domingo, agosto 31, 2008

Se acabó lo que se daba

Se acaba agosto y todo vuelve a la normalidad. La gente regresa de la playa y se pasa por el quiosco para adquirir su dosis dominical de información, los diarios aparecen cebados de noticias y a mí me cuesta espabilarme. Antes, cuando me equivocaba, solía decir: “Vaya, hombre, parece que hoy estoy atontado”. Ahora que lo del atontamiento es norma, lo que digo es: “Vaya, hombre, parece que hoy estoy más atontado que de costumbre”. Y la gente, anta tanta humildad, se torna conmiserativa.

Quiosquera está haciendo turno doble: llega conmigo de madrugada, montamos el quiosco y se va a trabajar. Antes, me paso por Superwaiter a tomarme un desgraciao y echar una meadita.
- Bueno, Súper, voy a echar a mi mujer y mandarla a trabajar.
- ¿No prefieres que esté aquí contigo?
- Hombre, claro, pero ¿entonces de qué comemos?

Y los sábados y domingos hace jornada completa.
Es raro. En mi puñetera vida me había levantado a mear de noche y llevo una temporada que me despierto media hora antes de que suene el despertador con la vejiga a punto de explotar (o explosionar, qué sé yo). Y antes de las siete y media tengo que visitar nuevamente la mezquita de Benameá si no quiero recurrir a los dodotis... ¡Y se acabó! No meo más hasta las tres menos cuarto cuando llego a casa. Pero esas dos primeras meadas son irrenunciables.
Esta mañana, a eso de las 8 y cuarto, al volver de realizar el segundo acto (no es que tarde tres cuartos de hora, es que, como apenas hay gente, me enrollo con el camarero y le doy un poco de coba al café) encuentro a Quiosquera como enfurruñada.
- ¿Qué le haces tú a esa señora?
- ¿Qué señora?
- La del parkinson.
La del parkinson es una señora mayor a la que le tiembla un poco la mano pero que ni tiene parkinson ni nada.
- ¿Qué coño le voy a hacer?
- Hombre, llega, coge dos periódicos y me dice: “Hágame lo que me hace su marido cada mañana”. Y le digo: “¿Qué le hace mi marido?”. “Eso que me hace con la máquina”. Me lo expliques.
- ¡Mierda! Dos euros a la 6/49.
- Te creo porque ya no estás para milagros porque si no ¡ya me dirás!

Y es que las clientas se van de la lengua con una facilidad...

No me había repuesto del susto cuando llegó un vejete rebotado de otro quiosco. Quiero decir que no es cliente habitual y habrá venido porque su quiosquero esté de vacaciones. El vejete no parece relacionarse con el sueco (Parkinson) pero debe conocer al alemán (Alzheimer).
- La Vanguardia y eso que trae.
Acabamos de empezar y las promociones atacan de nuevo. Para mi gusto deberían haberse esperado una semana hasta que los veraneantes hubieran vuelto, pero el mundo del quiosco es así. Tendremos problemas para encontrar la primera entrega a los rezagados. Hoy empezaban los “recipientes de cocina” con El Periódico y los “cuchillos del Barça” con Mundo Deportivo. La Vanguardia anuncia la cartilla para conseguir los “recipientes de vidrio Villeroy”.
Quiosquera se adelanta.
- El que trae los recipientes es El Periódico.
- No, no. La Vanguardia... –el tío sabe lo que quiere-.
- La Vanguardia los trae a partir de la semana que viene.
- No, no. Los trae cada domingo. Es eso... vamos...
Estira el dedo índice de la mano derecha y lo hace girar alrededor de la muñeca izquierda. Yo, que en esto de las señas soy bastante vivo, lo veo claro.
- ¿Un reloj? Que yo sepa La Vanguardia no regala relojes.
- No, no es un reloj. Es eso... –y sigue dando vueltas a la muñeca.
- ¡Las pulseras del mundo! –a la vez que habla, Quiosquera me mira como si fuese tonto-.
El cliente y yo sonreímos aliviados.

