¡Traiga, ya lo pongo yo!
Cuando alguien derrocha energía allí por donde pasa, no es tarea fácil medirse las fuerzas con los demás, aunque sea sin habérselo propuesto.
Ayer, sin ir más lejos, me acerqué un momento al quiosco y, al ver que había varias cajitas de chicles y caramelos que necesitaban ser rellenadas, aproveché para echar una mano a quiosquero e ir reponiendo de todo aquello que faltaba.
Estaba inmersa en semejante tarea cuando se acercó un caballero y, después de saludar afablemente a quiosquero y compañía, empezó a manipular alegremente los chicles del otro lado del quiosco a los que, todavía, no había metido mano yo. Lógicamente, era un vendedor de una conocida marca comercial de dulces que venía a vendernos alguna que otra cosa. Al ver que empezaba a cambiar cajas semivacías por otras nuevas que él traía, le dije:
Qa.. - Un momento, por favor. Aquí aún tenemos algunas cajas enteras que, justamente, pensaba yo cambiar por las que Vd. tiene en la mano.
V. - Ah, no se preocupe. Siga con lo que está haciendo que éstas ya se las repongo yo
Qa. - Gracias, muy amable; pero... es que tengo algunos sobrantes de la vez anterior y habrá que colocarlos también
V. - Yo los pongo, no hay problema ¿Tiene algo más?
Qa. - Pues sí. Mire, estos chicles son sin azúcar, éstos otros de fresa, éstos de hierbabuena, ¡ah! y éstos de frutas también ¿Cómo está la cosa en cuanto a los “Tornados” si, sí, esos de la cajita azul, pues tenga... y de los caramelos de mentol ¿cómo andamos? Creo que tampoco quedaban muchos
V. – Traiga
Qa. – Tenga
V. – Oiga, caballero -dijo dirigiéndose a quiosquerro-, ¿la señora siempre es así?
Qo. ¿Cómo? No entiendo
V. – Sí, que si su señora siempre derrocha tanta energía, o es que hoy tiene un mal día?
Qo. – No, ella es así. Siempre es así
V. – Caramba, señor, tiene Vd. cara de cansado y no me extraña. Yo, en tanto que me vaya de aquí, necesito sentarme un ratito en la furgoneta y tomarme un respiro. Tiene usted un buen problema si realmente SIEMPRE es así ¡no debe dejar parar a nadie en su casa!
Qo. – Más o menos...
Qa. – Disculpe pero ha sido Vd. quien me ha dicho que siguiera con lo que estaba haciendo mientras se ofrecía, de forma generosa, a prestarme ayuda. Yo jamás me hubiera atrevido, pero, en tal caso...
V. – Si, si, bien, ya, bueno, está bien. Pues nada, aquí tiene la nota. Si me paga, me voy antes de que me hagan trabajar más. ¡Adiós!
Qo. Adiós
Qa. Adiós. Y que tenga usted un buen día.
Qa. - (por lo bajini) Hombresss. A cualquier cosa les da por llamar “el sexo fuerte”!!!
Pasado este momento, seguí cargando la torre de los “Chupa-chups” en la que caben 200 caramelos (y que prácticamente estaba vacía). Terminé mi faena y me marché. En casa había cosas que hacer.
3 Comments:
Quiosquera "you are the best", no se de donde sacas tiempo pa tó. Tu si que eres superwoman y no la de los 4 fantásticos, ademas ¡200 chupachups! santa paciencia.
Un saludo.
Jolín Quiosquera! Qué rápido te ha calado el vendedor ese. Y eso que no sabe nada del anillo mágico... ;-P
¿Anillo mágico? ¿de qué hablas? ;-D
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