domingo, abril 24, 2011

¿Libros? No, gracias.

Este año no tenía fe en Sant Jordi: Sábado y Semana Santa, me daba como que no iba a haber mucha gente en la ciudad dispuesta a comprar libros. El miércoles 20 lo comprobé; como las profecías de la Biblia, estaba escrito. Hube de acompañar a Quiosquera a una gestión y, mientras la esperaba, me fijé en un anuncio del BBVA: “Aquest Sant Jordi, roses y llibres a la presó”. La foto mostraba un libro abierto con las hojas cortadas dejando hueco para la rosa, a modo de escondrijo para la lima o el Derringer Remington que debería facilitar la fuga del detenido. No me extrañó. Con la cantidad de gente que pulula por ahí presumiendo de escritor, es normal que las autoridades detengan y encarcelen los libros ya que, por aquello de la libertad de expresión, no pueden encerrar a los escribidores de bodrios y otras tonterías.

El amanecer del día 23 pareció confirmar mis malos presagios: cuando me levanté, creí que la próstata se me había hecho adulta de golpe y me impedía mear. Respiré aliviado al comprobar que era el sonido de la lluvia al chocar contra el patinajo del entresuelo la que no me dejaba oír el chorro haciendo gorgoritos con el agua del sifón. De todos modos, cuando al filo de las 7 llegamos al quiosco, la lluvia había cesado. Con Quiosquero jubilado y Quiosquera con un codo que se astilló en un aterrizaje forzoso, el peso de las sombras, de los periódicos y los libros recayó en Dalr. A las 10 de la mañana salí del coche, donde me había refugiado, y me fui a tomar un café con Superwaiter. La caja no alcanzaba los 100€. Me refiero, por supuesto, a la caja del quiosco; la de Superwaiter debía andar por los 3€, y eso suponiendo que el taxista que había visto entrar se hubiese tomado una copa adicional.

Al final, el día, y el cajón, se enmendaron: salió el sol y se vendieron unos cuantos libros. No los suficientes como para haber hecho el esfuerzo que continuar por la tarde pero, al menos, no nos fuimos demasiado cabreados. Este año, no me lo esperaba, Decúbito Supino encabezó el ranking de ventas, seguido muy de cerca por Pies para quiosquero, primera temporada. Como colocado se situó 1Q84. Creo que, al ritmo de ventas que llevamos, cuando Dalr se jubile estaremos a punto de alcanzar la amortización plena de las ediciones aparecidas.

¡Y ojo con los vales de ARA.CAT! Vienen marcados a 1,20€ (como cualquier sábado normal) y el 23 de abril el precio del diario era de 2,50. En cuando al precio, sucede lo mismo con AVUI, lo que pasa es que no me acuerdo si los vales de AVUI lo llevan impreso. En todo caso, oído al parche.

Hablando de ARA.CAT. Finalizada la jornada, Dalr me comentó la historieta sucedida con un cliente.
- ¿Tiene el ARA de ayer?
- No.
- ¿No lo tiene o no me lo quiere vender?
- Hombre, yo estoy aquí para ganarme la vida; si lo tuviera se lo vendería.
- Es que ningún quiosco me lo venden. Esta mañana llevo recorridos cuatro o cinco y en todos me han dicho lo mismo. Digo yo que alguno debería haber sobrado.
- Le aseguro que no lo engañan. No sobró ni uno.
- ¡No me diga! ¿Pues qué traía?
- Nada, que ayer no hubo prensa.
- ¡Vamos, hombre! A mí me han mandado el vale.
Al final, Dalr lo pudo convencer. Pero le costó; tuvo que recurrir a recordarle al cliente que ARA.CAT es un diario nuevo y que, seguramente, todavía no conocían los días en que los quiosqueros cerraban por descanso (eso del “descanso” es una mentira como la Sagrada Familia; se cierra porque no hay prensa, si no ¿de qué?).

