Códigos de barras
· Introducción
Sin ánimo de ser exahustivos, iniciamos una serie de artículos tendentes a informar sobre las herramientas que facilitan el trabajo de cualquier comerciante pero que, en el caso de los quioscos, se transforman en un problema más de los muchos a los que debemos enfrentarnos. Por una parte, pretendemos que los vendedores de pensa y revistas conozcan estas herramientas, cómo deberían utilizarlas los proveedores y qué debemos hacer para que su uso redunde en nuestro provecho. Por otra parte, pensamos que muchas veces los proveedores hacen las cosas de una determinada manera sólo porque no han pensado en la utilidad que los demás pueden obtener y que, si supieran, por ejemplo, la diferencia que hay entre colocar un código de barras blanco sobre negro en vez de negro sobre blanco, es posible que no tuvieran inconveniente en echar una mano al vendedor entusiasta que se compró un lector láser y ahora le sirve de bien poco.
· Código de barras
Tal como su nombre indica, es una forma de codificación en la que alternan barras claras y oscuras (mejor blancas y negras para no tener problemas con el lector) de modo que puedan permitir una lectura binaria de las mismas. Como en todo sistema binario, el blanco va a representar ausencia y se interpreta como 0 (cero) y el negro representará presencia y se interpreta como 1 (uno). No quiere esto decir que un número o serie de caracteres alfanuméricos se haya de convertir a binario y de ahí generar las barras según los ceros y unos resultantes; cada sistema de código de barras establece lo que se conoce por módulo, que se entendería como la combinación mínima de barras (blancas y negras) necesarias para definir un dígito o letra; en buena parte de los casos, un módulo está formado por dos barras blancas y dos barras negras, insuficiente para representar los 10 dígitos, las 26 letras del alfabeto latino y los caracteres especiales necesarios, problema que se solventa combinando barras de distintas amplitudes. El ancho de barra es siempre proporcional al ancho del código completo y, si a la anchura mínima establecida le asignamos el valor X, la anchura de cada barra será X, 2X, 3X o 4X. Algunos autores definen el código de barras como la versión impresa del Morse, donde los espacios (barras en blanco) serían el punto y las barras (negras) indicarían raya (aquí habría que determinar que hay rayas de distinta duración o longitud).
Con la aparición de los ordenadores y los lectores láser, el código de barras ha simplificado enormemente la identificación de productos, el control de inventarios, el trabajo en el punto de venta, la generación de albaranes y toda aquella operación que dependa de la unidad de producto comercializada: precios, pesos, tamaños, denominación… Es, en definitiva, el código de producto representado gráficamente. En lo que a quioscos se refiere, todos los productos editoriales están identificados por un código único que se puede transformar en código de barras.
La AECOC (Asociación Española de Codificación Comercial) es el organismo español encargado de suministrar el código de barras de productos manufacturados y, en general, de cualquier producto que se comercialice, salvo publicaciones editoriales (de momento y para este artículo). Cataluña tiene su propia agencia, la ACCB (Associació Catalana del Codi de Barres).
Es preciso destacar dos recomendaciones de la AECOC:
1.- El Código de barras ha de situarse en lugar bien visible
2.- Combinación de los colores del fondo y de las barras. El objetivo es que los lectores de códigos operen con la máxima fiabilidad; así, la combinación aconsejada, y la más extendida, es la de barras negras sobre fondo blanco Las combinaciones denominadas legibles han de tener el fondo de color blanco, amarillo, naranja o rojo, y las barras deberían ser de color negro, azul, verde o marrón oscuro. Las denominadas ilegibles y, por tanto no recomendadas, son las que combinan fondo blanco y barras claras o las de fondo oscuro, en especial barras blancas con fondo negro.
Existen distintos métodos para crear códigos de barras, siendo EAN-13 uno de los más extendidos. En cualquier caso, todos ellos están diseñados con el objetivo de que los lectores cometan el mínimo de errores posible, y el mínimo es 0. Para ello, incluyen un carácter de inicio y un carácter de terminación, así como un dígito verificador. Los caracteres de inicio y terminación indican al lector el sentido de interpretación del código, lo cual permite que el resultado sea el mismo tanto si se lee al derecho como si se lee al revés. El dígito verificador se obtiene por combinación de operaciones de los demás números, de modo que si no coincide el dígito calculado con el impreso, se produzca error de lectura y obligue a repetir la operación.
· EAN-13
Como hemos dicho en el párrafo anterior, el European Article Number (EAN) es el sistema de código de barras más extendido en Europa. Estados Unidos utiliza el sistema UPC (Universal Product Code), cuya versión estándar utiliza 12 dígitos. Este código era de obligado uso en el comercio minorista USA.
