domingo, julio 16, 2006

Nos vemos

jueves, julio 13, 2006

Mamá Chispa

Estoy en vísperas de tomarme unas semanas de descanso y no quiero irme sin haber hablado antes de Mamá Chispa. A Chispa ya la conocéis y a Mamá, casi. Pero creo que es interesante relatar cómo ha ido evolucionando su relación con este quiosco.

Mamá Chispa es una viejecita de 1,50 de estatura, arrugadita pero que anda tiesa como un palo y tan ligera como le permite Chispa. Como ya he comentado, pasa tres veces en semana por el quiosco: lunes, miércoles y viernes. En cada visita se lleva las revistas del corazón del día, juega 5 euros a la loto (lunes y viernes) y, en función de los premios que haya obtenido en la semana, adquiere un par de rascas o uno de cada serie puesta a la venta. Entre unas cosas y otras se deja de 15 a 20 euros por visita.

Mis primeros contactos con ella fueron traumáticos. El anterior dueño del quiosco era un experto y con un solo vistazo sabía si un rasca tenía premio o no. Yo, inexperto, tardaba bastante rato y, aun así, no estaba seguro si el boleto estaba premiado o no. Decidí que lo mejor era validarlos por máquina y acabar con toda posibilidad de error por mi parte. A Mamá Chispa no le gustó el invento y protestaba.
- Pues el otro señor no los miraba nunca.
- Sí señora, pero como todavía no sé los tengo que mirar. Además, para que la Generalidad me los pague es obligatorio que pase el boleto por la máquina.
- Pues el otro señor no los miraba.
Estaba claro que pensaba que yo no me fiaba de ella. Así que, como nunca se equivocaba en los premios, opté por pagarle lo que ella decía y verificarlo más tarde.
Al primer tapón, zurrapas.
- Tengo 6 euros en premios.
Se llevó lo que se tenía que llevar, le hice la cuenta y le desconté los 6 euros. Cuando se fue empecé a validar los tres boletos presuntamente premiados. Pasé el primero. Chacarraca chacarraca: 2 euros. Pasé el segundo. Chacarraca chacarraca: 3 euros. Pasé el tercero. Chacarraca chacarraca: Boleto inválido. Repetí la operación con el mismo resultado. Miré y remiré el boleto. Aparentemente estaba premiado con 1 euro y, sin embargo, la máquina no lo reconocía. Al fin me di cuenta de que se trataba de una serie que yo no había distribuido nunca. La Loto Rapid (los rascas) funciona como sigue: Se recibe el paquetito con un albarán donde va impreso un código de barras y un número. El código de barras se pasa por el lector y luego se teclea el número. Con esto queda validado el pedido y asignado al quiosco. Cuando los boletos se van a poner a la venta, por un proceso similar, se han de activar. Aquella serie no estaba activada
Guardé el boleto esperando la próxima visita de Mamá Chispa.

- El boleto premiado que me dio el otro día no lo compró aquí ¿verdad?
- Claro que sí. Yo sólo le compro a usted.
- Pues esta serie yo no la tengo.
- Bueno, sí. Algunas veces paso por otros quioscos y compro.
- Es que debería cobrarlo allí porque a mí la máquina me lo rechaza.
- Es igual. Tírelo.
- Sí, pero yo le pagué un euro que no puedo recuperar.
- Es igual. Lo rompe y ya está.
- Es que…
Era inútil intentar convencerla. Hice las operaciones pertinentes y al calcular el importe me equivoqué y le cobré un euro de más. Nos quedamos en paz. A partir de ahí no le pagué un solo boleto que no hubiese validado previamente y siempre con la misma cantinela.
- El otro señor no los miraba.

Hasta que un día me entregó unos cuantos boletos.
- Tengo 13 euros.
Sin decir ni pío validé uno a uno los boletos.
Confieso que dudé.
- No hay 13 euros, señora.
- ¡Hombre! ¡Como que no los he repasado yo bien!
- Son 33. En este boleto usted ha contado un euro y hay otro premio de 20.
La sonrisa le llegaba de oreja a oreja. Me dio 3 eurillos de propina.

Desde entonces no protesta cuando valido los billetes y hasta se ha vuelto más simpática. Ahora, incluso hace confidencias.
- Desde que murió mi marido me compro casi todas las revistas que salen. Él sólo dejaba que me comprase una a la semana.
Mira a derecha e izquierda, pone una sonrisilla de conejo y baja la voz. Salva es testigo.
- Es que mi marido era muy catalán ¿sabe?

miércoles, julio 12, 2006

Los expertos hablan sobre el fenómeno de los "blogs"

Me han pasado la referncia de esta publicación (que además nos invitan amablemente a bajarnos) y la pongo a disposición de todos aquellos "blogueros" que aún no la conozcan, por si sienten curiosidad.
(Si a la primera no se abre, no desesperen. Yo llevo varios intentos y todavía no he conseguido abrir el fichero)
Un saludo.