El de La Vanguardia fue más light. Un joven se acercó al quiosco:
- Oiga, ¿tiene La Vanguardia de hoy?
- Claro, es esa.
- No, esa es la de ayer.
- No puede ser la de ayer porque ayer no hubo prensa.
- Vamos… -torció la boca en una sonrisilla que dejaba adivinar que se empezaba a cabrearse-, esta Vanguardia es la misma que compré ayer en Madrid.
Efectivamente, caballero. Barcelona libra el viernes y Madrid el sábado. Y La Vanguardia vale para dos días; es lo que yo digo: llegará el día en que los diarios se editarán el lunes (con las noticias de deportes fresquitas) y valdrán para toda la semana. Si alguien quiere seguir la actualidad que se conecte a Internet.

viernes, abril 22, 2011

España es (sigue siendo) diferente

Para escribir mi crónica de la final de la Copa del Rey, ayer compré dos periódicos deportivos: Marca y Sport, uno de Madrid, otro de Barcelona. Además de comprobar que cada espectador ve un partido diferente, aprendí más cosas: Pedro Ruíz llevaba razón cuando decía que habíamos pasado de "España: Una, Grande y Libre, a Muchas, Pequeñas y Cabreadas".
Marca anunciaba en sus páginas: "Mañana, el póster de los Campeones".

He pasado 5 años celebrando tres fiestas anuales, que llevo grabadas a fuego en el cerebro: Año Nuevo, Viernes Santo y San Esteban. El primer año averigüé que, al otro lado del Ebro y en parte de éste, los quiosqueros celebraban Navidad. Los de aquí teníamos que conformarnos con los restos del pavo; y los de aquí que venimos de allí, ni siquiera nos quedaba el consuelo de tocar la zambomba junto a los mantecados de Estepa y la botella de anís El Mono, que también servía de instrumento musical.


Ayer mismo, Marca añadía una nueva diferencia. El póster de los campeones saldrá el Viernes Santo en todo el país, salvo en Barcelona y Lleida, es decir, hoy, Viernes Santo curran todos los quiosqueros de España, menos los de Barcelona y Lérida.

Al lado, un segundo cartelito anunciaba que el Sábado de Gloria (felicidades, Quiosquera) no había edición, salvo en Cataluña, Baleares y Levante, es decir, todos los quiosqueros de España trabajan, menos los de las tres comunidades mecionadas.
· Barcelona y Lerida descansan el viernes y trabajan el sábado
· Baleares y Levante descansan el viernes y descansan el sábado (ustedes sí que saben)
· Tarragona y Gerona trabajan el viernes y trabajan el sábado (ánimo muchachos)
· El resto de España trabaja el viernes y descansa el sábado
· El domingo, todos los quiosqueros vuelven a ser iguales

Jesucristo resucitó al tercer día pero estuvo muerto día y medio. Los quiosqueros de España se reparten este tiempo para uno de sus descansos anuales. Aunque es posible que entre los Evangelios y la tradición haya diferencias. Los niños de mi pueblo dejábamos de tirar piedras el Jueves Santo a mediodía porque habían matado al Señor, D. Alfonso Zamora, maestro nacional, celebraba la resurrección de Jesús, con un par de tiros de escopeta, el Sábado de Gloria, y mi abuela Adela me enseño a recitar:

Jueves Santo murió Cristo,
Viernes fue su Santo Entierro,
sábado resucitó
y domingo subió a los cielos.

Los quiosqueros permanecemos en la tierra, con la boca abierta y las manos en los bolsillos, esperando la llegada de nuestro Mesías. El que nos solucionará todos los problemas.

miércoles, abril 20, 2011

Sant Jordi 2011

Desoyendo el consejo de los buenos amigos, el día 23 estaremos, una vez más, en nuestro stand de Bruc/Consell de Cent ofreciendo al público las "Vivencias de un quiosquero sin tiempo para sentarse".

