sábado, febrero 23, 2013

METODO 3


2012 fue el año de los viernes negros; no hubo viernes en que el gobierno no nos diese el fin de semana con recortes en prestaciones sociales o aumentos en tasas e impuestos. Y ahora que parecía haberse normalizado, 2013 no para en barras y amenaza con traernos un nuevo escándalo cada día o ampliarnos los escándalos que ya han estallado. Desayunamos, comemos y cenamos teniendo como invitados a la mesa a Bárcenas, Correa, Mato, Blanco, Urdangarín, los ERE o la saga de los Pujol (y tropecientos mil políticos, empresarios, titiriteros o fundadores de ONGs más, que han metido la mano en el cajón o han traficado la influencia para que sean sus amigos quienes metan la mano en el cajón; ese cajón que contiene un dinero que, según la ínclita Magdalena Álvarez, no es de nadie aunque lo hayamos ido poniendo entre todos los españoles). 
Lo que faltaba para completar la comedia de enredo era la intervención de una red de espionaje.

Martes, 19 de febrero. Mientras leo una de las novelas de Julia Navarro, mantengo el telediario como música de fondo. Hablan de la conversación grabada a Alicia Sánchez-Camacho (la alumna de mi amiga Ángela) y a Victoria Álvarez (la ex novia, o lo que sea, de Jordi Pujol Jr.). Al levantar la vista veo el anagrama de la empresa de detectives que hizo la grabación y posteriormente la filtró; las letras azules, a medio escribir y como medio borradas, llaman mi atención.
- Eso me suena –me digo sin despegar los labios-.
Me concentro en la noticia. La policía nacional (de España) ha entrado a saco en la sede de MERCADO 3, adelantándose a la policía nacional (de Catalunya), y está requisando grabaciones a diestro y siniestro. Ha detenido a Francisco Marco, dueño de la agencia de detectives, y a tres de sus colaboradores.
- ¡Coooño, a ese tío lo conozco!

Abandono el telediario y derivo mis esfuerzos a tareas detectivescas: “Documentos y notas del proceso número 370/09, Juzgado Mercantil 7 de Barcelona. CEMUSA contra FECACOMPEN y 51 quiosqueros. Documento 29-1. No es que me sepa de memoria el proceso 370/09; he visualizado en repetidas ocasiones todo o parte de la audiencia previa y el juicio oral y he ojeado los cuatro tomos (tochos-tochos) que componen la instrucción del sumario; algo se me ha quedado. Tanto es así que, tal vez, algún día me decida a contar la historia con el único fin de que sepamos cómo se lleva a cabo la administración de justicia y la poca información, segada y sesgada, de que dispone un juez para emitir un veredicto. No es de extrañar, pues, que se cometan tantos errores (y no me refiero al fallo del proceso 370/09, de cuya justedad no dudo).



A lo que íbamos. El documento Doc.29-1 recoge en PDF el informe de la investigación que la Agencia de Detectives MERCADO 3 realizó por encargo de CEMUSA. Entre el documento Doc.29 BIS, grabación “legal” que realizó METODO 3, y su trascripción hay un cierto baile entre las diferentes declaraciones de los testigos, y se dan por ciertas frases que no se pronunciaron. La redacción, pura lírica, parece indicar la presencia de un detective de acción, burdo, a lo Philip Marlowe. El informe lo firma un tal Francisco Marco; no aparece el nombre de la "detectiva" investigadora.



Conecto el DVD y me concentro en ver el desarrollo de la vista oral del proceso 370/09. Mientras los letrados acaban de ponerse la toga, ya hay una persona ocupando la silla de los testigos. El juez D. Raúl García lo identifica como Francisco Marco Fernández. Al contrario de lo que sucede en las películas americanas, no se leen los títulos, cargos y competencias periciales del testigo sino que el abogado de la parte actora lo presenta como la persona que firma el informe presentado en la demanda.
Apenas han pasado 1’ y 30”, cuando uno de los abogados de la defensa le pregunta:
- ¿Se le entregó por parte de CEMUSA en el momento de encargarle a usted… ese encargo profesional una copia del contrato?
- Yo no investigué ningún contrato. Yo investigué cómo se estaba intentado romper un contrato.
- ¿Me está usted diciendo que usted no tiene copia del contrato y está haciendo una prescripción de que se iba a romper el contrato? ¿Me lo puede usted explicar?
- Yo no necesito ver ningún contrato, simplemente unos señores me dicen que tienen un contrato firmado ¿vale? y que le están intentando otros que firme un contrato diferente […]
- ¿Es usted licenciado en derecho para interpretar un contrato?
- Sí, doctor en derecho.
¡Hostias! ¡El detective no es Philip Marlowe… es Perry Mason!
Quizás los defectos de redacción sean atribuibles al hecho de que la detective que hizo la investigación contase al Doctor Marco el fruto de sus investigaciones y éste se limitara a informar de oído.

