miércoles, abril 25, 2007

¡Me han metido mano!

La profesión de quiosquero tiene riesgos insospechados. Uno puede sospechar que le robarán unas cuantas revistas, que le darán un billete falso, que, a golpe de navaja, lo desplumen, que… ¡Pero que te violen…!

Se me acercó un señor trajeado preguntando por revistas de coches. Necesitaba saber cuánto valdría un coche de 1990 porque tenía que tratar un divorcio y la señora reclamaba su parte correspondiente del vehículo. Mientras hojeábamos Auto Bild, Coches de Ocasión, Autopista y otras, llegaron cuatro italianas. Por supuesto que en ninguna revista encontramos precios de coches que esa antigüedad.

Una italiana atacó por la izquierda y empuñó un Trident. La otra atacó por la derecha y se agenció un Orbit. Ambas se introdujeron en la garita. Las dos restantes se aposentaron delante del vestíbulo con las maletas atravesadas. Y yo en mitad de la calle sin posibilidad de acceso al bungalow. En estas que llegó un moro (magrebí). Simpático.
- Paisa, te han dejado en la calle.
A leves empujones apartó las maletas y a las italianas del vestíbulo.
- Prego –ahora era yo quien hacía gala de dominio de idiomas.
Pude llegar al mostrador y cobrar los dos chicles.

El moro (magrebí) me había seguido hasta el interior del quiosco. Empecé a mosquearme y no me acordaba donde había dejado la escopeta.
Me palmeó la espalda.
- ¿Tienes revistas de chicas? Baratas…
- Elije tú mismo
Le tendí el fajo de las más baratas: Clima, Contactos, Cartas de Pen…
- No. Papel malo. Quiero como las americanas. Buenas fotos –y me palmeó las costillas.
- Foto buena, revista cara.

Me volví un momento para alcanzar las porno con papel satinado y entonces me dio dos palmaditas en el culo.
- ¡Eh, quieto parao! Para tocarme el culo hay que pagar primero.
- ¿Te molesta? En Marruecos no tiene importancia.
- Aquí sí. En España está vigente la Ley de Mahoma: tan maricón es el que da como el que toma.
Me arrepentí en el acto. ¿Y si el tío es fundamentalista? Me lo imaginé a las puertas del quiosco, envuelto en Goma 2 Eco y el móvil en la mano. Falsa alarma. Simplemente era un cachondo al que le había gustado mi culo. Y es que los hay con gustos raros.
- Los españoles sois muy bromistas.

Y se fue. No se llevó ninguna revista pero con él marchó una parte de mi honra.

martes, abril 24, 2007

Asamblea general de quiosqueros

El viernes 20 de abril, la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Barcelona y Provincia convocó a sus quiosqueros asociados a una Asamblea General Extraordinaria. En el orden del día figuraban dos puntos:
- Unificación de portes, márgenes y fianzas
- Situación de los contratos de publicidad.

De entrada, dos detalles que no me gustaron:
- La convocatoria que me llegó era un panfleto: “Acude o prepárate a cerrar tu punto de venta”.
- En la puerta del edificio donde se había de celebrar la asamblea, otra u otras asociaciones de vendedores de prensa repartían otro panfleto: “Se os convoca para disuadiros (asustaros)”. Y se deduce: “Si te dejas engañar prepárate a cerrar tu punto de venta”.
Yo podía haber añadido un tercer panfleto: “Si continúo como hasta ahora estoy preparado para cerrar mi quiosco”.

No es momento de hacer análisis panfletarios. Informo de lo que se dijo en la asamblea. De lo que yo entendí que se dijo. Y que cada cual saque sus conclusiones.