Aunque este año no haya ninguna novedad, en 2010 todo fue un poco precipitado y muchos de nuestros clientes se quedaron sin su ejemplar de la temporada de Pies para quiosquero y, algunos, ni se enteraron de la novedosa aparición de Decúbito Supino, serie donde Quiosquero relata sus aventuras y desventuras al margen del quiosco.

Esperamos que, al fin, esta sea nuestra última presencia en directo.


Quiosquero,
quiosquera
y dalr,
autores de la saga







Quiosquero,
solista en Decúbito Supino

viernes, abril 15, 2011

Aniversario

Fue hace una semana y no se me había visto el pelo hasta ahora. Tengo varias excusas:
Gastroenteritis xainorum. He pasado unos cuantos días entre la vida y la vida intentando digerir la pata del borreguillo.
Insuficiencia pulmonar aguda. Al soplar las velas me quedé sin aire y he estado sometido a una cura intensiva a base de cava inyectado en vena (gas directo a sangre para que dilate los alvéolos).
Avergonzado y escondido. Había advertido a familiares y amigos que iba a estar de ejercicios espirituales en Camp Davis y, hete aquí, que Bandolera me saca en primera plana del feisbuc.

Sea como fuere, he estado alejado de la banda ancha y no me había pasado por el feisbuc hasta hoy, lo cual no quiere decir que ignorase lo que en él acontecía: recibí el correspondiente chivatazo desde Linares (pueblo andaluz y minero) a través del móvil del “Letri”. A pesar de todo, he quedado anonadado al ver tanta felicitación junta; aparte de la familia en primerísimo grado, rara vez me habían felicitado por mi cumpleaños.

He cumplido 61 años. Físicamente me siento como cualquier persona de 61 años, pero de ánimos… de ánimos estoy igualito que si tuviera 61 años. Para muestra, la foto.


¡Ah! El hombro que se ve a mi izquierda pertenece a Jaume. A otros se los conoce por miembros más soeces.

domingo, abril 03, 2011

El loro de Alenvedi I

Dalr me suele echar en cara que utilizo demasiado los adverbios siempre y nunca; dice que tanto siempre como nunca representan demasiado tiempo, y debe ser verdad, sólo que a veces, o quizás por eso, definen perfectamente las situaciones aunque se alejen un poco de la realidad. Así que inicio mi artículo afirmando que siempre he gozado (o sufrido) de un alto poder de concentración. Ya de muy jovencito, cuando me enfrascaba en la lectura de un tebeo del Capitán Trueno, Pantera Negra o el Corsario sin rostro, no era suficiente que mi madre me gritase llamándome a la mesa: tenía que acabar dándome un cogotazo para que saliese de mi estado cataléptico. Con los años ha habido variaciones pero sigo teniendo facilidad para concentrarme (como el zumo); lo que pasa es que ya no lo hago con tanta profundidad y los ruidos alteran la capacidad de mantenerme en estado de levitación mental. Por eso odio el teléfono. Por eso, cada vez que el timbre del aparato rasga el silencio de la mente, el muelle de la coronaria hace un intento brusco de abandonar el pecho. Y por eso me llevaron los demonios cuando en medio de una conversación entre Renée y Kakuro (La elegancia del erizo), el ring-ring del móvil actuó como si el bicho (el erizo) me hubiese clavado las púas en el esternón. Para colmo era un número que no conocía, lo cual hizo que me sentara peor.
- ¿El señor Quiosquero? Aquí Alenvedi desde Sevilla.
¡Coño! Eso es algo que no sucede todos los días: ver o hablar con personas que no has visto nunca y que, a pesar de ello, admiras. Me pasó cuando, hace un año, Rafael Artacho me dijo que Kioskero estaría presente en la III Edición de Premios AVECOMA, me pasó cuando hice una breve visita a Xean Paul, Colorines y a O Cura de Fruime, me pasó cuando Lurdes vino a conocerme (fui yo, pero vino ella) y me pasó cuando Bandolera me hizo señas junto a las revistas de decoración en mi quiosco.
Alenvedi me habló del sistema de facturación de los vales de El País y me preguntó cómo operaban las distribuidoras en Barcelona. Le comenté que La Vanguardia y su entorno hacían las cosas bien y nos descontaban los vales del total de la factura, mientras que en El País los trataban como si fuesen un abono. El Periódico iba más lejos y abonaba además el recargo de equivalencia (ver Los Medios de Logística de Medios). Luego he visto que El País y los demás también abonan el recargo de equivalencia.
- Entonces, ¿tú también te has dado cuenta de que podríamos estar incurriendo en fraude?
Me quedé parado; no se me había ocurrido. Simplemente había visto que no afectaba al módulo y que me daba igual. Para el cuadre de facturas trato de forma diferente unos vales de otros y San Seacabó. Pero si hubiera fraude, yo podría ser cómplice. Y, además, Dalr no tributa por módulos, por lo que está pagando una bestieza que no le corresponde. Porque no son sólo los vales…
- Alenvedi, no sé como os lo facturan ahí, pero me temo que las suscripciones de los clientes que recogen el diario en el quiosco adolece del mismo defecto.
- ¿Las suscripciones también?