LA BLOGOSFERA HISPANA. PIONEROS DE LA CULTURA DIGITAL José Manuel Cerezo.
El objetivo del libro es obtener y transmitir una visión pormenorizada de todos los campos y ámbitos posibles que abarca la realidad de la blogosfera hispana, contados desde la propia experiencia de sus principales protagonistas (J. Cervera, A. Estalella, F. Tricas, J. Merelo, V. R. Ruiz, G. Ferreres, F. Garrido, J. A. del Moral, J. Varela, J. Zafra, I. Escolar, R. Chamorro, F. Polo, E. Dans, H. Casciari, J.A. Gelado, V. Partal y A. Fumero).
Sobre este fenómeno se han publicado algunos libros, sin embargo, según el director de la edición, José Manuel Cerezo “es el libro sobre blogs en el que participan más blogueros, el que abarca más puntos de vista sobre el fenómeno, el que aporta más datos y el primero en tratar el fenómeno del podcasting”. “Hemos querido hacer un libro completo, sin perder el rigor académico que nos caracteriza pero con la frescura y el tono divulgativo de este fenómeno que es la blogosfera hispana”.
Índice
Descargar libro en formato digital PDF
José M. CerezoGerente de Análisis y ProspectivaFundación France Telecom España
Licenciado en Ciencias Químicas y master en Gestión de Proyectos Culturales. Actualmente es responsable del Área de Análisis y Prospectiva de la Fundación France Telecom España. Es experto en Sociedad de la Información y el Conocimiento. Desde el año 1999 participa en el departamento de Análisis y Prospectiva de la Fundación France Telecom España desarrollando tareas de estudio y análisis sobre aspectos relacionados con las TIC y la eSociedad.
Así mismo es director del Informe anual sobre la Sociedad de la Información, eEspaña, cuya sexta edición está ya en preparación. Ha participado en la coordinación de proyectos vinculados con el desarrollo cultural de regiones y ciudades, en instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid o en la Exposición Universal, Expo’92 de Sevilla.
Es autor junto a Juan Zafra del estudio sobre la revolución que ha supuesto la implantación de Internet en el periodismo "El impacto de Internet en la prensa".
Publica habitualmente artículos y colaboraciones en torno a la Sociedad de la Información en distintos medios escritos como Cinco Días, Expansión, La Gaceta de los Negocios, El País o ABC.


martes, julio 11, 2006

No pierdas puntos por favor

Este fin de semana he estado en Madrid. Se casaba el hijo de unos buenos amigos. Boda incluida, 1230 km. en 36 horas. La carretera es un artilugio que me da pánico y antes de emprender un viaje paso una semana de nervios; luego, una vez en camino, me siento dominador de la situación y los nervios desaparecen.

Pasado el peaje de Martorell, primer anuncio luminoso: NO PIERDAS PUNTOS POR FAVOR. En realidad a lo que temo no es a perder puntos sino a que me los tengan que dar, o peor, a que ni dándome puntos me puedan reconstruir. Pongo el piloto automático para no asustar el radar. Pasados unos kilómetros vislumbro una limitación de velocidad a 100. Disminuir velocidad. ¿Dónde está el botoncito?. Derecha del volante, abajo. Aprieto mientras observo de reojo como baja la aguja. Rrrrrrrrrrr. El coche se me ha ido unos centímetros y estoy pisando la raya del arcén. Enderezo. Fin de limitación de velocidad; aumentar. Botón a la derecha del volante, arriba. Rrrrrrrrr. ¡Otra vez el arcén! Enderezo. Segundo mensaje luminoso: 44 MUERTOS MISMO FIN DE SEMANA 2005. Se me empiezan a poner los pelos de punta.
¡Atención. Vehículo lento! Ojeada al retrovisor. Un poco lejos viene uno zumbando por el segundo carril. Si acelero me sobra tiempo para adelantar pero puedo perder puntos. Si intento adelantar sin cambiar la velocidad molesto al que viene por el segundo carril. Si continúo como voy me como al que va delante. Toco el freno y cuando pasa el que viene por detrás hago lo propio. Una vez situado en el segundo carril aprieto el botón de restaurar velocidad de crucero y me quedo pagado al respaldo del asiento. Dos litros de gasolina. ¿Sabes qué? Fuera piloto automático y a conducir de oído.