Para acabar de descolocarme, otra clienta (habitual, esta sí), mientras le cobro Mundo Deportivo, repasa la exposición.
- ¡Hombre, ayer no me diste la Agenda del Barça!
- No sabía que la querías.
- ¡Ah, pues me la llevo hoy!
Coge una y se da media vuelta.
- Son 12 euros.
- ¿No va de regalo con Mundo Deportivo?
- Mundo Deportivo regala cromos pero la Agenda son 12 euros.
- Pues va a ser que no.
Deja la agenda sobre el mostrador, sonríe y se va. No me ha quedado claro si realmente pensaba que era gratis o si me estaba tomando el pelo.
Eso sí. Hoy nadie ha intentado comprarme el pisapapeles de Trident con forma de chicle gigante.

viernes, agosto 29, 2008

Auténticos insectos


Quisiera escribir algo gracioso y positivo sobre la cartoná y no doy con ello: si es positivo no es gracioso y si es gracioso no es positivo.
Mientras me lo pienso se acerca un fulano que mira mucho y jamás ha comprado nada.
- ¿Cómo va lo de la colección de cuchillos del Barça?
- Todavía no va, empieza el domingo.
- Ya, ya. Me refiero a la mecánica.
- El primero se consigue el domingo pagando 1,5€ al comprar Mundo Deportivo. Para conseguir el resto hay que rellenar una cartilla.
- ¡Coño, otra cartilla!

A medida que habla va dejando al descubierto la portada de Interviú que muestra a dos menganas (si digo fulanas a lo mejor se ofenden) con las ubres al aire.
- ¿Y estas tías…?
- No, esas van sin cartilla.
- No me refiero a eso. Es que están liadas.
- ¿Con quién?
- Entre ellas.
Me fijo en que una de ellas reposa su mano sobre los promontorios del sur de la otra.
- ¡Lástima de carne desperdiciada!
- A mí me da igual siempre que lo hagan en la intimidad.
- ¡Qué intimidad ni que niño muerto! Un conejo lésbico es un conejo fuera de circulación y, por tanto, desaprovechado.

No parece convencido. Creo que no sabe si hablo en serio o en cachondeo. Tampoco me preocupa. Lo que me preocupa es la segunda vuelta de SGEL que acaba de dejarme un montón de cartones sobre las revistas. Antes de que se esturreen sobre la acera, dejo de hacer caso al tío del Interviú que continúa empeñado en llamar mi atención sobre las domingas de las menganas y me centro en los cartones.

PLACAS DE POLICÍA ofrece la estrella del sheriff de Nueva York, FIGURAS DRAGON BALL a Son Gocu, con los pelos amarillos y más tiesos que el esparto sin majar, y AUTÉNTICOS INSECTOS a... ¡un escorpión!

Retrocedo en tiempo. Plan de estudios de 1957. Insecto: invertebrado de respiración traqueal con un par de antenas y tres pares de patas. Cuento... una, dos, tres y cuatro. El escorpión tiene cuatro pares de patas. O mis recuerdos son falsos, o mi libro estaba equivocado o Alberto Peruzzo, Editore, no tiene puñetera idea de bichos.
Sigo estrujando el cerebro. Clases de insectos: coleópteros, dípteros, hemípteros, ortópteros, lepidópteros, neurópteros, himenópteros, etc. (etcétera significa que no me acuerdo de más). Entre ellos no figura el escorpión.
Continúo. Arácnidos: invertebrado sin antenas y con cuatro pares de patas. Clases: arañas como la cáncana, escorpiones como el alacrán y ácaros como el arador de la sarna. ¡A ver como coño le regalo el bicho a mi niño y luego lo convenzo de que el profesor tiene razón al ponerle un cero por decir que el escorpión es un insecto!