Primer punto. Unificación de condiciones en el trato de distribuidoras a quiosqueros.
La Asociación lleva años luchando por la supresión de los portes, porque la fianza que se entrega a las distribuidoras pueda hacerse mediante aval bancario y porque los márgenes sean los mismos para todos los quioscos y no se rebajen.
Concretamente. Hablando de distribuidoras de prensa, el 16 de enero se llegó a un acuerdo para eliminar los portes. A día de hoy tal acuerdo no se ha hecho efectivo y no se va a hacer.
¡Se acabó! Hemos de pasar a la acción.
· Vía jurídica. Las distribuidoras no pueden legalmente cobrar portes. Por eso facturan “servicios auxiliares”. Pero se les podía ganar delante de un juez. El proceso duraría entre un año y medio y dos años.
· Vía negociadora. Seguir como hasta ahora esperando que un buen día nos hagan caso.
· Vía ejecutiva. Sin menoscabo de las anteriores y paralelamente a ellas, la junta propondrá medidas coercitivas que obliguen a las distribuidoras a flexibilizar su postura.
Para ello, la junta solicita autorización para decidir qué acciones (sin especificar) se llevarán a cabo y pide a los quiosqueros que no se rajen a la hora de ponerlas en práctica. Se compromete a obtener resultados antes de final de 2007.

Segundo punto. Situación de la publicidad.
La Asociación suscribió en su día un contrato con Cemusa para que ésta explotase la publicidad de los MUPIS. A cambio, Cemusa se haría cargo de pagar el coste derivado de cambiar los quioscos. Durante un tiempo (hasta 2006) los quioscos no recibirían ninguna otra contraprestación. Para 2006 se establecen seis meses de carencia y, a partir de ahí, Cemusa aportará 55.000.000 de pesetas a repartir entre los 326 quioscos de Barcelona más los quioscos de Paseo de Gracia ¿?. El importe se satisfará en un solo pago anual en los meses de junio o julio.
· Cada quiosco cobraría el equivalente a ochenta y tantos euros netos al mes. Cemusa paga el gasto de electricidad y el seguro del quiosco.
· Otra empresa de publicidad está ofreciendo 550 euros al mes (IVA incluido). Según la junta, si a este contrato le sacamos el IVA, el coste de electricidad y el seguro, los 550 € se quedaría en no más de 150 €.
· El contrato de Cemusa finaliza en 2012. Hay una cláusula que penaliza al quiosquero que rompa el contrato. Se habrían de pagar 18.000 €, coste estimado del quiosco.
· El mismo día 20, la junta había mantenido una entrevista con representantes de Cemusa para intentar aumentar los 55 millones a repartir y Cemusa se negó categóricamente.

Como decíamos, en la puerta del local estaban los representantes de otra asociación. Lo que explicaron:
· La electricidad que se gasta con la publicidad no tiene coste alguno para el quiosco porque los MUPIS toman la corriente antes de llegar al contador.
· Ante un juez, la cláusula de penalización por ruptura de contrato tendría poca fuerza puesto que los quioscos ya está amortizados.
· La empresa de publicidad correría con los gastos de juicio, si lo hubiera.

Como colofón a la asamblea, Philips, Orange y otros presentaron su proyecto de publicidad dinámica para los quioscos. Dos pantallas de plasma de 42” cada una y 10 cm de profundidad, ensambladas en un cuadro que se colocaría en el lateral libre. Empotrado, es decir, con el espesor dentro del quiosco. Está pensado para que una pantalla emita vídeos publicitarios y la otra, imágenes fijas. (Ver Llega la era digital al quiosco en El Quiosco de nuestra vida).
· Contrato por 5 años prorrogables.
· Montan gratis la ADSL con llamadas nacionales libres.
· Las pantallas tienen un consumo de 98 w/h. Gasto de electricidad a su cargo.
· Permite reservas por email o SMS.
· La leche…
· Para agosto podrían estar instalados en Barcelona unos 400. Área Metropolitana para final de año.
· Se paga según la publicidad que se transmita y se calcula que en un plazo de seis u ocho meses se podría llegar a los 1000 € al mes.
· No hay constancia de que el ayuntamiento lo prohiba. No se ha hecho la consulta pertinente.