Dalr me hace el relevo. Me voy al asiento de atrás y me quedo frito. De mi sueño me saca un recalcón que me hace rebotar en el asiento. Abro los ojos y compruebo lo que ya suponía: hemos entrado en la autovía Zaragoza-Madrid. Varios kilómetros de baches y parches en el asfalto. Metros antes de una curva bastante cerrada, cambio de rasante incluido, hay una señal de limitación de velocidad: 80. Pasan, al menos, 10 kilómetros antes de que aparezca otra señal de 120 ¿deberíamos haber ido todo el rato a 80 o, quizá, a alguien se le olvidó colocar otra señal?
A la altura de Guadalajara el chivato nos avisa de que hay que ir pensando en repostar. Buscamos una gasolinera que esté próxima a la autovía. Al fin vislumbramos una. Intermitente y entramos. Carril de desacelaración de 25 metros. Otros 20 adelante, los surtidores. ABS. Tomo el relevo. Carril de aceleración, 25 metros. Piso a fondo: otros dos litros.
Obras. Velocidad límite: 80. Después de varios kilómetros sin encontrar nada especial recuperamos la velocidad de crucero. Obras. Velocidad límite: 80. Ni caso. Trescientos metros más adelante casi me trago la valla de señalización. Esta vez sí había obras.
Hasta Madrid el asfalto está de pena. Debe ser que los madrileños aún no han descubierto la rueda de goma.

Conclusiones:
1. No estoy frontalmente en contra del carné por puntos pero sí estoy convencido de que una buena señalización y unas carreteras en condiciones evitarían muchos accidentes. Pero nuestros gobernantes, estos, los que les precedieron y los que les sucederán, eligen siempre el camino fácil: más multas, más impuestos, más prohibiciones.
El domingo, 2 de julio, algún diario alababa el éxito obtenido en la operación salida gracias al carné por puntos. El lunes, otro diario puntualizaba: 2 muertos menos. Este fin de semana nos hemos ahorrado 17 muertos. Buena noticia. ¿Si arreglásemos las carreteras podríamos ahorrarnos 17 más?
2. En Cataluña mantenemos una razonable polémica cuando comparamos la distribución de vías rápidas. Mientras que aquí hay bastantes autopistas de pago, en el resto del país predominan las autovías gratis. Es cierto que no utilizo demasiado autovías y autopistas pero, cuando lo hago, prefiero pagar 10 ptas. por kilómetro y conducir con una cierta tranquilidad, a arriesgarme por una autovía de características aparentemente similares y jugarme la vida en cada “imperfección” del trazado.

viernes, julio 07, 2006

Las tetas de la hija de pija

implantes siliconaNuestra amiga Kahlo ha vuelto a sorprendernos con una perla cultivada de esas que descubre deambulando por la red. Se trata de un video en el que, con muchísima mala leche, se presenta un Kit de belleza para jovencitas consistente en todo lo necesario para autoinfligirse las más comunes operaciones de estética. Lo cínico del tema es que la estética del anuncio recuerda al de la Señorita Pepis o tantos otros comerciales de juguetes "para niñas" de esos que eternizan las interrupciones de las sobadas pelis navideñas.

No es que en el quiosco vayamos a vender escalpelos, máquinas de liposucción o implantes de silicona (aunque todo llegará... recordadle al quiosquero que explique lo último que nos han ofrecido). Saco este tema porque el anuncio me ha recordado a una escena quiosqueril con otra de nuestras clientas. Es el caso de la hija de pija y de su pija madre.

Lisa pijaLa madre pija es una señora muy agradable, que pasa a menudo ante el quiosco con su impecable moreno de pote, su melena rubia (también de pote) deslumbrante y sus modelitos superestupendos. Hay que reconocer que la señora es de esas pijas que no molestan. Cada cual hace con su pasta (aparenta mucha aunque ni lo sé ni me importa) lo que le da la gana, faltaría más. Su pijismo sólo se hace evidente en algunos comentarios que realiza mientras compra. Pero, como digo, es muy soportable.

RagazzaLo que hace particular a la madre pija es su no menos pija hija. Una niña monísima que luce una fantástica melena pelirroja de rizos naturales que aparta graciosamente para que no tapen sus preciosos ojos azules ni sus pecosas mejillas sonrosadas. Tan mona es la chiquilla que, como su madre no tardó en aclararnos, "es modelo". Ocasionalmente aparece luciendo modelitos en Ragazza o alguna revista similar. Y cuando lo hace nos alegramos muchísimo porque en dos días nos agotan las existencias la mamá, la niña, la abuela y las amiguitas de la niña. Una auténtica delicia.