Esta visto que el Peruzzo este va a llevarnos al huerto por mucho que en el fascículo diga algo más abajo que la colección trata de insectos, arácnidos y otros artrópodos. El título prima siempre sobre el subtítulo.

¡Ay, señor Lara, tendrá que pescar con caña! La red de distribución de coleccionables falla por la pata del quiosco.

jueves, agosto 28, 2008

Síndrome post vacacional

Veía en la tele un pequeño reportaje sobre lo mal que lo pasan los niños después de las vacaciones. Están rebeldes, irritables, tozudos y más caprichosos. La culpa, cómo no, de los padres, que hablan delante de ellos de lo jodido que es volver al trabajo. Los psicólogos aconsejan aplicar progresivamente los deberes laborales para evitar el síndrome. ¡Estaría bien! Después de un mes de vacaciones, se impone una cuarentena progresiva: cuarenta días en los que iremos pasando del “dolche far niente” al “currandi tuta la yornata”.

Mi amigo E. Ibáñez, filósofo, es muy dado a las máximas. Una de sus preferidas es la que afirma que “para beber hay que saber mearla”. Podría aplicarse al descanso veraniego: “para tomar vacaciones hay que saber volver”. Que no he entendido nunca por qué la gente se deprime cuando, al fin y al cabo, sólo faltan 11 meses para las próximas vacaciones. Y eso sin tener en cuenta que en medio se encuentra Noviembre y las castañas asadas, Navidad y los turrones y mantecados, el carnaval y las brasileñas… y todos aquellos acontecimientos agradables que produzcan efectos similares al Prozac, sin contraindicaciones.

Lo que no me había sucedido nunca es encontrarme con alguien que, tras sus vacaciones, no tuviese claro haber vuelto al lugar de origen.

- Oiga, ¿esto es Bruc, Consell de Cent? –la chica había pasado cagando leches frente al quiosco y dado la media vuelta unos metros más abajo-.
- Sí –lacónico-.
- ¿Y no había aquí un chico negro?
- No.
- ¿No había aquí un chico?
- Sí, pero no es negro.
- Bueno, mulato.
- Tampoco. Indio.
- Eso, morenito.
- Te vas acercando.
- ¿Y ahí había un bar? –señala hacia Can Superwaiter-
- Lo sigue habiendo.
- Pero está cerrado.
- Sí, les he dado vacaciones a los dos.
- ¿El bar también es suyo?
- No. Por eso le he dado vacaciones al camarero.
- Bueno, pero aquí había un chico moreno y ahí un bar ¿no?
- Sí.
- Menos mal. Es que he vuelto de vacaciones y me encuentro que no había bar ni chico negro y he pensado que estaba desorientada. ¡Menudo susto!

Y se fue acompañada de su síndrome.

miércoles, agosto 27, 2008

La economía de Planeta (De Agostini, claro)

Son las 11 y 34, hace casi 7 horas que sonó el despertador y recién acabo de colocar el género recibido. Me tomo un minuto de relax, bebo agua, me como una chocolatina y la vista se me va hacia el paquete de Rossli. La vista y la mano…
- ¿Quién se va a enterar si me fumo uno?
Agarro el paquete, lo abro con parsimonia y lo huelo. Aspiro hondo…
- Dame uno a mí también.
Es Superwaiter que llega con el mono puesto.
- Un día de estos tendré que dejarlo.
- De momento vas bien. Para dejar una cosa primero tienes que cogerla.
- ¡Ahí, ahí!

Frente a mí, contra la pared, se alinean los primeros números de la cartoná y me viene a la memoria la entrevista que don José Manuel Lara concedió a Expansión: “existe una debilidad grave en el canal de distribución de las colecciones por fascículos debido a que los quioscos han disminuido un 20 por ciento en España”. Los quioscos han disminuido y los quiosqueros están hasta las narices de hacer el caldo gordo. Para que el señor Lara se haga una idea de cómo funciona la red de distribución (editoriales-distribuidoras-informática-puntos de venta) resumo incidencias del día de hoy con Sadibarna (no está elegida al azar; Sadibarna es la distribuidora de Planeta DeAgostini y pertenece al grupo que me suministró la aplicación informática).

