jueves, febrero 23, 2012

De Nobel

La política española se ha distinguido por el mangoneo, o, al menos, eso es lo que nos cuentan los diarios y radio macuto. Desde los pucherazos electorales en tiempos de Cánovas y Sagasta, hasta los trajes que usan los mandamases autonómicos e, incluso el establecimiento de las sedes ministeriales en una gasolinera; pasando, claro está, por pronunciamientos decimonónicos, quema de conventos, rebelión militar contra el gobierno, malversación de fondos reservados, Juan Guerra y los jueces que consiguen que todo un caso se les vaya a freír espárragos por no saber cuál es el límite que marca la ley.
Sorprende entonces que la primera mujer que accede al cargo de vicepresidente en un gobierno español, desaparezca de la escena mediática una vez ha finalizado su mandato. Desaparezca y no volvamos a saber de ella hasta que ha aparecido en las revistas del corazón (únicas que, tratando de un órgano vital, nada tienen que ver con la medicina).
Fue Quiosquera quien me la mostró en el Pronto de la semana.-Este periodista es un fenómeno –dije-, ¡cómo utiliza el tío el Photoshop!
Dalr me sacó del error.
-Que no, papá; ¡que la han dejado así…!
-La cirugía hace maravillas, Dalr, pero milagros no.
-La ha operado el mismo médico que arregló a Elsa Pataky.
-¡Vamos, hombre! A Elsa Pataky la opero yo y queda fenomenal.
-Tú no has visto a la Pataky antes de que le limaran la napia.

Me picó la curiosidad. Recurrí a mi amigo Google y busqué:
-“Maria Teresa Fernandez de la Vega”
La edición digital de La Vanguardia de los días 8 y 9 de febrero me sacó de dudas: publicaba las mismas fotos de la vicepresidente y se explayaba hablando de Enrique Monereo y la larga lista de famosos que han pasado por sus manos. Claro que en la foto que publica El País del 29 de enero no se nota este cambio espectacular: o el doctor Monereo acorta los plazos y en 10 días reconstruye lo que la naturaleza tardó años (...), o su técnica es de siembra y recogida y el 29 de enero el proceso aún estaba en fase de gestación.

Fuera como fuese, entendemos que Enrique Monereo debería ser distinguido con el Premio Nobel de Escultura y Modelación.

Me viene a la cabeza la imagen de Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Seguirá el ejemplo de su predecesora y se hará un lifting facial cuando deje la vicepresidencia? ¿Y si la arreglan con los sobrantes?

jueves, febrero 09, 2012

Una vez Mas

Vuelvo a leer el periódico una o dos veces por semana; el resto de días me conformo con el telediario, el teletexto o Internet. Y siguiendo fiel a mi costumbre, alterno entre dos o tres cabeceras. El miércoles hablaban de los “recortes presupuestarios” del Gobierno de la Generalidad. Entrecomillo “recortes presupuestarios” porque el artículo no hablaba de un solo recorte; y si no hablaba de uno, mucho menos de dos o tres.
El gobierno del Molt Honorable Artur Mas entiende que “recortar gastos” equivale a “incrementar ingresos” y, aunque esta equivalencia se cumpla para la fórmula Saldo=Ingresos-Gastos, es mentira cuando se aplica a la vida real, es decir, cuando se habla del bolsillo de los vasallos. Es cierto que al señor Merkolzy lo único que le importa es la solvencia de sus países satélites, solvencia que queda garantizada con el equilibrio de los presupuestos, pero, aunque la fórmula para lograr el equilibrio daría el mismo resultado rebajando los gastos o aumentando los ingresos, su repercusión en la gente es distinta.
Recortar gastos significa que el estado va a prescindir de gastos superfluos y, si no es suficiente, rebajará servicios empezando por los menos necesarios. Aumentar ingresos significa que el estado va a estrujar un poco Más a sus súbditos.