Quedamos en que él comprobaba los vales y yo miraba las suscripciones y luego publicaríamos nuestras conclusiones. Primero la suya, claro, pues al fin y al cabo la liebre saltó por su acoso. Con el título “El chocolate del loro”, puede leerse el trabajo de Alenvedi en las páginas de a:DiToday y Vendedores de Prensa Ciudad de Sevilla , y con el título de “Venta con bonos = venta con pérdidas” en el foro “El vendedor de Prensa”. El trabajo está bien clarito. Utilizamos a Quiosquera como Conejillo de Indias y aconsejamos algún ligero cambio de redacción en aquellos párrafos que ella no había entendido a la primera. Por mi parte, en mi retiro semanal en Camp Davis, he simulado los cuatro casos diferentes que he podido aislar en las facturas de Dalr. Este es el resultado.

A.- MARINA BCN. Recepción y venta de 1000 ejemplares de LA VANGUARDIA de un día laborable. Utilizan idéntico sistema AVUI, EL MUNDO DEPORTIVO, EL MUNDO DE CATALUNYA, ABC, MARCA, etc.

A.1.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de venta al contado.
Datos a tener en cuenta:
  • Caja del quiosco: 1.200€
  • Factura distribuidora: 964,62€
  • Ganancia bruta quiosco: 235,38€
  • IRPF Hacienda (estimación objetiva o directa): 47,08€ (20% ganancia)
  • Ganancia neta quiosco: 188,31€
  • Total Hacienda (IVA+IRPF): 47,08 + 41,54=88,62

A.2.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de venta con vales.
Datos a tener en cuenta:
  • Caja del quiosco: 0€ en metálico, 1.200€ en vales.
  • Factura distribuidora: 964,62€. Nótese que Marina BCN resta del total de la factura los 1200€ que corresponden a los vales. El total final es “a pagar” o “a recibir” y no forma parte de la factura. En nuestro caso, Marina BCN nos reintegrará los 235,38€ que se corresponden con las ganancias que produce la gestión de las suscripciones.
  • Ganancia bruta quiosco: 235,38€
  • IRPF Hacienda (estimación objetiva o directa): 47,08€ (20% ganancia)
  • Ganancia neta quiosco: 188,31€
  • Total Hacienda (IVA+IRPF): 47,08 + 41,54=88,62
  • Todos los números coinciden con el caso A.1.

El quiosco ha tramitado y vendido 1.000 ejemplares del diario y, por tanto, los números deben ser los mismos que si el cliente hubiese pagado el periódico. La única diferencia está en que es La Vanguardia quien ha de pagar los 1.200€ de la venta ya que los había cobrado previamente al hacer la suscripción.