· El reparto ha llegado a las 10 (Ruta 13); ayer vino a las 12 y media y antesdeayer a las 10 y 20. Al menos uno de los contratos que tengo firmados con las distribuidoras me obliga a abrir el chiringuito “no más tarde de las 8”. ¿Para qué?
· Entre ayer y hoy he recibido 7 ejemplares de la colección Vehículos Star Wars. Dos venían sin el correspondiente fascículo, es decir, el 28% del producto recibido es candidato a sufrir un rechazo en su devolución por material incompleto.
· Según el albarán REP0007471 debo recibir 2 ejemplares de PEQUEÑA MISS SUNSHINE. En su lugar recibo DVD TARTA DE FRESA. El código de barras recibido y el que consta en el producto no coinciden. ¿Existe un error en el envío o Miss Sunshine nos mostrará en el DVD cómo se fabrica una tarta?
· El albarán REP0007492 hace referencia a BATALLAS 2ª GUERRA MUNDIAL; en su lugar hay tres DVD de ASTERIX. ¡Y yo que pensaba que Julio César era anterior a Mussolini...! No sería de extrañar que uno de estos días me enterase que Garibaldi fue en realidad el delantero centro de la selección italiana de fútbol.
· Albarán REP0007470. Autodefinidos Semanal 1160. Quiero comprobar si me quedan ejemplares del número anterior y leo el código de barras: “No existe publicación”. Investigo. La mayoría de números se están recibiendo con tres códigos de barras distintos: el de verdad, o sea, el que figura en la portada y otros dos más de los que no se sabe exactamente su función pero deduzco que será para despistar. Claro, si a cada ejemplar se le suministran trescientos códigos hay más posibilidades de acertar.
· Los otros dos albaranes no tenían incidencias dignas de mención.

Estas cosillas no impiden que las colecciones se vendan, sólo ayudan a que los quiosqueros andemos mosqueadillos y apenas pongamos empeño en venderlas. Mi zona no es muy propicia a este tipo de compras pero si me parece que alguno tiene intención de picar le calculo el coste total del capricho, le describo los sufrimientos que deberá padecer, le advierto sobre el espacio necesario para exponer el artilugio y le pregunto para qué coño lo quiere. Si continúa empeñado le suplico que la compre en otro quiosco. Picar pican pocos y los que pican, apenas pasados un par de meses, me recuerdan la razón que tenía y en que estarían pensando para iniciar semejante fregado. Otra cosa sería, señor Lara, si nos enviasen un solo cartón de propaganda, bien pegado, con el resto de fascículos manejables, si cada entrega llegara con puntualidad y a día fijo, si no hubiera cortes en la colección, si hubiera agilidad en suministrar números atrasados, si... Si, en definitiva, funcionase la cadena de distribución y, por supuesto, se ofrecieran productos algo más llamativos y novedosos que los actuales, ya que las empresas editoras se limitan a repetir año tras año las mismas colecciones.
Ejemplo:
· CUERPO HUMANO DVD. Vamos por la edición número 15.
· CURSO DE INGLÉS NUEVO. Edición número 5.