Sea como fuere, la noticia de que METODO 3, Agencia de Detectives que utilizó CEMUSA para demostrar que un grupo de quiosqueros eran unos criminales, haya sido requerida por políticos de altos vuelos para investigar a otros políticos de altos vuelos, me sube la moral: jamás hubiera pensado que un puñado de indocumentados fuésemos tan importantes, peligrosos y temibles como la citada empresa de publicidad parece considerarnos.

Aunque sea poco cristiano, no me queda más remedio que reconocer que me satisface que, un individuo que ha colaborado con otro que quiere hacérmelas pasar canutas, ahora esté disfrutando de su propia medicina y a dosis altas; a mí, 
por lo menos,  todavía no me han llevado preso.
A lo largo de mi vida, a menudo me he acordado de la honesta madre de mucha gente que me ha tocado los cascabeles pero en muy pocas ocasiones he maldecido a los agresores; más que nada por no darle más trabajo al Jefe, que demasiado ocupado anda intentando resolver los pifostios que le armamos en este mundo. Pero de las siete u ocho maldiciones que he dejado caer sólo me faltaba que se hicieran efectivas dos.
Ya sólo me falta una.

miércoles, febrero 20, 2013

Contrato trampa

Los quiosqueros van de susto en susto; unos más que otros.
El tema de la publicidad en Barcelona ya es viejo y sabido, pero aún colea. Es de dominio público que el contrato de publicidad de 1996, modificado por el contrato de publicidad de 2002, […] modificado por el contrato de publicidad de 2007, finalizó el 31 de octubre de 2012. La empresa que tenía los derechos de publicidad (en exclusiva) y la Asociación de Vendedores de Prensa de Barcelona y Provincia prorrogaron de mutuo acuerdo este contrato (el de 2007) hasta que se haga efectiva la concesión de las nuevas licencias de explotación, con el tope máximo de 31 de diciembre de 2014. Lo que ya no es tan de dominio público es que la Asociación de Vendedores de Prensa pusiera sobre la mesa que esta prórroga amparase también a los quiosqueros en “rebeldía” (los que en 2007 se adhirieron al contrato que se les ofreció en nombre de JC DECAUX); no hubo acuerdo. La empresa de publicidad obvió a la asociación y ofreció, directamente a los vendedores que no habían firmado en su día la modificación de 2007, un nuevo contrato en los términos de la estipulación cuarta: 

Hasta aquí, nada que objetar, a pesar de que la oferta era claramente discriminatoria e insultante. Cada empresa es libre de exigir las condiciones que estime oportuna por muy vejatorias que éstas pudieran parecer; al igual que los titulares de licencia son libres de aceptarlas o no. Los sustos se producen cuando se lee lo que “ambas partes” exponen:
y

No sé cómo se pueden interpretar estos dos puntos, aunque todas las personas que he consultado coinciden en decir que la empresa de publicidad declara, y los quiosqueros ratifican, haber pagado a la Asociación de Vendedores de Prensa el importe completo de las primas correspondientes a 2012 (hasta 31 de diciembre) y que, por tanto, los vendedores no tienen nada que reclamar a la empresa; ni de 2012 ni de ejercicios anteriores. No dice que la parte contratante de la primera parte admita no tener tampoco reclamaciones que pueda sacar a colación en cualquier otro momento.

Cabe dentro de la lógica suponer que los quiosqueros quieran cobrar su parte antes de decidirse a firmar o no el nuevo contrato que los hará ricos durantes los dos próximos años y acuden a las oficinas de la asociación. Se encuentran el nido sin pájaros: la empresa de publicidad ha pagado el importe que corresponde a los quiosqueros que firmaron el contrato de 2007; no así el de los que se quedaron en el contrato de 1996.
Cemusa mantiene que está al día en los pagos y que es la asociación quien ha de liquidar a los vendedores. Durante unos días se pasan la pelota de uno a otro; quiero decir que tanto la asociación de como la empresa de publicidad se reafirman en lo que ya han dicho, hasta que esta última, tras un periodo de silencio, se dirige a los quiosqueros implicados y les pide copia de la licencia y cuenta corriente donde ingresar los importes cuestionados.