Hace unos días, uno de los portavoces del PSOE decía a la vicepresidente del gobierno que, al subir los impuestos, los ciudadanos disponen de menos recursos y, por tanto, consumen menos; esto conlleva la disminución de la producción y el aumento del desempleo. Es una lástima que los socialistas se hayan dado cuenta una vez han abandonado el gobierno, pero Más vale tarde que nunca; la próxima vez que conquisten el poder ya saben cómo han de hacer las cosas.
El Molt Honorable Artur Mas aún no se ha dado cuenta. De los 11 ajustes presupuestarios a los que se refiere el diario del miércoles, sólo en uno prima el trabajo: bonificación a los mataderos. Parece ser que los mataderos de Cataluña están bastante castigados por la Hacienda Pública. Los que pueden, esto es, los de Lérida, se están trasladando a la vecina Comunidad de Aragón, donde no existe gravamen. Los nuevos presupuestos van a bonificar estos mataderos para evitar que se exilien y, por extensión, la bonificación beneficiará a todas las explotaciones cárnicas de Cataluña.

El resto de ajustes presupuestarios (recogidos por el diario) son:

Canon del agua: este impuesto ya existía pero no se aplicaba. Ahora se le cobrará a las empresas suministradoras, las cuales lo repercutirán, ¡cómo no!, en los consumidores.

Tasa turística: si usted pernocta en Cataluña y lo hace pagando, pagará un poco Más para equilibrar el presupuesto.

Copago en justicia: los catalanes abusamos de la justicia y nos plantamos delante de un juez a las primeras de cambio. Ahora los juzgados se despejarán porque nos lo pensaremos dos veces antes de pagar 60 ó 120€ por poner una demanda. Y lo que es mejor: si usted gana un juicio y quiere ejecutar la sentencia (que para eso puso la demanda), también tendrá que pagar por ello.

Copago sanitario: tasa que debería haber entrado en vigor el 1 de enero y que no lo hizo porque no sabían a quienes se la iban a cobrar. Se modifica la norma para que queden exentas del pago las rentas Más bajas. Se intenta poner un tope de 60€ al año. ¿Significa esto que tendremos que ir siempre a la misma farmacia para que nos lleve las cuentas o acumularemos los recibos abonados para enseñárselos al boticario una vez hayamos superado el tope?

Tasa para cazadores: es de suponer que ya se pagaba por este derecho. Lo que me ha dejado sorprendido es la discriminación de género. Por matar una cabra salvaje macho, el cazador pagará 125€; por matar una cabra salvaje hembra, sólo se pagarán 30€.

Tasa por examen de películas: ¿De qué se han de examinar las películas? ¿No será porque ha vuelto la censura? En todo caso el examen legal de obras audiovisuales es una exigencia del gobierno (formado porrepresentantes del pueblo) y al pueblo le toca pagar.

Tasa por la venta de tabaco: las tiendas de conveniencia (quioscos, bares y otros) pagarán 70€ (no dice cada cuanto) por tener máquina expendedora (obligatoria). Ahora se pagan 210€ al Comisionado de Tabacos por un permiso de 3 años; con la nueva tasa se equilibran los ingresos de la hacienda estatal y la hacienda de la comunidad autónoma.

Y otras…

Todas las nuevas normas recaudadoras inciden directa o indirectamente en el consumidor; todas menos una: la tasa de 70€ por vender tabaco no se puede repercutir y recae totalmente sobre el vendedor. Vendedor que suele ser un quiosquero o un tabernero, es decir, un gran empresario que se habla de tú con Botín.

miércoles, febrero 01, 2012

Pastores alemanes… chispitas al cielo

El timbre del teléfono me saca de mi esimismamiento matutino.
- Quiosquero –son los ángeles de Dalry-, tenemos un problema: no podemos hacer copias de seguridad.
- ¿Y eso?
- No sé. Cuando le decimos que haga la copia, dice que no hay dispositivo. Pasa desde que cambiamos el teclado.
- ¿Inalámbrico?
- Sí.
- A ver… Mira por detrás del… Mejor me acerco cuando tenga un rato.
Llego al quiosco un poco antes de que dé la una. Desde la posición del cliente le miro el culo al ordenador.
- ¿Dónde está enchufado el teclado?
Uno de los ángeles se arrodilla sobre las revista de historia y otras publicaciones serias, y me señala el USB que ha utilizado.
- ¿Ahí que había?
- El otro teclado.
- ¿Y ese cable que sale al lado?
- Ha estado ahí siempre.
- Sigue el cable para ver que hay al otro extremo.
- ¡Ah! El aparatillo que estaba junto al teclado… ¿No será esto…?
Asiento con la cabeza.
- Entonces… ¿he puesto el inalámbrico en el sitio del pendraiv?
Sigo asintiendo mientras me río. ¡Me encanta ver la capacidad deductiva de las personas?

