La guerra de los cupones: el retorno del Jedi
Después de 4 años y
medio esperaba encontrar evolucionado el mundo del quiosco; no ha sido así.
El mundo del quiosco ni se crea ni se
destruye; de hecho, ni siquiera se transforma. Por paradójico que pueda
parecer, esta afirmación tampoco es cierta; el mundo del quiosco ha cambiado lo
suficiente para que todo siga igual, es decir, los cambios no lo han sacado del
pifostio que ha sido siempre; y eso, teniendo en cuenta que en determinados
aspectos ha mejorado bastante. De eso nos ocuparemos otro día.
Apenas aterrizado,
tropecé con un par de facturas de agosto que cargaban un día de portes a la
hora de facturar un albarán aplazado. Y, para más señas, el quiosco estaba
cerrado. Parece ser que se recibió una nota informativa indicando que se hacía
el abono oportuno. Puede ser; yo no le visto. Cuando lo comenté en la
asociación me dijeron que había que reclamarlo; lo haremos y luego el señor
conde dirá.
Los días 18/09 y 8/10
se recibieron sendas notas en las que se ponía en conocimiento del quiosquero
que, a partir del sábado 20/09, los lectores podían comprar conjuntamente El
País y Cinco Días a un precio especial de 2,50€ (1,80 por el País y 0,70 por
Cinco Días). El sastrecillo valiente del quiosco tendrá que recortar el cupón,
que, a tal fin, viene impreso en El País y retornarlo a MARINA BCN
DISTIRIBUCIONS, la cual reembolsará los 90 cts restantes al vendedor.
Con fecha 17/10 se
vuelve a recibir un comunicado similar; y el día 22 también.
Tanta información me
abruma; me mosqueo y busco dónde está el truco:
Se
seguirá la siguiente mecánica:
SÁBADO
Cinco
Días y El País pueden venderse por separado como hasta ahora
Hasta aquí parece que
está claro. Continúo:
Para la
venta conjunta, aparecerá un cupón en El País. El lector que quiera comprar los
dos diarios pagará 1,80€ por El País y 0,70€ por Cinco Días adjuntando el vale
impreso en El País.
El vale
impreso en El País debe devolverse a Marina para su abono en el albarán
correspondiente.
Realmente la claridad
de la exposición es difícilmente mejorable:
Yo, quiosquero, vendo
dos diarios cobro 1 y medio (más o menos) y recorto un cupón. ¡Ah, coño, aquí
está el truco! ¿Quién me paga los 90 cts. restantes? Prosigo:
FACTURACIÓN
El País
de sábado será facturado por un PVP de 1,80€.
Cinco
Días se sábado será facturado por un PVP de 1,60€.
Cada
vale impreso en El País que nos devuelva será abonado por un PVP de 0,90€.
Como debe ser:
Venta por separado: 1,80+1,60=3,40€
Venta conjunta:
1,80+0,70+0,90=3,40€
No entiendo que mi
sexto sentido haya pasado al nivel DEFCON 4. Intento rebajar a DEFCON 5 y el subconsciente no lo admite. Algo he pasado por alto; ¿Será que no me han
abonado el/los vales impresos? Busco la factura y lo encuentro:
Albarán
de devolución 14/1072014—DEV0600101
-1 VALE
CINCO DÍAS EL PAIS 20141011 0,90 4,00
0,6923 -0,6923
Traduciendo: 1 Vale
Cinco Días del 11/10/2014 a 0,90€ y 4% de IVA da un precio unitario de 0,6923€
que, al aplicarle más tarde el 4% de IVA, se convertirá en… 0,7199€.
¡Mis 0,90€ se han
convertido en 0,72!
Las cuentas, en realidad, son como sigue:
Venta conjunta: 1,80+0,70+0,72=3,22€
O sea que 22 céntimos
se me han ido a tomar por culo.
Ya puestos, investigo dónde se han podido meter los céntimos desaparecidos; digo mal, los céntimos que faltan están en el bolsillo del señor conde; realmente lo que quiero averiguar es cuál ha sido la fórmula que se ha aplicado para obtener el resultado de la factura; es evidente:
0,90/1,04=0,8654 y
0,8654*0,80=0,6923
¡Me han aplicado un
descuento del 20% al cupón impreso de El País!
Y esto, ¿a qué me
suena?
Véase: “SADE devalúa el euro”
Volvemos a la
sospecha de siempre: ¿roban las distribuidoras a los quiosqueros?
Cuestionar la
honradez de una empresa, de los profesionales que trabajan en una empresa, raya
en el esperpento; disponen de herramientas mucho más resolutivas, sutiles y
eficaces para putear a esta profesión. No es cuestión de honradez, es cuestión de
arrogancia: a nadie se le ocurre comprobar si una instrucción en un programa
informático da el resultado apetecido; al fin y al cabo, ellos, los
quiosqueros, no se van a enterar y, en todo caso, tampoco se lo merecen. El
actual programa que utiliza Marina es un calco del que siempre ha utilizado
SADE y ya sabemos lo que pasó con el cupón de la pulsera de Cuore.
Lo que es delito es
que ninguno de los 350 quiosqueros de Barcelona haya notado nada.
¿O me he equivocado
en mis cálculos?