¿Sabe alguien quién es el puñetero mentiroso? Dedúzcase.
Lo que no es cuestionable es que el contrato contenía cláusulas trampa.

lunes, febrero 11, 2013

Visto y no visto (en Granada)


Tenía la sensación de no haber estado en Granada desde hace siglos; llegué con unos amigos con la excusa de mostrarles la ciudad auténtica, si bien acabé enseñándoles lo que todo el mundo ve, excepción hecha de la Alhambra.

Aparqué en Avenida de la Constitución/Triunfo y me acerqué a fotografiar el fruto de los 90€ que me costó ponerme un poco chulo con el ayuntamiento hace un par de años. La verdad es que el cartel ha quedado bonito y clarificador: quien ahora se meta en Gran Vía por el carril bus no podrá justificarse diciendo que había señales trampa. Me alegra saber que el Ayuntamiento de Granada ha leído mis alegaciones y ha empleado bien el importe de la multa que me endilgó por imbécil.

El pasado tira y aproveché la inspección para echar una parrafada con el quiosquero que hay en la esquina San Juan de Dios/Gran Vía, enfrente del Zeluán. “Todo es posible en Granada” dice el eslogan y, como casi todos los eslóganes, está equivocado: en Granada tampoco es posible que los quiosqueros vivan decentemente y las están pasando tan putas como en el resto del país (a España me refiero). Me valió para enterarme que Reme libraba ese día y que no podría hacerle una visita rápida; al menos le dejé recuerdos que, seguramente, le habrán llegado, y me quedo con la obligación de volver para presentarle mis respetos en directo.

Por lo demás, Granada sigue siendo Granada: siempre está igual y, aun así, siempre se ve distinta y el viajante descubre algo que no vio en sus anteriores visitas. Castañeda continúa sirviendo una buena tabla de ibéricos, en Plaza Nueva hace un frío que pela, Sierra Nevada constituye un magnífico fondo para la Alhambra… y la mayoría de comercios aledaños a Plaza Nueva están regentados por andalusíes que, llegados en ferry o patera, han sentado sus reales a la espera que la ONU ordene la descolonización del reino nazarí.

Hace tiempo escribí que recordaba dos quioscos de obra en la Placeta de la Trinidad; Reme me confirmó que todavía estaban en pie; lo que no me dijo es que no eran dos los quioscos de la plaza tal como yo creí recordar: hay, por lo menos, cinco o seis. Seguramente en ellos se vendían diarios y otros productos que, a los dos años, a mí no me interesaban.
¡Y los Manueles ya no están en el sitio donde estaban los Manueles!

En mi época de estudiante, la estatua de Carlos I (de España y V de Alemania), que preside la Plaza de la Universidad, era objeto de atenciones especiales cada vez que se celebraba alguna fiesta oficial de estudiantes, sobre todo cuando la fiesta era en honor del patrón de alguna de las Facultades: San Alberto Magno (Ciencias), San Raimundo de Peñafort (Derecho), San Frasquito de Sales (Farmacia)… Lo normal es que, al día siguiente, D. Carlos apareciese con la bufanda de la Facultad al cuello y una botella de vino o coñac en la mano. Para la bufanda no había problema; se le enrollaba al pescuezo y ya está. La botella hubiera ofrecido más problema a no ser porque el escultor lo había tenido en cuenta e hizo apoyar la mano derecha sobre la empuñadura de la espada; así, bastaba con agujerear el culo de la botella y apoyarla en la empuñadura. Me apenó ver que ya no es posible invitar al emperador a las fiestas estudiantiles: en alguna juerga ha perdido el brazo derecho y, por tanto, el punto de apoyo de la botella; tengo entendido que ahora se le llama el “manco de Pavía”.

Pasando por el Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago pedí permiso para visitar el patio. Por los indicadores vi que han cambiado la ubicación de los lugares de esparcimiento, (bar y salón-teatro). Quien permanece impasible al paso del tiempo es Anacleto, el león de mármol que descansa sobre el pasamanos de la escalera principal y al que debíamos porculizar antes de perder nuestra condición de novatos.


Volví a salir de Granada sin haber entrado en la Iglesia de San Jerónimo. No se me olvidó, sin embargo, invitar a mis amigos a un café con leche acompañado de unos piononos.
¡Volveré!