Algo de esto habíamos comentado Dalr y yo como una de las fórmulas posibles para rentabilizar los quioscos y6, en el mismo sentido, se pronunció el conseller Tresserras. Hoy por hoy, la normativa del ayuntamiento prohibe explícitamente este tipo de publicidad en la calle. Pero por aquí irán los tiros.

lunes, abril 23, 2007

Feliz día del libro

El próximo dos de mayo celebraremos el segundo aniversario del quiosco, y del blog. Queríamos celebrarlo por todo lo alto y se nos ocurrió buscar una excusa para, quienes quisieran y sin que sirva de precedente, organizar algún encuentro cara a cara. El objetivo, tomarnos unas cervecitas y charlar con algunos de los que nos hacéis el honor de visitarnos habitualmente. La excusa... ésa nos la dio un santo de dudosa procedencia y aficionado a la caza del reptil: Sant Jordi.

Como sabéis, el 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro, coincidiendo con el aniversario de las muertes (en días distintos) de Shalespeare y Cervantes, y con la tradicional festividad de Sant Jordi en Cataluña. La tradición manda que el caballero le regale una rosa a la dama y ésta le devuelva el favor en forma de letra impresa. Así que decidimos montar una plantación de rosales en el techo del quiosco, junto al campo de golf. Desgraciadamente las radiaciones de la antena de la Lotto han diezmado la cosecha y no nos ha quedado más remedio que pasar al plan B: un libro.

Así pues, tengo el orgullo de anunciaros que hemos perpetrado Pies para quiosquero: el libro del blog. Empezamos con una recopilación de todos los artículos de nuestro primer año y, si la cosa cuaja, amenazamos con repetir la experiencia con los sucesivos.


Nuestra primera intención fue hacerle la competencia a las editoriales e inundar los quioscos de media España con 100.000 ejemplares del libro, pero el bote de las propinas nos daba para sacar portada y media, así que finalmente hemos encargado sólo 200. También queríamos tenerlo para hoy, pero entre nuestra inexperiencia en el campo editorial y que la imprenta va saturada estos días no nos ha llegado a tiempo. Esperamos recibirlo esta semana o, a más tardar, la próxima. Y, dado que esta iniciativa echa por tierra toda pretensión (poco firme) de anonimato, vamos a presentarlo por todo lo alto en algún lugar cercano al quiosco. Como aún no sabemos exáctamente cuándo nos llegará el libro no podemos decir una fecha exacta, pero será muy pronto. Los interesados, atentos los próximos días a Pies para quiosquero.

¡Gracias por todo, y nos vemos!

jueves, abril 19, 2007

¡Periquito ha vuelto!

Allá por el mes de octubre, en Sex Barcelona, presenté a Periquito el Follaor. Periquito es aquel extranjero que se empeñó en que le consiguiera una puta por teléfono y que estaba dispuesto a pagar el taxi y lo que hiciera falta si lo acompañaba al barrio chino en busca de rollo. Después lo vi varias veces yendo a la compra con un cochecito de bebé, niño incluido, pero no me había comentado si al final había podido desahogarse o no. Luego le perdí la pista.

Al cabo del tiempo Periquito ha vuelto. Me estaba peleando con el ordenador intentando aclararme con Kios y las distribuidoras cuando oí:
- ¡Amico!
- ¡Hombre, Periquito! ¿Dónde coño te habías metido?
- Mi país… joliday. Volver.
Ha mejorado su español. Ya conoce 15 ó 20 palabras que trata de emplear. Me pregunto para qué leches se esfuerza en aprender español si con mi dominio del inglés hay suficiente.
- ¡Vaya vacaciones, macho!
- ¡Je, je! Jolidais –despega con el brazo, vuela, da la vuelta al avión y frena cuando la mano le llega a los ojos-. Vuelta… mars tuentiseven. Marcho tumorro –y vuelve a levantar el morro del avión saliendo a la altura de las criadillas.
- ¡Joder como te lo montas! Vuelves tuentiseven y ya te vas otra vez.
- ¡Ah! Putana… Alhambra.
- ¿Has tenido los santos cojones de ir a Granada en busca de una putana?
- ¡No, Alhambra!
Rebusca en el bolsillo hasta dar con una tarjeta de visita.
- Alhambra… putana…
Me tiende la tarjeta. No es de la Alhambra pero la dirección es calle San Pablo. Periquito va girando la mano mientras repite:
- Prochén, prochén…
El jodío también habla francés.
- ¿Y qué tal te fue?
- ¡Buuuf! .
Hace gestos de estar inflado y se tira de los pellejos de la cara.
- Gordas y viejas.
Pega el brazo al cuerpo, cierra el puño y levanta rígido el antebrazo para después dejarlo caer pendulón.
- ¡Que no te ponen, vaya!
- No viagra –sigue hablando con gestos e intercalando palabras-. [En otros países] dótor (estribe en el aire) [te receta] viagra. Dis, dótor no viagra. No dótor [sin receta], no viagra [no te venden].