Hace un frío que pela y entro en el quiosco a calentarme un poco. Por la derecha aparece Mamá Chispa seguida de Hito. Mamá lleva unas enormes gafas de sol que le tapan media cara. Saludo pero no me oyen.
- ¿Qué le pasa? –pregunta el otro ángel- La veo como triste.
- ¡Ay, hija! Tengo mucha pena.
Se quita las gafas y se enjuga las lágrimas, que ya le llegan a la comisura de los labios.
- Chispita… El miércoles la mató un perro.
- ¿Qué me dice?
- Sí, había salido a comprar con mi hermano… ¡Señor Quiosquero, no lo había visto! He oído que nos saludaban desde dentro, pero con la pena ni había levantado la cabeza.
Salgo del quiosco y le doy un par de besos intentando consolarla. También saludo a Hito.
- Como usted sabe, cuando hace frío la llevo aquí, en el carrito de la compra, y ella va con la cabecita asomada fijándose en todo. Pues el miércoles íbamos así por la calle de abajo y salió un vecino con su perro que es así de grande…

- ¿El del bar? –interviene el ángel- Parece un pastor alemán.
-¡Dos! Dos perros como caballos…
Mientras habla, ha abierto el monedero. En la mano derecha sostiene un billete de 20€. Agita la mano izquierda, que sostiene el monedero. Me da la sensación de que van a salir volando las monedas; se me adelanta Hito.
- Nena, vas a tirar las monedas.
- ¡Quieres callar! ¿No ves que estoy hablando con estos señores?
- ¡Contra! ¡No puedo abrir la boca! Pues a mí también me gusta hablar.
Cabreado se retira tras el lateral del quiosco. Mamá Chispa continúa.
- Al cruzarnos con los perros, uno de ellos se abalanzó sobre el carro de la compra y agarró a la perrita por la cabeza; la sacó del carro y empezó a sacudirla. ¡Pobrecita! Sólo se veía dar vueltas a ese abriguito que yo le pongo. El dueño trató de abrir la boca al perro pero no podía; Hito pudo meterle el palo en la boca y entonces el vecino se la pudo quitar. Dejé a Hito con el carro y me fui a llevar a Chispita a la veterinaria. Cuando llegamos, ya estaba muerta.
- Animalita –dice el ángel-. Debió sufrir mucho.
- No, no. La veterinaria me dijo que no sufrió nada; era muy asustadiza y se ve que, cuando vio venir el perrazo con la boca abierta, le dio un ataque al corazón.
- ¿Se murió de un infarto? –digo un poco sorprendido-.
- Se ve que sí. Era muy poquita cosa pero cariñosa; cada día me hacía una cucamona diferente al ponerle el desayuno. La veterinaria me dijo que sólo tenía una herida en el cuello y otra en el lomo pero que no eran lo suficientemente profundas para que muriera de ellas. Tenía la intención de denunciar al dueño del perro, pero me ha dicho que me pagará el veterinario y lo que me cueste otra perrita, aunque no será lo mismo: Chispita no se me olvidará nunca. Ya he ido a la misma tienda donde la compré y he encargado otra.
- Bueno, mujer. Ya verá como la consuela un poco.
- No lo sé. Quiero que el dueño del pastor alemán me pague también la incineración. Se la dejé a la veterinaria y ayer ya me trajeron las cenizas… No me gusta echar la culpa a nadie, pero cuando yo la llevo, si nos cruzamos con un perro, la cubro con la tapa del carrito y así no la ve. Esta vez la llevaba mi hermano y estaba dándole unos trocitos de madalena cuando el perro la agarró por la cabeza con la boca y la sacó del carro…
Se quita de nuevo las gafas y se seca las lágrimas.
- Señor Quiosquero, dele muchos recuerdos a su mujer y a su hijo. Me he alegrado mucho de verlo. ¡Hito! ¡Nene!
Se pierde por el lateral del quiosco. Al instante reaparece seguida de Hito.
- Señor Quiosquero, que mi hermano no se quiere ir sin despedirse de usted.