A.3.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de que todos los ejemplares fuesen de suscriptores de La Vanguardia.
Datos a tener en cuenta:
  • Caja del quiosco: 0€ en metálico, 0€ en vales, 1.200€ procedentes de suscripción.
  • Factura distribuidora: -241,15€. Marina BCN nos paga los 1.200€ de las suscripciones abonándolos en factura. Matemáticamente, esto no es correcto; contablemente, tampoco. Tanto el vale de suscripción, como la tarjeta de suscriptor, como La Vanguardia entregada sin justificante alguno al suscriptor que conocemos personalmente, constituyen un cheque al portador por el valor de 1,20€, y cuando el quiosquero tenga que declarar las ventas del día, tiene que decir que ha vendido género por valor de 1.200€. A Hacienda le importa un pito que el quiosquero cobre en metálico, con la VISA o por transferencia; o que no cobre. La caja es de 1.200€ y punto.
  • Ganancia teórica bruta quiosco: Ventas–Coste: 1200-(-241,15)=1200+241,15= 1441,15€ . Primera operación fraudulenta: la factura no se corresponde a la realidad de las transacciones comerciales.
  • Ganancia real bruta quiosco: 241,15€. Segunda operación fraudulenta. Marina BCN está pagando un euro a 1,0048 y lo está haciendo a costa del recargo de equivalencia que, en teoría, corresponde al abono por suscripción. Y esta diferencia Hacienda podría reclamarla.
  • IRPF Hacienda (estimación objetiva o directa): 288,23€ (20% ganancia teórica). Tercera operación fraudulenta: al quiosquero que tributa en estimación objetiva o directa, la torta le sale un pan.
  • Ganancia neta quiosco: -52,85€. Primera operación de subnormalidad. Debido a una apuesta con unos amigos, Santiago Rusiñol salió a la calle y puso una mesa y un cartel que rezaba: “Vendo duros a cuatro pesetas”. Nadie se fió de tan sustancioso negocio y en toda la mañana no consiguió vender un solo duro (con lo que ganó la apuesta). Los quiosqueros, con la ayuda de las distribuidoras, lo hemos logrado: por cada 5€ vendidos mediante suscripción, entregamos 1€ a Hacienda (20%) y, ya puestos, superamos a Rusiñol y cotizamos por unos beneficios que no hemos obtenido.
  • Total Hacienda (IVA+IRPF): -10,38 + 288,23=277,85. Negocio redondo: casi 200 de gañote. El paso de un ingreso de 41,54€ de IVA a un abono de 10,38 lo estudiaremos aparte.

B.- MARINA BCN. Recepción y venta de 1000 ejemplares de EL PAÍS de un día laborable. Según Alenvedi, utilizan idéntico sistema INTERECONOMÍA y LA GACETA.

B.1.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de venta al contado. Ver A.1

B.2.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de venta con vales o suscripción. Tanto en el caso de vales como en el caso de suscripciones, los resultados que arroja la comercialización de EL PAÍS coinciden con los descritos para las suscripciones de LA VANGUARDIA en A3. Quizás aclare un poco más la “rentabilidad” de la operación si decimos que un vale es en realidad un cheque al portador por un valor de 1,20€. Supongamos que tenemos una empresa y no una mierda de quiosco, y que un cliente nos paga una factura de 1000€ con un talón al portador. Supongamos que en esa factura hemos cargado un 18% de IVA, es decir, que la factura ascendía a 847,46 y el IVA a 152,54. Supongamos que vamos al banco a cobrar el talón y el banco nos obliga a que se lo vendamos por un total de los 1000€ que nos pagan. En la factura que emitamos al banco, la base imponible será de 847,46€ más 152,54 de IVA que, por supuesto, habrá que ingresar en Hacienda. Habremos pagado el IVA por dos veces. Pues eso (y algo más) es lo que nos están haciendo nuestras distribuidoras con todas las suscripciones, y algunos periódicos con sus vales de suscripción.

Otro día seguiremos con Logística de Medios (que es lo mismo pero no es igual) y cómo podrían las distribuidoras estar contabilizando sus operaciones para no incurrir en fraude fiscal mientras que nos joden vivos.