Se va cuando empiezan a llegar clientes. No me ha quedado claro si no se le levantó porque las putas eran viejas y gordas o porque no había podido tomar la dosis pertinente de viagra. Tiempo habrá cuando vuelva de la próximas jolidais.

miércoles, abril 18, 2007

Polònia

Me pasó como a Antonio Gala. Llevaba seis o siete años residiendo en Barcelona cuando oí por primera vez el término “polaco” para referirse a los catalanes. Estaba de vacaciones y un amiguete, militar por supuesto, me preguntó cómo había dejado a los polacos. Me explicó los llaman así porque “cuando hablan no se les entiende un carajo”. Me pareció una explicación muy simple.

Pregunté a los polacos. La mayoría coincidían en su versión: Después de la Guerra Civil, a los catalanes que llegaban a Madrid empezaron a llamarlos polacos por cuestión de idioma y porque, como los polacos, habían sido invadidos por un ejército fascista en 1939.

Tampoco quedé convencido. Había versiones que hablaban de la existencia de esta costumbre a finales del siglo XIX y, aunque la gran ofensiva del ejército nacional se produjo a principios de 1939, la invasión de Cataluña comenzó en el verano de 1938. No encontré una versión que me agradase.

Años después leí una explicación más acorde con mis gustos y, desde mi punto de vista, más plausible. No estoy seguro pero creo que la anécdota la contaba Juan Manuel González Cremona en una de sus amenas historias históricas. Parece ser que, durante el reinado de Isabel II, nombraron ministro de hacienda al, hasta entonces, embajador español en Polonia. Éste, catalán, se rodeó de sus hombres de confianza, catalanes como él. Los funcionarios empezaron a llamarlos polacos haciendo referencia al anterior destino del ministro. Cuando, años después, se estableció el servicio militar obligatorio, los quintos catalanes llegaban a Madrid, la mayoría de ellos hablando sólo catalán. Los militares autóctonos se preguntaban de dónde venían aquellos tíos hasta que alguien se acordó del ministro: “Son polacos”. Y hasta ahora.

Lo malo es que, lo que se inició como un término jocoso, haya derivado en despectivo. Lo bueno es que los catalanes lo han asumido como propio y, aunque algunos todavía se mosquean, la mayoría se lo toma a pitorreo. Véase, por ejemplo, el programa de TV3 Polònia de humor político fino que los no polacos no pueden disfrutar.

¿Y cómo se proyecta esto en el quiosco? Pues igual que el nacionalismo. Cuando un lector habitual de Avui, El Punt o Sapiens me dice que no tengo prensa extranjera, le suelo contestar:
- ¡Cómo que no! Toda esa.
Le señalo ABC, El Mundo, El País… Y nos reímos.

Ayer me llegó una señora.
-¿Te algu en polonés?
- ¿Polaco polaco o polaco nativo?
- ¡Polacu!
- No, en polaco no tengo nada.
Y se fue mosqueada. No ve Polònia.

miércoles, abril 11, 2007

Gente de prestigio

El quiosco está situado en una zona donde abunda la gente de un cierto nivel artístico-político. Nos visitan ex ministros, actores, periodistas, pintores… cada uno con su idiosincrasia o idiosingrasia particular.

