domingo, abril 26, 2009

Felicidades Txetxu

En los casi cuatro años que llevamos con este blog hemos tenido la oportunidad de conocer a muchísimas personas que en mayor o menor medida han dejado su huella tanto en estas páginas como en sus autores. Entre estos nuevos amigos hay uno que hoy está de aniversario. Con valor, el blog de Txetxu Barandiarán, cumple hoy 5 años en la red, ilustrándonos sobre el maravilloso mundo de los libros.

Con Valor fue uno de los primeros blogs, sin contar los escritos por amigos que ya conocíamos antes de iniciar esta andadura, en hablar de nosotros. Txetxu incluso aprovechó una visita a Barcelona para pasar un rato con nosotros, momento que recogió Pablo, otro enamorado de los libros, en su blog Tökland.

También gracias a Txetxu conocimos a Auror que ahora, además de una gran amiga, es nuestra asesora a la hora de decidir qué libros debemos pedir por Sant Jordi.

Además de nuevos amigos, Txetxu nos dio algunos consejos que nos facilitaron muchísimo la publicación de Pies para quiosquero: el libro del blog.

Por todo ello, y sobre todo por lo que a buen seguro está por venir, muchísimas felicidades, Txetxu. Estamos convencidos de que Con valor cumplirá con gran éxito muchos años más y que esa pasión que compartimos por los libros nos dará la oportunidad de coincidir en muchas ocasiones en un futuro próximo.

viernes, abril 24, 2009

Un libro, una rosa

Frasco Gómez era convecino mío; quiero decir que ambos nacimos y crecimos en el mismo pueblo aunque él creció mucho más que yo. A Frasco Gómez le gustaba el trabajo como a mí; quiero decir que ambos nos las ingeniábamos para trabajar lo menos posible aunque, muchas veces, el trabajo que conllevaba desarrollar el ingenio era más costoso que el trabajo que tratábamos de ahorrar. Frasco Gómez se mercó un tractorcillo volquete y se pasaba el invierno sacando arena de la playa que luego vendía a los agricultores para rehacer sus enarenados. Para el verano construyó, también en la playa, una choza de cañas y montó un chiringuito de bebidas, si bien, o al menos eso dicen, Frasco Gómez se unía a alguno de los grupos que se estaban convidando y pagaba la mayoría de las rondas. Alguien acabó por preguntarle si con aquello se ganaba la vida.
- ¡Hombre! Ganar, lo que se dice ganar, no se gana; pero se trapichea.

Y eso mismo es lo que me sucede a mí con Sant Jordi y el libro: vender, lo que es vender, vendo poco, pero trapicheo. Y, además, me lo paso bomba.

El del ojo clínico es dalr y, por tanto, el encargado de seleccionar los libros que hemos de pedir. Este año dalr veía borroso porque ha pedido lo que no está en los escritos y nos hemos juntado con una cantidad enorme de libros. Además, yo estoy en excedencia laboral y Quiosquera ha debido tomarse un día de vacaciones para dedicarlo a Sant Jordi. Salva la ayudó a montar la parada y trasladó el material vendible desde el almamóvil hasta el quiosco. Yo me fui a aparcar en casa porque las esquinas ya estaban ocupadas. Quiosquera tuvo suerte: dos compañeras de trabajo, bibliotecarias para más señas, aprovecharon sus 20 minutos de desayuno para pasarse por el quiosco y adquirir el correspondiente ejemplar de Pies para quiosquero. No sólo eso. Ayudaron a quiosquera a distribuir los libros sobre el tablero concediendo los mejores lugares a aquellas publicaciones que se suponían estarían más solicitadas.

El día empezó bien. Mientras montaban la parada, la gente se agolpó y se vendieron varios libros seguidos. Ahí se acabó la historia. Quiosquera desplegó sus buenas dotes de comerciante pero los posibles compradores sólo iban, de momento, en misión de reconocimiento. Cuando llegó dalr, poco después de las 2, cundía el desánimo. Yo pronostiqué que los años impares no se nos daban bien y que acabaríamos como en 2007: hundidos en la miseria. Pero a medida que la tarde fue avanzando, los mismos que habían completado su vuelo visual se dejaron caer por nuestra esquina. Incluso un rato que dalr faltó (había abandonado el negocio propio para acudir a la firma de libros de nuestra amiga Kahlo) no decayó la fiesta. Al final el día resultó algo mejor que el año pasado y hoy he podido limpiar las telarañas que habían aparecido en la libreta después de pagar los módulos.