El caso es que el otro día madre pija y pija hija se me plantan ante el mostrador. La señora ojea las revistas del corazón y descubre la última novedad: Cuore. La nueva publicación está arrasando gracias a un reportaje en el que nos muestran, cual anuncio de crecepelo, el antes y después de un sinfín de famosas que han pasado por el quirófano para agrandar, estirar o recortar aquello que las hacía parecer humanas.

Boda pija- Espera que lea esto, -dice la niña pija emocionada-. Quiero ver cuánto cuesta.
- ¿Aún estás con eso?, -pregunta la madre ligeramente contrariada. Y luego lanza un minisuspirín, tan coqueto que parece ensayado, mientras me mira con ojos de decir "estas chiquillas..."- ¿y cómo piensas pagarlo?
- Bueno, como me casaré con un millonario...

Inmediatamente me hago una composición de lugar. Miro a la niña de arriba a abajo sin ningún disimulo y le pregunto con toda la mala leche qué demonios se quiere arreglar.

- Hombre -suelta agradeciendo el piropo con una sonrisa pero haciendo ver que no lo ha pillado-, algo más de pecho no me iría mal.

En ese momento callo esperando que la madre le diga que es tonta del culo, que está estupenda como está, que debería buscar alguna otra cualidad en su futuro marido y que las tetas ya le crecerán cuando acaben de salirle los dientes, pero en vez de eso me sonríe de nuevo con los mismos ojos de "estas chiquillas" pero con una evidente satisfacción. A la madre pija se le cae la baba ante la idea de que su niña pija se ponga un buen par de tetas con las que pescar a un millonario, y no lo disimula. Supongo que lo que más le preocupa es la pasta que le va a costar y por eso retrasa lo inevitable. Y para reforzar su posición, habida cuenta que no puede ofrecerle unos argumenos en los que no cree, me invita con la misma sonrisa satisfecha a que le diga algo a la niña.

TetasYo, acepto el reto y con toda delicadeza le explico que está como un queso; que sus tetas son estupendas para la edad que tiene y que a buen seguro aún le crecerán más; que si se fija bien todas las que salen en la revista estaban mucho mejor antes de operarse; que muchos hombres preferimos una mujer de verdad a una muñeca hinchable; que si yo tuviera cinco años menos y ella cinco más le iba a quitar tanta tontería de la cabeza.

Todo ello, claro está, sin utlizar las palabras queso, tetas, muñeca hinchable, yo, cinco, años, menos, ella, cinco, años, más, quitar, tontería y cabeza. Pero en definitiva el mensaje quedó muy claro. La niña hizo ver que no había pillado nada pero me soltó una sonrisa encantadora. Le había dicho exáctamente lo que esperaba oir (salvo que hubiera dicho que yo era millonario y le pagaba las tetas) y estaba contentísima. La madre no se coscó de nada pero entendió que la estaba ayudando porque me dio las gracias. Y tras pagar las revistas se marcharon las dos tan contentas.

Mientras las veía marcharse me preguntaba si era delito lo que le había dicho. La niña pija tiene quince años, pese a que físicamente aparenta 20 y mentalmente diez. No pude evitar pensar en la lapidaria frase que suelta Santiago Segura en su papel de diputado pederasta en Airbag: la culpa es de las madres que las visten como putas. En este caso, peor aún, que las educan como tales. (Aclaro que utilizo el término "puta" en sentido figurado y que ni por asomo pretendo ofender a las trabajadoras del sexo por quienes siento un profundo respeto).

miércoles, julio 05, 2006

Gayumbos a la gallega

Estamos en plena canícula y, dentro de esta lata de sardinas que es el quiosco, el calor aprieta. A la una de la tarde el sol empieza a dar por retaguardia y cuando llegan las cuatro esto parece una sauna. El pequeño ventilador de que disponemos (uno más potente haría volar los papeles) se limita a marear el aire recalentado y no vale ni para secarnos el sudor.
Debo estar mal hecho porque mis cejas no son capaces de sujetar la cascada que me mana de la frente y el sudor acaba por entrarme en los ojos. Marina Press ha traído unas “diademas” y las he agotado. Las compré todas y, parece que con la frente recogida, aguanto mejor el calor; al menos el sudor no me entra en los ojos. Lo malo es el día que me toca la diadema blanca. Los clientes me preguntan si me he dado un coscorrón.

