domingo, julio 27, 2008

Comer y rascar...

Hace ya una semana que recobré la libertad aunque me lo estoy tomando con calma, mucha calma. Lo de estar malito, que los demás te traten con la consideración que se da a un enfermo, es agradable. Sobre todo si el doliente se encuentra d.p.m. Pero os estáis pasando: me gachoneáis en demasía y eso no es bueno para mi pobre corazón. Ni para mi desgastado cerebro.
Uno, que es débil frente al halago, se siente tentado a repetir peripecias para despertar entre sus amigos los deseos de transmitir ánimo al paciente. Y en esas estamos.

Después de 5 días con el muelle (stent) coronario puesto y desayunando a golpe de pastillas (colores: naranja, amarillo, blanco... formas: redondas, cuadradas, imitación corazón, balón de rugby...), el martes me levanté con un ligero picorcillo que se ubicaba por encima de la tetilla derecha. Me di tres rascones y no le hice caso. A media mañana, la urticaria me ocupaba toda la parte alta del pecho, los hombros y el inicio de la espalda. Y picaba...

Por la noche, la urticaria “picaminosa” se extendía hasta la cintura y amenazaba con seguir bajando. Me desperté pasando el dedo gordo sobre los ijares sin poder parar. Si conociese suficientemente el idioma, me luciría describiendo mis sensaciones. Tengo que conformarme con decir que, una vez empezado el proceso, es imposible parar. Da la sensación de que se entra en la recta final que precede al orgasmo pero que, al llegar al punto álgido, se escapara. Y a empezar de nuevo: rascar con más ahínco. Sólo que cada nuevo intento produce menos placer y más dolor.

Cuán presto se va el placer,
cómo después de acabado
da dolor.
Cómo a nuestro parescer
el precedente rascado
fue mejor.

Por la mañana ya tenía contaminados los muslos y los güevecicos despellejados. Las yemas habían desaparecido y únicamente permanecía el escroto en carne viva. No me quedó más remedio que buscar ayuda médica.
- Seguramente que esto es una reacción alérgica a los beta bloqueantes, a los anticoagulantes o a los medicamentos que le regulan la presión arterial.
- ¿Y?
- Tómese estas pastillas y, si en cuatro o cinco días no se le va, acuda a urgencias.

Me fui a ver a la doctora que me había tratado en la clínica.
- Le puedo cambiar el beta bloqueante pero los demás medicamentos es mejor no tocarlos.
- ¿No tienen alternativa?
- Sí tienen pero la alternativa no es muy buena. Vamos a intentar resistir; lo mismo su organismo se acostumbra. Si en cuatro o cinco días no remite el picor llámeme.

El picor va remitiendo, pero de forma curiosa. A medida que me baja por las piernas va desapareciendo del pecho y espalda. Debe ser que baja por efecto de la ley de gravedad. Paso bastante rato al día paseando por el pasillo de mi casa. Intuyo que, estando de pie, la caída libre del sarpullido será más rápida. La urticaria está ubicada ahora a la altura de los tobillos y sigue bajando. Sólo falta un pie para que llegue al dedo gordo y desaparezca.

Por lo demás, estoy estupendo. Tengo las constante vitales químicamente perfectas. Mejor que cuando tenía 18 años. Y desde el suceso tan sólo me he fumado un puro. Volvía de no sé donde y lo encendí. Enseguida me dije: "Serás capullo. Fúmatelo después de comer que le sacarás más partido". Y busqué un lugar donde apagarlo. Mientras, Quiosquera me despertó.

P.D. Quiero agradeceros a todos, a los que aquí habéis escrito y a los que en el quiosco se han interesado por mi salud, las muestras de ánimo que me habéis transmitido. Esa medicina también cura.

lunes, julio 21, 2008

Corasón partío


En teoría hace una semana que agoté las vacaciones. En la práctica me he pasado esa semana en decúbito supino, es decir, dos días panza arriba en una camilla en urgencias de un hospital comarcal y cinco días panza arriba en una cama del CCSJ (Centro Cardiovascular Sant Jordi).

En viernes 11 bajé (o subí) a Barcelona por asuntos de ajuste del almamóvil. Me levanté con mal corazón: un mordisco perruno en mitad del esternón y los brazos, ambos, doloridos; cosa de cinco minutos. Dos aspirinas y a la calle. Me repitió un par de veces durante la mañana. Apenas tuve tiempo de contestar a Kutuklú y colgar el post de Cachuli. Con las mismas, de vuelta al campamento: el buen guerrero ha de estirar la pata en el campo de batalla o en brazos de su walkiria particular (mejor en brazos de la walkiria, caso de poder elegir).