Del ex ministro hemos hablado en alguna ocasión. La primera vez que nos visitó pidió un paquete de Marlboro.
- ¿Del que mata o del que mata menos?
- Del que mata, del que mata.
Ahora ya ha aprendido a pedir.
- Un Marlboro del que mata.

Uno de los más famosos es componente de un trío de cómicos. En escena interpreta al optimista simpático. Delante del quiosco es mucho más serio. Quizá porque en los inicios de nuestra relación no conectamos bien. Habían cerrado el quiosco de su esquina (por vacaciones) y yo era el siguiente más cercano.
- El Periodic en catalá.
- Cuánto lo siento. Se me ha acabado.
Y así tres días seguidos. Al cuarto, lo vi venir. Puse mi mejor sonrisa de tendero.
- ¡Hoy sí que tenemos el Periodic!
-No, hoy leeré el Punt.
¡Me cachis! Se me había acabado.
Viene poco.

La hija de pija ya ha sido portada en revistas como Woman y Vanidad. El día que se opere o le crezcan las tetas será portada de muchas más.

Podíamos seguir con presentadores de televisión, actrices de series, periodistas, directores de entes culturales y un largo etcétera. Pero vamos a lo que vamos.

A la Prima Donna la conocimos ayer. Andábamos Salva y yo lamentándonos de la escuálida caja de estos días de semivacaciones cuando se acercó al quiosco.
- Veinte euros a Vodafone.
Acento extranjero. De veras que no me acuerdo de su aspecto, ni si era rubia o morena, ni si era blanca o negra, ni siquiera de si tenía buena figura (iba enfundada en un tres cuartos). Digamos entonces que era una chica de piel color bronce, cabello castano y con una figura aceptable.
Seleccioné Vodafone, tecleé el número que me dijo, 20 euros y aceptar.
- Piiií, Piiií.
- Ya me ha llegado.
- Es que aquí hacemos maravillas con el aparato.
- ¡Uuuy! ¡Tienes Cherry Poppers!
¿Eso qué es? Seguí la dirección de su mirada hasta topar con la Sex Zone. Cherry Poppers es un DVD porno, en cuya portada se veía un señor con bigote sacando burla a un conejo enmascarado.
- ¿El que saca la lengua no soy yo! –casi grité.
- ¿A cuánto sale?
- Once noventa y cinco –dije mirando el precio desde la distancia.
- Es cara. ¿Y Hot Video?
- Catorce noventa y cinco.
- ¡Uf!
- Tengo también Hot Video en revista que es más barata.
- ¿No tiene DVD?
Busqué Hot Video.
- ¡Mira! Lleva un DVD.
- Dámela.
- ¿Son buenas estas películas?
- No sé. Las compro para ver si salgo.
- ¡Ah! Eres actriz.
Puso los ojos como platos.
- ¡Siiiiií!

Empezó a agolparse gente y la estrella de Jollivud se fue. Me quedé con las ganas de pedirle que nos interpretara un sketch.
- Señor Quiosquero…
- Calla, Salva, que luego todo se sabe.

Salva se calló como una p… como un muerto.

lunes, abril 02, 2007

Mala entrada de mes

En abril, aguas mil.
Así reza el dicho y así ha empezado el mes en Barcelona. El agua apenas llega al suelo pero es suficiente para que la gente ande con paraguas y para que no se pueda sacar la exposición a la calle. Por tanto, no se vende un puñetero cartón. ¿Se llenarán los pantanos?

El otro día titulaba mi post “Toi odío”. Pecata minuta. Hoy estoy jodido, muy jodido, jodidísimo.
Fui un niño tirando a travieso pero tímido. Por tanto, mis travesuras se limitaban al ámbito familiar donde todo se arreglaba con un par de azotes en el culo pero, rara vez, tuvieron que llamarme la atención por mis trapalias. Como niño y niño travieso, las hice, en repetidas ocasiones me pillaron y tuve que aguantar el chorreo subsiguiente. Pero, salvo la hermana de la Chona que, cuando me veía pasar con mi amigo Manolico el de Justo, me decía aquello de “Entre un cojo y un bizco mataron a Jesucristo”, jamás nadie había considerado que mis malas acciones se viesen agravadas por mi condición física. Hasta esta mañana.