Una año más, la estrella del día fue Pies para quiosquero. Victoria destacada de la tercera temporada y empate en el segundo puesto entre Pies para quiosquero primera temporada y Los hombres que no amaban a las mujeres de Larsson (sumando edición en castellano y en catalán). El cuarto puesto lo ocupó Pies para quiosquero segunda temporada, seguido muy de cerca otra vez por Larsson y su Chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. A destacar que la segunda temporada de Pies para quiosquero, para mí la mejor, sigue sin conseguir el triunfo en ninguno de los dos años que lleva compitiendo.

Como siempre no faltaron anécdotas. Reproduzco dos.

A primera hora de la tarde, mientras contemplábamos cómo las cáncanas tejían sus telas entre los libros, aparcó en el chaflán un coche con matrícula extranjera. Mientras el conductor vigilaba al guardia que se entretenía extendiendo recetas en los alrededores, la copiloto se aproximó a dalr (a mí, por razones obvias, no me hizo puñetero caso) y desplegó un mapa de Barcelona para que le indicase dónde se encontraba. Dalr marcó la posición en el plano y preguntó la dirección a que se dirigían.
- Paseó de Ggasia, Ggan Vía.
Francés… En mis tiempos yo sabía algo de eso y me metí en la conversación para ver que tal se me daba hablar extranjero sin señas.
- Veg le bà, pgemieg gui a druat… gui Diputasió. U es que vusalé.
- Hotel Avení Palas. Ggan Vía, sisan senq.
- Alors, Diputasió tu dguat, trua guì, Paseó de Ggasia (a la izquierda, ¡mierda!, ¿cómo se dice izquierda?... goch divin) a goch. Pgochen gui en peti pe a dguat e ¡vuala!
¡Joder! Me entendió. He de decir que dalr me fue ayudando pero, aun así, quedé contento de mi locuacidad en idioma gabacho.
- Megsí bocú –se despidió la francesa-. A biantó.
- A tuta leg.
Habíamos visto que llevaba la ruta impresa desde Montpellier hasta el hotel. Incluso se podía leer lo que iba a pagar en cada peaje de autopista. Lo gracioso es que para el cálculo de la ruta debió de utilizar el mismo programa que mi Mari Pili (GPS) ya que, al llegar a Barcelona, indicaba que siguiera por la calle Aragón hasta Paseo de Gracia; allí torcer a la izquierda hasta Consell de Cent, nuevamente a la izquierda, luego a la derecha en Bruc, a la derecha en Diputación para llegar hasta el mismo Paseo de Gracia que acababan de abandonar pero dos calles más abajo. La culpa es de los satélites americanos, supongo.

Eran algo más de las seis cuando me pasé por Superwaiter a cambiarle el agua al canario. Mientras abría la luz del cuartucho que está al fondo, a la derecha, pedí la consumición.
- Un desgraciao.
- ¿Y eso qué es? –preguntó el Súper-.
- Café descafeinado, leche desnatada y sacarina.
- Yo no sirvo mariconadas de esas.
- No te he pedido que me lo sirvas. El médico me ha dicho que me mantenga alejado de la cafeína y de la nata, lo de sacarina es para adornar, y yo le hago caso al pedir. Luego tú me pones lo que te dé la gana porque yo, lo que es cumplir, ya he cumplido.
Me puso un cortado normal y mi cuerpo que, últimamente no está acostumbrado a tales exquisiteces, relinchó de alegría apenas di el primer sorbo.
En estas aterrizaron un par de parejas con cara de extranjeros (por lo pajizo de su piel, deduje) que tomaron posesión de una de las mesas de la terraza. Una de las señoras se desplazó al interior para hacer el pedido.
- Biar and… guain.
El Súper llenó una copa grande de cerveza y rebuscó entre las botellas de la repisa. Tomó una y se la enseñó a la extranjera.
- Rioja… crianza.
- Nau. No red guain.
- ¡Ah! Lo quieres blanco.
Por lo que colegí que “no red” significaba blanco.
Sirvió un par de vasitos de otro vino (Viña Nosequé) y los puso en una bandeja junto a la cerveza.
- Biar tú –dijo la inglesa-.
El Súper empezó a llenar otra copa.
- Que no, Súper –intervine-, que dice que la cerveza te la bebas tú.
- Analfabeto. Tú, son dos.
- Bueno, hombre, no te enfades. ¿Qué te debo?
- Uno diez.
- Te lo pago en inglés. Guan ten o sea ten guan y vas que te matas.
- ¡Que faltan diez céntimos!
- Ten guan ¿no?
No hubo manera. Tuve que pagarle en español y añadirle los diez céntimos de la discordia.

miércoles, abril 22, 2009

Subvenciones

Vaya por delante que, aunque en general esté en desacuerdo con cualquier tipo de subvención, he recurrido a ellas cuando las he necesitado y han sido de ley. Y digo “en general” porque hay veces que la subvención no sólo es de ley sino de justicia.

