Dalr me suele echar en cara que utilizo demasiado los adverbios siempre y nunca; dice que tanto siempre como nunca representan demasiado tiempo, y debe ser verdad, sólo que a veces, o quizás por eso, definen perfectamente las situaciones aunque se alejen un poco de la realidad. Así que inicio mi artículo afirmando que siempre he gozado (o sufrido) de un alto poder de concentración. Ya de muy jovencito, cuando me enfrascaba en la lectura de un tebeo del Capitán Trueno, Pantera Negra o el Corsario sin rostro, no era suficiente que mi madre me gritase llamándome a la mesa: tenía que acabar dándome un cogotazo para que saliese de mi estado cataléptico. Con los años ha habido variaciones pero sigo teniendo facilidad para concentrarme (como el zumo); lo que pasa es que ya no lo hago con tanta profundidad y los ruidos alteran la capacidad de mantenerme en estado de levitación mental. Por eso odio el teléfono. Por eso, cada vez que el timbre del aparato rasga el silencio de la mente, el muelle de la coronaria hace un intento brusco de abandonar el pecho. Y por eso me llevaron los demonios cuando en medio de una conversación entre Renée y Kakuro (La elegancia del erizo), el ring-ring del móvil actuó como si el bicho (el erizo) me hubiese clavado las púas en el esternón. Para colmo era un número que no conocía, lo cual hizo que me sentara peor.
- ¿El señor Quiosquero? Aquí Alenvedi desde Sevilla.
¡Coño! Eso es algo que no sucede todos los días: ver o hablar con personas que no has visto nunca y que, a pesar de ello, admiras. Me pasó cuando, hace un año, Rafael Artacho me dijo que Kioskero estaría presente en la III Edición de Premios AVECOMA, me pasó cuando hice una breve visita a Xean Paul, Colorines y a O Cura de Fruime, me pasó cuando Lurdes vino a conocerme (fui yo, pero vino ella) y me pasó cuando Bandolera me hizo señas junto a las revistas de decoración en mi quiosco.
Alenvedi me habló del sistema de facturación de los vales de El País y me preguntó cómo operaban las distribuidoras en Barcelona. Le comenté que La Vanguardia y su entorno hacían las cosas bien y nos descontaban los vales del total de la factura, mientras que en El País los trataban como si fuesen un abono. El Periódico iba más lejos y abonaba además el recargo de equivalencia (ver
Los Medios de Logística de Medios). Luego he visto que El País y los demás también abonan el recargo de equivalencia.
- Entonces, ¿tú también te has dado cuenta de que podríamos estar incurriendo en fraude?
Me quedé parado; no se me había ocurrido. Simplemente había visto que no afectaba al módulo y que me daba igual. Para el cuadre de facturas trato de forma diferente unos vales de otros y San Seacabó. Pero si hubiera fraude, yo podría ser cómplice. Y, además, Dalr no tributa por módulos, por lo que está pagando una bestieza que no le corresponde. Porque no son sólo los vales…
- Alenvedi, no sé como os lo facturan ahí, pero me temo que las suscripciones de los clientes que recogen el diario en el quiosco adolece del mismo defecto.
- ¿Las suscripciones también?
Quedamos en que él comprobaba los vales y yo miraba las suscripciones y luego publicaríamos nuestras conclusiones. Primero la suya, claro, pues al fin y al cabo la liebre saltó por su acoso. Con el título “
El chocolate del loro”, puede leerse el trabajo de Alenvedi en las páginas de
a:DiToday y
Vendedores de Prensa Ciudad de Sevilla , y con el título de “
Venta con bonos = venta con pérdidas” en el foro “
El vendedor de Prensa”. El trabajo está bien clarito. Utilizamos a Quiosquera como Conejillo de Indias y aconsejamos algún ligero cambio de redacción en aquellos párrafos que ella no había entendido a la primera. Por mi parte, en mi retiro semanal en
Camp Davis, he simulado los cuatro casos diferentes que he podido aislar en las facturas de Dalr. Este es el resultado.
A.- MARINA BCN. Recepción y venta de 1000 ejemplares de LA VANGUARDIA de un día laborable. Utilizan idéntico sistema AVUI, EL MUNDO DEPORTIVO, EL MUNDO DE CATALUNYA, ABC, MARCA, etc.
A.1.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de venta al contado.
Datos a tener en cuenta:
- Caja del quiosco: 1.200€
- Factura distribuidora: 964,62€
- Ganancia bruta quiosco: 235,38€
- IRPF Hacienda (estimación objetiva o directa): 47,08€ (20% ganancia)
- Ganancia neta quiosco: 188,31€
- Total Hacienda (IVA+IRPF): 47,08 + 41,54=88,62
A.2.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de venta con vales.
Datos a tener en cuenta:
- Caja del quiosco: 0€ en metálico, 1.200€ en vales.
- Factura distribuidora: 964,62€. Nótese que Marina BCN resta del total de la factura los 1200€ que corresponden a los vales. El total final es “a pagar” o “a recibir” y no forma parte de la factura. En nuestro caso, Marina BCN nos reintegrará los 235,38€ que se corresponden con las ganancias que produce la gestión de las suscripciones.
