Después de hablar de códigos de barras, ISBN e ISSN, ha llegado el momento de ver cómo nos llegan las publicaciones al quiosco. El primer paso estaba cantado: volcar mi base de datos a un formato fácilmente manipulable y que yo conociese. Este primer paso ya me ha dejado sorprendido. Cada temporada, acostumbro a eliminar las publicaciones obsoletas; publicaciones que ya no me traen, publicaciones que han cambiado de distribuidora, colecciones que se reeditan, cromos de anteriores temporadas de fútbol… Como suelo hacer balance anual de incidencias, es posible (de hecho, es seguro) que en el archivo actual convivan ediciones de dos años consecutivos; hasta puede darse el caso (de hecho, se da) que no haya eliminado alguna o muchas publicaciones obsoletas de dos años atrás. Hasta podría llegar a admitir que en mi puñetera vida he eliminado una publicación en mi ordenador; lo que sí es seguro es que me he cepillado todos los productos que no son publicaciones o promociones, algo así como 2.000 (dos mil) artículos. La cifra resultante es de
9.825 (nueve mil ochocientos veinticinco) productos que han pasado por mi quiosco en un máximo de cuatro años. No está mal para una superficie de 8 m2; casi como una ferretería bien surtida.
He clasificado los artículos en las siguientes siete categorías:
a. Atípicos: cromos, álbumes, muñequitos, productos oficiales del Barça, peluches, colgantes, etc. Por supuesto, suministrados por nuestras distribuidoras de publicaciones. No se cuenta el tabaco, chicles, caramelos, pilas, loto rápid, recargas de móviles o tarjetas bus, aunque procedan de los monopolios.
b. Colecciones: publicaciones y coleccionables que aparecen durante la
cartoná.
c. Prensa. Diarios y publicaciones periódicas impresas en
papel prensa.
d. DVD. Películas, CDs, juegos de ordenador o consolas, siempre que no formen parte de una colección.
e. Libros. Salvo los que se editen como parte de una colección durante la
cartoná.
f. Promociones. Cualquier publicación o adminículo que acompañe a los diarios, con cupón, cartilla o a pelo.
g. Revistas. Publicaciones periódicas en
papel couché. No se cuentan las que forman parte de la
cartoná.
Todas las publicaciones estudiadas me han sido suministradas por Logística de Medios, Marina BCN Distribucions, SADE, SGEL y un proveedor específico que me surtía de libros de bolsillo.
Cabía esperar que, dado que la mayoría de nuestros productos son publicaciones periódicas, abundasen los códigos “977”. Error. Los códigos típicos de “publicaciones seriadas” representan un raquítico 5,24% frente al 36,97% correspondiente al total de revistas. La explicación es sencilla: la mayoría de revistas usan como código de barras el EAN13 que el editor le asigna como artículo. Los códigos “978” representan el 16, 96%; prácticamente todo el grupo de libros usa el ISBN como código de barras y, además, muchas de las colecciones y promociones que ofrecen libros, se ahorran asignar un código específico y usan el ISBN del volumen. Completan la clasificación las publicaciones españolas con código EAN13 (62,40%) y las extranjeras (6,68%). El resto, un 8,72%, es decir, 857 publicaciones, promociones o colgajos, viene sin código de barras o con código de barras ilegible.
Primer teorema de Eulerkios:
El 9% de los artículos que llegan a un quiosco lo hacen con rotulación indebida o sin rotular, y atentan directamente contra el bolsillo del quiosquero que ha invertido en tecnología para mejorar el rendimiento y control de su comercio.
Primer corolario del primer teorema de Eulerkios:
Para evitar problemas graves, es condición sine qua non devolver inmediatamente los productos que no lleven código de barras, so pena que después olvide el vendedor hasta el precio.
Segundo corolario del primer teorema de Eulerkios:
Plataforma per la llengua debería exigir que todos los productos editoriales que salgan a la venta en esta comunidad, lleven código de barras aunque sea en catalán.
No se reparten por igual las publicaciones sin código de barras; ni por tipo de publicación ni por distribuidora. Si repasamos los porcentajes, vemos que el 34% de la publicaciones sin código de barras (o con código ilegible) son promociones, y el 30% son DVDs, es decir, películas o juegos. En defnitiva, el 64% de los productos que vienen mal etiquetados son los que cuentan con un P.V.P. elevado. Como era de esperar, todos los diarios llegan codibarrados y casi todos los libros también. El 11% que representan los atípicos son, mayoritariamente, productos oficiales del Barça, que no pone un puñetero código de barras en sus mercaderías. Extraña la cantidad de revistas (141) que llegan, más que nada, con código ilegible.
Resaltamos: los porcentajes NO significan que, por ejemplo, el 34% de las promociones llegue sin código, sino que el 34% de las publicaciones sin código son promociones.
En cuanto a las distribuidoras que nos sirven género sin código de barras, es SADE quien encabeza en ranking ya que nos suministra nada menos que el 46% de tales publicaciones. Marina BCN alcanza el 35%, SGEL el 12%, Logística el 7% y el otro no me trae ni una sola publicación sin su correspondiente código. Normal: el otro es mi proveedor y yo soy su cliente.
Seguiremos informando porque, por satisfacer una curiosidad como es enterarnos de cuántas publicaciones no tienen código de barras, hemos llegado a conclusiones interesantes.