Llevamos días discutiendo las subvenciones del Ministerio de Industria para informatizar los quioscos mediante la aplicación del Plan Avanza, cuya finalidad se extiende mucho más allá del mero chiringuito donde se vende prensa y pretende potenciar las TIC (tecnologías de información y comunicaciones) de la pequeña y mediana empresa. Lo que a mí me sorprende es la adhesión inquebrantable al plan o la oposición formal al mismo, siempre en función de quienes lo ofrecen o lo gestionan y sin entrar para nada en discutir el quid de la cuestión: ¿Ayuda este plan al desarrollo del quiosco? ¿Hay otras alternativas? ¿Los equipos y programas presentados constituyen una buena opción?

Lo único que sabemos es que, al menos en Barcelona, hay dos ofertas de hardware parecidas pero diferentes y la tira de ofertas de software. Incluso agrupaciones que habían permanecido al margen de esta lucha, anuncian un programa que, sin ser de fabricación propia, van a apoyar si su funcionamiento es correcto. Y todo ello sin que le cueste un duro al quiosquero. Si la subvención del Ministerio sólo alcanza el 60% del coste me pregunto qué se pretende conseguir de los vendedores de prensa apoquinando el 40% restante.

Repito el aserto: el Plan Avanza está dirigido a la pequeña y mediana empresa y, como tal, los vendedores de prensa pueden beneficiarse. Pero ha sido tal la campaña que se ha montado en torno al quiosco que el titular de la noticia en libertaddigital.com es: Los contribuyentes TAMBIÉN pagarán la informatización de los quioscos.

Estamos en un país, España, que lleva siglos viviendo de la picaresca, de las leyes de proteccionismo y de las subvenciones estatales y ahora va a resultar que los quiosqueros vamos a arruinar al contribuyente porque también nos enganchamos a la teta de la vaca. Aunque si todas las subvenciones son iguales a la que a continuación relato, empiezo a entender que todo el mundo esté interesado en intervenir en el “negocio”.

Hace algo más de dos años se me rompió el aparato ortopédico y tuve que hacerme otro. Lo de hacerme otro era necesario porque yo apuro bastante estos cacharros pero aunque se hubiera podido arreglar, a mí, persona interesada, me salía más a cuenta comprar uno nuevo ya que el nuevo está subvencionado y los arreglos no; ¿por qué?. En medio del trasiego por la ortopedia, me enteré de que el Ministerio también me subvencionaba unos zapatos o botas nuevas cada año y, ya puestos, pedí que me adaptaran unas. Puedo asegurar que han sido las botas más cómodas que jamás he tenido.
Al cabo de los dos años, la ortopedia me recordó, mediante misiva ad hoc, que ya me tocaba otra subvención y me pasé por sus locales para hacer las gestiones pertinentes. Advierto que la primera vez que me compré unas botas subvencionadas, las sacaron de una caja de zapatos, me las probé, tomaron medidas y a la bota izquierda le añadieron un alza de X centímetros, forrada de cuero suave.
La chica que me atendió me apuntó en un papel el código que correspondía a la transacción para que el traumatólogo de la Seguridad Social firmara el conforme.
- Ha de tener en cuenta –me dijo- que la subvención sólo le cubre una parte.
- Ya lo suponía. ¿Por cuánto me saldrá?
- Las botas más la adaptación cuestan 1100€. La Seguridad Social le pagará casi 600.

Se me pusieron los pelos de punta. ¡Casi 200.000 pts. por unas botas! Unas botas que le cuestan al estado 600€. Hice dos cosas:

· La primera es que fui a la Inspección de la Seguridad Social a preguntar si puedo obtener la subvención presentando las facturas de la zapatería (botas) y el zapatero (arreglo). No. Para evitar fraudes la Seguridad Social sólo trabaja con centros especializados.