Durante la tarde el perro me mordió varias veces más y empecé a apabullarme. Con el tiempo he llegado a ser experto en dolores torácicos y sé cuando va en serio y cuando no. Éste no se reía, así que a la mañana siguiente decidí que era el momento de ir a conocer a Nereida, colega de la zona que, por sus comentarios en Pies para quiosquero, me parecía persona sensata y prudente. Nereida regenta el quiosco del hospital cercano al lugar donde Quiosquera me lleva todos los fines de semana que puede. Mi intención no era ir al médico pero, coño, ya que estaba allí me pasé por urgencias. Y me detuvieron. Electro, toma de tensión, análisis de sangre... Normal, jodido, preocupante...
El electro era normal: corazón sano... todavía. La tensión andaba jodida: por las nubes. El análisis de sangre mostraba que unas determinadas enzimas andaban un poco altas lo cual indicaba dificultades de riego sanguíneo.
- Doctora, ¿y si en vez de mirarme las enzimas me miran las debajos?
No le hizo gracia.

En cualquier caso, no había cardiólogo hasta el lunes y me invitaron a pasar con ellos el fin de semana. Hasta me trajeron una cama para que estuviese más cómodo. Y como todos los que estaban en urgencias andaban malitos y de mal humor, fui el juguete de las enfermeras. Cada poco rato venían a animarme con la excusa de hacerme un electro, un análisis de sangre o tomarme la tensión. Lo cierto es que ahora salgo a la calle con miedo; si me echa el ojo la brigada de estupefacientes seguro que me detiene: tengo marcas de pinchazos en ambos brazos y parte del extranjero.
Lo peor del güiquen ha sido que no me dejaban mover para evitar riesgos y esto me ha obligado a hacer pipí en botella, cuando a mí lo que me gusta es mear de pie y contra la pared.

El lunes el cardiólogo confirmó el diagnóstico: corazón sano y alto riesgo de infarto; cuestión de coronarias. Se imponía someterme a un cateterismo de confirmación y arreglo para lo cual me enviaban a la capital. Nunca había viajado en ambulancia; si no se está muy jodido, el viaje es agradable. Eché en falta que pusieran la sirena; tiene que ser un gustazo que la gente se aparte a tu paso.

En el CCSJ las cosas empezaron a cambiar. Acababa de aterrizar en la habitación cuando se presentó una enfermera.
- ¿Quién es el enfermo? –sargento Gorila de Hazañas Bélicas-.
Levanté el dedo tímidamente.
- ¡Pues a la cama; tiene que hacer reposo absoluto!
- Me encuentro bien.
- ¡A la cama!

Un cuarto de hora más tarde volvió armada de jeringuillas. Me sacó sangre aprovechando el grifo que me habían puesto en urgencias. Le costó lo suyo. Despotricó sobre la enfermera que me había instalado la cañería y sustituyó el artefacto. Tuve suerte: la sangre se coaguló y volvió a por otra ración. El grifo nuevo no proporcionó ni una sola gota. Atacó la vena del brazo izquierdo; medio dedo de sangre en el émbolo y por más que tiraba el organismo no estaba dispuesto a ceder. La enfermera tampoco. Ahora se fue por el brazo derecho. Por la corva. Media jeringa y grifo cerrado.
- ¡Qué raro! No me había pasado nunca –murmuró-.
- Yo lo veo normal –intervine-. Después de los vampirazos de todo el fin de semana ya no me queda sangre.
- No es para tanto, hombre. Sacamos muy poca cantidad y, sólo bebiendo agua, se recupera enseguida.
- El líquido sí, pero ¿y la pintura...?
El sargento se ablandó.

La Doctora Cardiópata confirmó el diagnóstico: enfermo coronario. Y me soltó una filípica.
- Yo no le voy a decir lo que tiene que hacer. Es usted quien debe convencerse de que es un enfermo crónico y actuar en consecuencia. Yo le puedo decir que no fume pero no voy a ir a vigilarlo.
- ¿Tiene que llevar algún régimen? –Quiosquera-.
- No. Comida sana, lo mismo que como yo.
- ¿Y qué come usted?
Pues eso, comida sana. Y me explicó en qué consiste un cateterismo, los riesgos que conlleva y las quinientas razones por las que podía palmar durante su ejecución. Firmé mi sentencia de muerte.
Acabé de acojonarme cuando, más tarde, vinieron a tomarme las medidas: peso, altura...
- ¿Esto para qué es, para el pijama?
- No, hombre, no. Es para calcular la longitud del catéter.
Simulé que me lo creía.