Otras colecciones varían ligeramente como RELOJES DE CUERDA que se convirtió en RELOJES DE CUERDA Y PLATA y este año se edita como RELOJES HISTÓRICOS DE CUERDA. El primer número es el reloj de Bismarck, no porque el Canciller de Hierro tuviese uno igual sino porque a éste le han impreso una imagen del político en cuestión.
ABANICOS se ha convertido en ABANIC ARTE. Sustituye los típicos abanicos de tarde de toros por otros de tinte menos taurino. El nombre de la colección me recuerda a Josele, aquel humorista que preguntaba:
- ¿Sabeh lo que eh el arte? Pueh morirte de frío.
Ahora podríamos decir:
- ¿Sabeh lo que eh Abanic Arte? Pueh haserte frehco con un abanico.

lunes, agosto 25, 2008

Derecho de pernada

Sobre el derecho de pernada se ha escrito mucho y no se sabe nada apenas. Se habla de él como del derecho que se atribuyeron los nobles de la Edad Media sobre las doncellas de su feudo. Los tibios aseguran que se trata simplemente del derecho del señor a saborear el mejor trozo del ágape que seguía a la boda; y el mejor trozo era la pierna (de ahí lo de pernada) del borrego o becerro que se asaba “a la estaca”. Los sexualmente moderados afirman que el señor se limitaba a pasar la pierna por encima del cuerpo de la doncella renunciando así a su derecho a desflorarla. Pero para el vulgo, o sea para la mayoría, el derecho de pernada era y es la potestad del señor feudal a beneficiarse a toda doncella que esté a punto de dejar de serlo (o no).

Con la Revolución Francesa los nobles perdieron muchos de sus privilegios, incluido el derecho que nos ocupa. Pero como dice Superwaiter, la guillotina no funcionó bastante. Alguno quedó vivo y continuó procreándose hasta llegar a la fauna actual. Y si en la Edad Media el noble presumía de analfabetismo y suciedad, los de ahora son pulcros y aseados y saben leer. Incluso han leído el Diccionario Secreto de Camilo José Cela.

La mujer de culo en popa
dos agujeros presenta
para que elija el cipote
el que mejor le parezca.
Como nadie de los huevos
una linterna se cuelga
es fácil equivocarse
mas, al final, da la cuenta.

El Señor Conde de la Marina Press y Grande de España debe haberlo leído y manda aplicarlo aunque con cambios en el guión. Si sus antepasados hacían que sus esbirros sujetasen al populacho mientras el señor desvirgaba pendejos, el Señor Conde de la Marina Press hace la vista gorda mientras sus esbirros porculizan a los quiosqueros. Y a las quiosqueras.

No sería en exceso grave si todo acabase ahí. Lo peor es que los editores/distribuidores que aspiran a la nobleza imitan al señor conde y se le unen en el acto de porculización aún después de desvirgado el quiosquero.

Sadibarna
Básicamente porculiza en tres posturas (en este quiosco, se entiende).
· Entrega post meridian. El reparto, que debería efectuarse antes de las 8 a.m., se retrasa hasta las 10 o las 12 y no pasa nada.
· Corte de colecciones. Con el trabajo que cuesta convencer a un pardillo para que se suscriba durante dos o tres años a cualquier colección absurda e inútil, Sadibarna deja de servirla sin aviso previo bajo la excusa de que ha “habido rebaje”. Y uno no sabe en base a qué se ha decidido un rebaje cuando está recibiendo y vendiendo un soldadito, una tablita o una piedrecita semanal (lo de la periodicidad es algo que se anuncia en los primeros cartones de una colección y que luego no se cumple ni por casualidad).
· Facturas. Cuando Sadibarna la caga y comete un error en el precio, normalmente el quiosquero se entera una semana después al recibir la factura, donde se adjunta un albarán de regularización. A estas alturas la venta ya está hecha.

Sgel
Ha mejorado muchísimo. No acaban de aclararse con las reclamaciones. Su talón de Aquiles (el nuestro) radica en las cantidades entregadas. Concretamente esta semana he devuelto 13 paquetes de publicaciones, de los cuales no menos de 9 corresponden a material recibido dentro de la misma semana.