El código EAN-13 tiene la siguiente distribución:
• Tres primeros dígitos: Identifican el país o agencia que concedió el código y es independiente del país productor. Los productos cuyo código se solicita a la AECOC empiezan por 84 y van desde el 840 al 849. Si el código se solicita a la ACCB, empezará por 15 (150 a 159). Hasta hace poco, si se quería comercializar un artículo en USA había que solicitar un código UPC a la agencia americana.
El que el código de barras empiece por 84 no quiere decir que se haya fabricado en España; sólo es indicativo de que fue la agencia española quien lo concedió.
• Código de empresa: Es el número formado por entre 5 y 8 dígitos siguientes. Identifica al propietario de la marca.
• Código de producto: Formado por el resto de dígitos del código hasta el duodécimo. Identifica el producto y es utilizado libremente por el propietario de la marca.
• Dígito décimo tercero: Es el dígito verificador y se obtiene a partir de los 12 primeros números, contando de derecha a izquierda; se suman entre sí los que ocupan posición par, se suman entre sí los que ocupan posición impar y el resultado se multiplica por 3, y se suman ambos resultados. Si el resultado es múltiplo de 10, el dígito verificador es 0; para el resto de casos, el resultado se resta del múltiplo de 10 inmediatamente superior: la diferencia es el dígito verificador.
Desde 2005, EAN y UCC (Uniform Code Council), agencia que asigna los códigos UPC, se han fusionado con la idea de general un único código de barras utilizado mundialmente. La agencia resultante ha sido GS1, que se puede traducir como Global Standard, Global System o Global Solution: el 1 es para despistar o resaltar que será la empresa número 1 en concesión de códigos de barras. De momento, la única repercusión palpable la constituye el hecho de que los lectores que sólo tenían capacidad para detectar 12 dígitos (UPC) no detectan el código EAN-13 y hay que cambiarlos. No afecta a los comerciantes españoles ya que nuestros lectores son capaces de leer códigos UPC y códigos EAN.
· Aclaración
Siempre repito lo mismo y no me importa hacerme pesado. Mis artículos no son científicos; son la interpretación que yo he hecho de cosas que he vivido, leído u oído y, por tanto, no deben entenderse como la Biblia del Quiosco. Aunque, a veces, intente documentarme, están sujetos a error y no deben tomarse más que como ideas o macutazos que es conveniente comprobar.
Continuará...
Sin ánimo de ser exahustivos, iniciamos una serie de artículos tendentes a informar sobre las herramientas que facilitan el trabajo de cualquier comerciante pero que, en el caso de los quioscos, se transforman en un problema más de los muchos a los que debemos enfrentarnos. Por una parte, pretendemos que los vendedores de pensa y revistas conozcan estas herramientas, cómo deberían utilizarlas los proveedores y qué debemos hacer para que su uso redunde en nuestro provecho. Por otra parte, pensamos que muchas veces los proveedores hacen las cosas de una determinada manera sólo porque no han pensado en la utilidad que los demás pueden obtener y que, si supieran, por ejemplo, la diferencia que hay entre colocar un código de barras blanco sobre negro en vez de negro sobre blanco, es posible que no tuvieran inconveniente en echar una mano al vendedor entusiasta que se compró un lector láser y ahora le sirve de bien poco.
· Código de barras
Tal como su nombre indica, es una forma de codificación en la que alternan barras claras y oscuras (mejor blancas y negras para no tener problemas con el lector) de modo que puedan permitir una lectura binaria de las mismas. Como en todo sistema binario, el blanco va a representar ausencia y se interpreta como 0 (cero) y el negro representará presencia y se interpreta como 1 (uno). No quiere esto decir que un número o serie de caracteres alfanuméricos se haya de convertir a binario y de ahí generar las barras según los ceros y unos resultantes; cada sistema de código de barras establece lo que se conoce por módulo, que se entendería como la combinación mínima de barras (blancas y negras) necesarias para definir un dígito o letra; en buena parte de los casos, un módulo está formado por dos barras blancas y dos barras negras, insuficiente para representar los 10 dígitos, las 26 letras del alfabeto latino y los caracteres especiales necesarios, problema que se solventa combinando barras de distintas amplitudes. El ancho de barra es siempre proporcional al ancho del código completo y, si a la anchura mínima establecida le asignamos el valor X, la anchura de cada barra será X, 2X, 3X o 4X. Algunos autores definen el código de barras como la versión impresa del Morse, donde los espacios (barras en blanco) serían el punto y las barras (negras) indicarían raya (aquí habría que determinar que hay rayas de distinta duración o longitud).