Lo del cateterismo es entretenido aunque no conté con un pequeño problema: para ver la emisión televisiva del proceso tuve que doblar mucho el pescuezo y acabé con tortícolis.
Para empezar me echaron un plástico por encima.
- ¿Aquí los fiambres los envasan al vacío?
- ¡No sea bestia! Esto es para evitar infecciones.
El cateterista me fue explicando los pasos a medida que los llevaba a cabo.
- Vamos a intentarlo por la arteria radial. Ponemos un poco de anestesia (pinchazo al canto) y esperamos un poco... ¿Duele?... Ahora notará como el catéter sube por el brazo (iba encendido porque la vena, arteria o lo que fuese, quemaba; sobre todo cuando derrapó en una curva a la altura del hombro). Ya hemos llegado. Inyectamos contraste (Calipo por lo frío que estaba) y se espera cinco minutitos a que veamos las anomalías.

Me dejaron tirado en el quirófano. Los oía hablar en la Sala de Juntas.
- Sí, sí... esa está obturada en un 70%... stent de 28... esta está limpia... la otra tiene obturación de 50%... no, no, no se le pone nada.
No llegó a cinco minutos.
El experto volvió y remató la faena con pinchazo hondo y descabello, es decir, me colocó un muelle en la coronaria del fondo y me puso los pelos de punta.
- Bueno, creo que ha quedado bien. Es que si se suelta, el infarto es impepinable y morrocotudo.

Total que he salido hecho un primor. Con un muelle de 2953€ (la pieza) que, digo yo, será de titanio o platino iridiado, por lo menos, y una ristra de medicamentos que no curan pero impiden que maten.

Por supuesto, la Doctora me ha quitado el tabaco, las grasas y el alcohol. De mujeres no ha dicho nada: se ha percatado de que ya no hace falta. Tampoco es exacto lo que digo y debe matizarse. El tabaco no me perjudica directamente; simplemente deposita nicotina y alquitrán sobre el muelle mágico y lo tapona. Sobre las restricciones alcohólicas queda indultado el vino tinto en las comidas y hasta una cerveza diaria; como durante el invierno no consumo cerveza puedo ponerme morado en verano. Y las grasas... ¡ay, las grasas! Sólo de aceituna y bellota; la grasa de aceituna, en forma de aceite de oliva; la grasa de bellota, en forma de jamón de Jabugo.

Lo realmente entretenido son las pastillas: pastillas vasodilatadoras, pastillas para quitar el dolor de cabeza que producen las pastillas vasodilatadoras, parches de nitroglicerina, pastillas para que la nitroglicerina no haga estallar la cabeza, pastillas para lo que sea, más pastillas para suprimir el dolor de cabeza que produce el esfuerzo de pensar qué leche de pastilla me toca ahora...
El sábado Juan Manuel, cardiópata perdido también, vino a visitarme y no resistí la tentación de hacerle el chiste tonto:
- Te cambio dos pastillas de Adiro por una de Sintrón.

En todo caso me estoy portando bien y sigo las normas. Parece que voy a premiarme con un puro y una copa de coñac.
- ¡Contra, Quiosquera, no me des en la cabeza que luego me duele!

viernes, julio 11, 2008

CACHULI: Cachondo y chuli.

Iniciativas de un vendedor de prensa al que desde el mes de Enero, no le pagan la publicidad que exhibe en los toldos de su kiosco.

ANTES


DESPUÉS



El público en los quioscos de Barcelona, se va a descojonar de risa………


© Cachuli

jueves, julio 10, 2008

10 de Julio, Día del Blog en verso

Lanza Kutuklú porfía
desde Pies para quiosquero
que el 10 de julio sea el día
del versificador bloguero.

Entro de cabeza al trapo
y en la porfía ando inmerso;
pido que los comentarios
se redacten hoy en verso.

Igual da que sea en soneto,
en quintilla o pareado,
romance, lira o cuarteto
o terceto encadenado.

La cuestión es que al final
podáis recitar conmigo
una estrofilla banal
que me dedicó un amigo.

"Tú que eres tan gran poeta
y tantos versos compones
ven, ábreme la bragueta
y tócame los cojones."


¡A por ellos, joé!

miércoles, julio 09, 2008

Mañana es el día mundial del Blog en verso

Mañana, 10 de julio, se celebra, al menos en Pies para quiosquero, el Día Mundial del Blog en Verso. Se trata de una iniciativa de un comentarista de este blog a raíz del arrebato poético que generó el enlace de Salva y Lupita (hoy hace un año, felicidades grandullón) y del que, tal día como hoy, se hizo eco el siguiente post.