Esta mañana, serían algo más de las doce, ha pasado la Gallega. Iba embalada.
- Mujer, ¿a dónde va con la que cae?
- ¡Ay, hijo! –me dice sin acercarse-. Mañana operan al Miguel. Estaba preparándole el petate y no tiene ni unos calzoncillos en condiciones. Así que voy a Glorias a comprarle unos cuantos. No muchos. Por si palma. Y el tío me da cinco euros y le digo “¿Y que te voy a comprar con esto, porque digo yo que te gustará llevar toda la familia junta o es que quieres ir con un güevo colgando? Hasta luego, jefe.
Y pone la directa.

Suerte, Miguel.

lunes, julio 03, 2006

Sor Mortadela y la novicia Filomena

Me inicié en la lectura a muy temprana edad. Recuerdo que lo primero que leí, al margen de la escuela, fue un tebeo del Guerrero del Antifaz, justo el episodio en que conoce y libera a Fernando que, más tarde, sería su escudero. Siguieron las aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín y El Capitán Trueno. En mi pueblo no había quiosco, bueno, en mi pueblo no hay quiosco; el que se encargaba de traer los tebeos era el barbero y había que ajustarse a lo que llegaba. Así que, sin darme cuenta, me encontré leyendo TBO (el que dio nombre en España a este tipo de historietas), Pulgarcito, Tío Vivo, DDT…y a familiarizarme con Carpanta, La Familia Ulises, Dª. Urraca, Zipi y Zape, D. Ángel Sí Señor… Una de las colecciones incluía en la última página “13, Rue del Percebe” y, en páginas interiores, “Mortadelo y Filemón, Agencia de Información”, ambos del mismo autor: Francisco Ibáñez. Confieso que Mortadelo y Filemón no me hacían mijita gracia.

Hubo un cambio de tercio y el barbero trajo nuevas colecciones: Pantera Negra, Apache, Bengala, El Jabato, El Corsario Sin Rostro… Los críos nos repartíamos las colecciones y nos cambiábamos los tebeos. De este modo, sólo nos gastábamos 6 reales y accedíamos a 10 ó 12 tebeos diferentes. Fue algo más tarde cuando atacamos las Novelas del Oeste de Clark Carrados, Silver Kane, Zane Grey y, cómo no, Marcial Lafuente Estefanía. Este último nunca fue de mi agrado y eso que llegué a leer algo de Carlos de Santander, Corín Tellado y Guillermo Sautier Casaseca.

Mi primer libro serio fue La Eneida. A partir de ahí empezaron a caer otros de Baroja, Blasco Ibáñez, Pereda… Por influencia de mi hermana, tres años mayor que yo. Y cuando me internaron en un colegio redescubrí a Mortadelo. Era distinto. Mortadelo y Filemón ya eran agentes de la T.I.A. a las órdenes del intendente Vicente y el profesor Bacterio andaba haciendo de las suyas. Me aficioné. Descubrí a Pepe Gotera y Otilio y, luego, al botones Sacarino. Francisco Ibáñez se merecía el Nobel.

Cuando llegué al quiosco eché en falta material.
Mucho comic de superhéroes, que apenas se venden porque no gusta a los papás, y algún Mortadelo antiguo, que no se vende porque no gusta a los niños. Es una de mis múltiples asignaturas pendientes y eso que Mortadelo ha ido ocupando los lugares más visibles de la exposición.

Por eso el viernes pasado salí contento. Ibáñez ha editado un par de episodios relacionados con el mundial de 2006. La portada del primero presenta un partido entre España y el Vaticano y se ve como un angelito le clava un golazo a Filemón, portero titular de nuestra selección.
El viernes aparecieron por sotavento una monjita y una novicia. La monjita, de uniforme. Cofia, vestido camisero hasta la pantorrilla y abotonado dos dedos más abajo del cuello. La novicia, también. Sin cofia, falda hasta un poco más debajo de la rodilla y camisa abotonada dos dedos más arriba de la regatilla. La monja era joven; la novicia también. Pero, Dios me perdone, la monja estaba de mucho más buen ver.
- ¿Tiene comics?

- Superhéroes, Batman, Spiderman, Marvel… y Mortadelos.
- Mortadelo, Mortadelo. Me llevaría dos o tres.
- Hermana, coja el del mundial y luego le echa un vistazo a los otros.
Agarró el del mundial, lo dejó sobre el mostrador y empezó a hojear los otros. La novicia empezó por leerse la portada.
- Mire, hermana, mire. Juegan un partido contra el Vaticano y Mortadelo dice “Jefe, le dije que estos tienen mucha influencia…”
Sor Mortadela pareció no hacerle mucho caso y eligió dos tebeos más. Pagó y las dos empezaron a caminar. La novicia le iba mostrando la portada y le señalaba el angelito.
- Este por lo menos es San Pedro.

Mientras se alejaban las oía desco… reírse a carcajadas.