Marina Press y Logística de Medios
Aunque vayan en el mismo apartado, no se parecen en nada. Logística intenta adaptar las entregas a la venta real. Hasta se ha dado cuenta que en mi zona El Periódico en catalán se vende más que en castellano los días laborables, el de castellano se vende más que el de catalán los domingos y festivos y que durante las vacaciones El Periódico en castellano gana por goleada. Medio en serio medio en broma afirmo que esto es así porque el lector en catalán dispone de más numerario y sale más los fines de semana. Algo ha de haber.
No sucede lo mismo con Primerama, donde Logística aún no ha detectado que los parados están de vacaciones en agosto y no hay necesidad de que un lunes me remita 18 o 20 ejemplares.
Tampoco había detectado que los de Marina Press iban a hacer mal los cálculos de ventas de El País, que se me iba a acabar a las 10 y que, de rebote, se venderían muchos más ejemplares de El Periódico.
Lo de Marina es crónico. Como el señor conde se va de vacaciones y sabe que el señor presidente del gobierno también, supone que los lectores de El País están todos en Platja d’Aro. Total que no me manda periódicos de izquierdas. Como sabe que el señor Pedro J. está vacacionando en ese chalet donde sólo se puede acceder desde el mar, tampoco me manda El Mundo de Catalunya ni, por si acaso están invitados sus lectores, ABC. Sí manda suficiente material de Avui ignorando olímpicamente que sus lectores han ido, junto a Joan Puigcercós y sus muchachos, a bañarse en la piscina de Pedro J.
De Yo Dona y Telva hablaremos otro día ya que merecen un artículo propio.

viernes, agosto 22, 2008

Sexologies

El Manel anda jodido. Su vecina, la Gallega, se ha ido a las Canarias a conocer al nieto y ver, de paso, si los güevos del niño son normales. Ya me lo dijo:
- Mire usté que se lo advertí: “No te vayah tan lehoh que tu marío te va dah lah vasioneh”.
Y así ha sido. Al Miguel le pegó un infarto el domingo pasado y anda en la UVI. Aun así, Manel no pierde el humor.
- ¿No vio usté er telediario de Telesinco? Una pansá reí. Pusieron un reportahe sobre la prostitusión en Ehpaña y lah putah ehtán que eshan lah muelah, vamoh que loh ehpañoleh no noh gahtamoh un duro en putah. Ehta crish no larregla ni er Sorbeh ni er Sapatero. Claro que uno lo diho claro: “Que bahen loh presioh y verán como noh vamos de putah”.
Y es que la crisis también está afectando al putiferio aunque la libra de conejo se siga cotizando al alza.

En lo que hace al quiosco, la Sex Zone tiene poco movimiento. El Ejecutivo hace tiempo que abandonó. No sé si porque se cansó de servirle material al vigilante del parking o porque se ha leído Pies para quiosquero, primera temporada, y no ha sido de su agrado. Y el Apocado, con los calores veraniegos, no está para recalentones.

Menos mal que Sexologies ha venido refrescante este mes. Leo titulares de portada:
· Especial: Todo sobre el pene. Parece que el citado instrumento tiene poca historia. La revista es más bien delgada.
· La Gastronomía del Sexo. Platos típicos: Huevos, conejo, criadillas… Guarnición a base de nabos. Para postre, higos.
· Aprende a masajear el escroto. Durante el sarpullido picaminoso aprendí a rascarlo pero de masajes...
· El regalo más refrescante del verano. La revista regala una plantilla de plástico con moldes de varios tamaños. Da la sensación de que se trata de hacer cubitos con forma de pene con crespones de adorno. Aunque, según se mire, el molde puede parecer un cucurucho con dos bolas de helado.

El domingo, una niña que paseaba de la mano de papá, se quedó mirando.
- Mira, para… per fer polus.
- Apa, nena, anem.

lunes, agosto 18, 2008

Los mismos collares, los mismos perros

Hemos agotado las vacaciones. Volvimos unos días antes para pasar por un período de adaptación aunque creo que no hubiese hecho falta: todo sigue igual.
Enchufo la tele y todo son chinos y olimpiadas. Los locutores tratan de justificar el sueldo y no callan ni bajo agua. Además se hacen acompañar de un experto en el deporte que retransmiten y que debe de cobrar por palabras.