Esta mañana me dormí. Media horita. Lo suficiente para pensar que ya habrían pasado las distribuidoras recogiendo la devolución y que debería tener el almacén ambulante cargado hasta los topes durante toda la semana. Llegué nervioso. Por suerte, Salva también se durmió y los repartidores han pasado después a retirar los paquetes. A las 9 me he quedado solo. El esclavo tenía que pasar por el médico para que le curase las heridas que le abro con el látigo. Acababa de irse cuando ha llegado una señora con acento argentino.
- ¿Cómo funcionan esas linternas que anuncia en el lateral?
- Van sin pilas. Cuando se les acaba la carga, se las agita y tienen energía para un rato.
- ¿Le quedan?
- Precisamente hace unos días que me trajeron una caja. Ahora habrá que ver si las encuentro.
- No tengo prisa.

Inicio la búsqueda. ¿Dónde coño las habrá metido Salva?
Interviene Murphy y los clientes que siempre están escondidos en la esquina para dejarse caer sobre este pobre quiosquero, atacan. Normalmente, cuando estoy atendiendo a una persona, hago caso omiso de ellos pero la señora argentina los deja colar.
- Atienda a los señores. Yo no tengo prisa.
Avalancha. Una Vanguardia, recargar el móvil, me mira la loto y me hace otra, un paquete de Marlboro…
- Ahora ya si tengo prisa.

Abandono la venta y continúo buscando las linternas. No tengo puñetera idea de dónde demonios están.
- Llame por teléfono al otro chico. Seguro que él si sabe donde se encuentran.
- Está en el médico.
- Bueno, es igual. Supongo que las venderán en otros quioscos ¿verdad?
- Claro, señora.
Se va sonriendo y me olvido del tema a pesar de que he perdido una venta de 9 €. Cuando venga Salva las buscaremos; hay que aprovechar el anuncio.

Al cabo de una hora aparece de nuevo la señora. Esta vez empuja un cochecito de bebé aunque me da la sensación de que hay mucho niño para tan poco coche.
- ¿Las encontró?
- No, no las he buscado.
- Pues llame al chico.
- No, mujer. Aquí es obligatorio apagar el celular en los centros médicos. Pero ya las busco.
- Lo siento, no puedo esperar en mitad de la calle con el niño.
Echa a andar. Apenas ha caminado unos metros cuando se lo piensa mejor y regresa. Sin niño. Ha cambiado la cara. Lleva los ojos semicerrados y fulgurantes.
- Me parece muy bien que no me quiera vender algo por no hacer una llamada. Pero parece mentira que usted, con la dificultad física que tiene, le niegue una linterna a un niño ciego.
- Disculpe señora…
Es inútil. Ha salido como un cohete.

Soy poco dado a demostrar mis emociones. Quizá hasta ni las tenga. Pero si hay algo que hace que se me forme un nudo en la garganta es ver a un niño sufriendo o en dificultades. Seguramente no volveré a ver a la señora pero me gustaría hablar con ella para decirle tres cosas.
1. No sabía que el niño fuera ciego. Ni siquiera sabía que la linterna fuese para el niño. Pero en cualquier caso, si ella no hubiera tenido prisa o me hubiera dicho que volvería, yo habría buscado y encontrado la dichosa linterna. Vivo de eso.
2. La caridad es práctica individual y nadie tiene derecho a exigirla de los demás.
3. Este niño, ciego o no, tendrá que abrirse camino a mordiscos. Nadie le va a allanar el camino y, siendo ciego, tendrá que morder más que otros. No se le beneficia en absoluto exigiendo caridad en su nombre. Y en esto soy un experto.

En todo caso, me ha quedado una pena infinita. Ha sido sin querer pero he fastidiado a un niño que esta tarde hubiera sido feliz probando su linterna sin pilas.