· Lo segundo es que fui a una zapatería, me compré unas botas (fabricadas en Inca) por 150€ y las llevé a un zapatero que me las ajustó por 120€. Total 270€ por unas botas menos cómodas (incomodidad que se traduce en callos) pero que cumplen su función con cierto decoro. Y todo ello ahorrando a los contribuyentes 600€ y a mí mismo unos 200.

¿Cómo serán las botas que subvenciona el Plan Avanza y quién cobrará la subvención?

lunes, abril 20, 2009

Se acabó

Ya se me han hinchado las narices.

He sido más que permisivo con los comentarios que se vierten en este blog, con la esperanza de que en algún momento reinara la cordura y entre todos devolviéramos a esta página a lo que siempre pretendió ser: un espacio de esparcimiento en el que reflexionar sobre la profesión del quiosquero con buen humor y espíritu positivo. Pero está claro que lo del autocontrol no funciona.

Acabo de borrar dos comentarios, algo que no había hecho desde hace más de un año. Algunos dirán, con razón, que debí borrar muchos otros antes. Estoy de acuerdo y desde aquí mis disculpas. Nunca creí que fuera mi misión fiscalizar este espacio ni tener que mandar callar a nadie. Pero ya dejé muy claro hace tiempo que no tenía intención de permitir los insultos, las acusaciones personales y, mucho menos, desde cuentas anónimas.

Este blog lo lee mucha gente. Y muchísimos de los que lo leen no son quiosqueros. Nos leen amigos, familiares, vecinos, clientes. También periodistas, editores y distribuidoras. Y la imagen que estamos dando es absolutamente vergonzosa.

Hace unos meses promovimos la creación de un foro privado, cuyo enlace podéis encontrar en la columna lateral, para que los quiosqueros pudieran discutir entre ellos, y lejos de la mirada de quienes nada tenían que ver en el asunto, sobre las cosas que nos preocupan. El foro sigue funcionando y funciona muy bien. Se habla de todos los temas que aparecen en nuestros comentarios y con contundencia. Pero, curiosamente, allí la gente es más respetuosa que aquí. Y esto se va a acabar.

En internet, con o sin anonimato, hay unas reglas de educación básicas como las que rigen cualquier interacción humana. Una de ellas es que cuando se pone un comentario en un blog, se comenta lo que el autor del blog ha escrito. Sólo excepcionalmente se plantean otros temas y, cuando se hace, siempre desde el respeto. Y cuando hay que criticar, se critica. Pero desde una cuenta respaldada por un nombre reconocible y un correo electrónico. Quien critica desde el anonimato demuestra, aparte de su cobardía, muy poquita confianza en la fuerza de sus argumentos.

En los últimos meses he tenido que morderme la lengua en muchísimas ocasiones. No sólo se han desvirtuado sistemáticamente los debates y se ha caído en la descalificación gratuita. Además, y esto me lo tomo como algo personal, algunos han tenido las santas narices de hacer insinuaciones despreciables sobre quiosquero. Mi padre.

En los casi cuatro años que llevamos con el quiosco he tenido la oportunidad de conocer a muchos quiosqueros. Prácticamente todos los que han conocido personalmente a mi padre le han reído las gracias de lo que cuenta en blog y lo han tratado con una amabilidad exquisita. Pocos han hecho una sola crítica a la labor que hacía en el blog y cuando se ha hecho ha sido con sumo respeto y espíritu constructivo. Ninguno de ellos ha recibido de él una mala respuesta o un desprecio. ¿Cómo puede atreverse nadie después a insultarlo si no tiene narices de decirle nada a la cara? ¿O acaso los que insultan simplemente no se han tomado la molestia de intentar conocerlo? Ese es el tipo de crítica que se está instaurando en los comentarios del blog. Comentarios de cobardes anónimos que se escudan en sus consignas baratas para gruñir lo que no tienen narices de decir a la cara, o que simplemente hablan de gente que no conocen.

Nosotros llevamos mucho tiempo a pecho descubierto. Todos conocéis nuestras caras, la dirección de nuestro quiosco y tenéis un correo electrónico para decir y preguntar lo que queráis. Pero la mayoría preferís venir a nuestra casa con la cara tapada a insultaros, miraros el ombligo y alardear de quién la tiene más grande.