Partido Nadal-Hewitt.
- Tap... tap... ¡Oooh! –sonido de fondo-.
- La bolea de Nadal “fuerza el sexto error no forzado” del australiano –locutor-.
Partido Valencia-Real Madrid, descanso.
- El marcador no hace justicia –entrevistador-.
- Así es. El Valencia ha dominado la primera parte mayoritariamente –entrevistado-.
Claro que, poco antes, el locutor había afirmado:
- ... manda el esférico al fondo De la Red.
No había sido De la Red sino Van Nistelrooy.

Y el mundo del quiosco también sigue igual.
Esta mañana he llegado a las 6,15. La primera en la frente: ayer no recogí el toldo. Estoy seguro de que mi amigo el señor Chinorro pasará a media mañana para echarme la bronca.
Aunque a esta hora aún no pusieron las aceras, SGEL y Marina Press ya han dejado sus publicaciones a pie de quiosco. Logística no pasará hasta las siete para evitar que le choricen los periódicos a Salva. Tres chavales que vuelven de juerga se acercan.
- ¿Tiene usted cerveza?
Van con la saliva espesa y los ojos como tomates. Quiosquera se empeña en hacer de mamá y mandarlos a la cama pero no cuela.
- Mujer, déjalos tranquilos. No es que trasnochen, es que han madrugado.
- Muy bueno, colega... ¿tienes cerveza?
- ¡Qué va! El alcalde os tiene manía y no me deja vender.
- ¡Joder con lo bien que nos vendría a estas horas! ¿Y tabaco?
- Algo queda.
Se van tan contentos con su paquete de Camel y con la promesa de que, si encuentran un bar, se toman una café con leche y se largan a dormir.

Con un fin de semana largo, el quiosco está bastante llenito de paquetes para devolver. Sadibarna me recoge los martes, SGEL no aparece y, aunque Logística y Marina Press cumplen, el quiosco se me queda medio lleno.
Logística es de las pocas distribuidoras que intenta ajustar servicio y venta pero en verano se me ajusta demasiado. A las 10,30 se me acaba El Periódico.
Empieza el show de los cromos.
- El Mundo Deportivo regala hoy cromos de fútbol ¿verdad?
- Seguramente porque ayer regaló el álbum...
- Pues éste no lleva.
- A veces se caen... vamos a mirar otro...
De diecitantos periódicos ¡ni uno! lleva cromos.
- ¿Qué hacemos entonces?
- Yo de usted, hoy compraría el Sport.
- ¿Lleva cromos?
- ¡Y yo qué sé! Es pa joder.
Quiosquera se ofrece voluntaria y se hojea (hoja por hoja) el diario buscando información adicional. “El Mundo Deportivo regala 6 cromos de la Liga Este a partir del 18 de agosto. Gratis”. No conforme me expropia el ordenador y accede a la web. “Y a partir del lunes 18 de agosto, 6 cromos cada día de lunes a viernes durante 3 semanas GRATIS con Mundo Deportivo”.
La gente no ha mejorado con los calores del verano: sigue siendo gilipollas y he vendido TODOS los ejemplares además de unos cuantos sobres de la mentada colección. Decía mi suegro que mientras haya burros siempre habrá quien vaya a caballo. El señor Conde de la Marina Press ya es Grande de España.

Se me olvidaba. He recibido la avanzadilla de la Cartoná.
Que no decaiga.

lunes, agosto 11, 2008

El cielo puede esperar

No tengo claro si estoy convaleciente o de vacaciones. Lo que es trabajar, no trabajo pero tampoco me parece estar de vacaciones porque la familia no me deja ir de tapeo y eso, estando en Almería, es pecado. Menos mal que no he perdido del todo el contacto con el quiosco que siempre da vidilla. Sobre todo cuando pregunto cómo van las cuentas. Se me encoge el muelle (el que llevo inserto en las coronarias).

