¡Qué morro!
Viernes,
23 de diciembre.
Cuando
a las 6,45 suena el móvil-despertador, abro los ojos con la tranquilidad de
quien sabe que este año tampoco va a ser millonario. Bajo a mamá para que la
recoja el autobús escolar y, apenas ponen las aceras públicas, me paso por José
Antonio para animar el estómago con media alpargata roja de jamón y queso y un
café con leche. Por si la pedrea, me acerco al quiosco de la Carretera de
Alicún con Calle Motores y pido un diario que lleve la lista de la Lotería; me sorprende
que el precio sea de 1,30€.
-¿Aquí
los quiosqueros no cobráis el aguinaldo de Navidad? –pregunto-.
-¡Hombre,
usted es el que tiene un quiosco en Barcelona!
-Lo
tenía. Ya no.
-Sí
que nos pagan el aguinaldo. Fíjese
–me saca el albarán de reparto-, hoy nos hacen el 40% de descuento y, en vez de
ganar 25 cts., ganamos 50. Me parece que hay una normativa que lo dice.
-Sí,
me creo que es de abril de 1972. Ese 40% ¿os lo aplican dos veces al año?
-¡Qué
va! Sólo en Navidad.
-Pues
la norma dice que debe ser en julio y en diciembre. De hecho he oído decir que
alguna asociación ha llegado a un acuerdo con las empresas editoras y, además
de aplicarle el 40% dos veces al año, lo hacen en domingo, que el periódico
vale casi el doble.
-¡Joer!
Aquí no.
A
las 14,50 estoy en el aeropuerto esperando que llegue Dalr. Trae La Vanguardia
del día; se la arranco de un tirón y me fijo en el precio: 1,80€. Dos reales
más que cualquier periódico de información nacional en el quiosco del pueblo; de
cualquier pueblo de España, quiero decir. Y si hacemos números, el agravio
comparativo salta a la vista: un quiosquero catalán gana el 46,15% más que el
resto. Mientras un quiosquero de Roquetas de Mar, pongo por ejemplo, se embolsa
26 cts. de comisión normal, más otros 26 de aguinaldo extraordinario, o sea, 52
cts., un quiosquero de Cataluña gana 26 cts. de comisión normal, más otros 50 según
normas vigentes, o sea, 76 cts. ABC y La Razón aplican el criterio de doblar la
comisión a todos los quiosqueros en la fecha señalada del “día en que aparece la lista de la Lotería de Navidad”.
Hay
un segundo agravio comparativo: mientras que los 26 cts. extra que se embolsan
en Roquetas de Mar los paga la empresa que edita el diario, los 50 cts. extra
que ingresan los quiosqueros de Barcelona los paga el cliente catalán. Vamos,
rayando casi el expolio fiscal.
Lo
más gracioso del caso es que La Vanguardia, para acabar de echarle el público
encima al quiosquero, explica el porqué del cambio de precio:
- L’increment s’aplica a tots els diaris catalans i està destinat als
venedors de premsa, segons les normes vigents (BOE 13/V/1972).
Tiene
güevos el sr. conde. En el artículo 15 del capítulo V de las normas reguladoras
de los vendedores profesionales de prensa, publicada en el BOE del 13 de mayo de 1972, se lee:
- Art. 15. Percepciones
extraordinarias.- A fin de conmemorar las festividades de 18 de julio y
Navidad, los Vendedores de Prensa percibirán el doble de la comisión normal sobre
el precio de venta de los periódicos que se publiquen el 18 de julio y en la fecha
en que aparezca la lista de la Lotería de Navidad.
No
dice expresamente quién pagará el “doble
de la comisión”, pero hay que ser muy rebuscado para no deducir que debería
ser el mismo que paga el “sencillo de la
comisión”. Y lo que ya es para mearse y no echar gota, es cuando dice “según
las normas vigentes”. Tanto las empresas editoras como sus acólitos las
distribuidoras han echado mano a la inconstitucionalidad de esta norma cuantas
veces les ha venido en gana, sobre todo para mantener el cobro de unos portes
que tienen asfixiados a los quiosqueros.
Lo
que no me queda claro es si el hecho diferencial de los quiosqueros catalanes en
cuanto al cobro de un extra en Navidad viene impuesto por el gobierno de Madrid
o se le ha ocurrido al sr. conde solito.