Así pues, mañana (y en adelante cada 10 de julio), todo cuanto se escriba en este blog se hará en verso. Rogamos a todos nuestros comentaristas habituales se unan a la fiesta y nos manden también en verso sus comentarios. Igualmente, invitamos a todos los blogueros del mundo a escribir en verso sus artículos mañana. Quién sabe. Quizás dentro de unos años el 10 de julio todos los blogs del mundo estén repletos de décimas y sonetos.

En todo el Universo
hoy se bloguea en verso

martes, julio 08, 2008

Marina Press y la tecnología

En teoría estoy de vacaciones. En la práctica ando con la oreja pegada al móvil y los dedos al teclado pero desconectado de Internet.

Hace un par de semanas tuve mi esperada entrevista con personal de Marina Press. Iba preparado para la batalla pero no hubo tal: sólo faltó que sacaran unas cervezas y unos taquitos de jamón para que la reunión pudiera considerarse perfecta. Ya se me había abonado un 70% de lo reclamado y hubo una muy buena sintonía para seguir trabajando el resto. Más aún. Al repasar la factura en que se me abonaba ese 70% me encontré que aparecían partidas que no correspondían y otras que estaban duplicadas. Dudé. Pero si trato de establecer una relación de mutua confianza no estaría bien que fuese yo quien la rompiera. Llamé a mi contacto para darle la información correspondiente. ¡Bingo! Ella también se había dado cuenta. Una vez más he comprobado que el choriceo a pequeña escala no es rentable; la verdad sí lo es.

El problema, ya lo sabía, viene de mi forma de enviar las devoluciones y de su forma de tratar mis datos. Hemos llegado a un acuerdo: yo intentaré ajustarme en lo posible a su impreso de devolución y ellos, en contraprestación, tratarán con cariño mis datos cuando encuentren cosas extrañas.
Agradecido a las dos personas que me recibieron de tan buen talante (o tatrás).

He vivido de la informática durante 30 años; mis amigos no me entienden cuando digo que al primero que enchufó un ordenador debió darle tal calambrazo que no quedase arregostado. Los colegas me transmiten que no es posible que yo tarde 4 horas en cuadrar una factura de Marina Press siendo como es el impreso más completo y claro de cuantos recibimos. La explicación es sencilla: cuadro con ordenador. Los datos de Marina Press están preparados para el cuadre manual. Y la regla de tres es infalible: Marina Press trabaja con programa cerrado, Quiosquero trabaja con programa cerrado, programa de Marina Press no hablar mismo idioma que programa de Quiosquero, luego... ¡pifostio!

Acudí con cuatro propuestas.
1.- Datos de la devolución clasificados por orden alfabético: se ne pa posibl, el programa no lo permite y, aunque así fuera, los quiosqueros manuales podrían tener problemas.
2.- Todas las publicaciones devueltas en un mismo albarán deben generar un único albarán de devolución: se ne pa posibl, el programa no permite mezclar artículos con distinto IVA. Regresión a 1986 cuando el ITE era único.
3.- Quiero pagar al contado, es decir, que cada semana se me facture TODO lo que he recibido: se ne pa posibl, la fecha de pago la determina el artículo.
4.- Cada entrega de fin de semana debe tener su hoja de devolución o la hoja conjunta que se entregue el viernes. ¡Coño, no es mala idea!

Lo dicho: ¡la madre que parió al que inventó la tecnología!

jueves, julio 03, 2008

Nota de la APVPBP sobre el reparto gratuito

Desde la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Barcelona y Provincia nos han pedido que publiquemos la siguiente nota que se repartirá en breve a los asociados.

Más información en: http://www.apvpbp.com/


REPARTO GRATUITO


Barcelona a 2 de Julio de 2008


Apreciado compañero:

Hemos tenido conocimiento, que la Empresa MARINA PRESS, a través de sus inspectores os está entregando en mano unos escritos coactivos y amenazantes al objeto de seguir manteniendo su monopolio y posición de dominio absoluto en su sistema de distribución.

Estamos convencidos que no has firmado ningún documento. SOBRE TODO no firmes absolutamente nada ni facilites ningún dato ajeno a tu persona, ya que podrías incurrir en un incumplimiento de la Ley de Protección de Datos.

Nuestros servicios jurídicos ha efectuado la correspondiente demanda, denunciando estas nuevas coacciones y amenazas por parte de dicha distribuidora.

NO TEMAS, CONFIA EN TU ASOCIACIÓN.

Atentamente.

La Junta Directiva
APVPBP