vino a recoger la cartilla y le dijimos que “se nos había olvidado”, nos monto un pollo del carajo. Parecía como cabreado.
De putas y camas los quiosqueros sabemos; nos ha tocado pagarla muchas veces. A mí por lo menos. Aunque hay camas que se atragantan y no me refiero (por esta vez) a las que regala La Razón en sus promociones.
Me explico.
La gente miserable es miserable por naturaleza y no se para en barras. Tengo unos cuantos clientes que hacen todas o casi todas las promociones y, si es posible, por duplicado. Y, tanto si es posible como si no, sin gastarse un euro. ¿Cómo? Arrasando con los cupones de los diarios de todos los bares de alrededor. Hay veces que vas a tomarte un café y te encuentras La Vanguardia que parece que la ha mordido un cocodrilo. Y hasta se puede entender: antes de que el señor conde obtenga un beneficio, que no lo obtenga nadie (este es un pensamiento demasiado profundo para un miserable y, por tanto, fuera de contexto).
Lo de la cama y la puta entra cuando el quiosquero interviene. Un ejemplo.
Superwaiter compra cada día Mundo Deportivo. Es un diario que odia pero es el que gustan leer los imbéciles de sus clientes. Y, entre ellos, hay más de un raterillo de cupones. El más espibalado de adelantó a los demás y nos pidió a Salva y a mí que le recortásemos el cupón del diario de Superwaiter. Con el permiso del Super, durante una semana hemos estado recortando y pegando el cuponcito; todo sea por el euro y medio de un Cuchillo del Barça (ser puta). Llegado el viernes y cuando la cartilla estaba completa, el parroquiano de Superwatiter se pasó por el quiosco y nos la pidió. “Es que el cuchillo ya me lo guarda el quiosquero de mi barrio” (poner la cama).
Cuando el viernes siguiente vino a recoger la cartilla y le dijimos que “se nos había olvidado”, nos monto un pollo del carajo. Parecía como cabreado.
2 Comments:
jejejejeje "se nos ha olvidado" no es una contestacion buena para esta persona. Yo hubiera empleado palabras mas fuertes o hubiera rellenado la cartilla y roto luego delante de el explicandole lo de la puta y la cama
Hola a todo el mundo!!!!. Por fin he podido conectarme a internet dignamente, porque ahora ya no tengo bastante con las distribuidoras y decidi aceptar una oferta de fidelización de orange y desde junio estoy dándole cuerda al módem y eso cuando funciona.
He repasdo el blog y estoy muy contenta de haber visto que lluis a vuelto a aparecer por aquí, pensaba que había pasado algo, lo dicho, me alegro de que estemos todos.
Con lo del cuchillo del barça me ha pasdo algo parecido; un cliente diario de los dias laborales nos pidió dos atrasados, cuando a la semana siguiente no estaban los cuchillos en el quiosco montó en cólera; le explicamos como funcionaban las cosas y regando se marchó. A los dos minutos volvia a astar en el quiosco reclamando las cartillas y la respuesta fue clara; no porque ya lo hemos pedido y reclamado por su impaciencia.
Le guarda mos el taco de madera y su respuesta fue que el lo coge en su barrio pero que el pedido nos lo hizo a nosotros porque pasa todos los días por delante... a las viñetas de improperios de Mortadelo y Filemos me remito para explicar mis pensamientos.
Un saludo a todos.
Cuando tenga un domingo libre (sin reuniones de cole, salidas, compromisos familiares, etc..)nos pasaremos por vuestro quiosco para que veais a mi niño y para ver que tal andas quiosquero, que menudo sustillo.
Hasta pronto, espero.
Cris.
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