- Ganancia bruta quiosco: 235,38€
- IRPF Hacienda (estimación objetiva o directa): 47,08€ (20% ganancia)
- Ganancia neta quiosco: 188,31€
- Total Hacienda (IVA+IRPF): 47,08 + 41,54=88,62
- Todos los números coinciden con el caso A.1.
El quiosco ha tramitado y vendido 1.000 ejemplares del diario y, por tanto, los números deben ser los mismos que si el cliente hubiese pagado el periódico. La única diferencia está en que es La Vanguardia quien ha de pagar los 1.200€ de la venta ya que los había cobrado previamente al hacer la suscripción.
A.3.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de que todos los ejemplares fuesen de suscriptores de La Vanguardia.
Datos a tener en cuenta:
- Caja del quiosco: 0€ en metálico, 0€ en vales, 1.200€ procedentes de suscripción.
- Factura distribuidora: -241,15€. Marina BCN nos paga los 1.200€ de las suscripciones abonándolos en factura. Matemáticamente, esto no es correcto; contablemente, tampoco. Tanto el vale de suscripción, como la tarjeta de suscriptor, como La Vanguardia entregada sin justificante alguno al suscriptor que conocemos personalmente, constituyen un cheque al portador por el valor de 1,20€, y cuando el quiosquero tenga que declarar las ventas del día, tiene que decir que ha vendido género por valor de 1.200€. A Hacienda le importa un pito que el quiosquero cobre en metálico, con la VISA o por transferencia; o que no cobre. La caja es de 1.200€ y punto.
- Ganancia teórica bruta quiosco: Ventas–Coste: 1200-(-241,15)=1200+241,15= 1441,15€ . Primera operación fraudulenta: la factura no se corresponde a la realidad de las transacciones comerciales.
- Ganancia real bruta quiosco: 241,15€. Segunda operación fraudulenta. Marina BCN está pagando un euro a 1,0048 y lo está haciendo a costa del recargo de equivalencia que, en teoría, corresponde al abono por suscripción. Y esta diferencia Hacienda podría reclamarla.
- IRPF Hacienda (estimación objetiva o directa): 288,23€ (20% ganancia teórica). Tercera operación fraudulenta: al quiosquero que tributa en estimación objetiva o directa, la torta le sale un pan.
- Ganancia neta quiosco: -52,85€. Primera operación de subnormalidad. Debido a una apuesta con unos amigos, Santiago Rusiñol salió a la calle y puso una mesa y un cartel que rezaba: “Vendo duros a cuatro pesetas”. Nadie se fió de tan sustancioso negocio y en toda la mañana no consiguió vender un solo duro (con lo que ganó la apuesta). Los quiosqueros, con la ayuda de las distribuidoras, lo hemos logrado: por cada 5€ vendidos mediante suscripción, entregamos 1€ a Hacienda (20%) y, ya puestos, superamos a Rusiñol y cotizamos por unos beneficios que no hemos obtenido.
- Total Hacienda (IVA+IRPF): -10,38 + 288,23=277,85. Negocio redondo: casi 200 de gañote. El paso de un ingreso de 41,54€ de IVA a un abono de 10,38 lo estudiaremos aparte.
B.- MARINA BCN. Recepción y venta de 1000 ejemplares de EL PAÍS de un día laborable. Según Alenvedi, utilizan idéntico sistema INTERECONOMÍA y LA GACETA.
B.1.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de venta al contado.
Ver A.1
B.2.- Factura por la venta de todo el material recibido. Simulación de ganancias en el caso de venta con vales o suscripción.
Tanto en el caso de vales como en el caso de suscripciones, los resultados que arroja la comercialización de EL PAÍS coinciden con los descritos para las suscripciones de LA VANGUARDIA en A3. Quizás aclare un poco más la “rentabilidad” de la operación si decimos que un vale es en realidad un
cheque al portador por un valor de 1,20€.
Supongamos que tenemos una empresa y no una mierda de quiosco, y que un cliente nos paga una factura de 1000€ con un talón al portador. Supongamos que en esa factura hemos cargado un 18% de IVA, es decir, que la factura ascendía a 847,46 y el IVA a 152,54. Supongamos que vamos al banco a cobrar el talón y el banco nos obliga a que se lo vendamos por un total de los 1000€ que nos pagan. En la factura que emitamos al banco, la base imponible será de 847,46€ más 152,54 de IVA que, por supuesto, habrá que ingresar en Hacienda. Habremos pagado el IVA por dos veces. Pues eso (y algo más) es lo que nos están haciendo nuestras distribuidoras con todas las suscripciones, y algunos periódicos con sus vales de suscripción.
Otro día seguiremos con Logística de Medios (que es lo mismo pero no es igual) y cómo podrían las distribuidoras estar contabilizando sus operaciones para no incurrir en fraude fiscal mientras que nos joden vivos.