Con la aparición de los ordenadores y los lectores láser, el código de barras ha simplificado enormemente la identificación de productos, el control de inventarios, el trabajo en el punto de venta, la generación de albaranes y toda aquella operación que dependa de la unidad de producto comercializada: precios, pesos, tamaños, denominación… Es, en definitiva, el código de producto representado gráficamente. En lo que a quioscos se refiere, todos los productos editoriales están identificados por un código único que se puede transformar en código de barras.
La AECOC (Asociación Española de Codificación Comercial) es el organismo español encargado de suministrar el código de barras de productos manufacturados y, en general, de cualquier producto que se comercialice, salvo publicaciones editoriales (de momento y para este artículo). Cataluña tiene su propia agencia, la ACCB (Associació Catalana del Codi de Barres).
Es preciso destacar dos recomendaciones de la AECOC:
1.- El Código de barras ha de situarse en lugar bien visible
2.- Combinación de los colores del fondo y de las barras. El objetivo es que los lectores de códigos operen con la máxima fiabilidad; así, la combinación aconsejada, y la más extendida, es la de barras negras sobre fondo blanco Las combinaciones denominadas legibles han de tener el fondo de color blanco, amarillo, naranja o rojo, y las barras deberían ser de color negro, azul, verde o marrón oscuro. Las denominadas ilegibles y, por tanto no recomendadas, son las que combinan fondo blanco y barras claras o las de fondo oscuro, en especial barras blancas con fondo negro.
Existen distintos métodos para crear códigos de barras, siendo EAN-13 uno de los más extendidos. En cualquier caso, todos ellos están diseñados con el objetivo de que los lectores cometan el mínimo de errores posible, y el mínimo es 0. Para ello, incluyen un carácter de inicio y un carácter de terminación, así como un dígito verificador. Los caracteres de inicio y terminación indican al lector el sentido de interpretación del código, lo cual permite que el resultado sea el mismo tanto si se lee al derecho como si se lee al revés. El dígito verificador se obtiene por combinación de operaciones de los demás números, de modo que si no coincide el dígito calculado con el impreso, se produzca error de lectura y obligue a repetir la operación.
· EAN-13
Como hemos dicho en el párrafo anterior, el European Article Number (EAN) es el sistema de código de barras más extendido en Europa. Estados Unidos utiliza el sistema UPC (Universal Product Code), cuya versión estándar utiliza 12 dígitos. Este código era de obligado uso en el comercio minorista USA.
El código EAN-13 tiene la siguiente distribución:
• Tres primeros dígitos: Identifican el país o agencia que concedió el código y es independiente del país productor. Los productos cuyo código se solicita a la AECOC empiezan por 84 y van desde el 840 al 849. Si el código se solicita a la ACCB, empezará por 15 (150 a 159). Hasta hace poco, si se quería comercializar un artículo en USA había que solicitar un código UPC a la agencia americana.
El que el código de barras empiece por 84 no quiere decir que se haya fabricado en España; sólo es indicativo de que fue la agencia española quien lo concedió.
• Código de empresa: Es el número formado por entre 5 y 8 dígitos siguientes. Identifica al propietario de la marca.
• Código de producto: Formado por el resto de dígitos del código hasta el duodécimo. Identifica el producto y es utilizado libremente por el propietario de la marca.
• Dígito décimo tercero: Es el dígito verificador y se obtiene a partir de los 12 primeros números, contando de derecha a izquierda; se suman entre sí los que ocupan posición par, se suman entre sí los que ocupan posición impar y el resultado se multiplica por 3, y se suman ambos resultados. Si el resultado es múltiplo de 10, el dígito verificador es 0; para el resto de casos, el resultado se resta del múltiplo de 10 inmediatamente superior: la diferencia es el dígito verificador.
Desde 2005, EAN y UCC (Uniform Code Council), agencia que asigna los códigos UPC, se han fusionado con la idea de general un único código de barras utilizado mundialmente. La agencia resultante ha sido GS1, que se puede traducir como Global Standard, Global System o Global Solution: el 1 es para despistar o resaltar que será la empresa número 1 en concesión de códigos de barras. De momento, la única repercusión palpable la constituye el hecho de que los lectores que sólo tenían capacidad para detectar 12 dígitos (UPC) no detectan el código EAN-13 y hay que cambiarlos. No afecta a los comerciantes españoles ya que nuestros lectores son capaces de leer códigos UPC y códigos EAN.
· Aclaración
Siempre repito lo mismo y no me importa hacerme pesado. Mis artículos no son científicos; son la interpretación que yo he hecho de cosas que he vivido, leído u oído y, por tanto, no deben entenderse como la Biblia del Quiosco. Aunque, a veces, intente documentarme, están sujetos a error y no deben tomarse más que como ideas o macutazos que es conveniente comprobar.
Continuará...