Antes de dejarme caer por Almería, me pasé dos o tres veces por el chiringuito. Más que nada para saludar y recuperar ánimos. Siempre viene bien que la gente te diga que se alegra de verte (los que no se alegran no suelen decir nada), aunque, a veces, las palabras hagan el efecto contrario.
Vinieron a saludarme Geppetto y su familia. Les conté el divertido fin de semana que había pasado en urgencias, el apaño que me habían hecho en Sant Jordi y la cantidad de medicamentos que debía tomar en adelante.
- Algo similar le pasó a mi padre –me dijo la señora Geppetto- y vivió la mar de bien. Lo malo es el tostón de los medicamentos para mantener la sangre líquida y el cuidado que hay que tener con las hemorragias. Mi padre al final murió de eso: una hemorragia interna y cuando fuimos a darnos cuenta no había nada que hacer.

Debió ver cómo mi cara cambiaba de color. De paliducho a pajizo; de pajizo a cerúleo; de cerúleo directamente a morado.
- No me hagas caso. Mi padre tomaba Sintrom.

Me vino a la memoria una anécdota ocurrida 27 años atrás.
Acababan de avisar a mi padre para ingresar en el hospital. Estaba pendiente de una operación a corazón abierto para cambiarle la válvula mitral (o la tricúspide, vaya usted a saber) y, aquella tarde, los amigos pasaron en procesión dándole ánimos. Uno de ellos, después de un rato de charla donde no se mencionó ni el hospital ni la operación, se despidió de esta guisa.
- Bueno, Antoñico, que vaya bien. Y si no, tú tranquilo que eres de bueno como tu madre e irás derechico al cielo con ella.

Que me esperen sentados.

El cielo puede esperar

No tengo claro si estoy convaleciente o de vacaciones. Lo que es trabajar, no trabajo pero tampoco me parece estar de vacaciones porque la familia no me deja ir de tapeo y eso, estando en Almería, es pecado. Menos mal que no he perdido del todo el contacto con el quiosco que siempre da vidilla. Sobre todo cuando pregunto cómo van las cuentas. Se me encoge el muelle (el que llevo inserto en las coronarias).

Antes de dejarme caer por Almería, me pasé dos o tres veces por el chiringuito. Más que nada para saludar y recuperar ánimos. Siempre viene bien que la gente te diga que se alegra de verte (los que no se alegran no suelen decir nada), aunque, a veces, las palabras hagan el efecto contrario.
Vinieron a saludarme Geppetto y su familia. Les conté el divertido fin de semana que había pasado en urgencias, el apaño que me habían hecho en Sant Jordi y la cantidad de medicamentos que debía tomar en adelante.
- Algo similar le pasó a mi padre –me dijo la señora Geppetto- y vivió la mar de bien. Lo malo es el tostón de los medicamentos para mantener la sangre líquida y el cuidado que hay que tener con las hemorragias. Mi padre al final murió de eso: una hemorragia interna y cuando fuimos a darnos cuenta no había nada que hacer.

Debió ver cómo mi cara cambiaba de color. De paliducho a pajizo; de pajizo a cerúleo; de cerúleo directamente a morado.
- No me hagas caso. Mi padre tomaba Sintrom.

Me vino a la memoria una anécdota ocurrida 27 años atrás.
Acababan de avisar a mi padre para ingresar en el hospital. Estaba pendiente de una operación a corazón abierto para cambiarle la válvula mitral (o la tricúspide, vaya usted a saber) y, aquella tarde, los amigos pasaron en procesión dándole ánimos. Uno de ellos, después de un rato de charla donde no se mencionó ni el hospital ni la operación, se despidió de esta guisa.
- Bueno, Antoñico, que vaya bien. Y si no, tú tranquilo que eres de bueno como tu madre e irás derechico al cielo con ella.

Que me esperen sentados.