Pues como digo, esto se ha acabado. Da la casualidad de que este blog es mío (ni siquiera de quiosquero) y como es mío hago con él lo que me da la gana. Y ahora me da la gana que se acabe tanta tontería.

Para los que os estéis frotando las manos empezaré por deciros que vais muy errados si pensáis que vamos a dejar el blog. El blog sigue. Pero los comentarios estúpidos se han acabado por una temporada. Como me apetece leer lo que tengáis que decir al respecto los voy a dejar abiertos unos cuantos días más. Insultad todo lo que queráis, deshaogaros porque será la última oportunidad que tengáis en una temporadita. Dentro de 48 horas, y por tiempo indefinido, empezaré a moderar los comentarios. Podréis ponerlos cuando queráis, pero sólo saldrán los que yo quiera y cuando me apetezca. Porque estoy harto de tener que avergonzarme en mi propia casa de algunos de los compañeros de viaje que me han tocado en suerte.

Y ahora, a insultar valientes. Que os queda poco.

lunes, abril 13, 2009

El viernes presentamos nuestro tercer libro

Un año más se acerca Sant Jordi (creo que ahora lo llaman Diada cultural de Catalunya por eso de que queda poco laico mentar a los santos) y al quiosco empiezan a llegar libros y más libros. Y entre ellos, como no podía ser de otra manera, la tercera entrega del nuestro.

El próximo viernes 17 presentaremos el libro de la tercera temporada de este blog. No es por nada, pero nos ha quedado muy apañao. Hemos tenido que reimprimir la primera temporada ya que las dos ediciones anteriores se agotaron y, por supuesto, también tendremos los ejemplares que quedan de la segunda. Pero habrá más novedades. En breve todos estos libros estarán disponibles para su adquisición a través de Internet, tanto en versión electrónica como en papel. Ya iremos informando.

La presentación volveremos a hacerla en Villabragas, al ladito del quiosco. Si queréis tomaros una cervecita con los autores del blog, la del viernes es una buena oportunidad. Y, como siempre, habrá jamón.

Os esperamos.

Presentación de Pies para quiosquero: tercera temporada
Con la participación de Quiosquero, quiosquera y dalr
Lugar: De Café. C/ Bruc, 80 (esquina Consejo de Ciento) Ver mapa
Fecha: Viernes 17 de abril a las 19:00

Portada de Pies para quiosquero: tercera temporada

Más información aquí

martes, abril 07, 2009

... y Viernes Santo

De la misma manera que intento cumplir, infructuosamente, los Mandamientos de la Ley de Dios, ni siquiera recuerdo de carrerilla los de la Santa Madre Iglesia. Ente los primeros hay algunos que considero indispensables para la vida cotidiana, otros que me precocupan muy poquito y UNO (con mayúsculas), sólo uno, que considero terrible no cumplir y que debería comportar la condenación eterna, no la del pecador, sino la del o de los hijos de su madre que obligan a pecar: el tercero, santificar las fiestas. Está mal que, por culpa de una puñetera manzana, hayamos sido condenados al trabajo. No es agradable trabajar 6 días de cada 7 cuando el mismo Dios necesitó el descanso en esta misma proporción. Pero, coño, trabajar 7 de 7 no tiene perdón. Hasta el mismísimo Satanás debe de estar en contra de tamaña esclavitud en pleno siglo XXI, dado que las posibles almas con destino al Infierno acabarán en la Gloria puesto que no les queda tiempo para cometer otro tipo de pecados que lleven a la irremisible condenación.
Pero en medio de esta semana está el Viernes Santo, segundo día de descanso anual de los quiosqueros, que, a estas alturas del año, ya llevan un montón de pecados por causa de fiestas sin santificar. El Viernes Santo podremos descansar y pecar de forma distinta. Podremos pecar contra el ayuno, ponermos morados de carne y, hasta si me apuran, ver una película porno, porque como no hay fútbol...
Yo, que soy un enamorado de los años sabáticos, no he podido disfrutar de ninguno. Hace años conseguí rasparme unas vacaciones en Semana Santa y disfruté tanto que repetí durante un par de lustros. Luego llegó el quiosco y se acabó lo que se daba. Hasta este año... Dado que los editores, distribuidores y el convenio colectivo nos condeden una fiesta el viernes, he decidido que toda la semana va a ser viernática y, heme aquí, disfrutando del sol de Aguadulce y del viento de Almería. Y los que andáis jodidos, tranquilos, pensad que alguien disfruta por vosotros.